Cuando María me dijo - sólo sácame de aquí - no pensé que todo fuera a ser tan difícil de ahí en adelante. Obviamente estaba completamente en shock. Cuando Andy nos abrió la puerta de su casa, María entró como autómata sin un rumbo ni una idea de qué hacer. Andy la guía a la habitación y la ayuda a acostarse. Mientras espero que Andy regrese me lavo con intensidad las manos, otra vez. No puedo quitarme este olor, este maldito olor a sangre. - Cómo estás? - Andy, esa amiga fiel y verdadera que puede ver el panorama completo, siempre con las preguntas precisas. - Lo, lo maté Andy. Asesiné a un hombre. Maté al esposo de María - tengo los nervios crispados. Me froto las sienes tratando de borrar todos los recuerdos de esta noche pero el sonido sordo del disparo y el aroma a sangre me persiguen con insistencia. - Fue un accidente Julián, no es tu culpa, solo te estabas defendiendo - Andy me abraza y hundo mi cabeza en el hueco de su hombro y su cuello, ella aprieta el abrazo y respira
Saber que fui incapaz de ver por mis hijos y su bienestar me dolió en el alma. Siempre critiqué a esas mujeres que se quejaban de no tener tiempo para estar con sus hijos o de estar deprimidas por quien sabe qué razón. Pero lo cierto es que uno juzga sin saber el infierno por el que están pasando o lo que las orilla a hacer o dejar de hacer ciertas cosas. Yo fui una de ellas. La depresión obnubiló todo mi ser y perdí de vista lo más importante de mi vida. Y no es que no pensara en ellos, no; es solo que pensaba que estaban bien, que yo era la que estaba mal y que era mejor encerrarme en mi misma antes que contagiarlos con mi forma de sentir en ese momento. No lo sé. Quizás solo lo estoy evadiendo y realmente nunca pensé en ellos. Hasta que Megan me dijo que Javier se fue porque yo era incapaz en ese momento de ver por ellos, me cayó finalmente el veinte de mi estado. Sí, me sigo deprimiendo a veces, sí, la culpa sigue visitándome ocasionalmente pero ya no, nunca más dejaré a mis hij
Querida María:Doce años pasaron y todavía deseo poder regresar el tiempo hasta aquel día en que te abandoné. Fui tan estúpido al elegir el éxito profesional antes que mi amor por ti, arrogante al no decirte que te amaba y que quería que fueras mi esposa e ingenuo al creer que me estarías esperando. Recuerdo cada momento desde que te vi por primera vez y me robaste el aliento con tu frescura y tu belleza; nos recuerdo compartiendo nuestro café matutino, nos recuerdo caminando juntos en el parque en un hermoso día y ver tu mano tomada de la mía que me aseguraba que no debía preocuparme de nada porque nuestra vida era buena, recuerdo el día que, de pie a través de un cristal, vi un anillo tan deslumbrante como tú y supe en ese instante que quería pasar el resto de mis días contigo. Sí, te iba a pedir que te casaras conmigo, estaba a punto de hacerlo cuando surgió la oferta de trabajo. El destino me puso una cruel prueba y yo fallé rotundamente movido por un impulso egoísta que me sacó
Observo a Julián. El amor de mi vida, el hombre que más amé y por el que estaba dispuesta a todo. En algún momento pensé que nuestro destino era estar juntos para siempre. Sin embargo, a veces la vida te acomoda en un lugar diferente y así tienes que seguir. Me quedo perdida en mis pensamientos mientras los niños chapotean en la orilla del mar con Julián. Julián, que dice amarme, que ha demostrado amarme a pesar de todo. Verlo junto a mis hijos llena mi corazón de alegría. Pero no es lo que quiero. No en este momento. Lo amé con todo mi corazón y durante muchos años añoré su regreso. Pero justo ahora, mi corazón no está para albergar sentimientos de amor romántico hacia otra persona, ni siquiera hacia Julián. Son muchas cosas las que me ocupan y ese tipo de amor no está entre mis prioridades. Definitivamente, su regreso fue algo bueno. Si no lo hubiera hecho, mi hijo seguiría atrapado en una relación abusiva con el hombre que decía amarlo como hijo. Cómo no lo vi? Realmente no lo v
