2: CAMINO ACCIDENTADO

Camino accidentado

—No, esto no puede estar pasando, otra vez, porque ella no me lo dijo.

Llora Bennett sintiéndose derrotado en una de las sillas de la clínica donde ya han internado a Sandra, el elegante traje gris está manchado por la pérdida que su novia ha sufrido haciendo hincapié en la dolorosa realidad, el cumpleaños de su padre se convirtió en un triste espectáculo pero nada es tan importante como la salud de ella y el dolor que pueden sentir.

—¡Necesito información de mi mujer!— grita y reclama desesperado mientras su padre le pide calma— no me pidas lo que no puedo darte, ese es todo el maldito problema, he hecho todo lo que has querido papá, desde que mamá murió solo hemos sido la abuela, tu y yo, por ese sentimentalismo barato he dejado que te metas en mi vida y se acabó esa basura, yo nunca, escúchame muy bien— se desespera porque sabe lo que su padre opina de la mujer que ama— nunca voy a dejar a Sandra por lo que no te puedo dar.

—Como quieras Bennett— habla enérgico Roger— si quieres verme como tú enemigo por decirte la verdad ese es tu problema, sin embargo que no se te olvide que no es algo que no puedas darme, es que Sandra puede ser la mujer perfecta, se que es una mujer digna de ti, de nuestro nivel, educada y hermosa, pero con un pequeño detalle— toma aire viendo las lágrimas en los ojos de su hijo— no puede ser madre, es ella que no puede darte lo que realmente quieres, porque a mí no me engañas, por supuesto que quiero un heredero de todo lo nuestro, pero tú también quieres ser padre— habla con dureza— te duele, y si hijo, duele mucho pero cuando quieres algo en tu vida y sabes que puedes tenerlo eso siempre dolerá más— lo abraza y Bennett termina llorando desconsolado en los brazos de su padre cuando el médico sale con la noticia.

—Lo siento mucho, hace unas horas me estaba enterando del embarazo, Sandra no quería que nadie lo sepa, ni siquiera yo que soy su médico— es interrumpido por James.

—Al grano, ¿Sobrevivió?— pregunta irritado por el llanto de su esposa— habla Nicolás, ¿el bebé, mi hija?.

—El útero no aguanto, no hubieron suficientes cuidados, el reposo debió haber sido absoluto y Sandra se enteró después del primer mes, lo intentó, su cuerpo también pero no sé pudo— habla con tristeza— ella necesita mucho de ustedes, Bennett— llama a su paciente y amigo— ella te necesita— se van juntos a la habitación donde está la mujer.

Sandra luce completamente demacrada y con la mirada casi perdida teniendo la mano con una aguja con el suero que ayuda a su organismo, el doloroso legrado se ha hecho y la mujer llora desconsolada al ver a Bennett que por mucho que intente parecer de roble, luce desaliñado, triste y con los ojos rojos de tanto llorar, más aún al ver a la mujer que ama pareciendo un fantasma que solo grita que está vacía.

—No tengo nada, la culpa es mía pero no tengo nada, nuevamente me he quedado vacía como un maldito mueble— llora y se remueve sintiendo dolor físico y emocional— mi amor por favor— es lo máximo que dice el hombre de cabello negro abrazando el cuerpo de la rabia a la que intenta dar consuelo— Sandra por lo que más quieras, cálmate por favor.

—Lo que más quiero es ser feliz, tener un bebé y nuevamente lo perdí— llora y grita sin parar— soy una m*****a planta seca que no puede dar vida— solloza sin parar en los brazos de Bennett— perdí a nuestro bebé mi amor, por favor perdóname.

—No tengo nada que perdonarte— la toma con fuerza y la pega a su pecho— ahora no es momento para nada más que nosotros, para que estés bien, Sandra necesito que estes bien— besa su coronilla hasta que siente que después de una eternidad la joven se ha dormido después del calmante inyectado.

