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8. Huele a peligro...

Felipe contestó la llamada de su asistente quien le notificó que su reserva a NYC había quedado para las seis de la tarde, luego guardó el PC en su maletín junto con documentos importantes y tomó un gabán antes de salir de la suite. Entró al ascensor y se detuvo en el café francés del segundo piso para tomar algo ligero antes de la reunión con su padre y al entrar... la vio.

De inmediato quedó impresionado... clavó sus ojos en ella hipnotizado mientras una fuerza invisible lo obligaba a acercarse pero las palabras del camarero lo detuvieron y se ubicó en una mesa en el ala opuesta. Tomó aire y recuperó la compostura antes de ordenar un green juice con menta y gengibre para recuperarse de los estragos de la noche anterior y se preparó para hablar con su padre. Ahora más que nunca debía alejarse porque sentía que estaba entrando en un terreno peligroso y quería evitar el punto de no retorno con ella; sentía que el dolor y el rencor que guardaba en su corazón no eran suficientes para mantenerse alejado, por tanto necesitaba tomar distancia.

Su padre ingresó puntual y lo saludó con efusividad mientras esperaba buenas noticias.

-El consultor legal fue citado a una video en cuarenta minutos, hay una alta probabilidad que seamos los escogidos -le dijo con voz entusiasta- Esta asociación es vital para la estabilidad de la empresa, si no se da estamos jodidos, hijo.

-Papá...debo hablar contigo al respecto -le dijo entre suspiros- Soy conciente de la situación financiera pero tengo muchas dudas después de mirar el terreno...No creo conveniente invertir en Latinoamérica y menos desde aquí.

-¿Quééé? Edmundo lo miró sorprendido.

-Escúchame, papá, estoy seguro que Centroamérica y Asia tienen mayor proyección turística a futuro. Deberíamos mirar hacia esos mercados porque tienen mayor potencial y no están tan saturados.

-¡Qué rayos! ¿Cómo me dices eso ahora? Si esta propuesta fue tu idea, invertir en L.A fue tu idea, asociarnos con Giordanelli fue tu idea...tú me vendiste la idea y ahora ¿me sales con esto? ¿qué bicho te picó? ...Por el contrario, L.A tiene más potencial que los demás mercados juntos.

Felipe sabía que no sería fácil convencerlo, pero se mantuvo firme; de manera furtiva, miró hacia donde estaba Alejandra porque no era capaz de ignorarla.

-He cambiado de idea, padre, las cosas no son como parecen...no es tan interesante acá. Edmundo estaba confundido, su hijo estaba extraño, lo notaba disperso y mirando a otro lado.

-Felipe...¿Qué estás mirando? estás hablando conmigo hijo, concéntrate. ¿Hay alguna chica por ahí? ¡olvídala!.. no vale la pena ahora. Felipe seguía mirando con intensidad a Alejandra mientras salía del café... parecía una diosa sofisticada e imponente, estaba bellísima.

-¡Felipe! -Replicó Edmundo. Él reaccionó y siguió insistiendo en lo inviable del proyecto, las desventajas, los riesgos...¡en fin! Todas las objeciones con tal de disuadir a su padre.

-Te prometo que yo mismo buscaré nuevos inversores, papá -pero su padre hizo un gesto de fastidio y dijo:

-No hay vuelta atrás, Felipe. Si la respuesta es positiva estamos adentro y punto. Es lo mejor para nosotros. Deberás vivir entre NYC y Bogotá porque tú debes estar al frente; yo ya no estoy para esos trotes pero te apoyaré en todo desde acá.

La reunión continuó con otro temas pendientes mucho más técnicos. A las nueve y media Edmundo recibió una llamada de la oficina jurídica en Nueva York en la cual le informaban que el consultor había terminado la video con Giordanelli Company y después de escuchar con mucha atención, colgó.

-Estamos adentro -le dijo a su hijo. De inmediato, sonó el teléfono y Felipe se fijó en la pantalla, era Marco Mori...

-¡Hola, Marco! ¿Cómo estás?

-¡Hola Felipe! ¡Muy bien! Imagino que estás enterado de la decisión.

-Sí, sí...acabamos de recibir la noticia.

-¡Felicitaciones! Bueno, y ya que haremos negocios, quiero que nos reunamos para discutir unos puntos de la propuesta -Felipe guardó silencio por un momento- ¿Felipe? ¿sigues ahí? ¿te parece bien a la una en el restaurante italiano del hotel? ¿Felipe?

- Sí, sí, está bien, Marco. No hay problema, allí estaré.

-Bien, ya está la reserva para el salón privado; solo debes anunciarte y se encargarán de ubicarte. ¡Nos vemos ahí! ¡Adiós! -Y colgó.

Edmundo estaba complacido porque habían ganado un magnífico asociado y miró a su hijo con una gran sonrisa...

-Todo va a salir bien, hijo, ya lo verás.

Dos horas después de atender otros asuntos relacionados con la empresa recibió un mensaje de su asistente personal dónde le notificaba la invitación de parte de sus nuevos socios a un coctel, el día siguiente a las siete de la noche; también le confirmó que su padre asistiría junto con otros altos ejecutivos.

-El viejo quiere marcar territorio -dijo divertido- ese es mi padre siendo mi padre...

Se pasó la mano por el cabello con irritación y le pidió a su asistente que aplazara su vuelo de regreso. Guardó su portátil y decidió volver a la suite porque quería descansar un rato antes de la cita con Marco. Una vez allí aflojó su ropa y se acostó en la cama pensativo mientras miraba el diseño del techo y del resto de la habitación, la cual era muy elegante y luminosa como toda la suite con un estilo minimalista muy asiático y acogedor.

Cada vez que intentaba cerrar los ojos aparecía su figura hermosa y muy seductora de nuevo.

-¿Cómo te borro de mi mente, Alejandra ¿cómo diablos podré trabajar contigo si el solo verte me despierta emociones que se mueven entre la pasión y el rencor? Se quedó dormido en medio de su cavilación hasta que lo despertó el estruendo de una tormenta sobre la ciudad y se sorprendió al ver que su reloj marcaba casi la hora de la cita, entonces se levantó y miró por la ventana el cielo oscuro surcado a cada tanto por relámpagos y centellas.

-Parece que Zeus está de bronca con su amante -se dijo y sonrió- si supiera que ella es un angelito al lado de Alejandra...

Enseguida se refrescó y organizó su atuendo con tranquilidad porque estaba seguro de no verla más por hoy, pues Marco había especificado que eran solo ellos dos; ya suficiente tenía con haber cedido ante su padre por los intereses de la empresa. Se puso un gabán que le daba un aire muy masculino y distinguido, tomó su maletín y se dirigió a la salida rumbo al restaurante, sin sospechar que el destino seguía moviendo sus hilos...

Marco estaba aún en las oficinas del norte cuando empezó la tormenta.

-¡Rayos! ¡la reunión con Felipe! -se rascó la frente y tomó el teléfono.

-¿Leja? cariño, estoy atrapado, ¿me salvas el trasero con Felipe?

¿Leja, me escuchas? Al ser inefectiva la llamada decidió textearle:

-"Cariño, cúbreme con Felipe... estoy atrapado, después te lo compenso"-y sonrió divertido al imaginar la cara de su socia porque estaba convencido que entre ellos había historia...

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