No entiendo está sed tan extraña que tengo, no entiendo cómo llegue aquí, no entiendo ¿Por qué estoy me sabe tan bien? No entiendo absolutamente nada.
Me siento muy perdida en este momento.
Dejé las bolsas con sangre en la cama y dejé caer la sábana que rodeaba mi cuerpo al suelo. Miré hacia abajo y quedé en shock con todo lo que ví.
Deslice la yema de mis dedos por mi abdomen subiendo poco a poco hasta mis brazos. Tocando esas cicatrices que deformaban lo liso de mi piel, ¿Qué me pasó?
Escuché de forma clara y precisa los pasos de alguien, así que me apresuré para vestirme con lo que me habían traído, un mono y una camisa con mangas largas, todo de color gris. La puerta se abrió, dejando ver el rostro apenado del doctor Zain.
—¿Está lista? — me preguntó.
Yo asentí. Me hizo señas de que saliera de la habitación, se alejó de mi caminando y yo automáticamente lo seguí.
Al salir de esa pequeña habitación quedé asombrada por todo lo que veo, estoy andando por un pasillo decorado con cuadros de paisajes hermosos, el suelo es de cerámica color negro y el techo queda tan algo que se necesitarían cincuenta personas para alcanzarlo. Las columnas tienen detalles en dorados muy hermosos... Me siento en un palacio o algo así.
El doctor Zain no menciona ni media palabra, aunque no estoy incómoda por el silencio necesito hacer preguntas.
—Disculpa, no entiendo ¿Dónde estoy?
—Esta en Blackstone.
—Si, ya me dijeron eso...— me interrumpe deteniéndose en seco y abriendo una puerta enorme.
—Puede pasar.
Yo quedé perpleja, adentro de esa puerta se veía una habitación muy iluminada por los enormes ventanales que hay. Zain me hizo señas con la mano de que entrase de una vez.
Al entrar observé; un escritorio, un par de muebles de cuero marrón, una alfombra en gran parte del suelo y un estante lleno de libros. Todo decorado a un estilo muy elegante.
— ¿Quieres tomar asiento? — pregunto la voz de un hombre.
Al buscar por todo el lugar me dí la vuelta y justo apareció el hombre que me dio la sangre... Hedmon.
—No, estoy bien.— me alejé un poco de él, acercándome al ventanal, quiero detallar que más hay afuera.
—¿Te gusta mucho el jardín de afuera? — insistió Hedmon.
—Quiero saber dónde estoy.
—Estas en Bla—interrumpí, enfurecida.
—¡Ya se que estoy en Blackstone! ¿Dónde m****a queda Blackstone?— grité, no me pude contener, en mi pecho se siente una presión terrible impotencia.
Él me miró en silencio, un guardia entró listo para emboscarme, Hedmon negó con la cabeza y le ordenó que se fuera.
—Entiendo, no tienes la información que necesitas, Blackstone es un castillo.
Yo intentando asimilar la situación, detalle a mi alrededor.
—¿Un castillo? — repetí.
—Así es, es un castillo dónde viven las personas como nosotros, alejados de la humanidad para protegernos.
—¿Cómo que "como nosotros"? — pregunte.
—Somos vampiros. — se acercó a mí lentamente.— Somos seres avanzados, con habilidades increíbles, súper fuerza, velocidad, poder... Con una sed interminable por la sangre.
Yo guardé silencio.
—Este castillo existe para mantenernos seguros de todo lo demás.— continúa él.
—Soy una vampira...— murmuré, detallando mis manos.
—Así es.
Yo me senté en el sofá de cuero marrón e intenté recordar mi pasado, quien soy antes de llegar aquí. Esto no tiene sentido, es como una pesadilla.
Hedmon se acerca ofreciéndome otra copa de sangre.
Yo negué con la cabeza.
—Esto te ayuda a mantenerte fuerte, si dejas de beberla puedes morir.
—Pues prefiero morir... No entiendo que esta pasándome ni quién me hizo estás horribles marcas en mi cuerpo, estoy muy confundida y no conozco a nadie aquí... ¡Quiero irme!
Hedmon se acercó a mí, pero yo le di un empujón tan fuerte que lo mando al otro lado del salón, tumbando su escritorio.
« ¿Cómo m****a puede hacer eso?» sentí mucha tristeza y culpa por empujarlo y salí corriendo rápidamente de ahí.
