Alejandra seguía esperando a Marco en su oficina; su asistente ya había salido y su conductor estaba a la entrada de la torre pendiente de su señal para recogerla en el estacionamiento. Se levantó y caminó hasta la gran ventana...¡la gran metrópoli nocturna le quitaba el aliento! De pronto, sintió un vacío en su estómago y un cosquilleo en las manos...miró sus pies descalzos sobre la alfombra y tuvo un presentimiento y, de repente, se sintió más vulnerable que nunca...
Mientras tanto, Felipe entraba al ascensor muy molesto no solo por su descuido sino por tener que resolverlo él mismo, puesto que aún no tenía conductor, ni asistente ni escoltas que se encargaran de esos imprevistos por su condición de recién llegado a la ciudad. Por fortuna se había hospedado en el hotel de la compañía con la cual esperaba hacer negocios, por tanto no era mucho el tiempo que perdía; además estaba a la expectativa de conocer a la socia principal cuya identidad lo tenía muy intrigado por su reputación en el círculo empresarial. Sonrió de manera enigmática mientras las puertas del ascensor se abrieron y él, con paso firme, se dirigió a la oficina principal pero se detuvo al notar la puerta entreabierta...Desde afuera descubrió la silueta de una mujer mucho más alta que el promedio y muy esbelta quien de pie y descalza observaba las luces de la ciudad a través de la ventana... Observó sus pantorrillas bien formadas, siguió la curva de sus caderas hasta su cintura estrecha y admiró el cabello oscuro que caía sobre su espalda formando bucles... No pudo dejar de recorrer su hermosa figura delineada por un fino vestido azul, mientras las luces de la ciudad eran el lienzo perfecto para esa obra de arte que lo dejó impactado por su belleza, tanto como para plasmar ese momento en la eternidad de su memoria.Aún de pie en la puerta sintió un pálpito en su interior seguido de un escalofrío a través de su espalda y entonces supo, en ese mismo instante, que ese encuentro marcaría el resto de su vida y sería, para bien o para mal, inolvidable...Mientras tanto Alejandra seguía admirando el paisaje cuando vio el reflejo en el vidrio de alguien desde la puerta y le habló...-¡Entra ya, Marco! ¡Estoy esperando que abras ese sobre! ¡Deja el drama, por favor! -Felipe se sorprendió al escucharla porque había algo de familiar en esa voz, sin pensarlo más caminó a traves del umbral y se detuvo frente al escritorio antes de saludar con voz muy varonil...-Señora Giordanelli, ¡Buenas noches!Alejandra sintió que la tierra se abría bajo sus pies, ahora no había dudas...era esa voz de nuevo. Giró sobre sí misma y dio un par de pasos detrás del escritorio y se apoyó en el respaldo de la silla para mantener el equilibrio; lo miró con los párpados muy abiertos mientras Felipe tenía sus ojos clavados en ella muy desconcertado... una vez esa chica volteó, su corazón se aceleró y la reconoció de inmediato aún cuando se veía muy cambiada, estaba más madura, más mujer, más bella...-¿Qué rayos? -se dijo consternado. Su expresión había cambiado de admiración a furia...Hubo un silencio expectante, solo interrumpido por el golpe del teléfono al deslizarse de su mano.Ambos sostenían la mirada con actitud desafiante, concentrados en evaluar cada reacción del otro esperando el primer ataque pero sin mediar palabra. El ambiente se tornó tan pesado que costaba respirar; sin embargo, alguno tenía que romper la tensión y después de un silencio cargado de reproches él habló...-¿Cómo fuiste capaz de burlarte de mí Alejandra? ¿cómo pudiste hacerme tanto daño? ¿cómo te atreviste? -Ella lo fulminó con la mirada, la furia dominaba esos hermosos ojos, sus pupilas se contrajeron aún más y lo increpó:-¿Burlarme? ¿burlarme Felipe? ¿quién se burló de quién? ¿quién abandonó a quién? ¡No seas cínico! ...