Mientras que Meghan entró a su hogar como si nada haciéndoles creer a sus padres que solo había salido a comprar chucherías, por lo que puedo entender el porque le pidió tantas cosas a Ross antes de bajarse a comprar en la farmacia.
Según Ross, nadie entraba mucho al garaje y tampoco es que íbamos a estar mucho tiempo ahí. —Muy bien estrellita, hora de irnos —dice Ross entrando al garaje lanzándome un casco y con rapidez lo atajo— solo tengo uno, así que pontelo para que nadie te vea. — Debes tener dos por si acaso —le informe en forma de seguridad. —Nunca lo necesito, siempre anduve solo —se encoge de hombros. — ¿Entonces nunca llevas a nadie aquí? —Apoyo mi trasero en su moto. Se acerca peligrosamente a mi y eso me confunde. —Las he llevado al cielo sobre la moto, pero jamás a su casa, por eso tengo un solo casco, para tener la excusa de que sin uno extra no puedo llevarlas a casa por seguridad —se detiene frente a mí quedando a solo centímetros. —Eso quiere decir que has tenido sexo con ellas sobre la moto, ¿cómo es eso posible? —No logro imaginármelo. —Para mi nada es imposible, ¿quieres que te muestre como? —Se muere en labios con provocación. —Uy no, que asco. —Le hago una mueca de asco. —Ambos sabemos que sería todo lo contrario —se inclina acercando más sus labios. Yo cierro mis ojos con fuerza, preparándome para mí primer beso, pero él solo se ríe haciéndome abrir los ojos. —Vamos, tenemos que ocultarte y yo necesito colocarme una camisa nueva —me hace a un lado para subirse a su moto. —No subiré ahí donde has tenido sexo —protesto. —¿Por qué no? Está más que desinfectado, lo limpio a diario ya que a veces queda el olor y no quisiera que mi chica notara eso, ella si que tiene un olfato muy sensible —dice divertido. —¡¿Tienes novia?! —me sorprendo. —Es complicado… ¿subirás o no? —me pregunta y yo me niego— oh vamos estrellita, los tíos en algún momento entrarán y te verán, debemos irnos. —Me iré caminando. —Me coloco el caso—. Así nadie notará que soy yo. —Pueden olerte igual, la idea es ir rápido estrellita. —No me digas así —me irrito. —¡Oye, tranquila! —alza sus manos a la defensiva— siempre te dije así, ¿lo recuerdas? -No. —Súbete —suspira—, por favor estrellita, solo tienes dos opciones, subirte sobre mí y no poder tocar a lo que sea que te dé asco o subirte detrás de mí tocando aquello que te da asco. —Ya quisieras tu que me suba sobre ti —resoplo mi nariz. —Solo me gusta bromear y coquetear por diversión, pero jamás quisiera que estuvieras sobre mí, eres la hija del jefe —explica nuevamente. —Y mi maleta? No la bajeste del auto —le recuerdo y maldice para sí mismo. —Cierto, ya vuelvo. —Se baja la moto dejando las llaves en ellas. No sé porque, pero algo loco se me acaba de ocurrir, me subí a la moto, la encendí y arranque en ella. Salí del garaje pasando por al lado de Ross. —¡No, no, no! ¡Estrellita regresa, no sabes dónde vivo! —Logro escuchar de él, pero no preste atención. Por supuesto que sabía en dónde vivía. Sabía que Ross vivía en una cabaña fuera de la ciudad, así que tome camino hacia el bosque por la carretera, pude presentar pisadas entre el bosque, seguramente era la manada vigilando. Será muy difícil ocultarme, entre lobos nos reconocemos a lo lejos por el olor, lo más probable es que ya supieran de mí desde que pise Grecia al bajar del avión. Puedo escucharlos murmurando y preguntándose quién soy entre el bosque. Y también lo siento a él, me estaba persiguiendo, lo sabía. Llego a la cabaña y freno de golpe cuando se atraviesa en mi camino Ross, estaba convertido en lobo, su pelaje era entre pelirrojo en la parte