Jorge me abruma con sus atenciones. Generalmente peleamos por sus celos e inseguridades. El nunca lo ha admitido, pero yo creo que el hecho de que yo sea más reconocida y exitosa en nuestra rama, le pega un poco en el orgullo. Como después de cada pelea, me trata con el pétalo de una rosa, cosa que detesto. Preferiría mil veces que arregláramos las cosas hablando de ello y no como lo hacemos, evitando hablar. Este fin de semana es el viaje. El vuelo sale el viernes y aún no le he dicho nada a Jorge. Más bien, aún no lo he decidido. La verdad es que si Julián no fuera yo no lo estaría pensando. Es más, ya hasta habría preparado la maleta. Pero el hecho de que tengo que ir con él, viajar juntos y vernos todo el fin de semana me desconcierta en demasía. Y tengo que admitir que mis dudas son más por el hecho de saber que estaré luchando cada segundo por no besarlo, abrazarlo y estar junto a él. Y eso es precisamente lo que me abruma. Siempre le dije a Jorge que dos cosas no le perdon
No le dije a nadie en el estudio que si iría al viaje. Javier está muy emocionado por ir. Primero me preguntó si iría su madrina pero cuando le dije que no, se lamentó un poco pues, según sus palabras, yo no poseo el vocabulario de arquitecto que ella tiene y con el que le encanta conversar con ella. Cuando le dije que iría mi jefe que es el líder del proyecto y un arquitecto de mucho renombre tembló de la emoción. Mientras arreglo los últimos detalles en mi oficina, pues no quiero dejar cosas pendientes y hoy me saldré un poco antes de lo normal para pasar por Javier y despedirme de Jorge y de Luz, antes de ir al aeropuerto veo que Julián pasa repetidas veces por la puerta. Como no se atreve a entrar decido ignorarlo, no quiero decirle que sí iré para que no se forme ideas en su cabeza. Simplemente llagaremos a la hora para tomar el vuelo. Finalmente se decide a entrar y me dice que espera que reconsidere ir a la presentación. Me deja los boletos en el escritorio y sale de la of
Se han cuidado todos los detalles para esta presentación. Julian y yo nos preparamos para nuestros discursos. Javier está sentado en primera fila escuchando nuestros ensayos. Escucha a Julián con mucha atención mientras que mi discurso parece no atraerle mucho. Sin embargo, cuando los dos unimos nuestro discurso para mostrar la maqueta del proyecto, sus ojos se encienden de emoción. Hoy será un día algo pesado. Después del viaje, pasamos al hotel a dejar las maletas y enseguida regresamos al centro de convenciones para afinar detalles. Ahora que ya está todo listo decidimos regresar al hotel a descansar. Me da un poco de pesar que Javier pase el resto del día encerrado en un hotel pero estoy muerta, ha sido un día muy largo y lo único que me apetece es darme una ducha larga y dormir temprano. En el taxi, camino al hotel, Julián platica con Javier. Ciudad Gelped es una ciudad con un pasado histórico muy grande que se puede observar en su arquitectura. - Les parece si nos reunimos
La agenda del día es muy dinámica. La presentación se hará en el centro de convenciones de la ciudad y de ahí salimos a la ubicación de la construcción. Nunca me ha puesto nerviosa hablar en público, sin embargo esta vez siento nervios. Muchos nervios. Desayunamos con Julián en el hotel. Aún siento el contacto de su piel en mi piel, el aroma de su cuerpo en mi aliento y sus palabras se repiten una y otra vez en mi cabeza. Eres infiel cuando piensas en otra persona? Le eres infiel a tu esposo si no puedes dejar de pensar en otro hombre? Esos pensamientos me perturban mucho y no me dejan en paz. Nos reunimos con Julian en el lobby y de ahí partimos hacia la presentación. El discurso de Julián es muy aclamado por el público, como era de esperarse. Cuando es mi turno de hablar, hay un silencio sepulcral en la audiencia. Por un momento pienso que todo saldrá mal y que me abuchearán pero respiro profundo y comienzo a hablar. Veo en primera fila al único espectador que me interesa impr