-Apretó los puños con más fuerza mientras él apoyaba las manos en el escritorio.-¡Sí, tú te burlaste de mí! actuaste siempre como una cualquiera y no lo vi hasta que fue tarde. -La voz de Felipe era profunda, apretó los dientes para controlar el temblor de su mentón.-¿Me estás insultando? -apartó la silla y apoyó las manos en el escritorio-¡sí que eres atrevido!..-¡Mereces más que insultos! ¡Me resistí a creer que fueras capaz de hacerme eso porque confiaba en ti!, pero no pude evadir la realidad y tuve que admitirlo. ¡No eres más que una ... -golpeó el escritorio con el puño al no poder terminar la frase y sin esperar su respuesta giró hacia la salida... temblaba, estaba perdiendo el control, pero ella al ver que pretendía marcharse caminó detrás suyo y levantó la voz...-¡Maldit@ sea, Felipe! ¡No te atrevas a cruzar esa puerta! ¡Mírame y escúchame! -Felipe se detuvo en seco y giró casi a un metro de ella... levantó el mentón y cruzó los brazos pero ella no se dejó intimidar por la mirada insolente de esos ojos verdes y con voz baja, pero firme, le dijo:-Vienes a mi oficina a estas horas sin ser invitado, te deslizas como un ladrón y para colmo me insultas y ahora... ¿pretendes largarte sin dar explicaciones? -lo miró desafiante sin revelar la tormenta de emociones que la embargaban...-¿Explicaciones? ¿acaso no son evidentes? ¿qué querías que hiciera?¿ qué siguiera actuando como un idiota? -Hizo una pausa para leer la expresión en el rostro de ella y notó desconcierto y dolor, vio su intento de abrir los labios pero no articuló palabra, entonces decidió acorralarla.-¿Después de tantos años no tienes la suficiente valentía para admitirlo? ¿dónde ha quedado la integridad y la honestidad de la que tanto alardeabas? ¿y ese apellido? ¿a quién manipulaste para tener todo esto? ¡Eres una ...una...ahhh! -y golpeó el puño contra su otra mano- No quiso soltar el insulto porque no era propio de su carácter, ni siquiera dominado por la furia.-¿Una qué? ¡diiilo! ¡no te reprimas! ¡me has insultado de tal forma que uno más no importa! ¡mi apellido y esta compañía me corresponden por derecho! ¡tú eres quien debe explicar tu abandono, no yo!...¡fuiste tú quien faltó a su palabra! ¡actuaste como un cobarde!. -Felipe apretó los puños y dio un paso hacia ella...-¿Cómo un cobarde? repite eso... -Alejandra tiró el cuerpo hacia atrás vacilante pero se sobrepuso y reafirmó...-¡Sí, fuíste un cobarde! ¡no fuiste capaz de darme la cara! ¿sabes qué? ¡yo te había expulsado de mi vida! ¿ a qué volviste? ¿a hacerme daño de nuevo? ¡te odio, Felipe!Sus últimas palabras lo golpearon de tal manera que su rostro se contrajo por una mezcla de furia y dolor, tenía la cara encendida pero sus ojos poco a poco se oscurecieron... continuó avanzando de manera peligrosa hasta quedar frente a frente mientras ella retrocedía de manera instintiva... lo vio tan descompuesto que sintió temor por su seguridad. Él siguió hasta que ella agotó su margen de maniobra y quedó atrapada entre él y la pared, entonces las piernas le empezaron a temblar y la boca se le secó. Por primera vez en muchos años se sintió en peligro...en peligro de caer de nuevo en sus brazos...Felipe se detuvo a escasos centímetros de ella y fue suficiente para bajar la guardia... soltó sus puños y relajó sus hombros mientras la encerraba con sus brazos en la pared y sentía como la ira se desvanecía. A esa distancia podía percibir su aliento cálido, su respiración agitada y su aroma seductor mientras recorría su rostro con los ojos oscurecidos y sentía como el pecho se le oprimía con solo contemplar esos bellos ojos que una vez lo habían hechizado y esos labios tan provocativos que tanto había besado...su corazón estaba fuera de control y su cuerpo empezó a temblar.El tiempo se detuvo mientras era embriagado por su dulce aroma y la calidez que emanaba de su cuerpo a traves del vestido, los recuerdos lo avasallaron hasta detener su respiración y quedar sin aliento; entonces lo invadió la necesidad imperiosa de acercarse un poco más, la tomó de los hombros y buscó sus labios pero ella reaccionó y apartó el rostro al tiempo que empujaba los brazos hacia afuera y se le escapaba
