Mundo ficciónIniciar sesión
AlutEstimadas lectoras y lectores Ana esta en verdadero peligro, Dominik ha comenzado a perder la cabeza, ¿Quien será el que pueda ayudarla?
Capítulos relacionados
¡Ya basta, Dominik!
--- Alexander Müller ---Finalmente, después de más de 40 minutos atorados en el maldito tráfico, de la única carretera que nos llevaba al edificio donde Dominik compró el apartamento, llegamos.La puerta está cerrada, pero Bruno mete una clave y, afortunadamente, la contraseña es la misma que él recordaba: la fecha del cumpleaños de Ana.Alexis viene casi respirándome en la nuca, al entrar los 3 corremos a buscarla, sabemos que ella está aquí… No hay duda, las luces del lugar estaban encendidas y puedo ver que hay bolsas con comida. El maldito lugar no es un apartamento cualquiera, es un Penthouse y es enorme.Rápidamente, los tres nos repartimos por el sitio. Yo corro hacia donde veo unas escaleras, las subo y, es aquí donde escucho gritos de mujer. Hay una puerta, de ahí puedo escuchar un grito masculino. Mi corazón comienza a latir rápidamente, intento abrir la puerta y no tengo éxito, así que decido patearla con todas mis fuerzas.Abro la puerta y no tardó mucho en dar donde vie
Diversos caminos
--- Héctor Plourde ---Tan pronto como llegamos al edificio, bajo del auto, sin esperar a Ernesto, corro al ascensor, reviso el número de piso y para mi maldita suerte es el último… Cada segundo que pasa me lleno de angustia, solo quiero ver que Ana esté bien, solo quiero saber que ella está a salvo.Cuando por fin el ascensor llega al maldito piso, salgo corriendo y me topo con la puerta abierta. Escucho la voz de Alexis y Bruno, luego de unos segundos escucho cómo Ana grita por ayuda.No necesito mucho tiempo para darme cuenta de dónde proviene el grito, no sé ni cómo subo las malditas escaleras. Al llegar, veo que ella está aferrada a un hombre, este trata de protegerla y observo cómo Dominik se acerca a ellos. En ese preciso momento, hago lo primero que se me viene a la mente.Con todo el maldito coraje que he soportado en años, golpeo a Dominik, solo puedo ver cómo él cae y ¡por Dios! Me llegan unas inmensas ganas de sacar el arma que traía, pero él no vale la pena, no cuando te
Consecuencias. Parte 1
--- Alexander Müller ---Veo al hombre con el que venía y sé que lo que dice no son mentiras. Mentalmente, me preparo para lo que viene, sé que no será fácil, pero debo hacer que mi hermano asuma la responsabilidad de sus actos.- Señor Betancourt, creo que ya dijo lo que tenía que decir, así que le pido que me dé un momento con mi hermano, antes de que llegue la policía. – digo en un tono que no deja lugar a dudas que es lo que realmente necesito.- ¡Bien! Solo recuerda una cosa, Müller, ya fueron muchas, antes de que se te ocurra acercarte nuevamente a ella, piensa bien las cosas, no estás bien mentalmente, así que ¿Cómo demonios crees que te vas a acercar a tu hija? ¡Eres un puto peligro para ellas dos! – dice y yo solo puedo abrazar a mi hermano, que está en el frío suelo y lo veo cómo se lleva las manos a la cabeza.Luego de ver cómo aquel hombre sale de la habitación, dejo de abrazar a mi hermano y me siento a su lado. Ambos nos recargamos en el colchón de la cama viendo hacia el
Consecuencias. Parte 2
--- Alexander Müller ---Veo cómo mi hermano le da una gran calada al cigarro y comienza a hablar…- Cuando Ana y yo regresamos de aquellas vacaciones de Navidad, todo fue paz y tranquilidad, fue una época… - Escucho cómo se le quiebra la voz. – Fue buena… - Dice en un tono nostálgico.No cabe duda de que mi hermano cometió un gran error, uno que seguramente ya no podrá resarcir. Aunque si algo me ha enseñado la vida, es que siempre se puede sobrevivir, no es el fin del mundo.- Finalmente, tenía a alguien que me quería por lo que era, lo tenía todo, ella era… Era mi todo, era una mujer que me complementaba. No me cansaba de admirarla, de besarla y de escuchar sus pláticas, eran trivialidades, pero me ayudaban a relajarme, de llevar el peso de la compañía.- Dom, ¿Qué fue lo que sucedió? ¿Por qué cambiaste eso por Elena?- ¿Sinceramente? Me dejé llevar… Elena, cuando la conocí, era obvio, era una mujer bella. Tú ya la has visto, parece modelo y, muy a pesar de los años que tiene, se co