El viaje fue en éxito en lo laboral. La presentación y entrega del proyecto Géminis mantuvo al estudio con un alto estatus, el estatus que hemos conservado ya por mucho tiempo. Recibí mails de casi todo el mundo felicitándonos por el éxito de la presentación. También fue un éxito con Javier. Desde ese viaje se ha interesado más por mi trabajo, y formamos un vínculo que antes no era tan fino, por decirlo de alguna manera. Jorge y Luz nos recibieron con los brazos abiertos. Los extrañé tanto. Ahhhhhhhh, me siento tan mal, tan hipócrita, lo cierto es que mis pensamientos estaban en otro lado, en otra persona durante mi viaje. Soy la peor esposa y la peor mamá. Nunca pensé en ellos ni siquiera para sopesar las consecuencias de lo que estaba haciendo. Yo estuve molesta sí, muy molesta con Julián. Todo el sábado estuvo tan insistente en nosotros. Las miradas, los roces, los besos furtivos. No fue mi imaginación, estaba convencida de que iba a pasar algo y me había hecho a la idea de carg
Mi vida es un completo caos. Casi no he visto a Julián las últimas dos semanas. En el trabajo apenas me dirige la palabra y todos los datos que necesita de mi, me los pide a través de Andy. Es muy complicado trabajar con alguien a quien no le interesa dirigirte la palabra. Y lo es mucho más cuando la persona te detesta por algo que no sabes qué es. Porque yo creo que Julián me detesta. En el viaje me hizo creer que quería estar conmigo y cuando lo logró simplemente perdió el interés. No sé cuál haya sido su objetivo para hacer eso. Tiene que odiarme mucho para lastimarme de esa manera, otra vez. Si quería probar algo, supongo que lo logró. Como siempre, fui una tonta. Aún con Javier ahí fui incapaz de resistirme a él. No sé porque diab!os lo sigo amando. El problema no es que haya regresado, el problema es que lo sigo amando y que a un gesto suyo caigo redondita. Y en casa las cosas no están mejor. Jorge no me dirige la palabra. Lleva dos semanas durmiendo en la habitación de inv
He preparado una cena especial para Jorge. Quiero hablar con él. Preparé su comida favorita. Me he puesto un vestido y arreglado para la ocasión. Duermo a los niños y me dispongo a esperarlo en la sala. Pasan una, dos y tres horas y Jorge no ha llegado. Comienzo a preocuparme pero no quiero hablarle a sus padres para no preocuparlos. Seguramente anda bebiendo. Muero de sueño y no resisto más. Me desmaquillo y pongo la pijama y me acuesto a dormir. Cuando suena mi alarma me levanto de prisa y voy a la habitación de huéspedes. Jorge no llegó. Tomo el teléfono y le marco una y otra vez. Anoche daba tono pero él no contestaba, ahora ni siquiera entra la llamada. No es la primera vez que pasa. Me obligo a no preocuparme y comienzo a preparar a los niños. Hoy tendré que llevarlos yo a los dos. Como las escuelas de Luz y Javier están en polos opuestos de la ciudad, llamo al trabajo para avisar que llegaré tarde. Me perderé la junta de la primera hora. Ni hablar. Cuando por fin llego
Las cosas en casa son un caos. Me hago cargo de los niños yo sola. Llevarlos a la escuela implica salir de casa más temprano y aún así llego tarde al trabajo. Aunque quisiera reponer el tiempo al salir, no lo hago. Debo regresar a casa lo antes posible por los niños y por Jorge. Estuvo una semana hospitalizado. Su recuperación fue muy pronta. Pero aún así, no puede caminar todavía. Me siento un poco abrumada. Creo que tomaré un permiso de varios días en el trabajo para darme a basto, de otro modo, me volveré loca. Lo siento mucho por el nuevo proyecto pero me siento sobrecargada y en este momento mi prioridad es mi familia. Jorge es muy demandante. Le sugerí contratar a alguien para ayudarlo mientras yo estoy en el trabajo pero no quiso. No quiere meter a una extraña a la casa. Y eso implica mucho trabajo para mi. Pero no me importa, prometí que si él salía bien de esta situación yo haría todo lo que esté en mi mano para que estemos bien. ***Ha pasado una semana desde que Jorge r