Gia
El suelo se siente como gelatina debajo de mis pies, por lo que caminar se me dificulta. No quiero que Gael note mi nerviosismo, pero ¿cómo disimular este remolino de emociones?
A pesar de todo lo que ha sucedido entre nosotros, aprecio mucho a Gael. Él siempre me protegió, brindó su amistad y enseñó casi todo lo que sé. Estar tan distante de él me duele, no solo por mi enamoramiento, también por lo que éramos antes de mi confesión.
Gael sube mis maletas en el baúl en pleno mutismo, entonces se apresura a abrírmela puerta del capítulo. La tensión se siente en el aire, pero también los nervios, puesto que ninguno de los dos sabe cómo abordar al otro.
Me subo al vehículo con gestos tímidos y evito mirarlo, en su lugar, decanto en poner mi atención en el cristal de la puerta. Sé que debo superar este asunto y tratar, por lo menos, de que no haya tensión entre nosotros; sin embargo, la realidad es que no sé cómo actuar delante de él.
Me encojo en mi lugar al sentirme escudriñada por él, asimismo me pego a la ventana de una forma ridícula, con la intención de estar lo más lejos posible de Gael, pero también protegerme de su mirada intensa.
—Estás muy callada —comenta él, después de que pone en marcha el vehículo.
Minutos más tardes, logro entretener la vista con el paisaje y es cuando dejo salir todo el aire que he retenido de forma involuntaria. Miro a través del cristal como si mi vida dependiera de ello e ignoro por completo el comentario de Gael. Lo menos que necesito ahora —aunque quiero— es conversar con él.
Gael pone música como un intento desesperado de menguar la tensión, pero no creo que eso sea suficiente.
Trato de quedarme dormida debido a que siento que me asfixio aquí adentro sola con él; no obstante, estoy tan ansiosa y nerviosa que no logro conciliar el sueño.
Tampoco es que el viaje sea tan largo. A media carretera, Gael baja la música y mira en mi dirección. Trago pesado al sentirme descubierta, puesto que había aprovechado que él enfocaba su atención en el camino para mirarlo, pero, como la gran tonta que soy, me quedé embelesada observándolo.
—¿Todo bien? —Lo veo titubear, no obstante, continúa—: Escucha, sé que las cosas entre nosotros estuvieron tensas por un tiempo y que ya no somos los grandes amigos que fuimos en el pasado; pero no dejemos que esa tensión se extienda a nuestro trabajo juntos. Además, extraño a mi hermanita.
Quiero morirme; de verdad, deseo que caiga un meteorito y me aplaste.
Pese a que Gael me dejó claro que él no me ama de la misma manera que yo a él y, que me fui por todo un año para olvidarme de él, así también, superar mi dolor; o tal vez, solo quise huir; la palabra "hermanita" es lo menos que quiero escuchar por parte de este imbécil.
—Te lo dije una vez y te lo vuelvo a repetir: Yo soy hija única, así que no tengo hermanos. Por favor, ahórrate la hipocresía y la lástima. No necesito que seas amable conmigo ni que invoques un pasado que es solo eso. No vuelvas a llamarme así. ¿Quieres acabar con la tensión entre nosotros para que no afecte en nuestro trabajo y convivencia en la manada? Entonces, llámame Gia. Para eso me pusieron un nombre, para ser llamada por este.
—¡Vaya! Perdón por ser amable. Tampoco es para desplayes tu humor de loba amargada en mi contra.
Imbécil.
—No me interesa tu amabilidad —mascullo, cruzando los brazos.
—Eres muy injusta. ¿Hasta cuándo me tratarás como si fuera tu enemigo? Ni que estuviera obligado a corresponderte.
Bien, eso sí me dolió. ¿Quién se cree este imbécil que es?
—Bájate de tu nube y no seas creído. Ya no me interesas, ni siquiera eres mi tipo. A veces me pregunto cómo pude estar tan ciega en creer que tenía sentimientos por ti. Si por mi estupidez adolescente mi presencia te hace sentir incómodo, no tienes por qué cohibirte frente a mí, puesto que ya no me gustas.
»A decir verdad, solo me encapriché contigo, pero muy pronto descubrí que eres poca cosa para mí. Que no se te olvide que soy la hija del alfa, y que me casaré con un alfa de su propia manada que esté a mi nivel, ya que tú nunca lo estarás.
Bien, creo que exageré esta vez. No suelo humillar a las personas, pero el dolor que sentí aquel día que vi a Gael en brazos de otra a quien también defendió, no se compara con herirle un poco el ego a él. Aunque me siento un monstruo asqueroso por haber dicho todo eso.
Gael asiente con tristeza y enfoca su mirada en la carretera. Si antes había tensión entre nosotros, ahora este pequeño espacio se ha tornado asfixiante.
Evito con todas mis fuerzas mirar a Gael, quien ha subido el volumen otra vez. Percibir el dolor que mis palabras le provocaron, hace que me sienta una persona horrible. Todo por dejarme llevar por mi frustración. Me siento tan culpable por haber dicho lo que dije, ¿por qué tengo que ser tan tonta?
