Camino accidentado
—No, esto no puede estar pasando, otra vez, porque ella no me lo dijo. Llora Bennett sintiéndose derrotado en una de las sillas de la clínica donde ya han internado a Sandra, el elegante traje gris está manchado por la pérdida que su novia ha sufrido haciendo hincapié en la dolorosa realidad, el cumpleaños de su padre se convirtió en un triste espectáculo pero nada es tan importante como la salud de ella y el dolor que pueden sentir. —¡Necesito información de mi mujer!— grita y reclama desesperado mientras su padre le pide calma— no me pidas lo que no puedo darte, ese es todo el maldito problema, he hecho todo lo que has querido papá, desde que mamá murió solo hemos sido la abuela, tu y yo, por ese sentimentalismo barato he dejado que te metas en mi vida y se acabó esa basura, yo nunca, escúchame muy bien— se desespera porque sabe lo que su padre opina de la mujer que ama— nunca voy a dejar a Sandra por lo que no te puedo dar. —Como quieras Bennett— habla enérgico Roger— si quieres verme como tú enemigo por decirte la verdad ese es tu problema, sin embargo que no se te olvide que no es algo que no puedas darme, es que Sandra puede ser la mujer perfecta, se que es una mujer digna de ti, de nuestro nivel, educada y hermosa, pero con un pequeño detalle— toma aire viendo las lágrimas en los ojos de su hijo— no puede ser madre, es ella que no puede darte lo que realmente quieres, porque a mí no me engañas, por supuesto que quiero un heredero de todo lo nuestro, pero tú también quieres ser padre— habla con dureza— te duele, y si hijo, duele mucho pero cuando quieres algo en tu vida y sabes que puedes tenerlo eso siempre dolerá más— lo abraza y Bennett termina llorando desconsolado en los brazos de su padre cuando el médico sale con la noticia. —Lo siento mucho, hace unas horas me estaba enterando del embarazo, Sandra no quería que nadie lo sepa, ni siquiera yo que soy su médico— es interrumpido por James. —Al grano, ¿Sobrevivió?— pregunta irritado por el llanto de su esposa— habla Nicolás, ¿el bebé, mi hija?. —El útero no aguanto, no hubieron suficientes cuidados, el reposo debió haber sido absoluto y Sandra se enteró después del primer mes, lo intentó, su cuerpo también pero no sé pudo— habla con tristeza— ella necesita mucho de ustedes, Bennett— llama a su paciente y amigo— ella te necesita— se van juntos a la habitación donde está la mujer. Sandra luce completamente demacrada y con la mirada casi perdida teniendo la mano con una aguja con el suero que ayuda a su organismo, el doloroso legrado se ha hecho y la mujer llora desconsolada al ver a Bennett que por mucho que intente parecer de roble, luce desaliñado, triste y con los ojos rojos de tanto llorar, más aún al ver a la mujer que ama pareciendo un fantasma que solo grita que está vacía. —No tengo nada, la culpa es mía pero no tengo nada, nuevamente me he quedado vacía como un maldito mueble— llora y se remueve sintiendo dolor físico y emocional— mi amor por favor— es lo máximo que dice el hombre de cabello negro abrazando el cuerpo de la rabia a la que intenta dar consuelo— Sandra por lo que más quieras, cálmate por favor. —Lo que más quiero es ser feliz, tener un bebé y nuevamente lo perdí— llora y grita sin parar— soy una m*****a planta seca que no puede dar vida— solloza sin parar en los brazos de Bennett— perdí a nuestro bebé mi amor, por favor perdóname. —No tengo nada que perdonarte— la toma con fuerza y la pega a su pecho— ahora no es momento para nada más que nosotros, para que estés bien, Sandra necesito que estes bien— besa su coronilla hasta que siente que después de una eternidad la joven se ha dormido después del calmante inyectado. Una vez que la mujer está sumida en el sueño, sus familiares se encargan de escuchar todo el proceso, Sandra lamentablemente tomó la decisión de buscar un embarazo a pesar que las indicaciones médicas eran esperar un par de años más en busca de mejores tratamientos de fertilidad y la recuperación de su cuerpo, sin embargo, la necesidad de ser madre y complacer a más de una persona la llevaron a tomar una decisión que ha puesto en peligro nuevamente su salud. Las lágrimas del padre que también ha perdido otro bebé dejan de llegar y se cansa de escuchar los comentarios de su padre y suegro por lo que sale por un poco de aire, destrozado, aturdido en el auto pensando en las desgracias que los han perseguido. —¿Qué es lo que pasa Dios?— pregunta manejando por las frías calles neoyorquinas— ¿Que te hemos quitado para que te lleves tanto de nosotros?— golpea una y otra vez el timón rabioso y frustrado manejando a una velocidad excesiva que sólo se detiene cuando debe frenar de golpe escuchando un fuerte golpe— no puede ser— se agarra la cabeza desesperado sin saber que hacer hasta que mucha gente se acerca al auto mirando al suelo. —¿Estás bien?— escucha la voz de alguien pero no le preguntan a él si no a alguien más. —Yo, lo siento… yo no pensé— habla a medias viendo una bicicleta en la pista, frutas regadas en el asfalto y un enorme rasguño en su auto mientras la gente lo grita. ¿He matado a alguien?— pregunta aturdido viendo todo a su alrededor. —Pues casi, gran estúpido— habla una mujer que sale de la nada sobando sus piernas, con el pantalón sucio, mirándolo de pies a cabeza furiosa— eres un maldito asesino al volante— lo empuja y se horroriza cuando ve su camisa manchada de sangre— ¡Oh por Dios!— se aleja mirando el aspecto de Bennett que lo nota y también se mira sabiendo que eso puede prestarse a malos entendidos— eres un asesino. —Claro que no, estaba distraído y no te vi, esto no es lo que parece, ya deja de ser tan ridícula— habla mientras la gente se aleja y la joven intenta levantar su bicicleta— eres un pedante del infierno, en lugar de al menos pedir disculpas, me insultas, típico de los niños ricos como tu— lo empuja para recoger las manzanas— te metiste por dónde no era— habla intentando ayudar con la fruta pero no es el hombre amable de siempre, bicicletas como estás transitando por esta zona no son nada habituales— habla haciendo que la mujer de cabello castaño pierda la mínima paciencia que podría tener aún cuando los ojos verdes y tristes de él se le hacen hermosos— que imbécil, pues perdón por ensuciar este distinguido vecindario con mi bicicleta que no vale ni una llanta de tu porquería— le patea el auto haciendo que el empresario ahora sí la miré con rabia y le exija que se calme. —Vete al infierno, claro como no soy una de tu mundo te das el lujo de amenazar, pero si fuera una de ustedes otra sería la historia— se monta en su bicicleta bastante adolorida y con el brazo que se nota morado haciendo que Bennett se sienta culpable— te juro que no fue mi intención, déjame ayudarte— saca dinero de su billetera haciendo que se le abran los ojos— por favor ten, mi nombre es— intenta hablar pero ella no lo deja— de ustedes solo se puede admitir algo, lo mejor que tienen, es esto— le arrancha el dinero de la mano y se marcha dejando atrás el incidente. —Vio el dinero y le dejo de doler todo— se sube a su auto molesto, y con la necesidad de regresar no sin antes recoger una pulsera tejida roja y negra muy sencilla— mas caro me salieron las patadas— da reversa y regresa al hospital dónde después de varias horas, ve como pocas veces ha visto a James pendiente de Sandra que sonríe a pesar de la tristeza. —Tenemos que hablar— dice seria la mujer.Amar es liberar —¿Mi amor?— pregunta viendo que su novia está seria, mientras su padre lo mira y ella estira su mano— gracias por no dejarme, mi vida— lo abraza cuando él se acerca y Roger también se hace presente— se que lo que ha pasado no solo me duele si no también a ti y a nuestra familia— sus lágrimas caen nuevamente pero no deja de hablar— el problema soy yo Bennett— dice y él la calla con un minúsculo beso pidiéndole que no diga eso— te amo mi amor y se que es la verdad, ha sido mi culpa por no ser tan fuerte como quiero, he sido muy poca cosa para ti. —¡Basta Sandra!— el hombre levanta la voz haciendo que a más de uno le sorprenda su furia— no quiero escuchar que digas esas cosas, no eres débil ni poca cosa, eres la mujer que amo y no pienso dejar que sigas sufriendo de esta manera, se acabó— dice entre lágrimas. —¿Se acabó?— pregunta ella temblando. —Si, se acabó, no quiero hijos. Dice con actitud de roble pero quienes lo conocen saben que eso no es así, su padre po
—Te dejo libre mi amor. Las palabras de la mujer que ha sido su vida por muchos años, resuenan en los oídos de Bennett que no puede procesar lo que está pasando, demasiadas emociones juntas pueden hacer que cualquier cabeza explote sin embargo él siempre se ha caracterizado por un ser hombre sensato aunque en este momento nada de ello quepa, el amor que siente por Sandra es tan real que está dispuesto a desechar el sueño de formar una familia mientras que ella está dispuesta a hacer el sacrificio de dejar ir al hombre de su vida para que tenga lo que tanto anhela. Nada más que sollozos se escuchan en este momento, excepto por la voz de James quien le dice a su hija que estará bien, que el estado de sensibilidad en el que está es comprensible y si nadie más lo entiende él si, el diamante hermoso brilla en la cama y es Bennett quien lo toma para repasar la joya que con tanto amor dio y ahora le es devuelta después de 4 años. —¿Estos son 4 años para ti?— le pregunta a la rubia que llo
—¿Aún sigues pensando lo que te dije? Mi amor es el negocio de nuestras vidas y así salir de este lugar de una vez por todas.—Yo no quiero ser madre, los niños no son lo mío. —Pero el dinero sí. Desde que la madre de Hellen tomara la triste decisión de quitarse la vida, la joven de 23 años quedó huérfana cuando tenía 10 y desde ese día la inocencia se perdió dándole espacio a una mujer que respira y vive por conseguir dinero, con pocas oportunidades y una vaga educación, lo máximo que ha podido ser es mesera de un bar en una zona peligrosa de New York donde casi nadie conoce la forma de vivir mejor, pues la escasez es bastante. Su relación con Denis se dió desde los 18 años y aunque él la ha ayudado económicamente, Hellen no es el tipo de mujer que busque ser dependiente de nadie pues hasta cierto punto aunque está enamorada también vive amargada por las oportunidades que no ha tenido, sin padre ni madre y la dureza de la calle donde pasó un tiempo después de quedar huérfana la h
LA ELEGIDA —Tu no eres nadie para decidir algo que solo nos compete a Sandra y a mí— explota Bennett que comúnmente es un hombre mesurado pero la situación es estresante— está mujer es una ladrona.—Y este hombre un asesino— pelea Hellen— él me atropelló con su auto— dice y Sandra abre los ojos de par en par— me dijo que mi bicicleta era muy poca cosa para el lugar donde estaba, estaba con la camisa llena de sangre— se aleja de él y mira a la rubia llorosa— no estoy mintiendo— la ve— más bien deberías alejarte de este— lo señala como si nada— no entiendo como quieres darle un hijo a este tipo. Las palabras de la impulsiva mujer salen con veneno de sus bonitos labios ante la mirada de los presentes que la ven con confusión, molestia y hasta miedo pues después del trato a solas, James no se quiere imaginar que ella desista de alguna manera pues ante lo poco que sabe y ha escuchado de ella, le parece la mujer perfecta para tener al bebé que su hija tanto anhela y le daría el poder que
