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Capitulo 2. El castillo.

Todos en el reino se vieron perturbados y alertados por la llegada de los dos guerreros junto con la chica de identidad desconocida.

— ¡Un doctor! — gritó uno de los guerreros llamado Kain.

La multitud comenzó a acercarse para ver a la extraña mujer que se encontraba en un estado tan grave, sus heridas de las extremidades son tan profundas que mostraban parte de sus huesos.

El doctor del castillo se encontraba en sus aposentos cuando fue interrumpido por un guerrero que venía a traerle la noticia.

—Señor, lo están buscando afuera.

El doctor giró su silla mirando al guerrero que se mantenía de pie, mirando con respeto.

— ¿De qué estás hablando?

—Una mujer, señor... Está gravemente herida, la trajeron unos guerreros que vienen de afuera.

La curiosidad del doctor Zain, es mucho mayor que cualquier cosa, así que de inmediato salió para ver de quién se trataba.

Al acercarse a la multitud que rodeaba el cuerpo semidesnudo de la mujer sin identificación, quedó impactado.

— ¿Saben de quién se trata? — le pregunta él doctor Zain a guerrero Kain.

Kain niega con la cabeza, sin quitarle la mirada al cuerpo de la mujer tendido en el suelo.

—Busca una camilla para ella, no podemos dejarla aquí— ordena el doctor Zain.

Algunos hombres se fueron en marcha a buscar dicha camilla, mientras que Zain se encargaba de revisar sus signos vitales.

Al llegar la camilla, la subieron con cuidado y la llevaron hasta el laboratorio del doctor Zain, quien se encargaba de realizar sangre sintética y algunas otras posiciones para contra atacar a los clanes rebeldes.

El doctor quedó impresionado por la cantidad de mordidas que tenía esta chica.

—Luce tan joven, quizá unos dieciocho o diecinueve años... — comenta mientras le limpia las heridas y el cuerpo completo con un poco de agua y un pañuelo.

— ¿Sí está viva? Escuché como su corazón latía en el bosque, por eso no dude en traerla— asegura Kain, algo nervioso.

—Bueno, no está muerta del todo, es extraño que alguien la ataque así siendo vampira. A menos [...] — pensando.

— ¿Qué? ¿A menos qué? — pregunta, alterado.

—Estemos delante de una... —Tocó su brazo frío y sin pulso— una vampira muy extraña.

Kain quedó sin palabras ante tal teoría, no estaban permitidos los vampiros sin identificar en ningún sentido en el castillo, sería un acto que traería consecuencias para él y su compañero.

—No puede ser, el rey estará encabronado conmigo. — comento, con un manojo de nervios.

— ¡Calma, calma! — exclamó el doctor Zain.

—Estoy muerto.

— Llama al rey, yo hablaré con él personalmente.

El guerrero Kain se marchó a buscar al rey.

Toda la servidumbre del castillo se mantenía a la espera de la opinión del doctor.

Zain se quedó revisando con cautela cada detalle de sus heridas y de su cuerpo, su frío y pálido cuerpo, su corazón se escuchaba latir con tanta suavidad que parecía inmóvil, está viva, eso es seguro. Lo que no es seguro aún es ¿Quién le haría algo así a una chica? O peor aún ¿Qué vampiro sería capaz de torturar de semejante forma?

El doctor Zain comenzó a sentir un poco de lastima por el estado de la chica, se mantenía inmóvil en dicha camilla mientras que este le continuaba revisando, tomando el pulso y sacando muestras de todos lados.

Luego de limpiar su cuerpo se dio cuenta de que es muy hermosa, físicamente es preciosa, parece un ángel, pero dada sus condiciones más bien un ángel caído.

El rey Hegernald se dirigió furioso hasta el laboratorio de su doctor, se suponía que ningun vampiro sin identificar puede pasar.

Irrumpió con fuerza en el laboratorio del doctor Zain y le preguntó con rudeza.

— ¿Dónde está?

—Su majestad, mi señor...

— ¡Enséñame!