Me siento terrible, pero aún así no siento ganas de llorar, por más que el nudo en la garganta se mantenga ahí, presionando para salir.
Escucho los pasos de los guardias, están buscándome. ¿Cómo es que puedo escuchar todo tan detallado aunque estén lejos? Esto es increíblemente aterrador. Sin darme cuenta salí del castillo hasta el jardín que ví desde la habitación, es más hermoso de cerca.
Un césped tan verde, filas enteras y bien organizadas de lilas y rosas blancas, caminé descalza por todo el lugar, el día está gris, son embargo me siento tan cálida. Es como si el frío dejase de tocar mi piel.
Acaricié los pétalos de las rosas mientras caminaba, puedo escuchar el viento chocar con los árboles y las hojas secas crujir en el suelo, el aleteo de las mariposas... Es increíble todo lo que puedo escuchar.
Me senté en un pequeño prado y dejé caer mi cuerpo. Mirando el cielo y sus nubes grises tengo la sensación de haberlo hecho antes. Cómo si estuviese repitiendo un escenario.
Me llegó un aroma muy conocido... Es Hedmon. No me quise mover de dónde estoy, me siento cómoda.
—Hey— intentando respirar, algo adolorido— ese fue un gran empujón.
Yo ignore su comentario, no estoy de humor para nada.
—Escucha... Siento que empecé con el pie izquierdo, déjame hacer las cosas de nuevo.
—No te pediré disculpas.
Hedmon se acostó a mi lado, algo que me sorprendió.
— ¿Qué estás haciendo? No quiero la lastima de un príncipe.
— ¿Sabes que soy un príncipe?
—Es obvio, estamos en un castillo... Las personas te dicen "su majestad". No soy idiota, solo no recuerdo mi pasado.
Él guardó silencio y comenzó a reírse.
«¿Qué le pasa?»
—Ya entiendo, no eres una damisela en peligro y no te obligare a beber sangre.
Yo respire profundo, quizá debo bajar mi agresividad con él, solo quiere ayudarme y estoy siendo algo ruda.
—Perfecto.
—Sin embargo... Al estar en este castillo debes cumplir con ciertos reglamentos.
Yo me levanté del césped y lo miré fijamente.
—¿A qué te refieres?
—A que debes adaptarte a como vivimos aquí, al menos hasta que recuerdes algo de tu pasado que te ayude a regresar a dónde perteneces.
No puedo resistirme, es decir, no tengo a dónde ir, no recuerdo absolutamente nada de quién soy... Solo me queda adaptarme a este lugar tan extravagante.
—Esta bien, haré lo que tenga que hacer mientras que recupero la memoria. No voy a convertirme en una molestia— confesé mientras me limpiaba un poco.
Hedmon se levantó y extendió su mano hacia mi.
— ¿Es un trato? — mirándome fijamente.
—Es un trato— estreché su mano con la mía.
Ahora que lo tengo cerca puedo detallar su rostro... Es bastante guapo, no lo voy a ocultar, sus ojos azules profundos me dan la sensación de haberlos visto antes. Sin embargo es diferente, su cabello blanco y rostro muy definido se me hace tan atractivo.
A pesar de que sé que es un príncipe y quizá deba tratarlo con todo el respeto del mundo, me siento en una extraña confianza con él, ¿Se supone que debo decirle majestad? No lo sé... Todo esto es muy raro para mí.
—Vamos, te enseñaré tu nueva habitación, no puedes seguir en el laboratorio con nuestro doctor Zain. — afirmó.
Lo seguí, regresamos a esos pasillos elegantes con enormes cuadros y techos altos. Llegamos a una puerta igual de grande que las demás, Hedmon la abre y me mira fijamente esperando a que yo entrase primero.
Al ingresar lo primero que ví maravillada es la cama, me aventé como niña pequeña en su inmensa suavidad... Es grande, con almohadas de diferentes tamaños, las sábanas de seda se sentían como nubes deslizándose por mi piel.
—Los vampiros no duermen, pero una habitación sin cama es como una sala sin muebles. Simple decoración.— comenta Hedmon, ocultando una sonrisa por verme así.
Yo me levanté algo apenada.
—Lo siento, no sé que me pasa. Me siento en una montaña rusa emocional. — confesé.
—Eso es normal, nosotros los vampiros sentimos todo al máximo, desde el odio, la confusión, la rabia, la tristeza... El amor— hizo una pausa mirándome a los ojos— Tú solo estás asustada.
