—No seas estúpida, no te atrevas a volver a cuestionar mis planes, para eso te pago bastante bien, ¿acaso lo olvidas? ¿De qué lado estás?— preguntó Sammy.Volví a sorprenderme al escuchar a Perla decirle que estaba de su lado.—Estás loca. ¿Por qué estás haciendo esto? Debes de entender que no te quiere, hagas lo que hagas, nunca te va a querer y mucho menos si llegas a lastimarnos, jamás te perdonaría, si nos haces daño.La mujer continuaba diciéndome cosas, parecía una esquizofrénica, de un momento a otro sacó un arma y me estaba apuntando, me preguntó que si deseaba que me disparara a mi primero o a mi vientre para asegurarse de eliminar a mi bebé.Perla se interpuso, le pidió a Sammy no hacerlo, pero esta la empujó, mi presión se había subido, Perla se acercó y me preguntó cómo me sentía, Sammy al ver eso se acercó y la empujó, empezó amenazarla.—¿Entonces crees que soy estúpida? Nadie se burla de mí, debiste haberte quedado si ibas a estar con tus niñerías, ¿de verdad pensaste
Fue lo último que escuché antes de desmayarme, estaba despertando, me dolía el cuerpo y me sentía muy mal, al recordar todo, miré mi vientre, no tenía alientos, intenté gritar, pero no fui capaz, traté de levantarme, entró una enfermera.—No puede hacer eso, señorita, quédese acostada — ordenó la enfermera.—¿Mi hija enfermera, dónde está mi hija?. Mi bebé, por favor, dígame dónde está mi bebé, dígame qué está a salvo.—Cálmese, tuvieron que hacerle una cesárea, por suerte ambas salieron bien, su bebé está bien, está en la incubadora, el padre no se ha despegado de ella ni un segundo, ha estado pendiente de las dos. Le diré que ya ha despertado.Me estaba acomodando en la camilla, me había llenado de felicidad al saber que mi bebé estaba a salvo, me pregunté por la suerte de Perla. Esperaba que estuviera bien.—Mi amor —escuché la voz de Ivanov.Caminó hasta mí y lo abracé fuerte, me lastimé, pero no importaba, le rogué que me dijera que nuestra bebé estaba bien, me abrazó sonriente d
Inés, Erika y Perla, eran mis damas de honor, todos estaban felices, los malos tiempos ya habían terminado y finalmente estaba por casarme con mi arrogante jefe, el padre de mi hija. Quién me esperaba en el altar con sus brillantes ojos azules intenso, llenos de lágrimas, los mismos que habían sido heredados por Annia.—Hoy estoy aquí y antes que todo quiero agradecer a todos por habernos acompañado en este día, pero sobre todo quiero dar gracias a Dios —dijo Ivanov—. Quiero dar gracias a la vida por haberme permitido conocer a esta maravillosa mujer, a la cual pretendo esposar por el resto de nuestras vidas. Agradecerle por haberme hecho el hombre más feliz de todos. Estoy sumamente agradecido, no solo porque ella llegó a mi vida para quedarse, cambiarla, sino porque me dio un hermoso regalo, nuestra princesa.Se detuvo y nos miró. —ANNIA, nuestra hermosa hija, ella es un milagro, el milagro que nos unió, el milagro que me cambió, ya tiene poco más de tres meses, es mi razón de se
Levanté mi rostro lentamente, me sentía cansada y adolorida, tiré del cabello que yacía en mi rostro cubriendo mis ojos, impidiéndome ver, estaba somnolienta.«No debí haber bebido, no debí haberle hecho caso a Erika»—¡Caray! —exclamé somnolienta—. Me he quedado dormida, si mi jefe se entera de que volví a llegar tarde. Me pondrá problemas otra vez.Con el incidente del día anterior lo último que quería era tener problemas con él. Ese arrogante, sí, era sexi como un maldito Dios, pero arrogante como solo él sabía serlo, un odioso.Me levanté con la seguridad que solía hacerlo en mi casa, el cuerpo me dolía, me enredé en las sábanas y me caí, allí fue donde me di cuenta de que estaba desnuda, levanté mi rostro, abrí mis ojos y vi el lugar, no era mi casa.—¿Dónde diablos estoy? ¿Qué es este lugar —me pregunté en voz alta.—Vuelve a la cama nena, no te vayas, aún no hemos terminado aquí —escuché decir.Reconocí esa voz de inmediato, era imposible confundir la voz tan varonil y autorita
