Levanté mi rostro lentamente, me sentía cansada y adolorida, tiré del cabello que yacía en mi rostro cubriendo mis ojos, impidiéndome ver, estaba somnolienta.
«No debí haber bebido, no debí haberle hecho caso a Erika»—¡Caray! —exclamé somnolienta—. Me he quedado dormida, si mi jefe se entera de que volví a llegar tarde. Me pondrá problemas otra vez.Con el incidente del día anterior lo último que quería era tener problemas con él. Ese arrogante, sí, era sexi como un maldito Dios, pero arrogante como solo él sabía serlo, un odioso.Me levanté con la seguridad que solía hacerlo en mi casa, el cuerpo me dolía, me enredé en las sábanas y me caí, allí fue donde me di cuenta de que estaba desnuda, levanté mi rostro, abrí mis ojos y vi el lugar, no era mi casa.—¿Dónde diablos estoy? ¿Qué es este lugar —me pregunté en voz alta.—Vuelve a la cama nena, no te vayas, aún no hemos terminado aquí —escuché decir.Reconocí esa voz de inmediato, era imposible confundir la voz tan varonil y autoritaria que tenía Roberth Ivanov, mi arrogante y atractivo jefe.Me giré lentamente y me fui de puntada al piso, estaba enredada en las sábanas, quería comprobar que no había pasado nada, guardaba la esperanza de tener puesta mi ropa íntima.En su lugar tenía el cuerpo lleno de moretones y mordiscos, parecía que me había picado cualquier cantidad de insectos. No recordaba nada. No sabía como había terminado en ese lugar, especialmente con Ivanov, no era su tipo de mujer.—¿Nena qué haces ahí? No te escondas, ¿puedes creer que no recuerdo lo que pasó?, pero eso tiene solución, ven vamos a hacer un maratón de lo que probablemente pasó anoche.Él estiró su mano para ofrecerme ayuda, pero su cara había cambiado al darse cuenta de que era yo. Me levanté y me cubrí con las sábanas que antes me habían tirado al piso.—¿Qué demonios hace usted aquí? ¿Por qué está desnuda y en este lugar conmigo? ¿Qué fue lo que me dio? De qué artimañas se valió para meterse a mi cama, dígame cómo es que estoy aquí desnudo y usted también lo está.Me quedé perpleja observándolo.—Salga inmediatamente de este lugar y no se le ocurra volver a su puesto, está despedida.—No, señor Ivanov, no me puede hacer esto, no me despida, necesito el empleo para poder ayudar a mi familia, estoy ayudándole a mi hermano con su colegiatura, tengo que pagar la renta, necesito el empleo, no me haga esto por favor.—Eso debió pensarlo antes, ¿sabe que también podría enviar la prisión? Seguramente usó algún tipo de droga conmigo, para que no recuerde lo que pasó anoche, recoja sus cosas y lárguese de aquí y por favor no comente con nadie lo que acaba de pasar, está despedida. Si me llego a enterar de que está divulgando lo que pasó. Le juro que la meteré a prisión, debe estar loca, ¿qué clase de mujer es?—Señor Ivanov debe haber un error, no sé cómo es que llegué aquí a su cama. No usé ningún tipo de drogas, nunca había bebido antes, es imposible que haya usado drogas, por favor investigue antes de despedirme. No soy culpable de lo que pasó, al igual que usted no recuerdo nada, por favor sea considerado, he llegado tarde un par de veces, pero nunca he sido mala empleada, no le he dado problemas. Investigue lo que pasó, hay cámaras en este lugar podríamos ver los videos para poder entender lo que está pasando, Pero por favor no me deje sin el empleo, lo necesito.—Sus explicaciones no me importan, he dicho que está despedida, tiene 5 minutos para que salga de este lugar, no quiero volver a verla, pase el miércoles por su liquidación y olvídese de una recomendación.