Un recuerdo fugaz.

Respiro hondo y miro al piso avergonzada luego del desaire de mi esposo . Entonces ruego con todas mis fuerzas que mis hermanos se compadezcan de mí y vengan en mi rescate. Miro hasta donde están tratando de persuadirlos con mi mirada y parecen más pendientes de sus telefonos que de mí. Ni siquiera papá estuvo presente y eso estruja mi corazón. Seguramente no fue capaz de presenciar un espectáculo tan ruin. Julián se aparta de mi y vuelve a su teléfono. Parece discutir con alguien o tal vez solo está muy estresado con todo esto.

—Felicidades señora Laura —Empiezan a acercarse los invitados cuando él se aleja, parecen temer acercarsele. Claro, su gesto agrio asusta a cualquiera. La abuela Leonor también se acerca.

—Cariño… ¡Estás preciosa!—dice con mirada cristalizada y una sonrisa muy afectuosa.

—Gracias abuela Leonor, usted es muy amable. Se lo agradezco—digo mientras ella toma mi mano y le da un leve apretón manifestándome todo su apoyo.

—No confundas amabilidad con sinceridad cariño. Sabes que te quiero demasiado , eres como la hija que nunca pude tener… pero en verdad creo que luces hermosa. ¡Ese malagradecido de Julián! ¿ Cómo se atreve a ser tan tosco? Estoy tan decepcionada de él—dice y muerdo mi labio muy conmovida. Le sonrío triste y muy agradecida. Este día sería mucho peor si no fuera por sus palabras tan reconfortantes y consideradas.

—Me odia, no puede disimular su desagrado… si tan solo me creyera abuela Leonor —digo y suspiro. Ella sonríe comprensiva.

—Lo hará. Tarde o temprano hija mía, ahora, quítate esa máscara, tu belleza no debiera ser ocultada, felicidades hija mía, oh, como estoy de emocionada porque por fin lleves nuestro apellido. Por fin alguien que estoy segura será una digna Graham—dice. Entonces miro a mi esposo quien ha terminado la llamada y permanece con sus manos en sus bolsillos en pose arrogante. Está allí parado, frío y distante. Escuchando cada palabra de la abuela , puedo ver cómo sus venas se inflaman pero no dice nada. Suspiro triste ante su frialdad. Él mira su reloj y parece querer salir corriendo. Todo su gesto es de fastidio e impaciencia. La abuela se acerca a él , lo abraza y le dice algo al oído. Él respira hondo disimulando su enojo. Entonces por fin es capaz de articular palabra.

_¡ Escuchen todos! ¡ La ceremonia acabó! Pueden irse, no habrá fiesta así que ya no tienen que permanecer aquí … —En ese instante me mira. —El teatro acabó—dice con desdén y esta última frase , aunque la dijo muy bajo, no lo fue tanto como para que mis oídos no lo capten. Muerdo mi labio muy avergonzada. Entonces me atrevo a mirarlo con reproche al oír el murmullo de todos. Fue una total falta de educación echarlos de ese modo.

—¿ Que haces Julián? Esto es totalmente inaceptable. Discúlpate ya con todos, es tu boda, por Dios, deberías al menos fingir y tratar de sonreír, los invitados murmuran, dicen que esto parece un velorio y no una boda, no esperaba esto de tí —dice la abuela Leonor enfrentándolo. Él suspira y entonces su gesto se endurece.

—No te metas abuela, déjame decidir por mi mismo aunque sea por esta m*****a vez—dice y mira a los presentes. —¿ De verdad crees que tengo motivos para sonreír? sabes perfectamente qué está boda no es por amor, sino... — suelta aire y el pasa su mano por su cabello muy fastidiado. Abrí mi boca impactada, nunca antes lo oí tratar así a su abuela—Tengo asuntos que atender, no pueden esperar , ¡váyanse de una vez!—dice con tono hostil. Siento como todo mi ser tiembla y mi estómago se revuelve. Me siento impotente por sus palabras que logran afectar mis emociones, aprieto mi puño tratando de darme fuerzas mientras inhalo y exhalo una y otra vez. La abuela hace una negación. Entonces su mirada es suficiente para saber que no está dispuesta a tolerar su conducta tan desconsiderada. Camina hasta él y mi corazón se acelera pues no quiero que se confronten, no por mi culpa, enseguida Lucrecia corre hasta ella interponiéndose entre ambos.

—Abuela, no lo avergüences más, suficiente tiene con casarse con ella… además, él está en su derecho, ama a Britney , no a Laura, sepan todos que esta mujer es una ase…—La abuela no la deja seguir y cubre su boca rápidamente.

— Pero ¿ Quien te has creído Lucrecia para hablarme así y darme órdenes? ¿Quien te crees para tratar de arruinar este día?Agradece que ante todo soy una dama, que aprecié mucho a tu difunto padre y por eso te soporto, no voy a rebajarme dándote la bofetada que te mereces, aquí ante todos Pero, jamás vuelvas a mencionar a esa mujer frente a mí. Ella era como tú, por eso la defiendes tanto. Es la boda de mi nieto y de mi querida Laura. Ahórrate tus palabras las cuales no te pedí, ahora vete , aquí no haces falta —Ella abre su boca y su gesto es muy rabioso. Me mira luego con ira, parece querer matarme con su mirada.

—Ah, ya basta de perder el tiempo , no pienso seguir oyendo tus insultos contra ella abuela—suelta Julián, enseguida abandona el lugar dejándome allí botada. Camina hasta la puerta y todos empiezan a murmurar. Ya no puedo subir mi mirada. Solo miro mis manos frías , sobre mis piernas mientras las froto con impaciencia.

—¡ Señor! Por favor—oigo a mis hermanos gritarle. Pero él los ignora y ellos caminan hasta mi.

—¡ Eres una incompetente Laura! No eres capaz de retener a tu marido a tu lado ni un segundo. ¿ Cómo lo dejaste ir? Tu tarea es convencerlo de que eres inocente pero cada vez que hablas lo arruinas —Sus miradas me hacen erizar. Parece que ahora me odian porque su seguridad financiera podría peligrar si no hago algo más para que Julián no nos mire como una familia denigrante. Su odio podría alcanzarlos y es lo único que les importa.

—¡ Eres una vergüenza para nuestra familia!—dice Luciano y se va, Andrés lo sigue como perro faldero. La cara se me cae de vergüenza por toda esta situación. Enseguida me quito la máscara y no puedo evitar llorar impotente. Los invitados se van marchando, puedo sentir sus miradas de pena sobre mí. Me miran como si yo fuera un pobre perro desvalido. Lucrecia corre soltando una risa victoriosa tras Julián sin importarle nada. Entonces miro a la abuela Leonor que luce muy indignada y se sopla aire de modo inquieto con el abanico. Cuando mira a todos irse toma la palabra.

—¡ Esperen! No se vayan todavía, les ofrezco mis disculpas por la actuación de mi nieto. Él está confundido, esta mujer a quien considero una nieta no es culpable de lo que él cree, es tan inocente como un indefenso cachorro, estoy segura de eso—dice. Entonces finalmente nos quedamos solas. Ella se sienta y la miro respirar hondo. Cómo conteniendo el aliento. Temo por su salud. Es una mujer mayor y no me perdonaría que le diera un ataque. De pronto una visión parece ocurrirme, un recuerdo fugaz de lo que sucedió esa noche, mi cabeza duele mucho y miro a la abuela con gesto aterrado mientras mis labios tiemblan sin control presintiendo algo muy terrible.

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