capitulo 28
Me despierto al sentir un fuerte golpe que proviene de la parte baja de la casa. Sin pensarlo, salgo de la cama y corro escaleras abajo. Me encuentro a Mariano con la mano llena de sangre.

- ¡Por Dios! ¿Qué pasó?

- Nada, no pasó nada.

Cuando veo el piso, me doy cuenta de que reventó la copa de vidrio con su mano. Voy al baño, saco el botiquín y le digo:

- Pásame tu mano, hay que curar eso.

Mariano me pasa la mano y mira cada cosa que hago.

- ¿Por qué estás siendo buena conmigo?

- Porque no soy una mala persona. Más bien dime, ¿por qué hiciste esto? - Mariano se tensa y me hace mirarlo a los ojos.

- ¿Te divertiste con tu amorcito?

¡Él vio a Fede! Dios, siento cómo la sangre abandona mi cara.

- Tú... ¿qué dices?

- Esta mañana, mis hombres me informaron de la entrada de ese hombre a la casa y cuando lo vi bien, me di cuenta de que era Federico. Dime, Olivia, ¿te divertiste anoche?

Toma con fuerza mi brazo, haciendo que suelte un grito de dolor.

- ¡Basta, me lastimas!

- ¿Qué quieres? ¿Quie
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