—Tiene razón, podemos lidiar con esto como dos personas adultas, miraremos los videos cuando tenga tiempo, no sé hablará más del tema, puede continuar con su trabajo. Haremos de cuenta que no ha pasado nada, ahora recoja sus cosas y salga de inmediato de mi casa.Parecía una delincuente atrapada, corriendo de un lado para otro, tratando de encontrar mi ropa, no sabía donde había quedado, odiaba, no recordar nada de lo que había pasado.Él estaba allí parado, con su cuerpo bronceado, mirándome como cuando ves a un loco, negaba con la cabeza, hasta que decidió ayudarme a buscar la ropa, estaba envuelta entre las sábanas de la cama.Me vestí con prisa, no sin antes darme cuenta de lo desordenada que estaba la cama, me preguntaba por qué no podía recordar que era lo que había bebido. Salí del sitio, abordé un taxi y fui a casa, todos los esfuerzos por recordar eran vanos, todo parecía haber sido borrado de mí, como si no lo hubiese vivido.«Eso es Enid, no recuerdas nada porque posiblemen
—Dan… ve a abrir, debe ser Erika que ha venido por su paquete —vociferé para asegurarme de que atendiera.Me quedé en la entrada desde donde podía escuchar la conversación.—Sí, ya voy, —dijo con flojera—. Hola Erika.—Hola Dan, ¿cómo estás? —escuché a Erika saludarlo.—Estoy bien, ¿tú como estás, como te fue en la fiesta de la oficina? —Bien Dan, aunque perdí a tu hermana, me avisó que había llegado hoy en la mañana, no le digas a tus padres, pero le di un par de tragos y creo que se embriagó y durmió en el lugar. —Ah, entonces si es cierto, sí, Enid es muy tonta para algunas cosas, mira, tu paquete está sobre la mesa. —No sé, dé que hablas, pero si te lo dijo Enid, seguramente es verdad. Está bien, dan gracias, lo recogeré y me iré, me están esperando y no podemos tener el auto ahí, dile a Enid que la llamo más tarde. —Oye, ¿cómo que me llamas más tarde? Pensé que venías para quedarte, tengo algo que contarte. —Lo siento amiga, he venido con un amigo, no puedo quedarme, pero t
—Ya me pondré en ello, terminaremos en un momento y claro que tendrás tiempo para descansar. —Eso espero, en realidad estoy demasiado cansada, ya no soporto los pies, terminemos con esto y dejaremos el resto para organizarlo el próximo fin de semana, porque te aseguro que esta semana no me quedará tiempo y tú nunca haces nada tú solo, ni modo. —Claro que puedo hacerlo, no seas tan desconsiderada Enid, lo iré haciendo poco a poco en el transcurso de la semana. Para qué el fin de semana puedas descansar. ¿Te parece? Nos ha llevado toda la tarde organizar la casa, no nos queda tiempo para hacer el almuerzo, así que voy a pedir algo a domicilio ¿Qué quieres comer? Yo invito. —¡Wow! ¿Tú invitas, Dan? Vaya, estás madurando, no sé, pide lo que sea, tengo hambre, comeré cualquier cosa. —Ok, volveré en unos minutos, pediré el domicilio y tú termina ahí y siéntate a descansar, terminaré de hacer esto y como te dije en el transcurso de la semana terminaré de organizar todo lo que hemos movido
En el momento que me disponía a contarle todo a mi amiga, se posó al lado de nosotras. —Señoritas, es una pena interrumpirlas, pero no creo que el horario laboral sea para hablar de sus asuntos personales, no se les paga por eso, si consideran que este empleo no es para ustedes hagan el favor de pasar por recursos humanos, de lo contrario continúen haciendo la labor por la que se les paga. Estaba esperando a que se fuera para seguir hablando con mi amiga, pero el muy desgraciado me extendió la mano señalándome el camino que me llevaba a mi nuevo lugar de trabajo, lo estaba odiando. —Señorita Clark. Considero que fui lo suficientemente claro cuando le indiqué que había sido removida de este puesto, en este momento debería estar en recursos humanos que es donde la había enviado, este ya no es su punto de trabajo. ¿Le queda claro? —Sí, señor Ivanov, disculpe. —Que no se vuelva a repetir, no quiero tener que verme en la penosa obligación de despedirla. —No se preocupe, señor Ivanov,