No puedo parar de reír. Me sujeto el estómago con ambas manos pues ya comienza a dolerme. Julián también ríe. - De dónde sacaste eso? - digo tratando de contener la risa que amenaza con salir nuevamente. - Solo quería aligerar un poco el ambiente - él también se sujeta el estómago. Coloco el dedo índice sobre los labios para indicarle que debemos guardar silencio. - Los niños, podemos despertarlos - le digo en un susurro. Julian se tapa la boca y poco a poco vamos recobrando la compostura. - Ojalá todo fuera así de sencillo - digo ya sin atisbos de risa. - No tiene por qué ser complicado, María. -- Un nuevo recuerdo, una nueva vida y para adelante. Se dice tan fácil, pero no lo es, al menos no para mí. - - Hace doce años, Javier me sacó del letargo en el que estaba y ahora, nuevamente, fueron mis hijos quienes lograron hacerlo. Sí es complicado Julián, Sabes por qué? -- Por qué? - - Por que a mi me toma más tiempo sanar. Porque no puedo simplemente almacenar lo vivido como
Nos separamos con lágrimas en los ojos. Nuestras miradas se encuentran y un escalofrío recorre toda mi espina dorsal. Julián levanta la mano y me limpia las lágrimas con el pulgar. Es un movimiento lento y suave pero siento una descarga de emociones que me hacen vibrar. Giro la cabeza y beso la palma de su mano antes de separarme de él. Le muestro el anillo para devolvérselo y niega con la cabeza. - Quédatelo. Si un día logro que me vuelvas a amar, si consigo que vuelvas a sentir amor por mi y estás dispuesta a intentarlo nuevamente, solo póntelo. Es tuyo y siempre lo será. - me acaricia suavemente la mejilla y con su mirada profunda me dice - Entenderé si no lo usas nunca, de verdad. Pero seré el hombre más feliz del mundo si lo colocas en tu dedo y, si eso sucede, te prometo que dedicaré mi vida entera para hacerte feliz a ti y a los niños. -No digo nada y, como para liberar un poco la tensión del momento, remata- Y quizá, cuando seamos viejos te diga, viste que si estábamos de
Mil gracias por leerme. Es la primera vez que me aventuro a escribir algo así y espero lo hayan disfrutado tanto como yo. Debo admitir que me costó algo de trabajo pero me esforcé en hacer algo leíble. Les dejo y espero me sigan leyendo en próximas publicaciones. Por lo pronto, comenzaré con una historia diferente de la que aún no tengo claro el nombre de mis personajes pero sí de lo que irán sus destinos. “La creencia de que el destino es el fuerza superior que nos lleva por donde debemos ir, sugiere que todo lo que ocurre en nuestra vida no es producto de la casualidad, por el contrario, todo sucede porque la historia ya está marcada y así debía suceder. “Espero me sigan. Até logo. Hasta luego. Travis 🧶
Trato de colocarme el collar cuando mi marido abre la puerta de la habitación. - ¿Me ayudas cariño? - le digo extendiendo el collar y haciéndome a un lado el largo cabello rizado, de un negro tan profundo que tiene destellos azules. Jorge me besa cariñosamente la nuca y la recorre con sus labios hasta llegar al lóbulo de mi oreja. Deja el collar en la mesita de a lado y toca mi pecho introduciendo su mano por el escote del vestido. - No tenemos tiempo, amor - le digo girándome para quedar frente a él. Como aún no me pongo el labial, lo beso mientras cruzo las manos detrás de su cabeza tomándolo del cabello. Nos besamos con mucha intensidad. Siempre disfruto plenamente de las caricias de mi esposo que cada vez se van haciendo más intensas. Me recargo en su cuerpo y siento su dureza atrapada en el pantalón. Bajo la mano e intento bajarle el cierre cuando la puerta se abre repentinamente. Una pequeña de ojos dormilones y cabello igual de negro que su madre entra a la habitación. No