Capítulo 148

Qué extraño, pensó desconcertado al sentir un tenue roce recorriendo sus muslos. Se incorporó apoyándose en los codos y bajó la mirada para observar aturdido a un diminuto pingüino de poco más de un par de centímetros de altura caminar tambaleante sobre su piel. Carraspeó perplejo y la pequeña ave le picó. Fue un picotazo ligero, casi un mordisco.

—¿Qué…? —Abrió los ojos sobresaltado por el etéreo dolor mezclado con placer que sintió en la ingle.

—Buenas tardes, Bello Durmiente —le saludó la voz de Nuria.

Bajó la mirada asombrado. Ella estaba entre sus piernas, con la cabeza apoyada en su cadera y la melena castaña dispersa entre las sábanas y sus muslos.

Era la imagen más erótica que había visto en toda su vida.

—¿Qué haces? —preguntó, atontado todavía por el sueño.

—Intento despertarte —contestó ella volviendo a morderle con cuidado, esta vez en la base del pene.

Jared jadeó completamente excitado. Su pene se alzaba grueso e imponente, suplicando anhelante un poco de atención.

—¿Qué
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