Miro la hora en mi reloj de pulsera y apenas son las nueve de la mañana. Así que decido ir a la cocina en busca de algo para comer. Abro el refrigerador y tomo un poco de leche, luego busco unas rebanadas de pan y me preparo un sándwich. Con mi vaso lleno de leche y mi sandwich me siento en la mesa de la cocina dispuesta a desayunar. El hambre hace sonar mi estómago. —Señora, ¿ Por qué está comiendo en la cocina como si fuera una empleada?—dice Amparo entrando y sorprendiéndose. —¿ Cuál es el problema Amparo? Además, aquí o allá da igual para mí. —Le pido me disculpe por no haberla llamado a desayunar. Lo iba a hacer pero el señor me dijo que usted estaba indispuesta y no bajaría a comer. —¿ Eso dijo? Que mentiroso—susurro esto último. Ella enseguida me sirve café. Le agradezco y termino de comer. Entonces decido dar una vuelta por los jardines.Mientras camino por los jardines, el suave murmullo de la brisa acaricia mi rostro, entonces consigo algo de alivio. Cierro los ojos por
El día avanza y no se más de Julián. Por mi mente pasan tantas posibilidades. ¿Por qué tienen que estar juntos? No es justo que Julián se comporte así conmigo. Entonces la abuela Leonor pasa a verme. —¿ Por qué estás en esta habitación de huéspedes Laura? Amparo me dijo dónde encontrarte. —Tu nieto lo decidió abuela Leonor. Sabes cómo es. No puedo hacer nada para hacerlo cambiar de opinión. Es demasiado terco—Me incorporo para sentarme. Ella se acerca. Entonces mira un vestido negro sobre la cama y unos zapatos en punta sobre el sillón.—Mi nieto es muy terco, si. Pero conmigo no va a poder, tú volverás a la habitación matrimonial. Le guste o no—hace una pausa. —¿ Acaso vas a salir?—Entonces titubeo. Julián me tiene prohibido salir y no deseo que la abuela Leonor crea que soy altanera. —Es que… —Me parece magnífico que lo hagas—dice. Realmente yo deseo salir y contradecirlo. Si él no me considera , no tengo porque hacerlo yo. La abuela Leonor sonríe cómplice. —Supe por Amparo que
—Ya siéntate —Luciano me toma del brazo y me hace sentar con brusquedad también mostrándose muy interesado en ese collar. —La siguiente pieza tiene un valor de un millón cien mil. ¿ Quien desea obtener está hermosa joya de perlas cultivadas del hermoso océano pacifico? Fue anteriormente propiedad de la reina Micaela y luego la usó por tres generaciones una familia de condes muy importante —dice. Enseguida miro que Julián levanta la mano. —Un millón cien mil a la una, un millón cien mil a las dos. —Ese fanfarrón no me va a quitar esa joya, lucirá genial en el cuello de mi novia—dice mi hermano y enseguida puja por ella. —Un millón quinientos mil—dice con total atrevimiento. Abro mis ojos molesta y trato de persuadirlo. —Es demasiado Luciano. Vas a arruinar la empresa otra vez—Le susurro molesta. Enseguida Julián voltea para ver quién está pujando más que él y se da cuenta de mi presencia. Mi semblante decae y mi hermano ríe con malicia. —¿ Cómo te ha quedado el ojo infeliz?—susur
Narrador. Julián recibe una llamada mientras mira al auto alejarse. Respira hondo y la toma. «Tienes que saber esto , Julian. La señora Beth me dijo hace un momento que un hombre estaba siguiéndo a Britney pocos días antes de que pasara la tragedia, ¿ No te parece curioso?» Julián se muestra desconcertado. « Es extraño que Britney nunca me dijera nada de eso , Lucrecia, estoy seguro de que lo hubiera hecho »dice sintiendo como la sangre en su cien hierve al oír aquello. Eso es la confirmación de que fue algo premeditado. Pero ¿ Por qué Britney no se lo comentó?« Tal vez prefirió no atormentarte con sus problemas, pero, ¿ No crees que es una excelente noticia? Si atrapan a ese sujeto, confesará y tu esposa podrá ser condenada y finalmente pagar por lo que hizo»« Es mejor que no saques conclusiones precipitadas, lucrecia» en el fondo Julián quiere que Laura sea inocente. Muy en el fondo quisiera creer en su versión. Empezaba a verla con otros ojos cuando nada de esto pasaba a