Aún sujeto de sus emociones, Felipe tomó el ascensor hacia el vestíbulo del hotel. Por comodidad había reservado una suite en la Torre Giordanelli mientras planeaba hacer negocios con sus dueños, negocios que en esas circunstancias ya no le interesaban.-¡Maldit@ sea! -dijo mientras golpeaba el pasamanos con fuerza. Su cuerpo aún estaba agitado, su corazón estaba fuera de sí y las manos le sudaban. -¿Cómo no lo vi venir? ¿cómo pude ser tan estúpido? -Se recriminó por no investigar mejor a sus prospectos porque si hubiera sido más exhaustivo no estaría en ese lío, dado que se había jurado a sí mismo no buscarla ni verla nunca más... se propuso desterrarla de su mente para siempre después de los sucesos de hace seis años.Lo último que supo de ella era que había atrapado a un multimillonario dueño de una cadena hotelera meses después de su salida del país, pero creyó que se trataba de una conquista más y después de exprimirle dinero lo había dejado. Sonrió con ironía y se dijo: -No esp
A las seis en punto sonó la alarma... Alejandra reaccionó un poco confundida y parpadeó con lentitud mientras abrazaba la almohada con la estancia aún a oscuras. Su noche no había sido la mejor porque el encuentro con Felipe la alteró demasiado y, por más que intentó sacarlo de su cabeza, no dejaba de pensar en él y en la forma como la abandonó en el momento en que más necesitaba de su apoyo, sin explicaciones y sin una despedida. Había jurado amarla más allá de sus días y de repente estaba sola, desecha y con un vestigio incipiente de él en su interior, una huella de vida que se abría paso día a día. Las lágrimas rodaron por sus mejillas mientras el dolor emocional la invadió y al final se quedó dormida. Aún a oscuras se sentó en la cama y en la soledad de su habitación confrontó sus sentimientos y sus recuerdos; Felipe había sido su primer amor, su príncipe azul, su pasión desbordada, el hombre que la había llevado a descubrir el placer. Él la había hipnotizado con esos preciosos y
Felipe contestó la llamada de su asistente quien le notificó que su reserva a NYC había quedado para las seis de la tarde, luego guardó el PC en su maletín junto con documentos importantes y tomó un gabán antes de salir de la suite. Entró al ascensor y se detuvo en el café francés del segundo piso para tomar algo ligero antes de la reunión con su padre y al entrar... la vio.De inmediato quedó impresionado... clavó sus ojos en ella hipnotizado mientras una fuerza invisible lo obligaba a acercarse pero las palabras del camarero lo detuvieron y se ubicó en una mesa en el ala opuesta. Tomó aire y recuperó la compostura antes de ordenar un green juice con menta y gengibre para recuperarse de los estragos de la noche anterior y se preparó para hablar con su padre. Ahora más que nunca debía alejarse porque sentía que estaba entrando en un terreno peligroso y quería evitar el punto de no retorno con ella; sentía que el dolor y el rencor que guardaba en su corazón no eran suficientes para mant
Mientras tanto Alejandra observaba la tormenta desde su oficina, había decido almorzar ahí mismo e instruyó a Laura para que pidiera el servicio. En eso estaba cuando recibió una llamada de Marco pero al no escucharla le envió un mensaje donde le pedía asistir a la cita con Felipe, puesto que él no llegaría a tiempo por el bloqueo de las vías.-¡Rayos! ¡Rayos! ¡Rayos! -exclamó Alejandra- Se mordió el labio inferior y caminó fastidiada de un lado a otro con los puños apretados porque después de lo sucedido la noche anterior no quería otra confrontación con él y menos después de verlo en la mañana, pero no podía faltar a la palabra de Marco, era su responsabilidad estar al frente dada las circunstancias. -Laura, por favor, comunícate con la asistente de Marco para que te envíe la agenda de su reunión con el Señor Felipe Cástellor, ¡la necesito para ya! Dicho esto fue a su tocador privado y revisó su apariencia, decidió retocar su maquillaje y refrescar su perfume... estaba lista para e
Por fin cesó la lluvia... habían terminado de almorzar y disfrutaban del vino pero el ambiente estaba tan candente que si una chispa saltaba provocaba un incendio... Para aliviar la tensión, ella se levantó y se dirigió a la ventana con la copa en la mano y quedó deslumbrada al ver como la ciudad recobraba su vitalidad después de la tormenta mientras se escuchaba un tema ochentero: "Wherever you go, whatever you do...I will be right here waiting for you" -Alejandra siguió la tonada- "Whatever it takes, Or how my heart breaks...I will be right here waiting for you" -By Richard Marx- Felipe la escuchó fascinado y recordó los tiempos aquellos cuando se habían amado y ella le cantaba al oído mientras bailaban en la penumbra...-¡Cómo olvidarlo! -se dijo mientras servía otra copa de vino y se aferraba a ella para disimular el temblor de sus manos y el ardor de su cuerpo. Hacía tiempo no sentía algo así por una mujer... solo ella lo había logrado en el pasado y ahora lo volvía a hacer. Conoc
Alejandra se dirigía al vigésimo piso cuando en el ascensor encontró a Felipe con un atuendo deportivo muy sexy, el cual resaltaba su cuerpo atlético y muy bien formado. Intercambiaron miradas...la de él chispeante y furiosa... la de ella, fría y distante. Una vez llegó a su destino, entró a su oficina y decidió entrenar en la villa aunque los martes era su día de gym en el hotel junto a Sara pero no quería más encuentros con Felipe, habían sido demasiados para un solo día. Llamó a su chofer y mientras se preparaba para salir, llamó Sara... -¡Hola, amiga! ¿Por qué no has llegado? Ni te imaginas lo que te estás perdiendo...¡debes venir yaaaaa! Gritaba Sara animada. - Holaaa...No, Sara, no voy a entrenar acá, lo haré en la villa, quiero llegar a casa temprano, perdóname por hoy cariño. -¿Qué? No amiga, no seas aburrida...¿Recuerdas al tipo de esta mañana en el café? ¿ El de los ojos de brujo? -Sí, claro...¿Qué hay con él? - Pues nena, tiene paralizado el gym... Está frenético dando
Alejandra llegó a la villa pasadas las seis de la tarde, saludó con cariño a Elena y se dirigió a su habitación, una vez allí se tiró en la cama y miró el techo durante un largo rato. -Muchas emociones para un solo día -se dijo. Su vida tranquila y estable amenazada de nuevo por un hombre que había dejado un legado imborrable en ella y quien volvía para enfrentarla a una realidad: ningún secreto dura para siempre y el tiempo del suyo se estaba agotando, sentía que no podía ocultarlo por mucho tiempo.Y admitir que lo sigue amando como el primer día complica la situación porque interfiere con sus planes de vengarse por todo lo que la hizo sufrir; no quería ser débil y arriesgarse a exponer sus sentimientos sin conocer con certeza los de él porque hasta ahora solo había mostrado pasión y furia pero no amor. Sin embargo, cuando se encontraron en el gym su mirada de ira inicial se transformó en otra profunda y escrutadora con un destello de angustia que le dejó más interrogantes que certe