—De verdad discúlpame, es mi primer vuelo y nunca salgo con ella, es mi mejor amiga, solo ella logra quitarme los nervios, pero creo que está vez ha fallado —dice nervioso y yo no comprendo a lo que se refiere.
—Tal vez te diste cuenta que todo puede pasar en el avión y posiblemente tu gato no pueda solucionarlo a menos que vuele, así que puedo comprender tu nerviosismo —respondí tratando de suponer a lo que se refería y él se ríe. —Realmente lo dije porque jamás me había puesto tan nervioso al estar cerca de una chica, mi gato me ha ayudado mucho con la seguridad en mi mismo, que hasta se podría decir que soy un don Juan —dijo con picardía. Me reí al entender que el chico estaba ligando conmigo o al menos eso dice internet y Meghan que hacen los humanos para llevar a cabo una aventura o relación. Notarán que para mí es extraño, ya que nadie se me acercaba con otra intención a menos que sea por algún interés en común. — ¿Eso te funciona con todas las chicas? —me hago la difícil como me enseñó el amigo internet. —No lo sé, dímelo tú, eres la primera a la que se lo digo. —Se ríe de sí mismo. —Vaya don Juan, no me hagas competir con la larga fila que tienes —me burlo y se ríe. —De acuerdo, me lo merezco por mentiroso y por querer hacerme el interesante, pero no puedes culparme, necesitaba al menos llamar la atención de aquellos ojos tan peculiares poco visto en el mundo —me sonríe. Ese cumplido me hace sentir una cierta corriente recorrerse por mi cuerpo. Aunque se equivoque, para mí no es atractivo un hombre que tiene una larga fila detrás de él. —Tan peculiar como tus zapatos —solté sin pensar y él chico mira al suelo—. ¡lo siento! —me retracto. El pobre solo yo estaba haciendo un halago y yo ni siquiera sé recibirlo o responderlo. —¡Rayos! Ahora me veo más tonto de lo que ya parecía. —Choca su mano con su frente. —Si te sirve de consuelo, no te viste tan tonto al ayudarme con el cinturón para ser tu primera vez —dije tratando de que viera el lado bueno. —Créeme que eso se lo debo a cientos de tutoriales que vi anoche, estaba muy nerviosa que comenzó a ver videos tutoriales y terminé viendo de accidentes también —dice más avergonzado y me hace reír—. ¡Joder! —Frota su frente con sus dedos. —¿Está todo bien joven? —pregunta una azafata quien checaba los asientos. —No, disculpe, ¿no tiene otro asiento disponible? Es que ella es alérgica a los gatos. —Me señala y muestra a su gato encerrado en un Kennel. —No es necesario cambiar de asiento, puede pedirle a alguien que solo lo tenga en sus pies durante el vuelo. —Intento solucionar la situación. —Oh no podría dejar sola a Ariel, es mi responsabilidad y seguramente está más nerviosa que yo en su primer vuelo —dijo el joven. —De acuerdo. —Me siento incómodo. —Sígame por aquí joven —dice la azafata y el chico se levanta. —Una cosa. —Se inclina hacia mí y me susurra—. A la próxima responde que tú calidad no se compite, eso te vuelve más especial aparte del color hermoso de tus ojos. Y se va dejándome con la palabra en al boca. Me sentí mal, el chico era agradable y lindo, cabello negro, ojos claros y tez pálida. La he cagado con mi falta de experiencia con los humanos, pude haber contestado mejor para que no se sintiera rechazado. Excelente Star, primer chico que muestra interés y haces que se alejan de ti una vez más con tu rareza. Observa como el chico es guiado a un asiento al otro extremo de la cabina, la azafata se aseguró de que el olor a gato no pegará tan fuerte a mi nariz, me la destapé, pero eso no evitó ciertos estornudos por el pelaje que ya había dejó el