Capítulo 2

—De verdad discúlpame, es mi primer vuelo y nunca salgo con ella, es mi mejor amiga, solo ella logra quitarme los nervios, pero creo que está vez ha fallado —dice nervioso y yo no comprendo a lo que se refiere.

—Tal vez te diste cuenta que todo puede pasar en el avión y posiblemente tu gato no pueda solucionarlo a menos que vuele, así que puedo comprender tu nerviosismo —respondí tratando de suponer a lo que se refería y él se ríe.

—Realmente lo dije porque jamás me había puesto tan nervioso al estar cerca de una chica, mi gato me ha ayudado mucho con la seguridad en mi mismo, que hasta se podría decir que soy un don Juan —dijo con picardía.

Me reí al entender que el chico estaba ligando conmigo o al menos eso dice internet y Meghan que hacen los humanos para llevar a cabo una aventura o relación.

Notarán que para mí es extraño, ya que nadie se me acercaba con otra intención a menos que sea por algún interés en común.

— ¿Eso te funciona con todas las chicas? —me hago la difícil como me enseñó el amigo internet.

—No lo sé, dímelo tú, eres la primera a la que se lo digo. —Se ríe de sí mismo.

—Vaya don Juan, no me hagas competir con la larga fila que tienes —me burlo y se ríe.

—De acuerdo, me lo merezco por mentiroso y por querer hacerme el interesante, pero no puedes culparme, necesitaba al menos llamar la atención de aquellos ojos tan peculiares poco visto en el mundo —me sonríe.

Ese cumplido me hace sentir una cierta corriente recorrerse por mi cuerpo. Aunque se equivoque, para mí no es atractivo un hombre que tiene una larga fila detrás de él.

—Tan peculiar como tus zapatos —solté sin pensar y él chico mira al suelo—. ¡lo siento! —me retracto.

El pobre solo yo estaba haciendo un halago y yo ni siquiera sé recibirlo o responderlo.

—¡Rayos! Ahora me veo más tonto de lo que ya parecía. —Choca su mano con su frente.

—Si te sirve de consuelo, no te viste tan tonto al ayudarme con el cinturón para ser tu primera vez —dije tratando de que viera el lado bueno.

—Créeme que eso se lo debo a cientos de tutoriales que vi anoche, estaba muy nerviosa que comenzó a ver videos tutoriales y terminé viendo de accidentes también —dice más avergonzado y me hace reír—. ¡Joder! —Frota su frente con sus dedos.

—¿Está todo bien joven? —pregunta una azafata quien checaba los asientos.

—No, disculpe, ¿no tiene otro asiento disponible? Es que ella es alérgica a los gatos. —Me señala y muestra a su gato encerrado en un Kennel.

—No es necesario cambiar de asiento, puede pedirle a alguien que solo lo tenga en sus pies durante el vuelo. —Intento solucionar la situación.

—Oh no podría dejar sola a Ariel, es mi responsabilidad y seguramente está más nerviosa que yo en su primer vuelo —dijo el joven.

—De acuerdo. —Me siento incómodo.

—Sígame por aquí joven —dice la azafata y el chico se levanta.

—Una cosa. —Se inclina hacia mí y me susurra—. A la próxima responde que tú calidad no se compite, eso te vuelve más especial aparte del color hermoso de tus ojos.

Y se va dejándome con la palabra en al boca. Me sentí mal, el chico era agradable y lindo, cabello negro, ojos claros y tez pálida.

La he cagado con mi falta de experiencia con los humanos, pude haber contestado mejor para que no se sintiera rechazado.

Excelente Star, primer chico que muestra interés y haces que se alejan de ti una vez más con tu rareza.

Observa como el chico es guiado a un asiento al otro extremo de la cabina, la azafata se aseguró de que el olor a gato no pegará tan fuerte a mi nariz, me la destapé, pero eso no evitó ciertos estornudos por el pelaje que ya había dejó el gato.

Ni siquiera supe su nombre o él ni sabe el mío, bueno, tal vez nuestro destino era solo encontrarse y no quedarse, haciéndome entender que hay más personas como él que verán mis defectos en virtudes.

Después de casi cuatro horas de vuelo, me bajo del avión con las indicaciones de la azafata. Le escribo a mi mejor amiga que he llegado mientras espero recibir la maleta gracias a una máquina extraña.

Los estornudos vuelven a mí y con facilidad logro saber que es poco el chico se acercaba a mí.

—Espero que no sea tarde para intentarlo de nuevo —dice colocándose a mi lado.

—Pues dile a tu amigo que sus consejos de liga no funcionan —bromee.

No puedo evitar responder de esa manera, no sé que me sucede, es como si estuviera programado a alejar personas.

—Bueno, internet puede ser tu aliado y algunas veces tu enemigo —se pone pensativo—, ahora que me doy cuenta, tal vez sea dependiendo de las páginas en las que entres.

—Pues no será tan llena de conocimientos como internet, pero creo que con ser tú mismo puedes lograr todo, ¿no? —Ladee un poco mi cabeza.

—Si claro, en algunas cosas ya que el sistema te aconseja para ser lo que ellos quieren, pero no para que seas feliz. —Deja el Kennel en el suelo y saca unos lentes de su bolsillo.

—¿Y fingir ser don Juan te iba a ser feliz? —pregunte curiosa.

—No, eso fue un error. —Se avergüenza—. Por eso me cambié de asiento. —Acerca sus labios a mi oído para susurrar—. El gato solo fue una excusa, ni siquiera es mío, es de mi hermanita, vine a traérselo.

Me sentí más confundida aún y creo que él se ha dado cuenta de ello.

—Lo lamento, me comporta como idiota y para el colmo, hui en vez de afrontar. —Suspira y creo lo comprendo.

Yo también me sentiría incómoda si las cosas no salen como quiero, como si hiciera el ridículo y para no seguir cagándola es mejor alejarse.

— ¿Cuál es la verdad de lo poco que hemos hablado? —pregunté y si no es por mi teléfono nos interrumpe, tal vez hubiera escuchado la respuesta.

Meghan ya estaba cerca, veo mi maleta llegando a mi gracias a la maquinita, el sujeto con rapidez y la ruedo.

—Fue un placer, pero ya me tengo que ir. —Me despido y camino para irme.

—Espera, no me sé tú nombre —dice el chico.

Me volteo caminando de espaldas para mirarlo.

—Me llamo Star —respondí con una sonrisa.

—¿Me regalas tu…? —Se interrumpe a sí mismo y me ve con alerta— ¡Cuidado! —Ya era tarde cuando mi espalda choca con alguien.

—¡Joder, ve por dónde caminas! —suena una voz masculina muy malhumorada.

—¡Lo siento! —me volteo muy apenada para mirarlo.

El chico llevaba dos helados y se los he derramando en la camisa. No ha levantado la mirada para verme, pero se veía muy molesto tratando de limpiarse la camisa, no me quiero imaginar cómo tendré el cabello y la espalda.

—Un lo siento no arreglará esto —responde de mal humor.

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