37.
| Alexander |

Puedo sentir cómo mi sangre se filtra por mis colmillos, entrando al cuerpo de mi musa. Eso es lo que nos une. No es la sangre normal que corre por mis venas, ni siquiera sé cómo explicarlo, pero estas escasas gotas me unirán a ella el resto de mi vida.

Saco mis colmillos lentamente, y no pierdo tiempo en lamer cualquier rastro de sangre. Nuestra saliva cura a nuestros mates e incluso a las crías. Ella suelta un pequeño jadeo; intenté que fuera rápido y liberé la mayor cantidad de feromonas posible para excitarla sin necesidad de tocarla. Aunque hasta ahora no mostró rechazo, no quería tentar mi suerte.

—¿Qué sientes?

—Dolió un poco, pero estoy bien —ella voltea su rostro—. No te atrevas a atacarlo —cuando giro la cabeza, me doy cuenta de que Antosha está frente a nosotros.

Sonrío con burla; se puede ver la ira en sus ojos, y de su mandíbula caen gotas de saliva. Le queda tan bien la mordaza, como el cachorro ingenuo que es. Gracias a él y su desesperación, me hizo las co
Asíntota

¿Sé esperaban esto? ¿Cómo pensaron que iban a reaccionar? ¿Les gustó? Hagamos la misma dinámica de antes, pero esta vez diez comentarios y publico un capítulo extra, deben ser comentarios relacionados con este capítulo o la historia en general.

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