Consecuencias. Parte 3
--- Alexander Müller ---Al mismo tiempo, Elena comenzó a estar más presente. No puedo delegar toda la responsabilidad a Ana, más bien, yo sé que fui quien falló, yo fui quien hizo que todo se fuera a la m****a.No sé si fueron las circunstancias, no sé si todo se alineó para que sucediera, pero, la primera vez que estuve con Elena, sentí cosas que no había sentido con Ana. Tú mismo lo has dicho, Ana es joven y Elena tenía experiencia, tú sabes a qué me refiero…En mi cabeza solo me pasaban imágenes de ella acostándose con Alexis, yo mismo me justificaba diciendo que si Ana podía hacerlo, yo también podría.Definitivamente, no estaba pensando con claridad, yo creía que Ana me engañaba con Alexis, así que mentalmente me estaba justificando con el hecho de que yo imaginaba que Ana hacía lo mismo, sé que soy un idiota, ¿Cómo demonios podría hacerlo? Yo la tenía vigilada, ella tenía a Trevor cuidándola todo el maldito tiempo.Yo mismo le había pedido a Mauro que me consiguiera a alguien de
No me pueden ver así…
--- Héctor Plourde ---Tal como Betancourt dijo, llegamos a urgencias del Hospital Ángeles, dije que iba por parte de él e inmediatamente atendieron a Ana. No hicieron preguntas, solo se enfocaron en hacerle los estudios que requerían para descartar contusiones o golpes que no eran visibles y pudieran ocasionar problemas graves a futuro.No me he despegado ni un momento de ella. Ernesto dejó estacionada mi camioneta en el lugar que nos asignaron y finalmente se marchó.Al final, el que se quedara no iba a ser muy útil, prefirió ir a casa a prepararnos una muda para ella y para mí, ya que es seguro que ella se quedará a pasar la noche aquí.- ¿Señor Plourde? – dice el médico que está atendiendo a Ana.- ¿Sí? Dígame… respondo mientras veo que llevan a Ana en camilla hacia una habitación.- Llevamos a la señora Plourde a su habitación, salvo el labio partido y el golpe en la nariz. Los golpes que se llevó con la caída no son severos, ya le hemos puesto medicamento para el dolor e inflamac
El anhelo que he guardado. Parte 1
--- Ana Teyssier ---Siento una gran opresión en el pecho, despierto de golpe, estoy bañada en sudor, me muevo y todo mi cuerpo me duele. Giro mi cabeza y ahí está Héctor, la habitación tiene un área con sofá cama que, podría usar, pero él prefirió quedarse a dormir en el sofá que está aquí a mi lado.Al verlo, siento cómo mi tranquilidad regresa. En definitiva, estoy a salvo y esto, esto no es un sueño, suelto, un suspiro de tranquilidad.Me llevo los dedos a mi boca, me toco el labio y puedo sentir la herida. No fue necesario suturar, pero sí está un poco inflamado y creo que me quedará una pequeña cicatriz.La nariz me duele, aunque ya no tanto como hace unas horas. Ya que, el dolor en la nariz me estaba ocasionando intenso dolor de cabeza.Afortunadamente, tal como dijo Héctor, los medicamentos hicieron efecto y pude dormir, aunque sea unas cuantas horas.Con sumo cuidado me levanto de la camilla y me acerco a la ventana; las luces de la ciudad, me llaman a mirar por esta. Hace 4
El anhelo que he guardado. Parte 2
--- Ana Teyssier ---Veo que Héctor se mueve, creo que está teniendo una pesadilla. Me acerco a él y pongo mi frente sobre la suya. Él poco a poco se va tranquilizando, intento alejarme, pero me sostiene las muñecas para que no lo suelte.- ¡Quédate así! Déjame que me convenza de que estás aquí… - dice e inmediatamente abre sus ojos.- ¡Aquí estoy…! ¡Tranquilo, ya estamos bien! Ahora tienes que descansar… Sé que fue un largo día… - digo y sonrío al verlo cómo me mira de una forma en que no sé cómo describir.- Ven… - dice y me jala para que me siente en su regazo. – Solo quiero asegurarme que no te volverán a alejar de mí… De verdad no sé qué hubiera hecho si él te hubiera apartado de nosotros, o peor aún, si él te hubiera hecho algo.Vuelvo a acercar mi frente a la suya, pongo mis manos sobre sus mejillas y le digo en voz muy baja…- ¡Aquí estoy y, no voy a ir a ningún lado! Tú y nuestras hijas son mi única familia, así que no tengo por qué ir a ningún otro lado, más que con ustedes.
Último capítulo