David salió por aquella puerta aflojándose la corbata y desabrochando los primeros botones de su camisa. Si normalmente odiaba los trajes, en este momento en que estaba demasiado acalorado por la excitación, tanto sexual como emocional, aún más. No corría, pero caminaba a sancadas amplias, con sus largas piernas dirigiéndose al ascensor para marcharse. Todo el club estaba desierto a excepción de algunos empleados que se movían por aquí o por allá, todos parecían estar concentrados en el súper evento que acababa de abandonar. Por esa razón encontró el ascensor completamente disponible. Entró e inmediatamente marco el botón con el número uno. Las puertas ya estaban casi cerradas cuando una mano atravesó la estrecha abertura, haciendo que el sensor volviera abrirlas. David se sobresalto por la acción sorpresiva, pero todo fue peor cuando se dio cuenta de quien era._ Hola Dav_ le sonrió el hombre frente a él, mientras David lanzaba maldiciones mentalmente_ ¿porque te marchas tan pronto?
Liam corrió dejando atrás su propio importante evento. Salió del salón tropezando con algunas personas del staff y, cuando se encontró en el iluminado pasillo, miró hacia un lado y hacia el otro. No había rastro del hombre con espalda fuerte y traje color vino. Se dirigió hacia su boutique, entró en su oficina y empezó a escarbar entre todos los regalos de sus fans y clientes. No pasó mucho tiempo cuando Taylor apareció frente a él, con un caminar pausado y sus manos metidas en los bolsillos. Su tranquilidad llego incluso a molestar a Liam, sin saber la razón.—Liam, te he estado buscando. ¿Sucede algo? —preguntó Taylor.—¿Por qué lo preguntas? —respondió Liam sin levantar la cabeza de entre todos los regalos.—Lo pregunto porque deberías estar en la piscina en este momento siendo un buen anfitrión, como siempre. Pero en cambio, estas aquí… ¿Qué estás buscando?—Una rosa —respondió en su susurro, casi sin darse cuenta.Taylor repartió la mirada entre todas las cosas. Había infinidad d
Había pasado una semana desde que David había vuelto a su rutina diaria después de haber asistido a aquel evento. A pesar de eso, no podía sacarse de la cabeza al chico que con tanta seguridad y propiedad caminaba en aquella pasarela. Hoy era domingo, el taller no abría, y por esa razón quiso aprovechar para hacer una de las cosas que más amaba: ir a la playa. Al deslizarse sobre las olas sentía como pudiera sortear cualquier obstáculo y lo ayudaba a despejar su mente. Así que tomo su tabla, la subió a su jeep Wrangler todoterreno y se encamino a su aventura.Era allí donde se encontraba en este momento, sentado en la arena disfrutando del sol, el viento y el mar. Las playas de Seal Beach eran bastante tranquilas, por eso amaba este lugar. A diferencia de Beverly Hills, donde vivían sus padre y amigos, las playas eran hermosas, pero permanecían abarrotadas de gente. Pero hoy había un especial silencio en esta área de la playa. David miro a su alrededor y todo estaba extrañamente solit
—¡No! —dijo Liam rotundamente a la insistencia del fotógrafo para que aceptara que Dav fuera su modelo.—Pero, ¿por qué, Liam?, Dav es sencillamente perfecto, reúne todo lo que buscamos para estas fotos y está dispuesto. Además, habías dicho que se veía guapo. Ya hemos perdido toda la mañana y aun no consigues a nadie más, y si cancelamos la sesión perderemos el haber movido todos estos equipos hasta aquí. De verdad que no entiendo, ¿cual es la razón?—No es lo que estoy buscando, eso es todo. Además, no es un modelo.—Sí, él dijo lo mismo, pero ¿qué tal si lo traemos y le hacemos una prueba? Confía en mí, sabes que tengo un buen ojo para esto.Liam resopló. —Esta bien, pero…—Esta bien, yo me encargo —dijo el fotógrafo, interrumpiendo las palabras de Liam, e inmediatamente corrió para traer a David.…—Liam —volvió a llamar el fotógrafo, pero esta vez venía acompañado de David, quien se veía jodidamente sexy sin ningún esfuerzo, mostrado su torso al descubierto completamente entintad
