Felipe se tiró de espaldas en la cama con los ojos húmedos y el corazón oprimido al tiempo que escuchaba con melancolía su reproductor...
"Si es preciso te recuerdo que no fué mi intención, fui presa de mis inseguridades, es mi puñal el que se hunde en tu carne, mi conciencia naufraga en tu sangre, te digo ... no fue mi intención; baja la guardia, traes hielo en la mirada, sé que fui yo quien tropezó..." -By S. Cruz y A. Cepeda-. Cerró los ojos mientras seguía la tonada y quiso devolver el tiempo hasta hace dos días cuando eran felices por completo...pero, ya no había marcha atrás.Cuando ella terminó de ducharse lo llamó para que la llevara a su cama y al tomarla en sus brazos e inhalar su aroma, su mente se nubló por los recuerdos tempestuosos de esos últimos días...la dejó con delicadeza en el borde mientras se arrodillaba frente a ella dispuesto a dar la última batalla porque no concebía la eternidad sin sus besos.-Entonces, ¿no hay marcha atrás? -preguntó fijando su mirada de brujo en la suya.-No...Es una decisión tomada -dijo ella sin mirarlo.-¿Qué puedo hacer para que cambies de opinión? -rogó.-¡Nada! ¡Por favor, no insistas!-Dime... ¿algo de lo que vivimos ha sido real?-¡Todo ha sido real! ¡Maldit@ sea! ¡Cada segundo, cada palabra, cada caricia, cada beso, cada gemido...todo! -dijo con vehemencia y al borde de las lágrimas.-Entonces, ¿por qué me dejas? -y se aferró a sus piernas.-No te estoy dejando... ¿olvidas que tú me dejaste primero? No puedo dejar a quien ya me dejó...-Ya me retracté-Pero ya el daño está hecho -dijo mientras limpiaba una lágrima solitaria en su mejilla.-Solo una vez más... al menos ¡déjame amarte una vez más!..¡por favor!-¡Ya! ¡No más! ¿crees que esto es muy fácil para mí? me sacaste de tu vida sin escucharme, no me diste el beneficio de la duda...-Perdóname, preciosa... -dijo mientras pasaba sus dedos por su mejilla enrojecida.-No nos hagamos más daño.-No voy a pedirte permiso...voy a amarte una vez más así muera en el intento.Y antes que pudiera responder le abrió la bata y se aferró a su torso desnudo mientras la llenaba de besos y caricias atropelladas por la mezcla de deseo y dolor ante la inminencia de su partida.-¡No lo hagas, por favor, no nos hagamos más daño! -protestó ella mientras él trazaba una senda de placer por sus pechos hasta su vientre que terminó de bajar sus defensas y rendirse ante esas manos y esa boca endemoniada que amenazaban con llenarla y hacerla desbordar de pasión otra vez... Cerró los ojos y tiró la cabeza hacia atrás cuando él abrió sus piernas y asaltó su intimidad sin contemplaciones mientras gemía como loba herida y lo atraía más a su cuerpo.-¡Máaasss! quiero más... quiero todo, Felipe... Entonces cayó de espaldas en la cama y se abrió por completo dispuesta a recibir todo el poder de su virilidad hasta desgarrar el silencio de su alcoba con sus gritos que más que placer eran una expresión del dolor de su corazón herido por el hombre a quien le había entregado su ser y que una vez más, la dejaba rota... mientras él, por su parte, caía en ese abismo que ya conocía de memoria por ser su morada cuando la perdió por primera vez y lloró desconsolado mientras dejaba en ella lo más puro de su ser, junto con sus sueños e ilusiones de una vida juntos más allá del final de los tiempos...1. AñoranzasEsa mañana era una de las más frías del mes de octubre en la vereda; mientras una llovizna caía, la niebla danzaba sobre el verdor de la sabana como en un baile nupcial; al filo de las colinas que dominaban el horizonte se insinuaban los primeros rayos del sol, suaves y tímidos, como si quisieran ser testigos del espectáculo antes de mostrarse en todo su esplendor. El viento frío y tenue daba los últimos pincelazos a una de las obras de la creación más maravillosas.Alejandra observaba el horizonte desde el balcón de su villa rodeada de un precioso bosque de pinos y encallada en una colina en las afueras de la ciudad que tanto amaba. Estaba sentada en un sillón envuelta en una manta gris con un matiz de tristeza en sus grandes y expresivos ojos... Con desilusión comprendió que lograba darle calor a su cuerpo pero no era suficiente para reconfortar su corazón.Era lunes...un lunes más desde ese enero fatal cuando por disposición de su esposo debió posesionarse como CEO de Giordanelli Company; algo que ella no pidió pero que asumió con toda entereza y confianza de estar a la altura de las circunstancias en un mundo dominado por el sexo masculino, despiadado y muy competitivo; pero ella con su preparación, talento y recién descubierto liderazgo -en contra de las expectativas- había logrado mantener en pie la compañía que Vincenzo Giordanelli estableció con mucho empeño y que hoy representa su legado. Además, se había posicionado como una de las jóvenes más influyentes pues su sensatez, olfato y capacidad de gestión le habían abierto las puertas del mundo corporativo.El transcurrir de los meses y su nueva posición le habían ayudado a superar la pérdida. "¡Todo fue tan abrupto!"