gato. Ni siquiera supe su nombre o él ni sabe el mío, bueno, tal vez nuestro destino era solo encontrarse y no quedarse, haciéndome entender que hay más personas como él que verán mis defectos en virtudes. Después de casi cuatro horas de vuelo, me bajo del avión con las indicaciones de la azafata. Le escribo a mi mejor amiga que he llegado mientras espero recibir la maleta gracias a una máquina extraña. Los estornudos vuelven a mí y con facilidad logro saber que es poco el chico se acercaba a mí. —Espero que no sea tarde para intentarlo de nuevo —dice colocándose a mi lado. —Pues dile a tu amigo que sus consejos de liga no funcionan —bromee. No puedo evitar responder de esa manera, no sé que me sucede, es como si estuviera programado a alejar personas. —Bueno, internet puede ser tu aliado y algunas veces tu enemigo —se pone pensativo—, ahora que me doy cuenta, tal vez sea dependiendo de las páginas en las que entres. —Pues no será tan llena de conocimientos como internet, pero creo que con ser tú mismo puedes lograr todo, ¿no? —Ladee un poco mi cabeza. —Si claro, en algunas cosas ya que el sistema te aconseja para ser lo que ellos quieren, pero no para que seas feliz. —Deja el Kennel en el suelo y saca unos lentes de su bolsillo. —¿Y fingir ser don Juan te iba a ser feliz? —pregunte curiosa. —No, eso fue un error. —Se avergüenza—. Por eso me cambié de asiento. —Acerca sus labios a mi oído para susurrar—. El gato solo fue una excusa, ni siquiera es mío, es de mi hermanita, vine a traérselo. Me sentí más confundida aún y creo que él se ha dado cuenta de ello. —Lo lamento, me comporta como idiota y para el colmo, hui en vez de afrontar. —Suspira y creo lo comprendo. Yo también me sentiría incómoda si las cosas no salen como quiero, como si hiciera el ridículo y para no seguir cagándola es mejor alejarse. — ¿Cuál es la verdad de lo poco que hemos hablado? —pregunté y si no es por mi teléfono nos interrumpe, tal vez hubiera escuchado la respuesta. Meghan ya estaba cerca, veo mi maleta llegando a mi gracias a la maquinita, el sujeto con rapidez y la ruedo. —Fue un placer, pero ya me tengo que ir. —Me despido y camino para irme. —Espera, no me sé tú nombre —dice el chico. Me volteo caminando de espaldas para mirarlo. —Me llamo Star —respondí con una sonrisa. —¿Me regalas tu…? —Se interrumpe a sí mismo y me ve con alerta— ¡Cuidado! —Ya era tarde cuando mi espalda choca con alguien. —¡Joder, ve por dónde caminas! —suena una voz masculina muy malhumorada. —¡Lo siento! —me volteo muy apenada para mirarlo. El chico llevaba dos helados y se los he derramando en la camisa. No ha levantado la mirada para verme, pero se veía muy molesto tratando de limpiarse la camisa, no me quiero imaginar cómo tendré el cabello y la espalda. —Un lo siento no arreglará esto —responde de mal humor.—¡Oye, yo también quedé perjudicada! Además, ¿qué hacías que no mirabas hacia delante? Tu pudiste evitarlo, en cambio yo no, ni que tuviera ojos en la espalda —reclame. ¿Cómo es que no pude percibirlo? ¿Tan distraída me tenía aquel chico? —¿Ahora es mi culpa? —Se ofende y suena tan egocéntrico que me choca. —No hay nada que una buena lavada no arregle, nada está perdido amigo. —Llega el otro chico haciéndole ver el lado bueno al malhumorado que tengo al frente. —Y tú ¿quién eres? —Finalmente levanta la mirada. Mostrando frialdad y poca educación. —Me llamo Super Crow, un placer. —Ofrece su mano y el chico ni se molesta en echarle un ojo. —¿Cómo que Super? ¿Qué clase de nombre es ese? No creí que se pudiera usar como nombre. —Lo ve extraño y Super aleja su mano por haber recibido el presionado. —¡Que grosero eres! —Me enojé. —¿Lo dice…? —insinúa arqueando su ceja. —Star Cronin —respondí cruzándome de brazos y el chico queda atónito. -¿Estrella? —Era como si estuviera en shock
