-Eres pequeña, no tienes un gramo de músculo en tu cuerpo, sin equilibrio y tienes la fuerza de un venadillo recién nacido. Yo hice una mueca mientras me levantaba del suelo con dificultad. No había llegado ni a la mitad de mi entrenamiento matutino cuando Rep me arrastró hacia el río para pedirme que tratara de empujarlo. Por supuesto que no disfruté de tocar todo ese músculo bien definido de su pecho. Insisto. Una m*****a lástima que tuviera esa actitud. Muy pronto tuve que darme por vencida al no moverlo ni siquiera un milímetro y terminar en el suelo cuando fue él quien se movió solo. -¿Tienes alguna cualidad de la cual no sea consciente? Yo asentí con seriedad. -Sé un poco sobre puntos de presión. -Bien, eso es una mejora. - Dijo cruzándose de brazos. - Lamentablemente para ti, tendrías que estar a pocos centímetros de tu oponente para eso. Centímetros que te costarán la vida... Yo hice una mueca. -... así que tendré que enseñarte a terminar con una pelea rápidamente.
-Debo ir a entrenar, Cleo. - Susurré cuando ella protestó al quitarla de mi cuello. - Te traeré un par de gusanos deliciosos de regreso. Gail ya se encontraba listo en la entrada y me miraba divertido. -Cleo sigue creciendo y siento que se vuelve un pájaro más feo con cada día que pasa. -La belleza es interior. - Dije recogiendo mi cabello. - ¿Entrenarás hasta tarde? -Quizá. El señor Go es bastante estricto y piensa que me falta habilidad. - Dijo rascando su frente. - Al menos no me hace correr. Te veo por la noche. -¿Y quién me va a alimentar? -También hay frutas en el bosque. - Dijo rodando los ojos. - Sube a un árbol y no mueras. Saqué la lengua a su espalda. Salí y me moví rápidamente para formarme junto al resto de la manada. Al igual que el día anterior, todos me saludaron. Yo devolví tímidamente el saludo ya que era extraño que no me ignoraran como al principio. El entrenador del infierno llegó poco después y comenzó a ladrar órdenes. -¡Día de rastreo! Qui
Cuando volví a bajar quien me esperaba en la entrada de la cueva era el Alfa Supremo, así que desnudé mi cuello de inmediato. -Alfa, buenas tardes. -¿Estás lista? -No se me indicó que requiera alguna ropa especial para la siguiente misión. ¿Debería cambiarme? - Pregunté recordando que la última vez que fui con él solo era para ser un pedazo de carne. -No será necesario. ¿Me ayudas a empacar todo esto? - Preguntó señalando a todos los conejos al rededor. Me lanzó un enorme trozo de tela y lo coloqué en el suelo. Pusimos conejos ahí y en dos minutos todo estuvo listo. Se transformó y tomó la bolsa improvisada con los dientes. -Sube. Monté su espalda con cuidado y recosté mi cuerpo hasta que mis manos se aferraron a la piel de su cuello, mi cabeza estuvo recostada sobre el espacio entre sus hombros y mis piernas se engancharon por debajo de su vientre. Comenzó una loca carrera y yo solo me sujeté cerrando los ojos. Una media hora después el calor de su cuerpo me estab
La casa del Alfa estaba escondida entre un montón de cabañas en buen estado. No vi a muchos lobos por aquí en nuestro camino. De hecho, me parecía que la gran mayoría de las cabañas se encontraban desocupadas debido a que al pasar veía las puertas abiertas y nada dentro. Me pregunté vagamente por la historia de este lugar. -Buenas tardes, Alfa Supremo. - Dijo un lobo saliendo de la cabaña principal. - Gracias por su visita. Él asintió y estiró la bolsa sangrante hacia el Alfa. -Les he traído un regalo. Quizá no dure para mucho tiempo, pero es solo provisional mientras hacemos un plan a largo plazo. -Gracias. - Murmuró con reverencia recibiendo los conejos. - Pasemos dentro ... -Ella es quien salvó a los cachorros. ¿Podrían guiarla? No tenemos más pistas sobre el paradero de sus madres más que cualquier cosa que nos puedan decir los cachorros. Yo miré al Alfa Supremo. Supongo que a eso se refería con hacer preguntas. El Alfa dió algunas instrucciones a una loba qu
Mis cejas se elevaron.¿Acaso los renegados se estaban organizando para ir por el Alfa Supremo?Ciertamente era una amenaza para ellos.-Otro dijo que ya tenían suficientes lobas y que no valía el riesgo. - Dijo una cachorra temblando. - Fueron los que estaban en la cabaña con nosotros y que comenzaron a escoger cuál de nosotras sería su premio. En cuanto llegaran sus amigos, irían por Calavera.Algunas cachorras asintieron.-¿Calavera es un apodo? o ¿Quizá un lugar?Las cachorras se miraron entre sí y luego me miraron a mí. Bien, ellas no sabían.-¿Algo más? Recuerden que cualquier detalle es bienvenido.Nadie más habló.-De acuerdo. Muchas gracias a todos, han sido muy valientes. ¿Les está gustando esta manada?No respondieron y yo suspiré.-Escuchen, sé que cambiar constantemente de lugar es difícil. La manada del Alfa Supremo ya no era un sitio seguro, no porque el Alfa no quisiera cuidar de ustedes, sino porque es el encargado de cuidar a todos los lobos del continente. Un gran p
Cuando se tranquilizó, volvió a hablar. -¿Qué averiguaste? ¿Que no debo comer o beber nada durante una misión?Respiré hondo y hablé. -Los renegados que se llevaron a las lobas no tenían la ubicación exacta de ellas, así que supongo que investigaron el territorio a profundidad antes de dar con ellas. - Lo sentí tensarse, pero continué. - Llegaron por el lado opuesto del río y luego le dieron la ubicación al resto que los esperaba en alguna parte. Las acorralaron y luego amenazaron con hacer daño a los cachorros si no los seguían. El Alfa Supremo gruñó antes de hablar. -Habían huellas a ambos lados del río, ¿Sabes en qué dirección se fueron? -No. Uno de los cachorros dijo que escuchó decir que irían a una tal "Colonia" y otro escuchó a un lobo diferente decir que irían a "Calavera"... ah, también escucharon algo sobre venir por usted por fin. -¿Colonia? ¿Calavera? - Preguntó confundido. -Si. Los cachorros no sabían a qué se referían con eso. La "Colonia" es un lugar mi
-Te veo mañana. - Dijo Gail pasando por mi lado. Le habían asignado una misión en la que era muy probable que no regresara por la noche. Y eso me lo dijo en cuanto nos despertamos, así que no era una sorpresa su partida. No pregunté y él no me dió detalles sobre lo que iba a hacer pero estaba segura de que me contaría todo cuando regresara. Tenía mucha suerte. Él no tendría entrenamiento extra después de todo el ejercicio de hoy. Le di un saludo o algo así. Me dolía todo y actualmente me encontraba tirada tal cual la posición de mi última abdominal. -Vomi. - Dijo Rep apareciendo en mi campo de visión. -Piedad. - Murmuré cerrando los ojos. -No hay piedad para los débiles. - Dijo con un bufido. - Arriba, debes completar tu otro entrenamiento y luego te enseñaré a cazar. Suponía que el Alfa Supremo estaba demasiado ocupado como para enseñarme él. Lo comprendía, pero era una lástima. Gemí e intenté levantarme con todas mis fuerzas... sin éxito. No podía más. Escuché a Rep
-Tranquila, soy yo. -¿Alfa Supremo? Me relajé inmediatamente. -Venía a dejarte esto. - Dijo en voz baja. Fue cuando me di cuenta que esa mano que me había asustado estaba conectada a un frasco de un tono rojo. Justo se parecía al que utilizaba para quedar como nueva al día siguiente. Sin dudarlo lo tomé y la bebí como un sediento en el desierto. -Muchas gracias, Alfa. -De nada. Descansa. - Dijo saliendo de mi cabaña, pero regresó ni medio minuto después. - Olvidé darte ésto. Sacó de su pantalón una bolsa de cuero y yo la tomé con curiosidad. La abrí, dentro había dinero. Mis ojos se abrieron con incredulidad. -Es tu pago por la prestación de tus servicios a la manada. -Esto es... demasiado, Alfa. - Murmuré sorprendida. -No. Es el pago justo por ayudarme en tres misiones y proteger a los indefensos a costa de tu seguridad. - Dijo con seriedad. - Ésto último es la verdadera razón para la existencia de esta manada... tú manada. No solo existimos para dar fin a los