- pensó- Recordó aquella tarde de enero cuando recibió la llamada de Marco Mori, el joven socio de su esposo, con una noticia absurda... "Alejandra, lamento decirte que la avioneta piloteada por Vincenzo ha sufrido un accidente" -Marco hizo una pausa pero no hubo reacción alguna- "Ya se están coordinando las labores de rescate con las autoridades pero va a ser complicado porque cayó en una zona de difícil acceso" -Se detuvo pero no hubo respuesta- "Sabes que cuentas conmigo en este momento difícil... ¡Por favor! no pierdas la fe. Te mantendré informada"Ella quedó paralizada... no fue capaz de articular una palabra; su esposo era su apoyo moral y emocional, la amaba profundamente y la protegía. "¿Qué iba a ser de ella sin su amor y compañía? Sintió como si una daga atravesara su corazón quitándole una parte de sí, porque lo amaba aunque no de la manera apasionada como siempre había deseado. Por su devoción y ternura hacia ella había aprendido a amarlo de manera tranquila, segura, sin prisas; y, sobre todo, a admirarlo en toda su dimensión como ser humano... su esposo era su soporte y su lugar seguro, no sólo para ella sino para aquél a quien más amaba. En ese instante, su corazón volvió a encogerse al recordar esos momentos.Sola con sus pensamientos y sobrecogida por los recuerdos siguió mirando el horizonte. El sol ya había empezado su ascenso triunfal, la lluvia habia cesado y la neblina se dispersaba, parecía que huía de los cálidos rayos develando una ciudad resplandeciente, viva y llena de promesas. Ensimismada, no escuchó la dulce voz de Elena, la fiel ama de llaves que cuidó de su esposo y luego de ella cuando se convirtió en la Señora Giordanelli.-¡Niña Alejandra! ¡Niña Alejandra! Le traje su café. ¿Le pasa algo? ¡Niña Alejandra!Alejandra reaccionó y se percató de la presencia de Elena, sus ojos brillaron y se dibujó una leve sonrisa en su rostro.-Buenos días Lena, no te escuché llegar.-¡Mi niña parecía que estaba en la luna, me llegué a preocupar! -Respondió la dulce mujer.Alejandra tomó la taza de café humeante y, por un momento, contuvo el aliento...Ella solía compartir ese placer con su esposo cada mañana cuando no estaba de viaje y el aroma del café la hizo revivir esos gratos momentos.-¿Va a desayunar mi niña? He preparado un delicioso omelette con queso y las verduras al vapor que le gustan, le hice su bebida favorita y traje pan de quinua recién horneado.-Hummm, ¡qué rico Lena! se me ha abierto el apetito -contestó con voz alegre- el café tenía un efecto positivo en ella. Elena tomó algunas cosas para lavar y salió.-Bien, la espero en el comedor, dese prisa si quiere llegar a tiempo a la compañía. Le diré a Samuel que prepare el auto."Elena me mejora el ánimo" -pensó mientras alternaba su mirada entre la taza y el horizonte- El sol brillaba, la ciudad renacía, la nostalgia se disipaba; pero la ausencia de Vincenzo aún la afectaba aunque su situación emocional se había equilibrado a la par de su éxito profesional, todavía lo extrañaba y mucho...Cuando terminó su café tomó una ducha y se preparó para iniciar la semana; eligió un vestido azul rey sin mangas hasta la rodilla que delineaba con sutileza su figura, destacaba sus hermosas piernas y el contorno de su busto con un escote alto; se calzo un par de stilettos negros y un abrigo a tono, completó su outfit con accesorios discretos en oro blanco y un maquillaje suave que resaltaba su belleza natural. Dejó su cabellera negra lisa y con suaves bucles en las puntas suelta sobre su espalda. Se miró al espejo y le gustó lo que vió, se veía muy hermosa...Después de desayunar y escuchar las historias de los nietos de Elena estaba lista para ir a la compañia. El joven conductor le abrió la puerta trasera mientras ella le agradeció con una sonrisa; se acomodó y dejaron atrás la Villa Giordanelli. El viaje a la compañía demoraba cuarenta y cinco minutos, tiempo que aprovechaba para actualizarse sobre política, finanzas y negocios, hacer llamadas o gestionar correos.Por un momento observó el paisaje, detalló las colinas y los árboles al margen de la vía, disfrutó el aroma a pino y eucalipto...cerró los ojos y agradeció al Creador por tanta belleza mientras en la radio sonaba..."A veces llega la lluvia para limpiar las heridas; a veces solo una gota puede vencer la sequía; y para qué llorar pa' qué, si duele una pena se olvida; y para qué sufrir pa' qué, si así es la vida hay que vivirla, la-la" -by Marc Anthony- Siguió la melodía y sonrió...Con el corazón y la mente tranquila empezaba la semana, sin sospechar las sorpresas que le depararía. De nuevo, su vida estaba a punto de dar un giro inesperado. Tomó el celular y revisó las noticias en su feed, se detuvo en la de una modelo que había conocido en la universidad pero fue su acompañante quien captó su atención, amplió la pantalla y miró el detalle...