David normalmente viajaba ligero de equipaje cuando iba a visitar a sus padres. Le gustaba movilizarse en su motocicleta sintiéndose libre, pero en esta ocasión decidió hacerlo en su Jeep, ya que traía consigo la mayoría de sus cosas. Durante el trayecto de aproximadamente 40 minutos que duraba el viaje de Seal Beach a University Park, no podía decidir cuál era la verdadera razón por la que estaba pensando quedarse por un tiempo indefinido en su antiguo hogar. Si era porque su madre había llamado diciendo que los dolores de espalda de su padre habían vuelto y lo tenían en cama, o si un chico rubio con piel pálida y hermosos ojos azules lo estaban motivando. Se sentía culpable de siquiera pensar que Liam era la verdadera razón, así que prefería convencerse a sí mismo de que lo hacía por no dejar a su madre sola en estos momentos difíciles, a pesar de su insistencia de que no tenía por qué hacerlo. Por alguna razón, este viaje se sentía diferente. No sentía el dolor de dejar atrás el tr
David no podía creer que Liam hubiera aceptado tan fácilmente su invitación a salir. ¿Acaso lo que parecía un tono de celos en su voz había tenido algo que ver? No sabía si lo estaba interpretando bien, pero sea lo que sea que lo hubiera hecho decir que sí, definitivamente era prueba de que el destino estaba ayudando. Ya era hora.Se quedó como un idiota, no sabía por cuánto tiempo, con el brazo extendido donde aún sostenía el sobre, mirando hacia el pasillo por donde Liam había desaparecido, dándole una muestra de su perfecta pasarela mientras se despojaba de su gabán, llevándolo sobre su hombro en un giro perfecto, dejando ver el conjunto sastre color azul que llevaba debajo y que acariciaba su cuerpo al ritmo del contoneo de sus caderas.—¿Señor Olson? —la voz cantarina de Mary lo sacó de su estupor.—David o Dav, habíamos acordado dejar los formalismos —le recordó a la mujer con una sonrisa, pero ella parecía haber levantado todos sus muros.—Eso fue antes de que el Señor Maxwell
David ya se encontraba en el bar del apartamento de Jaison y Chris, destapando su tercera cerveza artesanal. Normalmente no tomaba tan rápido, pero se sentía algo ansioso por lo que pasaría en el momento en que viera a su chico dorado, a Liam. Era mejor dejar de pensar en él como su chico, porque no lo era y no lo sería.—Hey —Taylor lo sacó de su miseria con ese simple saludo—. ¿Está todo bien? Estás tomando muy rápido y la fiesta aún no empieza.—¿Ah, no? Pensé que nos habías citado a las ocho de la noche y sueles ser puntual para todo —el reloj ya marcaba las once y David sabía que estaban esperando que Liam se dignara a aparecer, lo que lo tenía en parte ansioso y en parte molesto. ¿Por qué todos tenían que esperar y darle importancia a alguien que no se la daba a los demás?—Sí, pero Liam aún no llega, así que...—¿Y a qué hora piensa llegar el principito? —David se dio cuenta de que quizás debería empezar a dejar de dársela, así que decidió tomarlo “con humor”, como siempre afro
Cuando se dirigía a la fiesta de Taylor, Liam se sentía un poco inquieto. Sabía que había hecho mal al no presentarse a la cita con David y no haberlo llamado durante toda la semana, pero tenía una buena razón para eso, la misma que era la segunda razón por la cual se sentía de esa manera. Había invitado a Mark a la fiesta sin pedir consentimiento a nadie, solo esperaba que sus amigos lo aceptaran y que David no se sintiera afectado por ello.Eso era lo que pensaba hasta el momento en que tocó el timbre y el ogro, o debería decir el bufón, empezó con sus estúpidos chistes. Bueno, en parte se alegraba de que David no se tomara nada lo suficientemente en serio como para afectarse por una plantada en una cita y por su acompañante. Así que jugaría su mismo juego, fingiendo que nada había pasado.…Cuando el timbre sonó, se sobresaltó incluso él mismo. Joder, se había distraído tanto con las payasadas de David que había olvidado decirle a Taylor y a los demás que tenía un invitado esta noc