Zain lo guío con nervios hasta la pequeña camilla que se encontraba en una de las habitaciones del laboratorio, ahí se encontraba dicha mujer, seguía inconsciente; cubierta con una sábana blanca, vendas en sus heridas y su rostro demacrado.

Hegernald quedó paralizado ante su presencia.

— ¿Ya sabes quién es? — pregunta sin quitarle la mirada a la mujer desconocida.

—No, mi señor.

— ¿Por qué la trajeron hasta aquí?

—Se veía como alguien que necesitaba ayuda, su majestad. La encontramos en las afueras de Blackstone, dentro del oscuro bosque.

—Se ve como alguien que puede pertenecer al clan rebelde y planear una terrible venganza. ¿No se te ocurrió? — preguntó, molesto y acercándose un poco más a la mujer.

—No creo que eso sea así, mi señor... Estoy casi seguro de que ella fue humana.

Hegernald giró su cabeza en dirección a Zain.

— ¿Qué?

—Así es, cuando llegó al castillo no tenía pulso, aún conservaba un poco de olor a su sangre, definitivamente era humana, pero está en proceso de conversión.

El rey Hegernald admiro de nuevo el rostro de aquella joven, no vio a detalles las heridas, pero por la cantidad de vendas y el deterioro de su cuerpo y rostro, pudo entender que la habían torturado horrible.

Sin embargo, él como rey no se podía dar el lujo de solo confiar.

— ¿Sabes por qué eres mi médico real?

—Su majestad... Yo. —El rey Hegernald lo interrumpe.

—Porque confío en ti, ¿Sabes lo que eso significa? Como rey tengo prohibido entregar mi confianza como si fuese una simple carta, es un acto de fe que puede incluso significar la muerte para mí o mi imperio... — lo mira fijamente.

El doctor Zain se arrodilla frente al rey y dice de forma repetida.

—Perdóneme su majestad, perdóneme. Le entrego mi eternidad, si eso significa su perdón.

—Si esa chica llega a ser un problema para mi reino, tú pagaras las consecuencias y sabes que no son agradables.

El doctor Zain le hizo varias reverencias en forma de agradecimiento.

—Se lo prometo, mi señor.

—Mantenme al tanto de todo, ¿Qué le estás haciendo ahora?

—Le estoy aplicando transfusiones de sangre, le arrebataron toda su sangre, por eso estoy casi seguro de que fue humana, algún vampiro le hizo mordidas y apuñaladas mortales en todo su cuerpo. — mientras señalaba las heridas cubiertas.

El rey solo guardó silencio. Le dio un pequeño vistazo a la chica y se dirigió a la puerta.

—Apenas despierte, Alice Blanc le hará una inspección a sus intenciones. Quiero descartar que acabemos en peligro todos por tu impertinencia. —Le dio una mirada de desapruebo a Zain y se marchó del laboratorio.

Alice Blanc es una vampira cuyo poder es analizar a las personas y revelar sus más profundas intenciones; sus emociones más fuertes, debido al necesario uso de su poder se convirtió en una de las manos derechas del rey. Facilitándole así quien podría significar un peligro para la familia real. Se mantenía siempre cerca del rey durante la noche, debido a lo delicada de su piel no podía permanecer bajo el sol por mucho tiempo como los demás vampiros. Alice es albina, y su transformación solo aumento la delicadeza de su piel ante los rayos ultravioletas del sol.

Ella proviene de Alemania, nació en un pequeño barrio pobre en el año 1890 el 10 de Febrero. Durante su infancia solo podía ver el maltrato y abuso por parte de su padre a su madre. Esto la hizo crecer callada, aislada para no sufrir lo mismo que sus otros hermanos mayores y su madre.

Para comer y sobrevivir el padre ofrecía a sus hermanas mayores en un pequeño hotel en el barrio a caballeros extranjeros que ya conocían dicho negocio.

El rey tenía sus propios asuntos dentro del castillo, como por ejemplo, lidiar con su hijo; el príncipe Hedmon. Quien pronto debería tomar las riendas del reino.

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