-¡Rayos! Es igualito...pero debe ser coincidencia -se dijo mientras miraba el paisaje- ¡No después de tantos años! -Sintió un cosquilleo en su pecho y un vacío en el estómago... cerró los ojos y se obligó a desechar la idea de su mente de inmediato...El conductor era habilidoso pero prudente, su padre había ejercido el oficio para la familia Giordanelli antes que él y al retirase ocupó su lugar; se caracterizaba por su discreción, puntualidad y amabilidad, cualidades que Alejandra valoraba.-Samuel, ¿Como está su papá?-Muy bien, Señora Alejandra, gracias por preguntar; está feliz con mi mamá en su casa de campo en la sabana.-Le da mis saludos, ¡por favor!-¡Con mucho gusto!El tráfico estaba lento pero Samuel era especialista en encontrar vías despejadas, sin embargo esta vez la tarea estaba difícil. Alejandra intentó distraerse con su teléfono, estaban a diecisiete grados y eran las nueve menos diez y aún faltaba un buen trayecto; observó una vez más los innumerables edificios y los rascacielos con diseños muy modernos que acentuaban ese aire de gran metrópoli de su ciudad; luego miró el cielo despejado y luminoso como un regalo en medio de la temporada lluviosa de esos días. El timbre de su teléfono la sacó de su abstracción.
Sara la miró sin entender... "¿Ha regresado?" "¿de qué carajos habla?" "¿quién ha regresado?" - y la curiosidad la embargó.Treinta minutos después, Alejandra miraba su reflejo en el espejo mientras su amiga la observaba desde el diván; se maquilló pero no pudo disimular la hinchazón de los párpados que le daban un aire taciturno a esos profundos y almendrados ojos negros.-¡Ya, déjalo así! Te ves hermosa, no necesitas más -se levantó y la abrazó de nuevo. Sabes que te quiero y que siempre estaré para ti -le recordó Sara y pellizcó su mejilla antes de volver al diván. Alejandra se miró de nuevo en el espejo por unos segundos y tomó valor; de repente y sin preámbulos giró hasta quedar frente a ella antes de soltar la noticia... -Felipe Cástellor Conti está de vuelta -Sara la miró sorprendida por unos segundos y abrió la boca pero no pudo articular palabra. Ahora entendía...-¡Rayos! -fue lo único que atinó a decir. Apoyó sus codos en las rodillas y miró el piso sin parpadear... necesi
Alejandra seguía esperando a Marco en su oficina; su asistente ya había salido y su conductor estaba a la entrada de la torre pendiente de su señal para recogerla en el estacionamiento. Se levantó y caminó hasta la gran ventana...¡la gran metrópoli nocturna le quitaba el aliento! De pronto, sintió un vacío en su estómago y un cosquilleo en las manos...miró sus pies descalzos sobre la alfombra y tuvo un presentimiento y, de repente, se sintió más vulnerable que nunca...Mientras tanto, Felipe entraba al ascensor muy molesto no solo por su descuido sino por tener que resolverlo él mismo, puesto que aún no tenía conductor, ni asistente ni escoltas que se encargaran de esos imprevistos por su condición de recién llegado a la ciudad. Por fortuna se había hospedado en el hotel de la compañía con la cual esperaba hacer negocios, por tanto no era mucho el tiempo que perdía; además estaba a la expectativa de conocer a la socia principal cuya identidad lo tenía muy intrigado por su reputación en
Felipe se detuvo a escasos centímetros de ella y fue suficiente para bajar la guardia... soltó sus puños y relajó sus hombros mientras la encerraba con sus brazos en la pared y sentía como la ira se desvanecía. A esa distancia podía percibir su aliento cálido, su respiración agitada y su aroma seductor mientras recorría su rostro con los ojos oscurecidos y sentía como el pecho se le oprimía con solo contemplar esos bellos ojos que una vez lo habían hechizado y esos labios tan provocativos que tanto había besado...su corazón estaba fuera de control y su cuerpo empezó a temblar.El tiempo se detuvo mientras era embriagado por su dulce aroma y la calidez que emanaba de su cuerpo a traves del vestido, los recuerdos lo avasallaron hasta detener su respiración y quedar sin aliento; entonces lo invadió la necesidad imperiosa de acercarse un poco más, la tomó de los hombros y buscó sus labios pero ella reaccionó y apartó el rostro al tiempo que empujaba los brazos hacia afuera y se le escapaba
Aún sujeto de sus emociones, Felipe tomó el ascensor hacia el vestíbulo del hotel. Por comodidad había reservado una suite en la Torre Giordanelli mientras planeaba hacer negocios con sus dueños, negocios que en esas circunstancias ya no le interesaban.-¡Maldit@ sea! -dijo mientras golpeaba el pasamanos con fuerza. Su cuerpo aún estaba agitado, su corazón estaba fuera de sí y las manos le sudaban. -¿Cómo no lo vi venir? ¿cómo pude ser tan estúpido? -Se recriminó por no investigar mejor a sus prospectos porque si hubiera sido más exhaustivo no estaría en ese lío, dado que se había jurado a sí mismo no buscarla ni verla nunca más... se propuso desterrarla de su mente para siempre después de los sucesos de hace seis años.Lo último que supo de ella era que había atrapado a un multimillonario dueño de una cadena hotelera meses después de su salida del país, pero creyó que se trataba de una conquista más y después de exprimirle dinero lo había dejado. Sonrió con ironía y se dijo: -No esp
A las seis en punto sonó la alarma... Alejandra reaccionó un poco confundida y parpadeó con lentitud mientras abrazaba la almohada con la estancia aún a oscuras. Su noche no había sido la mejor porque el encuentro con Felipe la alteró demasiado y, por más que intentó sacarlo de su cabeza, no dejaba de pensar en él y en la forma como la abandonó en el momento en que más necesitaba de su apoyo, sin explicaciones y sin una despedida. Había jurado amarla más allá de sus días y de repente estaba sola, desecha y con un vestigio incipiente de él en su interior, una huella de vida que se abría paso día a día. Las lágrimas rodaron por sus mejillas mientras el dolor emocional la invadió y al final se quedó dormida. Aún a oscuras se sentó en la cama y en la soledad de su habitación confrontó sus sentimientos y sus recuerdos; Felipe había sido su primer amor, su príncipe azul, su pasión desbordada, el hombre que la había llevado a descubrir el placer. Él la había hipnotizado con esos preciosos y
Felipe contestó la llamada de su asistente quien le notificó que su reserva a NYC había quedado para las seis de la tarde, luego guardó el PC en su maletín junto con documentos importantes y tomó un gabán antes de salir de la suite. Entró al ascensor y se detuvo en el café francés del segundo piso para tomar algo ligero antes de la reunión con su padre y al entrar... la vio.De inmediato quedó impresionado... clavó sus ojos en ella hipnotizado mientras una fuerza invisible lo obligaba a acercarse pero las palabras del camarero lo detuvieron y se ubicó en una mesa en el ala opuesta. Tomó aire y recuperó la compostura antes de ordenar un green juice con menta y gengibre para recuperarse de los estragos de la noche anterior y se preparó para hablar con su padre. Ahora más que nunca debía alejarse porque sentía que estaba entrando en un terreno peligroso y quería evitar el punto de no retorno con ella; sentía que el dolor y el rencor que guardaba en su corazón no eran suficientes para mant
Mientras tanto Alejandra observaba la tormenta desde su oficina, había decido almorzar ahí mismo e instruyó a Laura para que pidiera el servicio. En eso estaba cuando recibió una llamada de Marco pero al no escucharla le envió un mensaje donde le pedía asistir a la cita con Felipe, puesto que él no llegaría a tiempo por el bloqueo de las vías.-¡Rayos! ¡Rayos! ¡Rayos! -exclamó Alejandra- Se mordió el labio inferior y caminó fastidiada de un lado a otro con los puños apretados porque después de lo sucedido la noche anterior no quería otra confrontación con él y menos después de verlo en la mañana, pero no podía faltar a la palabra de Marco, era su responsabilidad estar al frente dada las circunstancias. -Laura, por favor, comunícate con la asistente de Marco para que te envíe la agenda de su reunión con el Señor Felipe Cástellor, ¡la necesito para ya! Dicho esto fue a su tocador privado y revisó su apariencia, decidió retocar su maquillaje y refrescar su perfume... estaba lista para e