Una vez que la mujer está sumida en el sueño, sus familiares se encargan de escuchar todo el proceso, Sandra lamentablemente tomó la decisión de buscar un embarazo a pesar que las indicaciones médicas eran esperar un par de años más en busca de mejores tratamientos de fertilidad y la recuperación de su cuerpo, sin embargo, la necesidad de ser madre y complacer a más de una persona la llevaron a tomar una decisión que ha puesto en peligro nuevamente su salud.

Las lágrimas del padre que también ha perdido otro bebé dejan de llegar y se cansa de escuchar los comentarios de su padre y suegro por lo que sale por un poco de aire, destrozado, aturdido en el auto pensando en las desgracias que los han perseguido.

—¿Qué es lo que pasa Dios?— pregunta manejando por las frías calles neoyorquinas— ¿Que te hemos quitado para que te lleves tanto de nosotros?— golpea una y otra vez el timón rabioso y frustrado manejando a una velocidad excesiva que sólo se detiene cuando debe frenar de golpe escuchando un fuerte golpe— no puede ser— se agarra la cabeza desesperado sin saber que hacer hasta que mucha gente se acerca al auto mirando al suelo.

—¿Estás bien?— escucha la voz de alguien pero no le preguntan a él si no a alguien más.

—Yo, lo siento… yo no pensé— habla a medias viendo una bicicleta en la pista, frutas regadas en el asfalto y un enorme rasguño en su auto mientras la gente lo grita. ¿He matado a alguien?— pregunta aturdido viendo todo a su alrededor.

—Pues casi, gran estúpido— habla una mujer que sale de la nada sobando sus piernas, con el pantalón sucio, mirándolo de pies a cabeza furiosa— eres un maldito asesino al volante— lo empuja y se horroriza cuando ve su camisa manchada de sangre— ¡Oh por Dios!— se aleja mirando el aspecto de Bennett que lo nota y también se mira sabiendo que eso puede prestarse a malos entendidos— eres un asesino.

—Claro que no, estaba distraído y no te vi, esto no es lo que parece, ya deja de ser tan ridícula— habla mientras la gente se aleja y la joven intenta levantar su bicicleta— eres un pedante del infierno, en lugar de al menos pedir disculpas, me insultas, típico de los niños ricos como tu— lo empuja para recoger las manzanas— te metiste por dónde no era— habla intentando ayudar con la fruta pero no es el hombre amable de siempre, bicicletas como estás transitando por esta zona no son nada habituales— habla haciendo que la mujer de cabello castaño pierda la mínima paciencia que podría tener aún cuando los ojos verdes y tristes de él se le hacen hermosos— que imbécil, pues perdón por ensuciar este distinguido vecindario con mi bicicleta que no vale ni una llanta de tu porquería— le patea el auto haciendo que el empresario ahora sí la miré con rabia y le exija que se calme.

—Vete al infierno, claro como no soy una de tu mundo te das el lujo de amenazar, pero si fuera una de ustedes otra sería la historia— se monta en su bicicleta bastante adolorida y con el brazo que se nota morado haciendo que Bennett se sienta culpable— te juro que no fue mi intención, déjame ayudarte— saca dinero de su billetera haciendo que se le abran los ojos— por favor ten, mi nombre es— intenta hablar pero ella no lo deja— de ustedes solo se puede admitir algo, lo mejor que tienen, es esto— le arrancha el dinero de la mano y se marcha dejando atrás el incidente.

—Vio el dinero y le dejo de doler todo— se sube a su auto molesto, y con la necesidad de regresar no sin antes recoger una pulsera tejida roja y negra muy sencilla— mas caro me salieron las patadas— da reversa y regresa al hospital dónde después de varias horas, ve como pocas veces ha visto a James pendiente de Sandra que sonríe a pesar de la tristeza.

—Tenemos que hablar— dice seria la mujer.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo