Dolor y vacío
—Soy tu médico y amigo,dejaste de venir diciendo que estabas ocupada y ahora lo entiendo, sabes muy bien cuál es tu situación y no te importo, no puedo creer que te hayas embarazado a escondidas, es el colmo Sandra. Escuchar los regaños del médico solo hacen que la noticia para la linda pintora Sandra Smith la haga sentir algo afligida sin embargo nada es suficiente para opacar su felicidad, pues los dos meses de embarazo que tiene es todo lo que vale la pena para ella. En cuatro años de relación con el atractivo banquero Bennett Hamilton, lo único que los ha frenado para que lleguen al altar son las dos lamentables pérdidas que ha tenido en el transcurso de los años pues tristemente su cuerpo a nivel médico no ha logrado desarrollar a los bebés que ha procreado con amor, ilusión y diferentes tratamientos de fertilidad, una mujer joven que lucha contra todo para ser feliz al lado del hombre que ama quién no está de acuerdo a que ella se exponga teniendo otro embarazo pero lo hecho está hecho, y el tercer bebé viene en camino. —Por favor ya deja de regañarme Nicolás, estoy embarazada y no hay nada que hacer en contra de eso, ya son dos meses y es más de lo que mi cuerpo antes ha podido soportar, estoy feliz— dice sonriente la rubia. —Por supuesto que hay mucho que hacer en primer lugar es tener los cuidados necesarios, ya revise todos tus analisis y ecografía, tu útero es debil— se apena el decirlo pero lo hace— el conteo de tus óvulos no es suficiente— continúa— así no debían ser las cosas, tu hemoglobina no es la adecuada pero ya que hiciste lo que te dió la gana, lo primero es que estés tranquila— le habla con seriedad. —¿Cómo lo tomó Bennett?. —Aún no lo sabe— confesó ante la mirada sorprendida del médico— sé que él también quiere un bebé, siempre me dice que mi salud es lo más importante, que un embarazo no es relevante pero lo he oído, lo veo, lo sé, él quiere un hijo tanto como yo y no sere mas la mujer débil que mi suegro y mi padre creen que soy, así nunca podremos ser felices, papá también quiere un nieto y yo quiero ser madre— solloza— Bennett lo entenderá y me apoyará, nos amamos. De eso no hay dudas y junto a las indicaciones y el apoyo del médico que la trata desde hace años, se va rumbo a la mansión donde se celebra, el cumpleaños número 60 de Roger Hamilton, el padre de su amado que efectivamente la ve como la mujer que nunca podrá darle lo que tanto quieren, un heredero que asegure el legado de su apellido y por lo cual es una pelea constante entre padre e hijo sumado a los reproches de James Smith, su propio padre que no es el mejor de los hombres, siempre pendiente del poder culpando a su sumisa esposa Anna por tener dos hijas y nunca el varón que tanto quiso tener. La mansión de la familia de los banqueros es un lugar exquisito por la arquitectura y la hermosa decoración que hay, algunos de los cuadros que Sandra ha pintado por ser una artista famosa y talentosa están adornando parte del salón principal donde los distinguidos invitados comparten, el vestido blanco corte A y el moño perfectamente hecho en su rubia cabellera la hace lucir tan bella y delicada como es, de las joyas que más le pueden gustar, ninguna es tan importante como el diamante que luce por su compromiso con Bennett quien se hace un espacio entre sus socios y colegas para recibir con todo el amor a su prometida a la que alza en brazos feliz ante la mirada soñadora de quienes los rodean, el magnate de 30 años quien es tan elegante como atractivo, demuestra su amor sin temor pues Sandra es su alma gemela como el mismo la llama. —La mujer de mi vida— la besa tomando el regalo que ella trae— empezaba a estar impaciente porque no venías. ¿Paso algo?. —Nada malo mi amor, por el contrario— lo abraza feliz viendo cómo los ojos verdes de su prometido brillan al verla— tenemos que hablar— dice haciendo que frunza el ceño intrigado. —Buenas tardes Roger— saluda a su suegro que la recibe a gusto aunque siga sintiendo que ella no es la mujer para su hijo— feliz cumpleaños, estoy completamente segura que mi regalo será el mejor para ti— sonríe y todos miran como el empresario abre la caja— no es necesario que lo abras aquí papá. —Claro que si— dice Sandra mirando a Bennett y a todos incluyendo a su padre que siempre tiene una postura rígida, elegante y altiva— quiero que sepa suegro, que este regalo de vida es la mejor y espero de corazón que le emocioné tanto como a nosotros— ríe emocionada y algunos piden que el obsequio se abra. —Una cajita llena de esperanza— dice la mujer y ve cómo la ecografía del bebé de dos meses llena los ojos de propios y extraños— será abuelo— dice feliz y la cara de Bennett no es la que esperaba mientras el resto aplaude con algarabía. —Seremos papás mi amor— le dice al alto pelinegro que la mira sin poder creer lo que escucha y su suegro probablemente tampoco— mi hermosa hija— Anna se acerca abrazando a la rubia que solloza feliz— seré mamá, vamos a tener un bebé— toma la mano de su novio para ponerla en su vientre que no dice una sola palabra y solo puede escuchar las palabras embarazo, perdida y riesgo en su mente. —¿Cómo puedes estar embarazada si te estás cuidando?— dice con cierta molestia Laura, su hermana— estoy embarazada y eso es lo único que importa, mi amor— se dirige a su pareja que la mira con incomodidad. —¿Porque no me dijiste nada?— le habla susurrando para que nadie escuche mientras los demás se distraen— nos estábamos cuidando, el anticonceptivo— dice pero es interrumpido— me lo quite— confiesa ante la sorpresa— quiero ser madre y sabía que si te decía no ibas a querer, se que mi salud está en riesgo— toma su rostro temblando— se que hemos tenido perdidas pero nuestro hijo está aquí— lo hace tomar su vientre nuevamente— ya no hay dolor ni vacío— habla sintiendo las punzadas que ya se han hecho presentes en mas de una ocasión— te amo Bennett. —¡Dios mío!— se escucha el grito de Anna cuando ve aquello que tanto temen— no puede ser— mira como el caos se ha formado y el sueño de su hija se destroza cuando sus piernas tienen líquido vital y el hermoso vestido blanco se ha llenado del rojo intenso de la sangre que la hace doblarse de dolor y a Bennett tomarla en brazos para auxiliarla de inmediato. —!Otra vez no!, por favor otra vez no, este dolor y vacío otra vez no.Camino accidentado —No, esto no puede estar pasando, otra vez, porque ella no me lo dijo. Llora Bennett sintiéndose derrotado en una de las sillas de la clínica donde ya han internado a Sandra, el elegante traje gris está manchado por la pérdida que su novia ha sufrido haciendo hincapié en la dolorosa realidad, el cumpleaños de su padre se convirtió en un triste espectáculo pero nada es tan importante como la salud de ella y el dolor que pueden sentir. —¡Necesito información de mi mujer!— grita y reclama desesperado mientras su padre le pide calma— no me pidas lo que no puedo darte, ese es todo el maldito problema, he hecho todo lo que has querido papá, desde que mamá murió solo hemos sido la abuela, tu y yo, por ese sentimentalismo barato he dejado que te metas en mi vida y se acabó esa basura, yo nunca, escúchame muy bien— se desespera porque sabe lo que su padre opina de la mujer que ama— nunca voy a dejar a Sandra por lo que no te puedo dar. —Como quieras Bennett— habla enérgi
Amar es liberar —¿Mi amor?— pregunta viendo que su novia está seria, mientras su padre lo mira y ella estira su mano— gracias por no dejarme, mi vida— lo abraza cuando él se acerca y Roger también se hace presente— se que lo que ha pasado no solo me duele si no también a ti y a nuestra familia— sus lágrimas caen nuevamente pero no deja de hablar— el problema soy yo Bennett— dice y él la calla con un minúsculo beso pidiéndole que no diga eso— te amo mi amor y se que es la verdad, ha sido mi culpa por no ser tan fuerte como quiero, he sido muy poca cosa para ti. —¡Basta Sandra!— el hombre levanta la voz haciendo que a más de uno le sorprenda su furia— no quiero escuchar que digas esas cosas, no eres débil ni poca cosa, eres la mujer que amo y no pienso dejar que sigas sufriendo de esta manera, se acabó— dice entre lágrimas. —¿Se acabó?— pregunta ella temblando. —Si, se acabó, no quiero hijos. Dice con actitud de roble pero quienes lo conocen saben que eso no es así, su padre po
—Te dejo libre mi amor. Las palabras de la mujer que ha sido su vida por muchos años, resuenan en los oídos de Bennett que no puede procesar lo que está pasando, demasiadas emociones juntas pueden hacer que cualquier cabeza explote sin embargo él siempre se ha caracterizado por un ser hombre sensato aunque en este momento nada de ello quepa, el amor que siente por Sandra es tan real que está dispuesto a desechar el sueño de formar una familia mientras que ella está dispuesta a hacer el sacrificio de dejar ir al hombre de su vida para que tenga lo que tanto anhela. Nada más que sollozos se escuchan en este momento, excepto por la voz de James quien le dice a su hija que estará bien, que el estado de sensibilidad en el que está es comprensible y si nadie más lo entiende él si, el diamante hermoso brilla en la cama y es Bennett quien lo toma para repasar la joya que con tanto amor dio y ahora le es devuelta después de 4 años. —¿Estos son 4 años para ti?— le pregunta a la rubia que llo
—¿Aún sigues pensando lo que te dije? Mi amor es el negocio de nuestras vidas y así salir de este lugar de una vez por todas.—Yo no quiero ser madre, los niños no son lo mío. —Pero el dinero sí. Desde que la madre de Hellen tomara la triste decisión de quitarse la vida, la joven de 23 años quedó huérfana cuando tenía 10 y desde ese día la inocencia se perdió dándole espacio a una mujer que respira y vive por conseguir dinero, con pocas oportunidades y una vaga educación, lo máximo que ha podido ser es mesera de un bar en una zona peligrosa de New York donde casi nadie conoce la forma de vivir mejor, pues la escasez es bastante. Su relación con Denis se dió desde los 18 años y aunque él la ha ayudado económicamente, Hellen no es el tipo de mujer que busque ser dependiente de nadie pues hasta cierto punto aunque está enamorada también vive amargada por las oportunidades que no ha tenido, sin padre ni madre y la dureza de la calle donde pasó un tiempo después de quedar huérfana la h
LA ELEGIDA —Tu no eres nadie para decidir algo que solo nos compete a Sandra y a mí— explota Bennett que comúnmente es un hombre mesurado pero la situación es estresante— está mujer es una ladrona.—Y este hombre un asesino— pelea Hellen— él me atropelló con su auto— dice y Sandra abre los ojos de par en par— me dijo que mi bicicleta era muy poca cosa para el lugar donde estaba, estaba con la camisa llena de sangre— se aleja de él y mira a la rubia llorosa— no estoy mintiendo— la ve— más bien deberías alejarte de este— lo señala como si nada— no entiendo como quieres darle un hijo a este tipo. Las palabras de la impulsiva mujer salen con veneno de sus bonitos labios ante la mirada de los presentes que la ven con confusión, molestia y hasta miedo pues después del trato a solas, James no se quiere imaginar que ella desista de alguna manera pues ante lo poco que sabe y ha escuchado de ella, le parece la mujer perfecta para tener al bebé que su hija tanto anhela y le daría el poder que
7. EL HOMBRE QUE TU MATASTE Las cartas están puestas sobre la mesa y cada uno está en busca de lo que más le conviene juntos o separados, el trato está hecho y la felicidad de Sandra no cabe en su cuerpo. —Mil gracias, papá gracias por todo— abraza la rubia a su padre que no podría estar más satisfecho— gracias Hellen y tu— abraza y besa a Bennett— amor mío. —Mi vida— la besa con ternura al ver el brillo de emoción que hay en ella y no veía hace mucho— Sandra haría y haré todo por hacerte feliz y ver esos hermosos ojos brillar como el día en que nos conocimos. El amor se siente en el aire para los dos como siempre, Sandra toma feliz la mano del hombre que ama mientras Hellen mira como también le estira la mano a ella dudando en porque lo hace y es que la mujer es una persona sensible y ahora más que nunca, después de varios segundos la mujer de cabello oscuro acepta tomarla y es la rubia quien junta las manos de la mujer que será la madre del bebé que tanto anhela y la de su
RAZONES TORMENTOSAS —Harás lo que te digo— habla James sirviéndose un trago— no hay esto para ti— señala el alcohol— después de todo por lo que entiendo, mataste a ese hombre drogada y borracha. —¡No es verdad!— estampa su delicada mano Hellen en la mesa— las cosas no fueron así y no estoy aquí para darle explicaciones— ella es desafiante y eso enfurece a James— si hubiese querido decir algo ya lo hubiese hecho, pero no, después de todo entre ratas no nos vamos a poner caretas. —¡Cómo te atreves!.—Es la verdad, ¿qué clase de padre le pide a una desconocida que le quite el marido a su hija?— pregunta con sarcasmo— ¿A qué está jugando Señor Smith?. —Al juego del poder dónde muy bien beneficiada estarás— responde molesto. Para un hombre que no está acostumbrado a que ninguna mujer le diga que no, el desafío de Hellen a pesar de verse amenazada lo hace sentirse confundido y molesto, forzado a tener que dar explicaciones comienza a hablar de sus planes de forma escueta, sin dar mucho
DÍAS FÉRTILES —No puede estar bien.—¿De qué hablas?— la mira Bennett dándose cuenta que no está bien— se supone que eres una mujer sana, tenemos un contrato— se desespera un poco— mírame— la toma del rostro para revisar qué le pasa— mírame. —!No me toques!— se suelta rápido odiando la palabra contrato— yo estoy perfectamente bien— finge estar repuesta pero sigue pálida— estoy bien. —Claro que no— la ve temblar— mírate como estás, pareces una hoja, estás pálida— intenta tocar su frente pero se aleja a la defensiva— déjame— respira hondo y se empieza a recomponer— yo estoy muy bien y no necesito de tu ayuda. Las palabras siempre pueden ser simples si no cargarán tanto detrás, Hellen ya no luce feliz como estaba por ver el dinero, ahora tiene la mirada oscura como su alma y eso se lo hace saber a Bennett que no está feliz con lo que ve mucho menos ahora, la dureza de la mujer es incómoda a diferencia de la dulzura con la que sabe tratar a Sandra y pensar que la mujer joven, hermosa