Acostado con las manos bajo la cabeza, Julián observa el techo, no puede dejar de pensar en la mirada de María. La mirada tan llena de desprecio y las palabras tan hirientes que le dijo.

- Pero bien merecidas. Tu te lo buscaste idiot. Acaso pensaste que te iba a esperar toda la vida? Serás animal- se levanta de mal humor y marca un número telefónico de memoria.

- Regresé - es todo lo que dice. Aleja el aparato de su oreja pues al parecer la persona del otro lado ha gritado. Responde con un monosílabo y cuelga.

Cubre su pecho desnudo con una playera. Se cambia el pantalón formal que usa por unos jeans desgastados, toma su chaqueta y sale de la habitación de hotel en la que se aloja.

Mientras espera a Andy, Julián piensa en María. Aunque se fue del país por una excelente oportunidad laboral y con ello tuvo que abandonar al amor de su vida, nunca dejó de amarla. Durante todos estos años siempre pensó en ella y aunque nunca pensó que regresaría, cuando se le presentó la oportunidad simplemente no dudó en tomarla.

Unos gritos de júbilo lo sacan de sus pensamientos. Mira en busca del origen del escándalo y ve a Andy que viene hacia él dando pequeños saltitos de emoción y gritando de felicidad.

Julián se levanta y se abrazan. El abrazo se prolonga más tiempo de lo normal pero no les importa, aunque se han mantenido en contacto durante todo el tiempo que él se fue, no habían vuelto a verse.

Andy es su mejor amiga y la única que aunque le dijo que no lo hiciera, lo apoyó en su decisión.

El abrazo se rompe con un pellizco en el brazo que le da Andy.

- ¿Por qué no me dijiste? ¿Cuándo llegaste? ¿Donde te quedas? Ay, te odio tanto soquete -

Andy recupera el aliento y toman asiento. Julián no ha podido decir nada con la cascada de preguntas de su amiga. Se limita a mirarla y sonreír. Es bueno haber regresado, piensa.

Se conocieron en la universidad. Ambos terminaron la carrera de Arquitectura con distinciones honoríficas.

Después de un largo tiempo poniéndose al día parece que Andy por fin está satisfecha. Un silencio de repente incómodo se instala entre ellos.

- La he visto- dice Julián con un dejo de tristeza en su voz.

Andy no dice nada, sabe perfectamente a quien se refiere. A ella le tocó intentar recoger los pedazos que dejó Julián con su partida.

Aunque María no estudiaba Arquitectura como ellos, se conocieron en la universidad y Andy se hizo tan amiga de ella como de Julián.

- Se la ve feliz. Tiene una hermosa familia -

Andy levanta la vista y un destello de furia se refleja en sus ojos.

- ¿ Y qué querías? ¿Que te esperara? Hizo lo que tú le dijiste que hiciera. Ahsssssssss. - dice con un tono más agresivo de lo que quería. Se frota las sienes para relajarse y continúa.

- Discúlpame Julián. Te dije que no te fueras. Aquí tenías las mismas oportunidades. Lo pasó realmente mal. Pensé que iba a morir. De verdad, estaba muy mal. -

- Lo sé. Y no sabes cuánto me arrepiento. Nunca dejé de amarla -

- ¿Por qué has vuelto ? No me digas, por favor, que por ella. -

- No. Bueno, no lo sé. Me ofrecieron una excelente oportunidad de trabajo y sin pensarlo dije que si. Creo que necesitaba volver. No me mal entiendas, me iba muuuuuuy bien allá pero creo que siempre añoré regresar a mi hogar. -

Pero por supuesto que ella también fue una razón, piensa Andy pero no le dice nada a su amigo. Mira intensamente un punto a través de la ventana. Sin voltear hacia Julián comienza a decir

- Pensé que se moría, sabes? Simplemente dejó de existir. No comía. No salía. No se levantaba. Estar en esa casa, la casa en la que era feliz contigo la lastimaba demasiado pero aún así no quería salir de ahí. Se pasó días enteros tirada en el sofá. -

- Hice lo que pude, sabes? Pero ella simplemente no quería seguir. Así fue hasta que… - se interrumpe y sigue mirando hacia afuera.

- Hasta qué? - pregunta Julián interesado.

- Hasta que llegó Jorge. El le ofreció lo que tú le negaste. Un año después se casaron. Yo también la perdí, creo que me culpaba, no lo sé. Tuvimos nuestras diferencias y nos alejamos poco a poco. Aunque fue difícil al principio, finalmente encontró una razón para continuar con su vida y así lo hizo. Se hizo de un nombre como diseñadora industrial y finalmente nos reencontramos hace un par de años. Ella llegó a trabajar al estudio donde yo trabajo con excelentes referencias. Es extraordinaria en lo que hace. -

- Me estás diciendo que María trabaja en el mismo estudio que tú? - pregunta con un interés algo desmesurado que hace que Andy vuelva la cabeza para verlo.

Andy no logra descifrar la cara de alegría que ve en el rostro de su amigo. Asiente para confirmarle la información y Julián comienza a reír escandalosamente.

- De qué te ríes soquete? - pregunta molesta pues no entiende qué le causa tanta gracia.

Julián no dice nada. Pasan un rato más platicando y finalmente se despiden con la consigna de verse pronto.

En la acera, Julián abraza a su amiga antes de que suba a su auto. Ella lo abraza también y le dice que espera verlo pronto.

- No te pierdas soquete - le dice con una sonrisa y sube a su auto.

Julián comienza a caminar. No le dijo a Andy que viene a trabajar justamente al estudio donde ella trabaja. Quería que fuera una sorpresa. Sabía que Andy trabajaba ahí pero nunca esperó que María también lo hiciera. Y aunque al inicio le preocupaba un poco el ambiente laboral que se pudiera generar pues va a ocupar la posición de jefe de proyectos en la que muchos trabajadores propios de la empresa querían aplicar , ahora ya no le importa.

- Sé que me equivoqué- dice frotándose la sien - y me arrepentiré de ello toda mi vida pero parece que el destino se empeña en mantenernos juntos. - sonríe pensando en la cantidad de posibilidades que eso representa para él.

Quizá, después de todo, aún tenga una oportunidad. Ínfima oportunidad pero existente después de todo.