Eso tiene sentido, explica el porque de la nada quiero acabar con todo este castillo y su gente y por otro lado solo quiero llorar hasta secarme. Me tiene tan frustrada no poder recordar nada.
—Todavía me encuentro algo adolorido por ese empujón— confieso mientas que Zain me revisa mi espalda.—Se lo dije, su majestad. Es un error dejarla salir de la habitación sin un breve entrenamiento. Los vampiros nuevos pueden ser... Problemáticos.—No la tendré encerrada como si fuese un animal, es una de nosotros y debe ser tratada como tal.Zain terminó de revisarme y bebí mi copa de sangre para sentirme renovado.—Se recuperará, esa chica es muy fuerte.— admite Zain.—Lo sé, hoy la llevaré a conocer el castillo.Zain asiente y me marcho de su laboratorio a buscar a la chica cuyo nombre no sabemos aún, en su habitación. Caminando por el pasillo, central siento que alguien se acerca.Respire profundo para sentir su aroma, es Alice Blanc.— ¿Qué quieres Alice? Estoy algo ocupado.— continúe mi camino.—¿Así vas a saludar a tu hermana? — camina detrás de mí.—No somos hermanos.—Tal vez no de sangre, pero si de crianza.—El hecho de que mi padre te recogiera y te adoctrinara no signific
Bajando por las escaleras Alice se me queda mirando, hasta el punto de incomodarme un poco.— ¿Sucede algo? — pregunté.—No, solo quiero ver el por qué mi hermano muestra un repentino interés en ti. Yo quedé impactada por su comentario.— ¿Interés en mi? Hedmon ha sido muy amable a diferencia de los demás que solo me miran como si fuese un enemigo o peor aún un experimento. Es un príncipe, debe serlo.—Por supuesto, Red.— respondió en forma de sarcasmo.Nos detuvimos frente al campo, todos voltearon su mirada a mi dirección. Alice gritó fuerte:—Vengan aquí ahora.Todos se acumularon en frente de nosotras dos. Sentí algo de pena por estar delante de esa multitud, sin embargo no flaquee por nada.—Esta chica se les unirá el día de hoy a una prueba de fuerza; es nueva, se llama Red.— me presento Alice.Yo quedé paralizada, admirando los rostros de quienes me veían a mi. Hombres y mujeres que se veían agresivos, salvajes y por supuesto no tendrían problema en acabar conmigo.—Genial, un
No sé que día es hoy, ni que año... Solo se que cada día que pasa me duele en el pecho saber que Venus no está. La culpa es un sentimiento terrible que no parece curar con el tiempo, todo lo contrario, se extiende como un cáncer en toda tu mente.Regresé a Puente Celest, luego de pasar días enteros en el bar de Neverlake. Al bajarme del auto veo a Anthony en la entrada de mi casa. Por la forma en la que camina de un lado a otro, siento que no terminará bien este encuentro. No está aquí para una charla.— ¿Qué haces aquí? — le pregunté.—Justo contigo quiero hablar...— se acerca amenazante.—Anthony... Hoy no tengo tiempo ni ánimos para hablar contigo.Él me miró con desagrado mientras que sacaba un bate. «¿De dónde saco ese bate de béisbol?» pensé.—Tony no comiences algo que no estés dispuesto a terminar.—¡La única que podía decirme Tony ya no está! — me atacó con el bate, pero lo esquivé con facilidad.— Venus no debió conocerte, no debiste meterte con ella, estaba perfectamente bie
Han pasado cinco largos y amargos años, pese a que soy inmortal siento que estos míseros años han sido una total eternidad, los días pasan y siento que no logro absolutamente nada con Cedric.Ese imbécil que tanto amo solo piensa en la idiota de Venus, ¿A caso desaparecerla no fue suficiente? ¿A caso tengo que construir una máquina que le borre los recuerdos de raíz a Cedric? Me parece enfermiza su obsesión con Venus. Esa obsesión que no le permite ver lo feliz que puede ser conmigo.Bueno, sabía que esto no sería fácil, Cedric no se enamoraría de mi de la noche a la mañana, pero no todo está perdido, con este amable y desinteresado acto que hice por él de ocultar el cuerpo del idiota de Tony, tengo más esperanzas de que note que soy capaz de hacer todo por él.Este monólogo conmigo misma me está motivando a terminar de enterrar en lo más profundo de la tierra las extremidades de Tony. Los humanos son tan frágiles.Escucho pasos al fondo del bosque, pero obvio que ya se quien es.— ¡M
