Capítulo330
Yulia no tenía idea de dónde estaba su papá.

Nicolás se agachó y acarició su cabeza con ternura.

—Cuando crezcas, te llevaré a ver a tu papá.

—¿Cuándo voy a crecer? —preguntó Yulia algo inquieta, ladeando la cabeza, confundida.

—Muy pronto —respondió Nicolás, levantándola en brazos—. Yulia, el patito que cuidabas ya regresó.

A Nicolás no le importaba si el pato era el mismo o no. Al final, los niños no notaban esas pequeños detalles.

Una vez en casa, Yulia dejó su mochila, se lavó las manos y salió corriendo al jardín para ver a su patita.

Nicolás apenas se había sentado en el sofá cuando vio a la pequeña correr hacia él, plantarse frente a él con los labios fruncidos y los ojos llenos de lágrimas.

—¡Nicolás, me engañaste! ¡Ese no es mi patita!

Nicolás se agachó asombrado para mirarla a los ojos.

—Es el bebé de la patita, Yulia. Tienes que cuidarlo con mucho amor, ¿entiendes?

—¿Bebé? —Yulia abrió los ojos, sorprendida.

—Sí, bebé —dijo Nicolás, improvisando para calmarla—. Así como tú e
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