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4. Julián Estrada Ochoa

Jorge toma en sus brazos a Luz y la saca del auto. Me apresuro a abrir la puerta y preparar la habitación para que la coloque en su cama.

Mientras le indico a Javier que se lave los dientes, le quito los zapatos a Luz y la arropo. Se cansó mucho en el restaurante. Además ya ha pasado su hora de dormir.

Cuando termino con ella, voy a la habitación de Javier y lo arropo también. Deposito un beso en su frente y me despido de él.

En nuestra habitación, entro al baño quitándome los aretes. Jorge no está. Me quito la ropa y comienzo a desmaquillarme, me estoy poniendo la bata para dormir cuando un par de manos me agarran los senos por detrás.

Jorge me aprieta contra él y puedo sentir su dureza mientras me estruja.

Después de todo lo que pasó hoy, no me apetece tanto. Sin embargo, él siempre logra prenderme. Besa mi cuello mientras sus manos siguen estrujando mis senos. Finalmente me da la vuelta y sus labios van directamente a la zona que sabe me prende más que nada.

Ha sido un seXo increíble. Jorge está dormido. Aunque siempre soy yo la que se duerme primero hoy no logro hacerlo.

Estuvo diferente. Me ha hecho el amor como nunca, como que hoy se ha esmerado más. Lo sentí muy concentrado en satisfacerme y, no es queja, en absoluto. Siempre lo disfruto. Jorge es muy bueno y hemos logrado una conexión sexual extraordinaria. Es solo que esta noche me ha parecido como al inicio cuando trataba de que todo fuera perfecto. Aunque él nunca lo dijo, como tratando de que yo olvidara a Julián.

No logro pegar ojo en toda la noche, sin embargo la vida sigue así que antes de que suene mi alarma me levanto para ducharme.

Hay que prepararnos para la escuela de los chiquillos y para ir al trabajo.

Hoy llega el nuevo jefe de proyectos. Los rumores dicen que es un extranjero. La tiene difícil pues mucha gente del estudio quería ese puesto. Y aunque hay mucha gente capaz, Andy, por ejemplo, la alta dirección decidió traer a alguien de fuera.

Preparo los desayunos mientras Jorge se encarga de levantar a los niños y cambiar a Luz. Es un marido excepcional. Debo dejarme de tonterías y dejar de pensar en Julián. Lo que no fue, ya no será. Estoy segura. Y nunca podré perdonarle su abandono.

Luz sube al auto con Jorge y Javier sube conmigo. Aunque hoy quiero llegar más temprano que de costumbre, nunca pero nunca dejo de llevarlo a la escuela.

Me apresuro conduciendo. Hablo con Javier sobre cualquier cosa en el transcurso del viaje. Es un niño extraordinario. Muy inteligente pero tímido, debo sacarle las palabras con tirabuzón, de otro modo, casi no habla.

Cuando llegamos a su escuela, lo acompañado hasta la puerta y me despido con un beso y un abrazo. Gracias a dios aún no se avergüenza de eso como otros niños.

Corro hacia el auto y me apresuro. Quiero que me dé tiempo de atusarme un poco.

Llego con mucho tiempo de anticipación. En el estudio hay mucha expectativa por el nuevo jefe. No se habla de otra cosa en todos los pasillos y oficinas.

En el baño, me retoco el maquillaje y el peinado.

- Dicen que es muy guapo - dice una chica acomodándose el escote para mi gusto exagerado.

- Y soltero - dice la otra pintándose los labios de un fucsia demasiado llamativo.

- Si es así, no dudaré en tratar de conquistarlo - dice la primera y suelta una carcajada estridente.

- Pues yo haré lo mismo, veremos quien lo logra - responde con una mirada felina.

Salgo del baño pensando en él. Después de todo, será mi jefe directo. A mi me preocupa más qué tipo persona es y cómo será como jefe.

Me da tiempo de prepararme un café y me dirijo a la sala de juntas. Aún faltan más de cuarenta minutos y ya hay bastante gente a la espera. A nosotros nos citaron media hora antes de su llegada. El Director General del estudio nos verá para preparar el terreno para la presentación oficial.

Andy aún no llega. Siempre ha tenido problemas con la puntualidad. Seguramente llegará en el minuto justo. Tomo un lugar en el fondo de la gran mesa y me siento tranquila a beber mi café. No me apetece hacer suposiciones antes de tiempo.

***

Julián se mira al espejo por última vez. Quiere dar la mejor primera impresión. Sobre todo por la sorpresa que se llevarán Andy y María.

Toma su bolso de trabajo y lo cruza sobre su hombro, da un rápido vistazo final al espejo, toma las llaves y sale de la habitación en la que se aloja.

Aún falta una hora para la reunión pero siempre le ha gustado llegar antes de tiempo. Llegar cuando no lo esperan le da una perspectiva más real de cómo son las cosas. Si no hay tráfico, llegará en veinte minutos.

Cuando llega al edificio se sorprende por la limpieza de sus líneas. Es un edifico grande, según sabe, diseñado por el mismo estudio, de ángulos rectos, techos planos, asimetría intencionada y enormes ventanales.

Se acerca al escritorio de la recepcionista con una sonrisa.

- Nombre? - dice ella en un tono monótono y neutro.

- Julián Estrada Ochoa, me esperan en… -

- Treinta minutos, arquitecto - dice ella imprimiendo más emoción a sus palabras.

- Espero que eso no sea un problema - dice mientras dispara una sonrisa que ruboriza a la chica.

- El arquitecto Estrada ha llegado, dice por el aparato en su oreja. Asiente con la respuesta y le da un gafete mientras le indica los ascensores.

- Bienvenido arquitecto. Lo esperan en el piso 14 -

Julián le guiña un ojo y se dirige a los ascensores. La hora de la verdad. No está tan emocionado por el trabajo en sí sino por una persona en específico, María Scott.

Al llegar al piso indicado, una asistente lo espera fuera del ascensor y lo guía hacia la sala de juntas, un lugar con paredes de cristal por las que puede ver a las personas en ella. De un vistazo ve que todos lo observan a su paso. María está sentada bebiendo su café. Parece que no lo ha visto.

Julián sonríe por lo bajo, no podría ser mejor.

Se despide de la chica con un guiño y entra por la puerta que ella le abre.

Entra con un saludo y le da la mano a la primera persona que se acerca. Debe ser el Director General del estudio.

No escucha lo que el hombre le dice. Sonríe ante las miradas estupefactas de Andy, sentada a tres personas de él y de María al fondo de la sala.

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