7. EL HOMBRE QUE TU MATASTE Las cartas están puestas sobre la mesa y cada uno está en busca de lo que más le conviene juntos o separados, el trato está hecho y la felicidad de Sandra no cabe en su cuerpo. —Mil gracias, papá gracias por todo— abraza la rubia a su padre que no podría estar más satisfecho— gracias Hellen y tu— abraza y besa a Bennett— amor mío. —Mi vida— la besa con ternura al ver el brillo de emoción que hay en ella y no veía hace mucho— Sandra haría y haré todo por hacerte feliz y ver esos hermosos ojos brillar como el día en que nos conocimos. El amor se siente en el aire para los dos como siempre, Sandra toma feliz la mano del hombre que ama mientras Hellen mira como también le estira la mano a ella dudando en porque lo hace y es que la mujer es una persona sensible y ahora más que nunca, después de varios segundos la mujer de cabello oscuro acepta tomarla y es la rubia quien junta las manos de la mujer que será la madre del bebé que tanto anhela y la de su
RAZONES TORMENTOSAS —Harás lo que te digo— habla James sirviéndose un trago— no hay esto para ti— señala el alcohol— después de todo por lo que entiendo, mataste a ese hombre drogada y borracha. —¡No es verdad!— estampa su delicada mano Hellen en la mesa— las cosas no fueron así y no estoy aquí para darle explicaciones— ella es desafiante y eso enfurece a James— si hubiese querido decir algo ya lo hubiese hecho, pero no, después de todo entre ratas no nos vamos a poner caretas. —¡Cómo te atreves!.—Es la verdad, ¿qué clase de padre le pide a una desconocida que le quite el marido a su hija?— pregunta con sarcasmo— ¿A qué está jugando Señor Smith?. —Al juego del poder dónde muy bien beneficiada estarás— responde molesto. Para un hombre que no está acostumbrado a que ninguna mujer le diga que no, el desafío de Hellen a pesar de verse amenazada lo hace sentirse confundido y molesto, forzado a tener que dar explicaciones comienza a hablar de sus planes de forma escueta, sin dar mucho
DÍAS FÉRTILES —No puede estar bien.—¿De qué hablas?— la mira Bennett dándose cuenta que no está bien— se supone que eres una mujer sana, tenemos un contrato— se desespera un poco— mírame— la toma del rostro para revisar qué le pasa— mírame. —!No me toques!— se suelta rápido odiando la palabra contrato— yo estoy perfectamente bien— finge estar repuesta pero sigue pálida— estoy bien. —Claro que no— la ve temblar— mírate como estás, pareces una hoja, estás pálida— intenta tocar su frente pero se aleja a la defensiva— déjame— respira hondo y se empieza a recomponer— yo estoy muy bien y no necesito de tu ayuda. Las palabras siempre pueden ser simples si no cargarán tanto detrás, Hellen ya no luce feliz como estaba por ver el dinero, ahora tiene la mirada oscura como su alma y eso se lo hace saber a Bennett que no está feliz con lo que ve mucho menos ahora, la dureza de la mujer es incómoda a diferencia de la dulzura con la que sabe tratar a Sandra y pensar que la mujer joven, hermosa
10. ESTOY EMBARAZADA —Todo va a salir bien— le dice Nicolás a Hellen que ya está vestida como debe ser— ¿tienes miedo verdad?. —Para nada— responde ella— muy bien no te preocupes, no te presiono solo recuerda que la probabilidad de embarazo es del 25% en cada intento de inseminación. —¿Tan pocas probabilidades hay de que quede embarazada ahora?— se empieza a desesperar sabiendo que entre más tiempo demore, más peligro corre con James sabiendo su pasado— tiene que ser ahora. —Es médico, no Dios— aparece Bennett después de un buen rato sin corbata y de mal humor al ver que lo miran— ya basta, ponte a trabajar y tú— grita a Hellen que se ríe al verlo— ¿Te estás burlando de mi?. —No, y no me señales con esa mano que habrá estado muy ocupada— dice la mujer de cabello oscuro haciendo que Nicolás aplauda su buen humor y Bennett lo quiera matar— así es como debes estar Hellen— la felicita mientras el pelinegro pierde la paciencia. —Más vale que si hagas milagros y ella quede embarazada