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10. "Mientras tú juegas damas"...

Por fin cesó la lluvia... habían terminado de almorzar y disfrutaban del vino pero el ambiente estaba tan candente que si una chispa saltaba provocaba un incendio... Para aliviar la tensión, ella se levantó y se dirigió a la ventana con la copa en la mano y quedó deslumbrada al ver como la ciudad recobraba su vitalidad después de la tormenta mientras se escuchaba un tema ochentero: "Wherever you go, whatever you do...I will be right here waiting for you" -Alejandra siguió la tonada- "Whatever it takes, Or how my heart breaks...I will be right here waiting for you" -By Richard Marx- Felipe la escuchó fascinado y recordó los tiempos aquellos cuando se habían amado y ella le cantaba al oído mientras bailaban en la penumbra...

-¡Cómo olvidarlo! -se dijo mientras servía otra copa de vino y se aferraba a ella para disimular el temblor de sus manos y el ardor de su cuerpo. Hacía tiempo no sentía algo así por una mujer... solo ella lo había logrado en el pasado y ahora lo volvía a hacer. Conoció muchas mujeres después de ella pero ninguna pudo despertar ese nivel de emociones en él., ninguna había dejado la huella que Alejandra plasmó en su alma.

Ella seguía observando el panorama con fascinación, estaba relajada y disfrutaba del momento porque sabía que tenía el control y no pensaba cederlo, cuando de repente sintió su aliento cálido cerca de su cuello y sus brazos alrededor de su cintura mientras su piel se erizaba de arriba a abajo, pero no lo rechazó...lo dejó seguir. Felipe percibió su perfume seductor y con lentitud se acercó hasta quedar pegado a su espalda mientras besaba con delicadeza su cuello y acariciaba su torso.

Alejandra reaccionó ante esas caricias, su cuerpo y su piel recuperaban la memoria y extraían esos recuerdos del abismo donde los había arrojado porque no lo había olvidado aunque fue amada por un hombre maravilloso. Pero ese hombre nunca le hizo sentir el deseo que Felipe provocaba en ella... nunca pudo despertar esa pasión que amenazaba con desbordarse ahora ni el fuego interior que amenazaba con explotar. Felipe le dio vuelta y quedó frente a ella, la miró con esos ojos de brujo que ahora se habían oscurecido, tocó sus labios con cautela por miedo a ser rechazado pero ella lo dejó avanzar . Él se acercó más y la besó con urgencia, mordió sus labios y la exigió sin reparos, disfrutó cada milímetro de esa boca seductora mientras ella respondía de igual manera abrumada por la oleada que la azotó hasta sus zonas más sensibles... y eso lo animó a prolongar el contacto hasta quedar sin aliento.

Se siguieron besando con ansias, saldando cuentas por todos los besos que se debían por esos años separados; él se alejó un poco para mirarla de nuevo y besó sus ojos, sus labios, sus mejillas, su mentón, la curva de su cuello y le susurró con voz apasionada:

-¡Nunca te olvidé Alejandra! ¿por qué me lastimaste tanto? ¿por qué? La atrajo con furia hacia su cuerpo porque la necesitaba y siguió acariciando su espalda y mordiendo su cuello hasta hacerla gemir, entonces ella se apoyó en la ventana para no caer mientras la copa se deslizaba de sus manos; sentía la furia en sus caricias...una mezcla de pasión y furia que no la dejaba respirar, percibió muy cerca la potencia de su cuerpo excitado y la manera como sus manos buscaban con ansia sus senos e intentaban abrir su blusa...respiró profundo y entendió que Felipe iba a subir de nivel. Entonces, reaccionó y lo detuvo en firme...

-¡Para Felipe! ¡Aléjate! -apoyó sus manos en su torso varonil y lo apartó con firmeza.

-¡Rayos, Alejandra! ¿Qué te pasa? ¿ Por qué me rechazas? Felipe la agarró por las muñecas y la atrajo de nuevo pero ella luchó hasta que se zafó.

-¿Por qué me incitas a avanzar para después rechazarme? ¿Te estás burlando de mí? -la miró con ojos chispeantes y de un verde intenso- desde que entré a este salón no has hecho sino provocarme...

-Un juego que tú quisiste jugar, Felipe. -Le dijo ella con intención de provocarlo más, con control total de cada palabra para no revelar sus emociones.

-¿Qué creías? ¿Que iba a ser fácil para ti seducirme de nuevo? ¡Ja,ja!, ¡No, Felipe! ¡Estás muy engañado!

-¡Engañado! ¿Engañado? ¡Ja! ¡Engañado siempre estuve Alejandra!

-¡No me insultes con tus dudas Felipe! yo nunca te engañé, siempre fui transparente contigo...Pero ahora no...ya no soy la misma estúpida a la que enamoraste y, cuando conseguiste lo que querías, dejaste tirada sin importar en qué estado, sin importarte en qué situación quedaba...

Felipe no contestó.¿A qué estado se refería Alejandra? Se dio la vuelta y miró la pared mientras respiraba profundo para calmar la reacción de su cuerpo; había seguido el juego y terminó expuesto... había mostrado su vulnerabilidad ante ella...-¡Diablos! ¡Qué astuta! Ahora sabe que me tiene cautivo mientras yo no sé nada de ella...Por un momento pensé que sentía lo mismo que yo pero para ella todo ha sido un juego -pensó alternando su mirada entre el techo y el suelo mientras sus manos estaban apoyadas en su cintura.

Alejandra llamó al camarero quien se retiró con el servicio y luego se dirigió a él...

-¿Continuamos? Faltan puntos por discutir... somos profesionales, ¿O no, Felipe?  Él giró y sin mirarla se sentó en su lugar, estaba muy ofendido por la humillación a la que le había sometido, había burlado y herido su orgullo de nuevo.

Casi a las cuatro de la tarde terminaron la reunión, en la cual solo se limitaron a hablar del proyecto; al final ella le notificó que Marco sería el representante por Giordanelli Company, por tanto solo debía tratar con él. Felipe asintió y sin esperar que ella lo hiciera se dirigió a la salida.

-Adiós, Alejandra -dijo sin mirarla y con voz apagada.

-Chao, Felipe...Y déjame aclararte algo antes de irte...mientras tú juegas damas yo juego ajedrez.

Felipe tensó los músculos de la espalda...le había asestado un golpe de gracia. Se giró y le dijo:

-En juego largo hay revancha, Alejandra. Y no olvides que aún puedo cambiar el tablero. -La miró con ferocidad y salió.

Cuando quedó sola se sintió abatida, apoyó los brazos y la cabeza en la mesa mientras cerraba los ojos y recordaba lo sucedido. Su plan estaba dando resultado pero eso no la hacía sentir mejor porque estaba confirmando que su amor por él seguía intacto... y su pasión también porque su cuerpo y su alma anhelaban todo de él...todo.

Felipe se dirigió al ascensor con rostro sombrío y sin deseos de hablar con nadie, pero se encontró en el lobby con Marco que recién llegaba a la torre, conversaron sobre la reunión y acordaron verse más tarde en el bar para brindar por la nueva asociación; tomó el ascensor y ya en la suite se cambió de ropa y salió rumbo al gimnasio. Una vez allí buscó un saco de boxeo y descargó toda su furia en él en un match intenso de kick boxing...

-¡Esto es en tu honor, Alejandra! -gritó- ¡Es en tu honor! ¡Hechicera despiadada!

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