Capítulo 182
César salió del baño, secándose el cabello, aún mojado.

—¿Qué es lo que buscas?

Lorena se levantó, diciendo en tono serio:

—¿Dónde está mi celular? Salí con prisa, necesito enviarle un mensaje a Marina, si no puede contactarme se va a preocupar.

—Yo le enviaré el mensaje. Después de enviarlo, puedes seguir con el teléfono. No cambiaré mi identidad aquí en Rumelia, y mucho menos con los guardaespaldas que vinieron conmigo.

Esos cuatro guardaespaldas no se separaron de ella ni un centímetro, siguiendo el avión hasta Rumelia. Además, César había traído a más de diez guardaespaldas, y su habitación estaba rodeada por ellos.

¿Qué más podría preocuparle?

César bajó la mirada, continuó secándose el cabello, y su voz sonó pesada.

—Yo mismo le mandaré el mensaje. Cuando regrese del viaje, te devolveré el teléfono.

—No me lo pidas antes, no te lo voy a dar.

Lorena se quedó parada al pie de la cama, con el cabello cubriéndole parte de la cara.

Se veía aislada y solitaria. Parecía como si el mund
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