No puedo creer que Fede esté aquí conmigo.- Fede, llévame contigo, te lo suplico.- Lo haré, nena. Pronto estaremos juntos, pero tienes que ser paciente.- No puedo, ya he sido muy paciente. No sabes por todo lo que me ha tocado pasar. Yo... - comienzo a llorar, y él me abraza para tranquilizarme.- Nena, escucha, tienes que ser fuerte. Pronto te sacaré de aquí.- Fede, Mariano es un hombre peligroso. Te puede hacer algo.- Yo también me vuelvo una persona peligrosa cuando se meten con lo que me importa. - Me vuelve a besar mientras toma mis caderas, pegándome contra la pared, hasta que la voz de Mariano se hace presente.- ¿Olivia, estás bien?- Sí, ya salgo. - Miro a Federico y le doy un último beso.- Ven por mí, te lo suplico.- Pronto estaremos juntos. - Salgo del baño y veo que Mariano me mira con mala cara.- ¿Por qué tardaste tanto?- Me estaba retocando el maquillaje. - Digo algo molesta, pero él toma con fuerza mis brazos.- Cuida tu lengua, Olivia.- ¿Interrumpo algo? - sal
Me despierto al sentir un fuerte golpe que proviene de la parte baja de la casa. Sin pensarlo, salgo de la cama y corro escaleras abajo. Me encuentro a Mariano con la mano llena de sangre.- ¡Por Dios! ¿Qué pasó?- Nada, no pasó nada.Cuando veo el piso, me doy cuenta de que reventó la copa de vidrio con su mano. Voy al baño, saco el botiquín y le digo:- Pásame tu mano, hay que curar eso.Mariano me pasa la mano y mira cada cosa que hago.- ¿Por qué estás siendo buena conmigo?- Porque no soy una mala persona. Más bien dime, ¿por qué hiciste esto? - Mariano se tensa y me hace mirarlo a los ojos.- ¿Te divertiste con tu amorcito?¡Él vio a Fede! Dios, siento cómo la sangre abandona mi cara.- Tú... ¿qué dices?- Esta mañana, mis hombres me informaron de la entrada de ese hombre a la casa y cuando lo vi bien, me di cuenta de que era Federico. Dime, Olivia, ¿te divertiste anoche?Toma con fuerza mi brazo, haciendo que suelte un grito de dolor.- ¡Basta, me lastimas!- ¿Qué quieres? ¿Quie
Pov FedericoEstoy esperando en la sala de espera mientras camino de un lugar a otro esperando noticias de Olivia. Cuando llegamos al hospital, ella había perdido mucha sangre y tenía poco pulso.- Federico, deja de caminar de un lugar a otro, que me pones más nervioso.- No puedo, Gregorio, necesito saber que Olivia está bien - En ese momento entran Aleja y Víctor con cara de preocupación.- ¿Dime que está bien mi amiga? - dice Aleja mientras llora.- No lo sé, aún no sé nada de ella.Me siento en una silla derrotado y luego siento una mano.- Ella estará bien, la pequeña es fuerte.Le doy una media sonrisa a Víctor, pero mi celular suena y es mi amigo Max.- Fede, qué bueno que respondes. Me enteré de la captura del mafioso. ¿Todo está bien?- No, Max, Olivia está en el hospital. Ese desgraciado le disparó.- ¿En qué hospital estás?Le digo el nombre y este me cuelga.Pasan las horas y escucho que alguien grita mi nombre, así que alzo la mirada y veo a mi amigo correr hacia mí. Cuand
Llevo ya dos semanas fuera del hospital y creo que todo este tiempo ha sido difícil para mí. Los primeros síntomas del embarazo empezaron a aparecer, así que las náuseas se hacen presentes a cada rato. Mi relación con Fede se acabó por completo. Vivimos en la misma casa solo por el peligro que corro, porque de resto soy un cero a la izquierda para él. Solo cruzamos pocas palabras porque él se encierra en su despacho o sale todo el día, llegando muy tarde.Me levanto temprano y me doy una ducha. Cuando salgo, me pongo unos pantalones y una blusa.—Hola, Rosario —Rosario es la empleada que contrató Federico.—Hola, Olivia, ¿cómo amaneces?—Bien, con mucha hambre.—Ya está tu desayuno. El señor también ya baja.—¿Está aquí? Qué sorpresa.—Sí —en ese momento lo veo bajar con su perfecto traje. Se sienta al lado mío y me dice:—Buenos días, Olivia —seco como siempre.—Buenos días —Rosario nos entrega el desayuno y cuando me meto el primer bocado, siento las ganas de vomitar... ¡joder, ahora