Voy a asomarme dudosa pues aún es temprano y tal vez en realidad no lo sea. Quizás solo sea alguien de la servidumbre. Entonces me percato que si, es Julián. Salgo de mi habitación rabiosa y corro hasta alcanzarlo a mitad de la escalera. —¡ Julián!— Él se detiene y al verme hace un gesto fastidiado y continua su camino. Acelero el paso y lo alcanzo tomándolo con rapidez de su brazo. —¿ Que te pasa? —Se safa de mi agarre mientras me mira con desdén. —¿ Por qué me impides salir? Tengo derechos Julián. Necesito ir a una consulta médica y además quiero ver a mi padre. —¿ Crees que me interesan tus derechos Laura? No tienes ningún derecho en esta casa. Ahora, dejame continuar. —¿ Cómo que no tengo derechos? Claro, tu si puedes ir y venir. Por favor, deja ya ese odio, quiero salir, déjame hacerlo—Le suplico pero al intentar tomar su brazo el se suelta con brusquedad y pierdo el equilibrio cayendo por las escaleras. Afortunadamente no habíamos subido suficientes escalones como para cau
Julián. Cuando Laura rodó por las escaleras por mi culpa , experimenté una sensación extraña. Quise correr y sostenerla, debo reconocer que sentí mucho miedo de que esa caída fuera fatal. Reconozco que me desesperé y mientras conducía de regreso a casa con ella , herida pero calmada, tuve remordimientos, sin embargo me repetí que no puedo ser débil y debía castigarla. Recordé una conversación que tuve con Britney, me había confesado una tarde antes de su muerte que estaba embarazada. Flashback. —¿ Es en serio? ¿ Mi amor, no me estás mintiendo?—Le pregunté con mi mirada cristalizada. Era lo que siempre soñé. Un hijo. Era como darle una nueva esperanza a nuestro amor. Acabábamos de reconciliarnos, no podía romper mi compromiso con Laura, creía que ella no lo merecía, pero ahora que Britney tendría un hijo no podía sencillamente hacerla a un lado.—Es en serio cariño. Ahora, ¿que piensas hacer con esa muchachita? La abuela Leonor es muy injusta. Estaban drogados cuando durmieron junt
Vamos en la limusina mientras fascinada miro a través de la ventanilla la preciosa ciudad nocturna. Con sus rascacielos abrillantados y calles coloridas. Aprovecho cada instante fuera de la mansión como si no pudiera volver a repetirse en mucho tiempo. Pero sin poder dejar de pensar en la humillación que me hizo pasar Julián esta tarde y recordando su trato tan vil la sonrisa se me borra rápidamente. Me doy cuenta que la abuela me mira compasiva. —Ya deja esa tristeza Laura. Por eso te invité a salir , para que olvidaras las penas. Hoy es nuestra noche. —No creo que esta salida sea muy oportuna abuela Leonor. Julián está peor que nunca, además, le dió órdenes a ese vigilante y seguro se enojará muchísimo de que me haya dejado salir. Tendrá problemas por mi culpa. —No te preocupes por Stiven, yo me encargo de que no tenga problemas… Pero bueno Laura, entiende , esas son las razones por las que quise salir. Para que pudieras olvidar por un momento tus problemas. —Pero usted misma n
Enseguida y muy a pesar de lo que diga la abuela Leonor camino hasta la salida. Muy avergonzada con los presentes. La abuela me sigue. Entonces los miro discutiendo como dos callejeros. Enseguida Julián me mira y camina hasta mí, tomando mi brazo con fuerza. Su mirada está cargada de enojo. —Ah, ¡aquí estás!. Estarás contenta ¿No? Te prohibi salir y no solo lo haces, sino que también te encuentras con tu amante—Me reprocha con tono áspero. Oigo a los curiosos murmurar y miro aturdida a la multitud que se ha juntado. Hago una negación tratando de pensar como hacer que se calme. —¡ Habla maldición! ¿ No dices nada?—Me grita haciéndome parpadear nerviosa. —Yo solo... Yo solo ...— Me mira de brazos cruzados y la.gente empieza a gritar cosas. En medio de tanta presión bajo mi cara avergonzada. Él está a punto de decir otra de sus ofensas , pero enseguida Michael se aproxima con gesto decidido y provocador. Se pone a mi lado y se miran con ojos desafiantes, entonces se pone justo entre