—No —dijo autoritario. —¿Y por qué no? —Me cruzo de brazos algo molesto. —No voy a permitir que hables con extraños —imitando mi pose. —No seas molesto Ross, hace rato hasta dijiste que lo podrías llevar a casa por ser amigo de Star y ahora te resulta un extraño, eso no tiene sentido —me defiende Meghan. —Y que ni se le ocurre hacerte daño, no le conviene —amenaza— y tu tampoco a él, hay chicos mejores. — ¿Quién lo aconseja? ¿Él mujeriego que llevas dentro? —dijo Meghan. —¡Jódete Meghan! —Rompe el papelito frente a nuestras narices y deja caer los pedazos en el suelo—. Vayamos a casa. Cierra el maletero y se dirige a la puerta del piloto. — ¿Qué le sucede? —le preguntó a mi amiga. —No lo sé, siempre se ha comportado extraño, no me sorprende la verdad. —No le da importancia y camina hacia la puerta del copiloto. Yo también camino hacia la puerta trasera del copiloto y la abro, pero antes de subirme, algo me distrae, el movimiento de Ross quitándose la camisa y dejando ver aque
Mientras que Meghan entró a su hogar como si nada haciéndoles creer a sus padres que solo había salido a comprar chucherías, por lo que puedo entender el porque le pidió tantas cosas a Ross antes de bajarse a comprar en la farmacia. Según Ross, nadie entraba mucho al garaje y tampoco es que íbamos a estar mucho tiempo ahí. —Muy bien estrellita, hora de irnos —dice Ross entrando al garaje lanzándome un casco y con rapidez lo atajo— solo tengo uno, así que pontelo para que nadie te vea. — Debes tener dos por si acaso —le informe en forma de seguridad. —Nunca lo necesito, siempre anduve solo —se encoge de hombros. — ¿Entonces nunca llevas a nadie aquí? —Apoyo mi trasero en su moto. Se acerca peligrosamente a mi y eso me confunde. —Las he llevado al cielo sobre la moto, pero jamás a su casa, por eso tengo un solo casco, para tener la excusa de que sin uno extra no puedo llevarlas a casa por seguridad —se detiene frente a mí quedando a solo centímetros. —Eso quiere decir que has ten
—Seguramente debes tener problemas de olfato, es un olor difícil de olvidar, creo que hasta reconocible, pero no recuerdo de dónde —dice otro chico. —Lo lamento, ya saben cómo soy. —Se encoge de hombros. —Hoy la facultad tendrá una fiesta, ¿vendrás? —pregunta la chica que lo había besado. —Solo si ti vas —coquetea él. No sé porque eso me ha hecho sentir mal, muy enojada, tanto que comencé a botar humo por nariz, decidí respirar y calmarme, lo último que quiero es llamar la atención y además arruinarle el sueño a Ross por haber trabajado tanto en este taller. —Perfecto, entonces vámonos. —Toma su mano y lo hala, pero él no se deja. —Luego los alcanzo, debo terminar unos asuntos. —¿Necesitas ayuda? —ofrece la chica de forma muy sensual. —No ese tipo de ayuda Chloe, gracias. —La aparta. —Bueno bro, nos vemos en la fiesta. —Se despiden sus amigos convirtiéndose en lobos y yéndose. —¿Estás seguro? —insiste la Chloe. —Muy seguro. La chica besa sus labios y él los recibe, luego se
—¡Al diablo las reglas! Después de tantos intentos, por fin pudimos tener una bebé y ahora la quieren muerta, no lo permitiré, lucharemos por ella y por esta manada, ella es una de nosotros y pelearemos por ella —exige mi madre y se debilita, papá con suerte la sostiene con rapidez. —Recuerda que estas enferma Nina —él se sentía mal. —Mami… —interrumpo y ambos me miran. —Star —dicen al unisono sorprendidos. —¿Cuánto tiempo llevas ahí? —me pregunta papá y siento temor. —No mucho —respondí con timidez. —¿Escuchaste algo de lo que… —mamá lo interrumpe. —Mack, déjala, es una niña —No se que haría sin mamá. No es que papá me trate mal, solo que es muy estricto, él jugaba mucho conmigo hasta que mamá volvió a presentar los síntomas de su enfermedad. Ellos no me lo han querido contar, pero son los jefes de la manada, mi padre es el alfa y mamá es la beta, tienen historias juntos y la cuentan en la escuela nocturna, en el día voy a clases de los humanos y de noche a la escuela de lobo
—Desde que arrancaste la flor Mack, su pequeña isla se marchito, aún no sabemos que pudo haber sido, tal vez la arrancaste mal o tal vez era la última, eso no lo sabemos ya que desde la guerra con los demonios envenenaron nuestras tierras, ella se salvó gracias a la isla en la que estaba, ya que extrañamente su tierra no conectaba con la nuestra, posiblemente sea gracias al río que la rodeaba que esté también estaba lleno de poder bendecido por los dioses, pero este ahora se encuentra seco. —Lo lamento, no lo sabía, el dios Sam dijo que habían muchas y que no les iba a importar si me llevaba una, creí que ustedes también tuvieron que pelear con los demonios. —No fue fácil, pero lo logramos, sin embargo, tuvimos muchas pérdidas. —Lo siento tanto… creí que la flor era tan fuerte como para vencer al mal. —Solo cuando es consumida, cuando es una planta, es débil y sencilla de matar, de igual forma, no podían contra ellas, solo que cada demonio puso de su parte para que están murier
Ella se ve bastante nerviosa y yo sigo esperando que me responda. —Claro Star, el tiempo que estuviste lejos, eso fue un sacrificio como para que vengas a morir —se excusa y luego lo recuerdo. Tenía razón, su familia sacrificó demasiado para llevarme lejos por órdenes de mi padre ya que este no me quería ver desde que maté a mamá. No tuvo las bolas de llevarme él mismo porque estaba enojado conmigo. —Lo siento. —Baje mi mirada—. No tengo muchos recuerdos de lo que sucedió. —Es porque fue tan traumático que tal vez tu mente este bloqueando esos recuerdos. —Me abraza. Posiblemente sea adrede, ya que quiero fingir por un momento que nada de lo que paso es mi culpa. —Lo siento. —¿Por tu olor? Trataré de tolerarlo. —Se separa tapándose la nariz y haciéndome reír. Eso significa que lo va a aceptar. —Llevaré conmigo las pastillas. —Eso no va a funcionar por mucho tiempo, creo que deberás tener inyecciones, además, debes quitártelo en algún momento porque o si no los anti
—Para eso hay un vigía, la idea es ser libre y en tal caso de que se acerque un humano, pues nos transformamos en humanos y todo se verá como adolescentes haciendo travesuras, pero normalmente estamos transformados en humanos para este tipo de fiestas. —¿Y los padres? —Creen que estamos vigilando el bosque mientras nos acompañamos, como si fuera una especie de pijama —se ríe mientras nos adentramos al bosque. —¿Alguna vez se le ha unido humanos? —Nop, ni nos unimos a las fiestas de los humanos tampoco por seguridad. —¿A qué te refieres con seguridad? Tampoco que nos transformemos de forma irresponsable. —La verdad es que no lo sé, pero así lo decidió tu padre, de igual forma no nos llevamos muy bien. —Comprendo, una cosa es camuflarnos entre ellos y otra familiarizar. —Exacto, además, ya que somos muchos, ya hemos creado nuestro grupo en la escuela, así que no estamos solos ni con necesidad de hacer amistad con los humanos. Aquí tuvieron suerte, donde vivo soy la única adolesc