6 meses después."Ya estamos en octubre, han pasado solo seis meses desde qué fui aceptada oficialmente en este castillo, eso sin contar los años que llevaba inconsciente, según cuentan los rumores, dure muchos años para reaccionar, sin embargo descubrí lo genial que se siente escribir todos mis pensamientos, se siente como si pusiera orden a todo el desastre mental que tengo ahora, me ayuda a aclarar mis decisiones y la forma en la que me siento ahora."Cerré el nuevo diario que Hedmon me dio y solté el lápiz. Ya estaba por terminar de leer casi todos los libros que tiene en su estantería, puedo aburrirme un poco en este inmenso castillo, a pesar de ser tan grande es tan vacío.Incluso husmear en el escritorio de Hedmon es aburrido. Mi rutina diaria no es suficiente: salgo de mi habitación, entreno en el campo de batalla por horas, tomo un baño, regreso a este salón de Hedmon, leo un par de libros, regreso a mi habitación. Siento que es un bucle.—¿Interrumpo?— pregunta Hedmon lle
—¿Qué pasa Zain, por qué entraste así de alarmante a mi salón?— cuestionó mientras trato de relajarme y bajar la tensión de mi miembro.—Mi señor, siento que interrumpí algo.—No digas tonterías. —He estado investigando y estudiando el tipo de sangre de Red desde que llegó, no ha sido fácil puesto a qué no tenía idea de por dónde empezar... Pero ahora ya sé.Yo intrigado.— ¿A qué te refieres?—En este sobre están los análisis que logré recopilar de ella,a explicación lógica del porque no se murió a pesar de sus graves heridas.Le hice señas de que me acercara el sobre, no puedo levantarme aún, todavía no me calmo por completo.Abrí el sobre y quedé algo asombrado con lo que dicen los análisis que me trajo Zain.Luego de un par de segundos en silencio, leyendo la carta Zain me explica.—Esa chica que llamamos Red no era humana... Siempre fue vampiro, solo que fué criada como una humana, alimentándose de comida de humanos.—Eso es imposible. ¿Cómo podría ser vampira y vivir como human
Corrí lo más rápido que pude y entré en mi habitación, cerré la puerta y me afinque de la misma cerrando mis ojos, intentando normalizar mi respiración.—No lo puedo creer— murmuré.—¿Qué no puedes creer?— pregunta una voz de mujer.Abrí mis ojos tan grandes como puedo, buscando rápidamente de quién es la voz hasta que la veo sentada en mi cama.—Alice.— dije, asustada.—¿Por qué tan agitada, huyes de alguien? — ¿No te han dicho que entrar así en las habitaciones es de mala educación?—Todo el tiempo me lo dicen.— ¿Qué haces aquí? Alice se levanta de la cama y me mira fijamente.—Vine para hablar contigo, debes sentirte sola en este enorme castillo, sin conocer a nadie.—No es necesario.Yo negué con la cabeza, Alice siempre me ha intimidado más de lo que cree, esos ojos azules profundos, ese cabello blanco, esa piel palida, es como la gemela de Hedmon, es increíble el inmenso parecido a pesar de no ser hermanos de verdad.— Deberíamos dar un pequeño paseo juntas, no hemos interact
Camino de un lado a otro en la habitación, como si en algún momento está ansiedad fuese a desaparecer de la nada. Es fácil lo que tengo que hacer, solo debo casarme, continuar con mi legado, vivir por siempre con el sentimiento de que hubiese pasado si Red y yo... ¡No! No debo pensar en eso, está mal.En eso siento el aroma de Alice Blanc, está por entrar a la habitación y yo definitivamente no tengo ánimos de discutir.Alice empuja la puerta de mi salón con fuerza y me señala con su dedo muy furiosa.—¿Así que por eso no querías contarme tus estúpidas intenciones con esa mujer?—¿De qué hablas?— confundido.—De Red, ¿Qué no ves que estás cometiendo un error?—Sigo sin entender.—Claro, hagámonos los tontos,— se acercó a mí amenazante— la toqué y sentí sus intenciones y fueron bastante claras.— ¡Sabes que tienes prohibido hacerlo sin autorización del rey!— Advertí — ¡Fue sin querer!— exclamó.—¿Qué es lo que quieres Alice? ¿Tomar una oportunidad con esto? ¿Contarle a mi padre para