No entendía todavía la razón de esas palabras de Cedric, pero lo entendí rápidamente cuando lo ví caer al círculo de fuego junto con Rebeca, ahí entendí que simplemente se estaba despidiendo de mí.

Se sacrificó por mí.

Mi esposo Hedmon se encontraba algo herido, pero se recuperaría, solo basta un poco de sangre humana y como nuevo, ojalá pudiese decir lo mismo del rey, su cuerpo ya no tenía arreglo, su eternidad tuvo su final.

La cabeza de mi esposo reposa en mis piernas, mientras que yo le acaricio el cabello verificando que este consciente.

—¿Ya murieron, se acabó?— preguntó

Yo asentí.

—Lamento que hayas tenido que pasar por esto. No me imaginé un matrimonio tan explosivo.

—No pasa nada, podremos con todo siempre y cuando estemos juntos.

Mi esposo comenzó a levantarse, me tomó de la mano y salimos a ayudar a los demás.

El castillo estaba un poco destrozado, lleno de sangre y cuerpos desvividos de vampiros rebeldes y unos cuantos guardias.

Llegamos al salón real, dónde se escuchaban