POV OliviaCuando veo a Federico parado en la puerta diciendo que es el padre del bebé, siento cómo mi corazón comienza a saltar de alegría. La médica lo invita a sentarse a mi lado y él lo hace en completo silencio.—Bien, vamos a ver a este bebé —toma el gel y lo aplica en mi vientre mientras comienza a pasar un aparato.—Ahí está —ambos prestamos atención a la pantalla, viendo una figura parecida a un frijolito.—Es muy pequeño.—Sí, tienes muy poco tiempo de embarazo—¿Podemos escuchar el corazón? —pregunta Federico con los ojos cristalizados.—Aún no se forma su corazón, pero tal vez en la otra cita sí puedan —la médica me entrega un pañuelo para limpiar el gel, pero me sorprendo al ver que Fede me lo quita y comienza a limpiar el gel mientras mira mi vientre fascinado.—Bueno, es muy importante que tengas mucho cuidado los primeros 3 meses, ya que hay riesgo de aborto. Te mandaré una dieta que debes seguir al pie de la letra y debes tomar ácido fólico.—Sí, doctora, haré todo lo
Me quedo paralizada al escuchar la voz de la mujer que tanto daño me hizo, la mujer que fue capaz de hacerle daño a su propia hija.- ¿Cómo lograste contactarme?- En la cárcel me gané una llamada por buena conducta y decidí llamarte a ti porque quiero pedirte perdón. Esto tiene que ser una jodida broma.- No, Luciana, lo que tú me hiciste no tiene perdón.- Hija, yo estaba muy mal, cegada por el odio. Yo...- Basta, Luciana. Jamás te perdonaré todo lo que me hiciste. ¡Me vendiste! ¿Sabes con cuántos hombres me tocó acostarme? ¿¡SABES!? - grito al máximo, sintiendo cómo la rabia y el dolor me consumen.- Lo sé, hija, y juro que me quiero morir. Solo pido tu perdón.- No, Luciana. Para mí, tú estás muerta. - La puerta se abre dejando ver a Greg, preocupado.- Linda, ¿qué pasa? - se acerca y yo le digo a Luciana:- No me llames más. Haz como si no tuvieras hija. - Cuelgo la llamada y tiro mi teléfono con rabia al suelo, mientras tapo mi cara con las manos, dando un grito de desesperación
Siento cómo todo a mi alrededor da vueltas y las ganas de vomitar se avecinan, así que tiro los zapatos al piso y salgo corriendo al baño, depositando todo lo que había comido en casa de Mercedes. Siento las manos de Fede sujetando mi cabello mientras da leves toques en mi espalda. Cuando termino, me siento en el suelo y siento que las ganas de llorar vienen a mí, así que, sin controlarlo, rompo en un llanto desgarrador. Fede se sienta a mi lado y me abraza mientras intenta calmarme, pero sé que él también está angustiado por la situación.- No nos va a dejar en paz - apenas se escucha mi voz.- Tranquila, cariño, ya te dije que yo los voy a proteger.- Fede, ese hombre es poderoso, tiene hombres en todas partes a pesar de estar en la cárcel.- Amor, tranquila, eso no le hará bien al bebé. Yo me encargaré de ese tipo, pero tienes que estar tranquila - Fede me ayuda a cambiarme y luego nos metemos en la cama, pero no soy capaz de dormir. Siento que mi vida se está convirtiendo en caos y
Fede y yo nos separamos lentamente sin dejar de sonreír.- Te juro que estaba tan enojado contigo por exponerte de esta forma, pero con esto toda mi rabia se esfumó. Ahora sí podré darle con tranquilidad mi apellido a este hermoso bebé - se agacha y le da besos a mi vientre.- Lo mejor de todo es que él no va a molestarnos más. Ahora podremos estar juntos sin tener miedo de que algo nos pase - este me vuelve a besar y luego me dice:- ¿Qué te parece si hacemos una pequeña cena con todos nuestros amigos en casa?- Sí, me encantaría - nos dirigimos a la editorial y ambos llegamos muy felices, lo que Greg nota inmediatamente.- ¿Y esas sonrisas?- Hablé con Mariano hoy - este abre los ojos sorprendido.- ¿Qué? Pero Oli, ¿cómo te fuiste a exponer de esa forma?- Lo mismo le dije yo - dice Fede.- Chicos, lo importante fue que logré lo que quería. Firmó los papeles donde cedía sus derechos y prometió no volver a aparecer en nuestras vidas.- ¿En serio? ¿Así de fácil?- Sí.- Oli, no creo qu