«¿Y si le pido disculpas?»
Tampoco voy a inflar su ego.
Después de unos veinte minutos, el logo de la manada nos da la bienvenida. Es un letrero grande que se yergue en el aire. Unos portones enormes se abren, dándole paso a la camioneta de papá.
Gael maneja por todo el pueblo y una sensación de nostalgia me invade de repente. Rememoro mi niñez junto a Kali y Gael, corriendo por los pequeños parques y en las plazas, yendo al mercado con mamá o comprando ropa con papá.
A veces me gustaría regresar al pasado cuando me dormía junto a Gael porque tenía miedo, o cuando me caía y él me abrazaba para darme consuelo; o cuando él me preparaba chocolate caliente en invierno y también cuando nos íbamos a bañar al río en tiempo de calor. Gael tiene razón, deberíamos reconciliarnos, pero temo tanto que mis sentimientos se salgan de control.
No, es mejor estar distanciados.
"Yo lamento haberte hecho daño, preciosa Gia; de verdad no fue mi intención".
Vínculo...
"No lo has hecho. No te creas tanto".
"Por lo menos disimulemos frente a los demás. No arruinemos los ánimos de tu familia".
Esbozo un suspiro y asiento en acuerdo.
—Estás en casa, Gia —anuncia Gael con una sonrisa que me hace temblar las piernas. Vaya, vaya...
Miro en dirección de la enorme y lujosa casa frente a mí, y aprieto mis manos contra la tela de mi camisa de rayas.
Bien, es hora de dejar atrás el pasado y empezar de nuevo. Es tiempo de enfrentar que Gael nunca será para mí y aprender a vivir con ello.
GiaGael y yo entramos a la casa. De inmediato, los recuerdos me acorralan y la nostalgia me embarga el pecho. Solo me fui por un año y siento que fue por una eternidad.—¡Tesoro! —vocifera mamá con marcada emoción. Ella abre sus brazos y se encorva, esperando por mi abrazo que pronto llega.—¡Mami! —Me aferro a su cuerpo como si mi vida dependiera de ese gesto; ella, por su parte, llora a todo pulmón mientras acaricia mi cabello.¡Qué dramática!—¡Hasta que por fin estás en casa! Mira lo delgada que luces, de seguro no estás comiendo bien. —Entorno los ojos ante la sobreprotección de mamá, siempre es lo mismo con ella.—Mami, es imposible que esté delgada, puesto que mi vecina es una cocinera compulsiva que me llenaba el estómago con su comida deliciosa. Todo lo contrario, tendré que ponerme a dieta para perder todo ese peso que, gracias a ella, gané.—Así estás bien. —Me giro para encarar a un Gael que me examina con la mirada. No sé si es mi imaginación, pero su escrutinio sobre mí
Froto mis ojos varias veces y me espanto cuando la oscuridad de mi habitación me recibe.¡Me quedé dormida!Me tiro de la cama y enciendo la luz, entonces dejo escapar un sollozo. Toda mi ropa está regada sobre el colchón y en el piso. ¿Por qué tuve que quedarme dormida mientras la desempacaba?—¿Gia? —Escucho la voz de papá del otro lado de la puerta.¡Papá!Me apresuro en abrirle y, una vez este entra, me le tiro encima dando brincos de alegría. Me aferro a su cuerpo grueso como si mi vida dependiera de ello. Estoy muy feliz de verlo, puesto que su última visita fue hace unos tres meses.—¡Te extrañé tanto, papito!—Y yo a ti, traviesita —responde divertido. Usa el diminutivo como venganza, puesto que no le gusta que lo llame así.—Cada vez te pones más bueno; mami debe tener los ojos puestos en ti, debes ser la sensación de la manada. ¿Nunca te pondrás viejo, don alfa?—¿Viejo? Estoy en mis mejores años. Y tu mamá debe perder cuidado, Katrina sabe que solo tengo ojos para ella.—Sí
Después de un delicioso baño, me visto en tiempo récord para esquivar los reclamos del alfa. Decanto por unos pantalones de jean oscuros, mis botines negros y una camiseta sin mangas que acentúa un poco mi escote, asimismo, me pongo encima una camisa gruesa de rayas negras, blancas y rojas, pero no me la abrocho. Me dejo el pelo suelto y solo uso brillo labial, ya que no estoy de humor para hacerme un maquillaje elaborado.Salgo de la habitación y me dirijo al patio, que se encuentra decorado con guindalezas de papeles coloridos, luces y una fogata en medio de este. Música animada retumba en el lugar, que está abarrotado de nuestros hermanos de la manada, que constan de unas cincuenta personas si no me equivoco.—¡Aquí está mi princesa! —vocifera papá mientras viene a mi encuentro. Él tiene un delantal puesto y sostiene una espátula en su mano derecha. Eso significa que está asando carne.¡Amo los asados de papá!—El alfa se ve todo un hombre de su casa vestido de cocinero —digo mient