—¡Roberth Ivanov! Estoy harta con su m*****a arrogancia, siempre mandando, ordenando, creyendo que sus billones le dan el poder de pisar a los demás, nunca se preocupa por sus empleados, ni siquiera es capaz de decir buenos días. No es más que un arrogante insensato. ¿Qué le hace creer que lo drogué para acostarme con usted? Ni siquiera es mi tipo, Sí, cómo lo escuchó, hay mujeres que podemos resistirnos a usted, que bien no es más que un físico atractivo, porque como persona es horrible.«Por supuesto que era mi tipo, ¡a quien no le gustaba el maldito arrogante ese!» Pensé para mí.En ese momento lo estaba odiando, estaba tan desconcertada que no me importaba siquiera descubrir si había dejado de ser virgen. Quizás había perdido mi virginidad con el arrogante de Ivanov, de haber sido así, sería una pena no recordarlo, por lo menos los rumores que se escuchaban en las oficinas acerca de sus centímetros eran reales.—¿Cómo sé que no fue usted quien me drogó para aprovecharse sexualmente de mí? —inquirí indignada.—Qué estupidez ha dicho, mírese. ¿Cree que me rebajaría a una mujer como usted? No sea incrédula, tengo a mis pies a miles de mujeres, no tengo que recurrir a este tipo de artimañas para tener a la mujer que desee en mi cama.Sus palabras fueron tan hirientes, que me quedé muda.—Usted sería la última mujer con la que quisiera tener intimidad, solo mírese por Dios, qué clase de hombre cree que soy, no ando recogiendo momias andantes. ¿Se ha visto en un espejo?—Es un inf… Como sea, estamos en su casa, no en la mía, ¿cómo demonios habría de saber que esta era su habitación? Pregúntese que obtendría yo acostándome con un hombre como usted, no estoy loca. Vamos adelante, despídame, pero le juro que voy a ir ante las autoridades, porque tampoco recuerdo nada y es más viable que me crean a mí que soy mujer. Puede tener todos los billones que desee, pero con la fama de mujeriego que tiene dudo que le crean, si me despide haré todo lo que esté en mis manos para que todos se enteren, se lo juro. Lo haré quedar muy mal.—¿Dice que no está loca? Como se atreve a amenazarme, ¿acaso no se da cuenta de quién soy? Basta con que haga una llamada para ponerla tras las rejas. ¿Usted cree que amenazando me va a conseguir quedarse en mis empresas? Está más loca de lo que pensé, recoja sus cosas, pase el miércoles por su liquidación y espero que sea la última vez que tenga que verla.—El que parece que no me está entendiendo es usted señor Roberth, no voy a irme de su empresa porque no he hecho nada para que me despida, estoy diciendo que al igual que usted no recuerdo lo que sucedió. Cómo sé yo que no fue usted el que me drogó, ambos estamos en la misma situación, así que buscamos una solución juntos, o nos olvidamos del tema y me permite continuar con mi trabajo, el cual me he ganado con mucho esfuerzo.Empezó a reírse sarcásticamente.—En algo tiene razón y es que estoy más loca de lo que parezco, si usted me llega a despedir, voy a ir ante los medios y armar un escándalo, puede meterme presa. Si eso quiere, pero no voy a permitir que me deje sin empleo por un error que no cometí, ¿por qué simplemente no miramos los videos en las cámaras y nos daremos cuenta de que fue lo que realmente pasó, como terminé aquí?—Tiene razón, podemos lidiar con esto como dos personas adultas, miraremos los videos cuando tenga tiempo, no sé hablará más del tema, puede continuar con su trabajo. Haremos de cuenta que no ha pasado nada, ahora recoja sus cosas y salga de inmediato de mi casa.Parecía una delincuente atrapada, corriendo de un lado para otro, tratando de encontrar mi ropa, no sabía donde había quedado, odiaba, no recordar nada de lo que había pasado.Él estaba allí parado, con su cuerpo bronceado, mirándome como cuando ves a un loco, negaba con la cabeza, hasta que decidió ayudarme a buscar la ropa, estaba envuelta entre las sábanas de la cama.Me vestí con prisa, no sin antes darme cuenta de lo desordenada que estaba la cama, me preguntaba por qué no podía recordar que era lo que había bebido. Salí del sitio, abordé un taxi y fui a casa, todos los esfuerzos por recordar eran vanos, todo parecía haber sido borrado de mí, como si no lo hubiese vivido.«Eso es Enid, no recuerdas nada porque posiblemen
