Cuando se tranquilizó, volvió a hablar. -¿Qué averiguaste? ¿Que no debo comer o beber nada durante una misión?Respiré hondo y hablé. -Los renegados que se llevaron a las lobas no tenían la ubicación exacta de ellas, así que supongo que investigaron el territorio a profundidad antes de dar con ellas. - Lo sentí tensarse, pero continué. - Llegaron por el lado opuesto del río y luego le dieron la ubicación al resto que los esperaba en alguna parte. Las acorralaron y luego amenazaron con hacer daño a los cachorros si no los seguían. El Alfa Supremo gruñó antes de hablar. -Habían huellas a ambos lados del río, ¿Sabes en qué dirección se fueron? -No. Uno de los cachorros dijo que escuchó decir que irían a una tal "Colonia" y otro escuchó a un lobo diferente decir que irían a "Calavera"... ah, también escucharon algo sobre venir por usted por fin. -¿Colonia? ¿Calavera? - Preguntó confundido. -Si. Los cachorros no sabían a qué se referían con eso. La "Colonia" es un lugar mi
-Te veo mañana. - Dijo Gail pasando por mi lado. Le habían asignado una misión en la que era muy probable que no regresara por la noche. Y eso me lo dijo en cuanto nos despertamos, así que no era una sorpresa su partida. No pregunté y él no me dió detalles sobre lo que iba a hacer pero estaba segura de que me contaría todo cuando regresara. Tenía mucha suerte. Él no tendría entrenamiento extra después de todo el ejercicio de hoy. Le di un saludo o algo así. Me dolía todo y actualmente me encontraba tirada tal cual la posición de mi última abdominal. -Vomi. - Dijo Rep apareciendo en mi campo de visión. -Piedad. - Murmuré cerrando los ojos. -No hay piedad para los débiles. - Dijo con un bufido. - Arriba, debes completar tu otro entrenamiento y luego te enseñaré a cazar. Suponía que el Alfa Supremo estaba demasiado ocupado como para enseñarme él. Lo comprendía, pero era una lástima. Gemí e intenté levantarme con todas mis fuerzas... sin éxito. No podía más. Escuché a Rep
-Tranquila, soy yo. -¿Alfa Supremo? Me relajé inmediatamente. -Venía a dejarte esto. - Dijo en voz baja. Fue cuando me di cuenta que esa mano que me había asustado estaba conectada a un frasco de un tono rojo. Justo se parecía al que utilizaba para quedar como nueva al día siguiente. Sin dudarlo lo tomé y la bebí como un sediento en el desierto. -Muchas gracias, Alfa. -De nada. Descansa. - Dijo saliendo de mi cabaña, pero regresó ni medio minuto después. - Olvidé darte ésto. Sacó de su pantalón una bolsa de cuero y yo la tomé con curiosidad. La abrí, dentro había dinero. Mis ojos se abrieron con incredulidad. -Es tu pago por la prestación de tus servicios a la manada. -Esto es... demasiado, Alfa. - Murmuré sorprendida. -No. Es el pago justo por ayudarme en tres misiones y proteger a los indefensos a costa de tu seguridad. - Dijo con seriedad. - Ésto último es la verdadera razón para la existencia de esta manada... tú manada. No solo existimos para dar fin a los
Él solo inclinó su cabeza hasta que estuvimos frente con frente. Cerró los ojos y dejé de ver la ira en ellos. A pesar de su agresividad, no sentía miedo. Solo curiosidad por su reacción. Quizá tanto maltrato a mi cuerpo me había vuelto insensible a cualquier reacción extraña de éste lobo porque, sin importar la situación, nunca me había lastimado. -Vomi, fuiste tú la que entregó las noticias de que el territorio no era totalmente seguro porque de alguna forma hay malditos lobos circulando por el lugar sin que nadie los note. Has estado a salvo porque te encuentras acompañada de una u otra forma en todo momento. Por lo que sabemos, vienen por el título de Alfa Supremo, así que no hay que dudar en que nos seguirán a todos los miembros para obtener información. Tu salida ha sido irresponsable, jodidamente estúpida y... -Entiendo. - Interrumpí. Elevé una de mis manos y la puse sobre su cabeza para acariciar un poco su cabello. Sabía que así se podía tranquilizar a cualquier ani
(Seis meses después) -Corres tan lento que cualquiera se aburriría de ir tras de ti. - Dijo Rep con un gruñido. - ¿En serio, Vomi? ¿Eso es todo lo que tienes? Ni siquiera necesito sacar a mi lobo. -Des... canso. - Gemí tirada a un lado del camino. Él suspiró y se sentó a un lado de mi cuerpo mal trecho. El muy sádico había intensificado el entrenamiento después de que le había ofrecido una tregua a él y a su extraño sentido del deber hacia mí. Supongo que quería dejar de ser mi niñera tan pronto como fuera posible, pues en las últimas semanas se notaba aún más frustrado con mis lentos avances para defenderme por mí misma. Los primeros tres meses fue la muerte. Y el muy idiota ni siquiera me dejó beberme la cosa roja milagrosa después de cada entrenamiento. -Necesito que tu cuerpo tenga memoria muscular. Sin dolor, no hay avances. - Dijo rodando los ojos cuando confiscó mis botellas. Así que tuve que soportar un montón de "entrenamiento básico" sintiendo que mis pulmones
Miré su amplia espalda hasta que desapareció. No me sorprendía que el Alfa Supremo le haya contado cómo fue que llegué hasta aquí o los motivos por los que quise unirme. Era su mano derecha y todo eso. No me molestaba que lo supiera, no estaba escondiendo mi pasado a propósito, era solo que a nadie le concernía más que a Gail y amí. Y, de todas maneras, no iba a mi antigua manada. Cerré los ojos nuevamente disfrutando de los rayos del sol que se filtraban entre las copas de los árboles. Gail se había escondido bajo las sábanas y negado a ir al entrenamiento de hoy. Creí que se encontraba enfermo hasta que Ef murmuró por lo bajo que hoy sería la primera luna llena invernal. Entonces me di cuenta de qué día era hoy. Aunque Rep no me hubiera acompañado hoy fuera de la manada, me hubiera quedado fuera de la cabaña que compartía con Gail porque no me dejaría entrar. Y dudaba que me dejara entrar durante los siguientes días. