Me quedo muda cuando levanto la cabeza y veo a Julián saludando a nuestro Director General. Miro a Andy y esta igual de sorprendida que yo.
Julián luce una sonrisa radiante cuando fija sus ojos en mi. Intento mirarlo con desprecio pero no sale más que una mueca de incredulidad.El director nos indica que tomemos asiento para comenzar con la presentación. Me obligo a no mirar a Julián bajo ninguna circunstancia mientras lo escucho.- Buenos días a todos. El es el arquitecto Julian Estrada Ochoa y es el nuevo jefe de proyectos. -- Arquitecto, este es su equipo de trabajo. Permítame hacer las presentaciones. -La mirada de Julián me causa repudio, sí, me obligo a pensar en él de esa manera. No permitiré que se meta en mi mente. Si voy a trabajar con él, lo mejor para mi será mantenerlo alejado de cualquier manera posible.Julian lo interrumpe y pide que cada persona se presente a sí mismo. Para romper el hielo, dice.Cuando le llega el turno a Andy, Julian le guiña un ojo. El sabe que ella es posiblemente el único arquitecto en la sala con la que puede contar desinteresadamente y la única, quizás, en la que pueda confiar.- Mi nombre es Andrea Esquivel y soy arquitecta señior y jefa adjunta de proyecto. Bienvenido arquitecto -Andrea y Julian se graduaron con honores. Terminaron juntos la carrera y planeaban iniciar su propio estudio de arquitectura. Querían cambiar el paisaje urbano de la ciudad y, por qué no, del país.Cuando le dijeron que el nuevo jefe de proyectos no sería elegido de las filas del estudio, Andy se decepcionó mucho. Incluso pensó seriamente abandonar su trabajo y empezar su propio estudio. Después de todo, ese siempre había sido su sueño, bueno, su sueño con Julian. Sin embargo, no se veía luchando sola contra los grandes estudios, no sin apoyo. Si al menos estuviera Julian, no le importaría en lo absoluto, pensaba.Pero él no estaba aquí. Cuando se fue, no solo abandonó a María, también la abandonó a ella, su mejor amiga y colega y sus sueños juntos.Durante sus estudios siempre hablaban de renovar la arquitectura moderna, de convertirse en los creadores de un movimiento que pusiera la arquitectura al alcance de todos.Se imaginaban una ciudad sin esas feas y poco funcionales casas o edificios de conveniencia. Si tan solo cada casa en el país obedeciera a un diseño pensado única y exclusivamente para las características del terreno, el clima, las posibilidades económicas, el paisaje urbano.***Un día Julian invitó a almorzar a Andy. Estaba muy raro, de hecho ya tenía varios días raro. Él seguía disfrutando del reconocimiento de haber ganado un concurso arquitectónico muy famoso mientras terminaba la carrera.Pasaban días hablando de hacer algo, de empezar su estudio de arquitectura pero, como recién egresados, les faltaba capitalización para dicho proyecto.Cuando se encontraron para almorzar, Andy llegó, como siempre, retrasada. Julian la esperaba tomando su segunda taza de café.Julian se veía nervioso, lo notó enseguida. Se sentó disculpándose por la demora y empezó una conversación trivial.Julian apenas participaba de la conversación. Cuando Andy dejó de hablar ya sabía que algo malo estaba pasando.- Me voy - el rostro de Julian se veía desencajado. Esperó a que Andy dijera algo pero ella seguía callada con los ojos clavados en él.- Me ofrecieron un puesto de arquitecto senior en otro país. Y dije que si. -Andy no puede reaccionar. Lo mira con el rostro desencajado y solo atina a preguntar si María ya lo sabe.- Aún no se lo digo -- Pero, tú estás loco? De verdad te irás y dejarás a María? Cuando se lo piensas decir? No la consideraste para tomar la decisión? Es que acaso no te importa lo que ella tenga que decir? No puedes hacerle esto. Y a mi, donde quedan nuestros planes. No tienes que irte. Lo vamos a lograr. No tienes que irte. -Gruesas lágrimas recorren el rostro de Andy. Esconde la cara y se las limpia ferozmente. Respira profundamente y levanta la cara nuevamente.- No puedes hacerle esto. La matarás, lo sabes? -- Necesito hacerlo Andy. No hemos logrado nada aquí. Estoy desesperado. Siento que si no tomo esta oportunidad me arrepentiré toda la vida. -- Si dejas a María también lo lamentarás toda la vida. -***Cuando le llega el turno a María, Julian clava sus ojos en ella. Ella se levanta lentamente y lo mira desafiante.- Soy María Scott. Jefa del departamento de diseño industrial y asignada a este proyecto. Bienvenido arquitecto. -- Gracias María. Espero contar con su apoyo incondicional. -La mirada de Julián no se aparta de María a pesar de que el resto de arquitectos continúa con las presentaciones. El sabe que con una mirada rápida es capaz de aprenderse los nombres de cada uno.Andy no puede ocultar su felicidad, realmente le da mucho gusto que Julian haya regresado y que vayan a trabajar juntos, lo ideal sería que tuvieran su propio estudio, pero bueno, algo es algo, piensa con esperanza.Cuando gira la cabeza para ver a María, la risa se le congela. Puede ver el enojo en su rostro. Evidentemente, a María le ha caído como balde de agua fría el regreso de Julián y sabe que no es para menos.- Esto se pondrá muy interesante - dice entre dientes mientras se dirige a abrazar a Julián.***María sale disparada de la reunión. No puede creer lo que está pasando. Se dirige al baño rápidamente sin hacer caso de nada ni de nadie. Entra y revisa antes de empezar a hablar sola.- Pero qué se cree Julián? Realmente se ha propuesto venir a arruinarme? Pero está muy equivocado si cree que lo voy a permitir. Ahhhhhhhhhh - grita enterrando las manos en su rostro.Cuando se descubre la cara mira horrorizada a Megan, la que será la secretaria de Julián, que la observa con curiosidad.-Todo bien María ? -- Todo bien - María sonríe. Afortunadamente nadie en el estudio conoce su historia con Julián. Finalmente, sean cuales sean las intenciones de su exnovio, ella tiene que cumplir con su trabajo profesionalmente.Le dirige una sonrisa apenada a Megan y sale sin decir nada más.***Julián recibe la retahíla de reclamos de Andy. Ella misma se encargó de mostrarle su oficina.- Por más que me encanta escuchar tus regaños amiga, debo ir con urgencia a tirar algo -Andy levanta una ceja y lo empuja hacia la puerta por lo ordinario del vocabulario.- Compórtate por favor Julián. Ya no estás en la universidad. -Andy se sienta en el escritorio de su nuevo jefe y escucha a lo lejos la carcajada de Julián.Al doblar la esquina, Julián choca aparatosamente con alguien. Siempre de reflejos rápidos estira los brazos para evitar que la persona caiga al piso.Ambos levantan la vista para darse cuenta de quien los ha chocado.María se estremece y sonroja al sentirse rodeada por los brazos de Julián.Julian la mira a los ojos sin quitar sus manos de la estrecha cintura. Sus rostros están tan cerca que podría besarla, piensa Julián.Ninguno se mueve y ninguno dice nada.- Todo bien? - Pregunta Megan que se dirigía a la oficina de su jefe.Julián suelta a María con cuidado mientras ambos responden al mismo tiempo.- Todo bien - y siguen sus caminos.***- Nada está bien - piensa María mientras se aleja rápidamente tratando de calmar su pulso acelerado y las mariposas en su estómago que hace años no sentía.***- Nada está bien - piensa Julián mientras observa al amor de su vida alejarse.Quisiera pasar todo el día tratando de evitar a Julián, sin embargo él no lo hace sencillo. Casi una hora después del choque, Megan, su secretaria, me avisa que su jefe me requiere en su oficina. Respiro profundo tratando de relajarme. No debería sentirme así. Nada ha cambiado. El me abandonó. Me desechó como un trapo viejo y no le importaron mis sentimientos ni mi situación.Por supuesto que no lo sigo amando. Amo a mi esposo, Jorge. El es la persona con la que quiero estar siempre. Sin embargo, porque me siento así? Ver a Julián ha puesto todo mi mundo al revés. Realmente pensé que lo había olvidado. Me tomó muchísimo tiempo pero pensé que lo había logrado. Han pasado más de dos años desde la última vez que soñé con él. Algunas noches me despertaba intranquila temiendo haber dicho su nombre dormida. Lo soñé tantas veces que pensé que nunca lo olvidaría. Ni la compañía de Jorge lo logró y, aunque nunca imaginé que regresaría, supuse que ya lo tenía superado.Tomo mi carpeta de
Regreso a casa agobiada. Pero más allá del cansancio por el trabajo me siento exhausta por el lío de sentimientos que siento en este momento. Jorge aún no ha llegado. Javier está en su habitación y Luz duerme. Me recuesto en el sillón y me quito las zapatillas. El tacto con la suave alfombra en mis pies me relaja. Cierro los ojos y trato de no pensar en nada pero Julián ocupa todos mis pensamientos. No logro decidir si debo decirle a Jorge que Julián será mi nuevo jefe. Si le digo, estoy segura de que tendremos problemas, no lo va a tolerar. El sabe, sabe cuánto me costó dejar de amar a Julián, sabe que no me casé enamorada de él, que si lo hice fue por no afrontar yo sola mi situación en ese momento. Será un duro golpe para Jorge saber que estaré todo el día cerca de Julián pero apelaré a nosotros. El debe también saber que yo nunca lo traicionaría, que no cambiaría todo lo que hemos construido por un espejismo, por un hombre que me abandonó sin interesarse por mi futuro. Me lev
Me he propuesto enfocarme en mi familia y hacer como si Julian no hubiera aparecido de nuevo en mi vida. Pensé en hablar con él y dejar las cosas claras. Que nunca volvería con él, si es que esa es su intención y que no lo amo. Cómo si repetirlo miles de veces, hiciera real esa línea. Sin embargo, después de la última vez en su oficina, lo noto distante. Debo admitir que me sorprende pero, por otro lado, me causa un gran alivio. El no ha mostrado el más mínimo interés en acercarse ni mucho menos en hablar así que yo también dejo las cosas correr su rumbo normal. Nuestras interacciones se han limitado a lo laboral y, aunque soy su adjunta, he notado que prefiere hacer las consultas con Andy que conmigo. Voy a la oficina de Andy por unos datos. Nuestra amistad se distanció cuando Jorge apareció en mi vida. Cuando nos reencontramos en el trabajo aunque no volvió a ser la misma de antaño, nos acercamos nuevamente. - Hola Andy. Tienes tiempo? - la encuentro enterrada en sus planos. An
Siempre quise ser arquitecta. De niña, cuando papá aún estaba con nosotras y me llevaba al parque a mi me llamaban la atención los edificios que lo rodeaban. Me encantaba escuchar las historias de esas construcciones y añoraba construir cosas así. Siempre que paseábamos yo le decía que de grande construiría grandes edificios y que sería famosa algún día. Que tristeza que no vivió para verlo, no soy famosa y no vivió para ver qué soy arquitecta. En la universidad conocí a Julián. Quedamos en el mismo salón y me tomó tres días hacerme su amiga. El era un chico delgado y bien parecido con tanta pasión por la arquitectura como yo. Congeniamos inmediatamente. Si he de confesar algo, al principio me sentí muy atraída por él, me gustaba, sobre todo, su personalidad. Sin embargo, no pasó mucho tiempo antes de que él se fijara en María, una chica hermosa pero que se vestía algo “particular” por no decir horrible. Como no se atrevía a hablarle, yo me acerqué a ella. Me agradó mucho su for
Veo pasar a María frente a mi oficina pero no entra. Habla algo con Megan y pasa de regreso a su propia oficina. No puedo resistir el impulso y la llamo. Quiero decirle lo que no me atreví a decirle por teléfono. En cuanto escuche la voz de Jorge, colgué rápidamente. - Buen día. Tienes unos minutos? -María me mira dudosa pero finalmente entra. Cierro la puerta a su paso y espero que tome asiento pero no lo hace. Su porte decidido y confiado me quita un poco de valor. Carraspeo ligeramente y me acerco a ella. Aspirar su aroma causa estragos en mi ser. Ah, la deseo tanto que no puedo resistirme. Levanto la mano para tocar su rostro pero ella da un paso atrás. Su movimiento me hace reaccionar y yo también doy un paso atrás. - Discúlpame. Yo solo quería decirte algo -- Si es una cuestión del trabajo, adelante. De otro modo, te suplico que no lo hagas. Mantengamos nuestra relación estrictamente en el plano profesional. -Sus palabras son como un puñal en mi corazón pero no la culpo,
Jorge está muy raro. Durante todo este mes, me ha enviado un ramo de flores a la oficina cada semana. Hace mucho tiempo que no lo hacía. Cada ramo viene con una nota cada vez más cursi, aghhhhhhh. He estado posponiendo el decirle lo de Julián. Después de aquel beso en el ascensor, no hemos vuelto a estar solos. Sé que debo decirle porque si se llegará a enterar por alguien más tendremos una buena discusión. Miro el arreglo floral de esta semana cuando Julián toca la puerta. Es la primera vez que viene aquí, debe tratarse de algo importante pues de otro modo me lo habría dicho Andy. Le lanza una mirada fugaz a las flores y se recarga en el escritorio cruzando los brazos. Me levanto para quedar a su altura y su cercanía me genera escalofríos. Su mirada es indescifrable. Me mira con mucha seriedad y no alcanzo a descubrir qué me va a decir. Alzó una ceja pues el no dice nada. Comienzo a ponerme nerviosa y camino hacia la puerta. - Tenemos que hablar. - su mirada se tensa al ver m
Cuando supe que los baños eran mixtos en el estudio me sorprendí mucho. Pero fue una buena sorpresa. En un estudio cuyo eslogan es ir hacia el futuro, cambiar las convenciones antiguas y renovar, me pareció un detalle muy guay. Reconozco la voz de Megan cuando entra. Se encuentra con alguien que entró antes que ella. En todas las veces que he entrado, aún no me había topado con alguna mujer. Me da un poco de nervios, debo admitir pero bueno, es Megan, me digo y salgo. María me ve por el espejo y enseguida baja la cara. Sin embargo, me doy perfecta cuanta de lo que está pasando. En tres pasos me acerco a ella y la volteo por los hombros. Miro su rostro en el que el maquillaje no ha logrado disimular el golpe en su ojo. - Qué te ha hecho? -Megan me mira retadora y después mira a María interrogante. María asiente con la cabeza y Megan se va sin decir palabra. Camino como león enjaulado en el baño. No puedo creer que ese idiot se haya atrevido a ponerle una mano encima. - Fue… un
Jorge me abruma con sus atenciones. Generalmente peleamos por sus celos e inseguridades. El nunca lo ha admitido, pero yo creo que el hecho de que yo sea más reconocida y exitosa en nuestra rama, le pega un poco en el orgullo. Como después de cada pelea, me trata con el pétalo de una rosa, cosa que detesto. Preferiría mil veces que arregláramos las cosas hablando de ello y no como lo hacemos, evitando hablar. Este fin de semana es el viaje. El vuelo sale el viernes y aún no le he dicho nada a Jorge. Más bien, aún no lo he decidido. La verdad es que si Julián no fuera yo no lo estaría pensando. Es más, ya hasta habría preparado la maleta. Pero el hecho de que tengo que ir con él, viajar juntos y vernos todo el fin de semana me desconcierta en demasía. Y tengo que admitir que mis dudas son más por el hecho de saber que estaré luchando cada segundo por no besarlo, abrazarlo y estar junto a él. Y eso es precisamente lo que me abruma. Siempre le dije a Jorge que dos cosas no le perdon