superior y blanco en la parte inferior, llevaba mi maleta es su espalda como si fuera una mochila y su tamaño era el triple del mío. Somos más grandes que los humanos, casi del tamaño de unos osos. —¡Estás loca! —Me reclamo cuando se convierte en humano—. Ahora todos buscan tu olor y los atraerás aquí. —No veo la diferencia —ruedo mis ojos. —Mi olor podría haberte cubierto estrellita, entiende eso, no me hagas esto más difícil —se vio un tanto molesto. Yo me baje de la moto y solo la arrastré hasta el taller de Ross. —No creí que supieras dónde vivo, ¿acaso me acosabas de pequeña? No creí que tú amor era obsesivo —me persigue mientras se burla. —Jamás olvidaré cuando me recataste ese día y me trajiste aquí, tengo vagos recuerdos de lo que pasó, pero no he podido olvidar cuando me trajiste aquí y me consolaste —confesé dejándolo sin palabras. —Puedes recordar eso, pero no recuerdas que siempre te decía estrellita —lo encuentra increíble y hasta yo también lo encuentro así. —No te sorprendas, aún hay cosas extrañas en mí —me sentí mal. — ¿Cómo que extrañas? Siempre fuiste virtuosa —me detengo, me quito el caso y lo veo. —Creí que todos me odiaban y que por esa razón me desterraron para no matarme. Él también se detuvo y me miro, iba a llorar, pero me estaba conteniendo. —Ay estrellita. —Me abraza con rapidez y me acaricia el cabello—. Yo jamás te odiaría, lo que pasó aquella vez no fue tu culpa, yo… —Se interrumpe a sí mismo—. Aquí vienen, escóndete. Corremos juntos al taller y yo adentro en él junto con mi maleta, Ross cierra la puerta y me susurra del otro lado de que no haga ningún otro ruido. Veo a mi alrededor detallando su taller, a Ross le encantaba esculpir madera, era bastante bueno, pero poco valorado por la familia y manada, ya que nuestro negocio familiar o de la manada, es la carne, tenemos carnicerías mundiales, con diferentes nombres, pero somos uno solo. Normalmente es carne de animales que cazamos en el bosque, Ross no es muy fanático de la caza, se podría decir que hasta es vegetariano, ¿extraño, no? Un lobo vegetariano, solo como pescado para no perder proteína, ya que su cuerpo lo necesita para la fuerza. Aunque no sé si eso ha cambiado también. Escucho pisadas, más que antes, milagrosamente el taller tiene un hoyo donde yo podía ver hacia ellos, pero estoy segura que ellos no pudieron verme, así que me puse a espiar. Además de Ross, habían seis lobos en total que se habían detenido al frente de él, estos lobos se convierten en humanos dejándose ver a cuatro chicos y dos chicas, no logro ver bien como para detallarles su físico, pero sé que una de ellas se Acerca a Ross para dejarle un beso salvaje en los labios, por lo que deduje que ella es su asunto complicado. —¡Oye hermano! Detectamos un olor bastante extraño y nos trajo hasta aquí, ¿no has visto algo que tenga que ver con eso? —pregunta uno de los chicos. —Realmente no, pero ¿qué tan extraño es? —responde Ross.—Seguramente debes tener problemas de olfato, es un olor difícil de olvidar, creo que hasta reconocible, pero no recuerdo de dónde —dice otro chico. —Lo lamento, ya saben cómo soy. —Se encoge de hombros. —Hoy la facultad tendrá una fiesta, ¿vendrás? —pregunta la chica que lo había besado. —Solo si ti vas —coquetea él. No sé porque eso me ha hecho sentir mal, muy enojada, tanto que comencé a botar humo por nariz, decidí respirar y calmarme, lo último que quiero es llamar la atención y además arruinarle el sueño a Ross por haber trabajado tanto en este taller. —Perfecto, entonces vámonos. —Toma su mano y lo hala, pero él no se deja. —Luego los alcanzo, debo terminar unos asuntos. —¿Necesitas ayuda? —ofrece la chica de forma muy sensual. —No ese tipo de ayuda Chloe, gracias. —La aparta. —Bueno bro, nos vemos en la fiesta. —Se despiden sus amigos convirtiéndose en lobos y yéndose. —¿Estás seguro? —insiste la Chloe. —Muy seguro. La chica besa sus labios y él los recibe, luego se
—¡Al diablo las reglas! Después de tantos intentos, por fin pudimos tener una bebé y ahora la quieren muerta, no lo permitiré, lucharemos por ella y por esta manada, ella es una de nosotros y pelearemos por ella —exige mi madre y se debilita, papá con suerte la sostiene con rapidez. —Recuerda que estas enferma Nina —él se sentía mal. —Mami… —interrumpo y ambos me miran. —Star —dicen al unisono sorprendidos. —¿Cuánto tiempo llevas ahí? —me pregunta papá y siento temor. —No mucho —respondí con timidez. —¿Escuchaste algo de lo que… —mamá lo interrumpe. —Mack, déjala, es una niña —No se que haría sin mamá. No es que papá me trate mal, solo que es muy estricto, él jugaba mucho conmigo hasta que mamá volvió a presentar los síntomas de su enfermedad. Ellos no me lo han querido contar, pero son los jefes de la manada, mi padre es el alfa y mamá es la beta, tienen historias juntos y la cuentan en la escuela nocturna, en el día voy a clases de los humanos y de noche a la escuela de lobo
—Desde que arrancaste la flor Mack, su pequeña isla se marchito, aún no sabemos que pudo haber sido, tal vez la arrancaste mal o tal vez era la última, eso no lo sabemos ya que desde la guerra con los demonios envenenaron nuestras tierras, ella se salvó gracias a la isla en la que estaba, ya que extrañamente su tierra no conectaba con la nuestra, posiblemente sea gracias al río que la rodeaba que esté también estaba lleno de poder bendecido por los dioses, pero este ahora se encuentra seco. —Lo lamento, no lo sabía, el dios Sam dijo que habían muchas y que no les iba a importar si me llevaba una, creí que ustedes también tuvieron que pelear con los demonios. —No fue fácil, pero lo logramos, sin embargo, tuvimos muchas pérdidas. —Lo siento tanto… creí que la flor era tan fuerte como para vencer al mal. —Solo cuando es consumida, cuando es una planta, es débil y sencilla de matar, de igual forma, no podían contra ellas, solo que cada demonio puso de su parte para que están murier
Ella se ve bastante nerviosa y yo sigo esperando que me responda. —Claro Star, el tiempo que estuviste lejos, eso fue un sacrificio como para que vengas a morir —se excusa y luego lo recuerdo. Tenía razón, su familia sacrificó demasiado para llevarme lejos por órdenes de mi padre ya que este no me quería ver desde que maté a mamá. No tuvo las bolas de llevarme él mismo porque estaba enojado conmigo. —Lo siento. —Baje mi mirada—. No tengo muchos recuerdos de lo que sucedió. —Es porque fue tan traumático que tal vez tu mente este bloqueando esos recuerdos. —Me abraza. Posiblemente sea adrede, ya que quiero fingir por un momento que nada de lo que paso es mi culpa. —Lo siento. —¿Por tu olor? Trataré de tolerarlo. —Se separa tapándose la nariz y haciéndome reír. Eso significa que lo va a aceptar. —Llevaré conmigo las pastillas. —Eso no va a funcionar por mucho tiempo, creo que deberás tener inyecciones, además, debes quitártelo en algún momento porque o si no los anti
—Para eso hay un vigía, la idea es ser libre y en tal caso de que se acerque un humano, pues nos transformamos en humanos y todo se verá como adolescentes haciendo travesuras, pero normalmente estamos transformados en humanos para este tipo de fiestas. —¿Y los padres? —Creen que estamos vigilando el bosque mientras nos acompañamos, como si fuera una especie de pijama —se ríe mientras nos adentramos al bosque. —¿Alguna vez se le ha unido humanos? —Nop, ni nos unimos a las fiestas de los humanos tampoco por seguridad. —¿A qué te refieres con seguridad? Tampoco que nos transformemos de forma irresponsable. —La verdad es que no lo sé, pero así lo decidió tu padre, de igual forma no nos llevamos muy bien. —Comprendo, una cosa es camuflarnos entre ellos y otra familiarizar. —Exacto, además, ya que somos muchos, ya hemos creado nuestro grupo en la escuela, así que no estamos solos ni con necesidad de hacer amistad con los humanos. Aquí tuvieron suerte, donde vivo soy la única adolesc
—Por supuesto que no princesa —me sorprende que aún siga vivo, así que lo abracé. —Claro que sí, me la quise dar de ruda y enfrentar los he sea que tuviéramos en frente en vez de llamar a la manada, papá me va a regañar, pues para eso es el aullido, para comunicar en tal caso de estar lejos de la manada, yo pude haber evitado que esto te sucediera. —Seguí llorando sintiéndome como estúpida. —Eres muy pequeña como para actuar de esa manera. —Para eso fuimos criados Gendu, para actuar con madurez, los inmaduros solo generan accidentes. —Lo importante es que siempre encuentres una solución. —Gendu lo siento. —Nada de lo que diga hará que me sienta mejor. —Estaré bien. —Estas agonizando, no puedes mentirme, sabes que podemos olerlo. —Lo sé, no es tan ventajoso para mí. —Cuando tu familia se enteré seguramente me odiara y querrá venir a matarme, lo aceptaré porque me lo merezco. —Yo no tengo familia Star, ser guardián es muy riesgoso, así que entrenan a huérfanos para se
—Y creo que al recordarlos, hago una especie de sobre carga, porque me agota la energía como no tienes idea y no se porque, yo no fuerzo esos recuerdos, vienen a mí con cada paso que doy desde que estoy aquí. —Ya estamos cerca de la fiesta, pero te puedo regresar si quieres. —No, está bien, solo beberé algo de agua y nos vamos si, tendré que disfrutar de la fiesta otro día. —¿Y que harás si vuelves a tener otro recuerdo? —No lo sé. Seguí el camino, guiándome por el sonido de la música. —Pues no Star, nos vamos. —Me sujeta el brazo y yo me enojo. —¿Qué te pasa? Estás muy sobre protectora. —¿Acaso no es obvio? No quiero volver a perderte. —Se enoja. Y reaccione, tal vez estaba siendo egoísta. —Solo beberé agua y nos iremos. Ella termina aceptando y seguimos caminando. ¿Tan traumático es que te alejen de tu mejor amiga? Claro, ella y yo nos entendíamos en todo, yo era como si alfa y ella mi beta, aunque muy dependiente. Llegamos a la fiesta cerca del lago, había
—De la escuela. —Será de una escuela de bomberos porque está que arde —Rocky se une a la conversación apoyando su brazo alrededor de mí. —Mas respeto por la nueva idiota —reclama Meg enojada. Sé que ella siente un flechazo por mi mejor amigo, pero él no es serio, así que lo tengo amenazado para que se aleje de ella. —¿Vas a permitir que tu prima me hable así? —finge estar ofendido, ya que repito, él no es serio para absolutamente nada. —No veo que no haya dicho algo que no sea mentira —bromee y él me miró mal, fingiendo una risa. —Que gracioso —rueda sus ojos y mi prima se ríe. Me encanta cuando sonríe, quiero lo mejor para ella. Rocky con cierto descaro se come a mi prima con la mirada y está siente vergüenza, que imbécil, no se cómo aún es mi amigo. —Idiota. —Le golpeo en la nuca. —Perdón, pero mirar no es un pecado —se excusa. —¿Solo viniste a comerte con la mirada a mi prima y a su amiga que primera vez que veo? —Lo mire extrañado. —De hecho, te vine a avisar