OmniscienteLa chica de cabellera rojiza camina entre los árboles, como si buscara alguna respuesta allí.—Esto será muy difícil. Esos malditos lobos sellaron muy bien la protección.Ella camina en medio del bosque y prepara sus artilugios de magia. Sonríe al sentir una energía poderosa y paranormal, lo que le indica que está en la parte principal de la barrera invisible. De inmediato, la alegría y la esperanza la embargan, por lo que corre más adentro, buscando aquello que irradia aquel poder. Un brillo inusual capta su atención, se queda un largo rato alelada ante la belleza de las luces en tono dorado y plateado, hasta que decide salir de su trance de fascinación, para investigar de dónde proviene aquel brillo.Con pasos apresurados y ansiosos se dirige en dirección al resplandor, pero se detiene de repente al notar que allí yace una mujer vestida de negro, cabellera blanca, lacia y larga y de piel joven y delicada.Estudia a la desconocida de forma minuciosa, y se percata de que
OmniscienteLejos de las regiones de los licántropos, se encuentra ubicada la comunidad de las brujas sangrientas y las hadas. Las primeras, son criaturas malvadas, con sed de sangre, guerra y destrucción, asimismo, seductoras por naturaleza, muy lujuriosas y obsesivas.Por otro lado, está la región de las hadas. Estas son hermosas, delicadas y con un tamaño menor que las brujas. Ellas tienen el poder de proteger la naturaleza y producirlas, pero no son lo suficiente poderosas como para la guerra, mucho menos cuando de brujas se trata.Por muchos años hubo guerra entre las tres especies, por lo que son muy pocas las brujas sangrientas que existen, en especial, porque los hombres murieron todos en la batalla y ellas no tienen con quien reproducirse.La gran bruja, quien es una líder poderosa y de belleza hipnotizante, ha trabajado duro para romper la barrera entre los lobos y las comunidades de las demás criaturas y así poder encantarles y aparearse. Dado que con las hadas no pueden co
GiaCon mi forma de loba, corro en medio de los árboles sintiéndome libre. La brisa acaricia mi pelaje plateado, asimismo, el olor a tierra mojada por el rocío y las caricias de las hojas de las plantas al pasar, es el mejor "buenos días" que necesito.Me apresuro por paisaje natural con felicidad mientras mis patas saltan en el acto y mi corazón palpita frenético, y lleno de vida. Me encanta la libertad que me mi forma de loba me regala, lo fuerte que me siento al poder dar grandes saltos sin limitaciones y lo divertido que es hacer todo lo que mi forma humana me impide.Termino mi corrida matutina frente al río, entonces bebo de este para saciar mi sed.“No sabía que madrugabas”, dice alguien por medio del vínculo.Este proceso de hablar por telepatía, solo lo podemos hacer en nuestra forma lobuna, a menos que estemos hablando con el alfa, un familiar muy cercano o nuestro compañero de vida."No sabes nada acerca de mí", respondo con diversión."Te invito el desayuno"."No me podría
Después de la amenaza no verbal de parte del señor alfa, mi padre, Loni estuvo tenso y distante; sin embargo, a medida en que caminamos por la plaza de la manada y conversamos, la tensión se va desapareciendo y él se percibe más suelto. Llegamos a una cafetería popular en Luna creciente, y que es muy concurrida en la mañana y en la tarde, ya que aquí venden los mejores desayunos y las meriendas más exquisitas, asimismo, no existe un café más delicioso que el que se venden aquí. —Entonces, vas a trabajar en el centro curativo —comenta él mientras endulza su bebida cafeinada. —Sí —respondo, antes de comer estos deliciosos panqueques, que se derriten en mi boca de los suaves que son. —Eso está bien. Creí que te gustaría ser guerrera, pero decantaste por la tranquilidad. —Sí. Aunque si toca ir a la batalla, le entro. —Sorbo mi café. —Tal vez no pase mucho tiempo desde que tengas que hacerlo. Hay rumores de que la manada “Luna llena” está merodeando en nuestros territorios, ya sabes q
GiaCon un hambre del demonio, me dirijo a la cocina para desayunar. Allí me encuentro a mi mamá, a Tita y a la razón de mis tormentos.—Buenos días, cariño —saluda mamá con una sonrisa fingida. Yo hago lo mismo, pero trato de que la mía no se vea tensa, asimismo, me acerco a ella para abrazarla—. Perdón por haberte presionado anoche, mi niña —susurra en mis oídos—. Tienes razón, debes olvidarte de Gael y seguir adelante.—Lo haré, mamá. —Beso su mejilla. Esta vez, ella sonríe con sinceridad.Me siento en la mesa frente a Gael, mas no le dirijo la palabra. Entiendo que estoy siendo injusta, debido a que Gael es libre de coger con quien quiera y no me debe lealtad; no obstante, este sentimiento de traición dentro de mí es más fuerte que yo.Es como si todo mi ser lo reclamara, por más que trato de convencerme de que él no es mi mate, mi loba insiste en que sí lo es y su lejanía me duele de manera desgarradora.Por un momento, me pierdo observándolo desayunar. Me llama la atención la ma