—Dan… ve a abrir, debe ser Erika que ha venido por su paquete —vociferé para asegurarme de que atendiera.Me quedé en la entrada desde donde podía escuchar la conversación.—Sí, ya voy, —dijo con flojera—. Hola Erika.—Hola Dan, ¿cómo estás? —escuché a Erika saludarlo.—Estoy bien, ¿tú como estás, como te fue en la fiesta de la oficina? —Bien Dan, aunque perdí a tu hermana, me avisó que había llegado hoy en la mañana, no le digas a tus padres, pero le di un par de tragos y creo que se embriagó y durmió en el lugar. —Ah, entonces si es cierto, sí, Enid es muy tonta para algunas cosas, mira, tu paquete está sobre la mesa. —No sé, dé que hablas, pero si te lo dijo Enid, seguramente es verdad. Está bien, dan gracias, lo recogeré y me iré, me están esperando y no podemos tener el auto ahí, dile a Enid que la llamo más tarde. —Oye, ¿cómo que me llamas más tarde? Pensé que venías para quedarte, tengo algo que contarte. —Lo siento amiga, he venido con un amigo, no puedo quedarme, pero t
—Ya me pondré en ello, terminaremos en un momento y claro que tendrás tiempo para descansar. —Eso espero, en realidad estoy demasiado cansada, ya no soporto los pies, terminemos con esto y dejaremos el resto para organizarlo el próximo fin de semana, porque te aseguro que esta semana no me quedará tiempo y tú nunca haces nada tú solo, ni modo. —Claro que puedo hacerlo, no seas tan desconsiderada Enid, lo iré haciendo poco a poco en el transcurso de la semana. Para qué el fin de semana puedas descansar. ¿Te parece? Nos ha llevado toda la tarde organizar la casa, no nos queda tiempo para hacer el almuerzo, así que voy a pedir algo a domicilio ¿Qué quieres comer? Yo invito. —¡Wow! ¿Tú invitas, Dan? Vaya, estás madurando, no sé, pide lo que sea, tengo hambre, comeré cualquier cosa. —Ok, volveré en unos minutos, pediré el domicilio y tú termina ahí y siéntate a descansar, terminaré de hacer esto y como te dije en el transcurso de la semana terminaré de organizar todo lo que hemos movido
En el momento que me disponía a contarle todo a mi amiga, se posó al lado de nosotras. —Señoritas, es una pena interrumpirlas, pero no creo que el horario laboral sea para hablar de sus asuntos personales, no se les paga por eso, si consideran que este empleo no es para ustedes hagan el favor de pasar por recursos humanos, de lo contrario continúen haciendo la labor por la que se les paga. Estaba esperando a que se fuera para seguir hablando con mi amiga, pero el muy desgraciado me extendió la mano señalándome el camino que me llevaba a mi nuevo lugar de trabajo, lo estaba odiando. —Señorita Clark. Considero que fui lo suficientemente claro cuando le indiqué que había sido removida de este puesto, en este momento debería estar en recursos humanos que es donde la había enviado, este ya no es su punto de trabajo. ¿Le queda claro? —Sí, señor Ivanov, disculpe. —Que no se vuelva a repetir, no quiero tener que verme en la penosa obligación de despedirla. —No se preocupe, señor Ivanov,
Caminé despacio tratando de pensar en que iba a hacer, si me despedía como lo habíamos acordado tendría muy poco tiempo para regresar a mi país, junto a mis padres, mi hermano podía quedarse, en los dormitorios de su escuela. Había llegado a su oficina, miraba la botella de agua y pensaba que si tuviera una mejor opción de trabajo se la tiraría encima, lo merecía, era una horrible persona, estaba a punto de tocar en su oficina y abrió, su secretaria había ido a almorzar, por ese motivo no había sido anunciada. —Señorita Clark, estaba por ir por esa botella de agua, la verdad es que usted insiste en demostrar que cualquier cargo en esta empresa le queda grande. El agua debía estar fría y ser agua con gas. ¿Podría usted leer lo que dice aquí? Me quedé en silencio, porque había estado totalmente segura de que había cogido el agua con gas que me habían indicado, pero eso no era lo que parecía en ese momento, mi día parecía ir de mal en peor. «Con qué pies me he levantado, que es lo qu
No tenía otra opción que seguir esperando, intenté comer, pero no pude hacerlo, estaba demasiado preocupada si él no sé dignaba a hablar conmigo, si realmente lo que habíamos hecho era en serio y no solo un juego, estaba en problemas. Había guardado de nuevo mi almuerzo y me recosté en aquella mesa donde nos habíamos sentado a comer con mi amiga, recosté mi torso contra ella y me estaba quedando dormida, cuando sentí una sombra que me cubrió.—Muy bonito, señorita Clark. A usted en esta empresa se le paga para venir a trabajar y no para venir a dormir. Me parece de muy mal gusto que esté durmiendo en horario laboral. —Señor Ivanov, no es lo que piensa, yo solo estaba esperando que llegara para que pudiera aclararme si estaba o no despedida, en qué puesto me ubicará o qué es lo que debo hacer de ahora en adelante, no era mi intención quedarme dormida, discúlpenme. —Señorita Clark, ahórrese sus explicaciones, con usted todo es excusas, si a usted se le asignó un lugar de trabajo no
—No, pero no se olvide de tocar, evitemos los motivos para despedirla, después pasé nuevamente a recursos humanos, indique que me llamen para poder ponerlos al tanto de que deben hacer con usted. —Ok señor, con permiso. Salí del lugar maldiciendo a ese par de infelices, no podía creer que el amor que decía sentir por al infeliz de Roberth Ivanov hubiera pasado a ser odio en tan solo 48 horas, era tan injusto, en ese mismo lapso de tiempo me había cambiado el puesto de trabajo dos veces. Caminé con rapidez y preparé el estúpido zumo de naranjas, allí me encontré al de recursos humanos, era un tipo humilde o demasiado cizañoso, no le gustaba que otros tocaran los alimentos que él iba a consumir, lo sabía porque me lo había dicho Erika, llevaba mucho en esa empresa y conocía a la mayoría de los empleados del maldito del señor Ivanov. Le pedí no olvidar lo que le estaba diciendo, él dijo que apenas llegará a su oficina, se comunicaría con el señor Ivanov, terminé el zumo y caminé de r
¿Qué tipo de ser humano era? Cómo era capaz de culparme, de descender de secretaria, ha ser una empleada de servicio, él había sido quién sin motivos me había removido de mi puesto. Era un hombre que no tenía ni siquiera idea de donde estaba parado, por supuesto que tenía aspiraciones y muy grandes, pero con un jefe como él era imposible llevar a cabo aquellas grandes aspiraciones que me motivaban a levantarme todos los días. Lo hacía muy temprano, hacía lo posible para llegar a cumplir con mi labor, pero en menos de dos días, él se había dedicado a hacerme la vida imposible, haciéndome ver como una mediocre sin deseos de salir adelante, pero que iba a saber ese arrogante de lo que deseaba. Solo me quedé callada mirándolo, evitando que se notara, el desprecio que había comenzado a sentir por él, era tan injusto, tan arrogante, no se atrevía a aceptar que la única persona equivocada era él, no me estaba dando la oportunidad de demostrar mi capacidad. Se atrevía a llamarme mediocre,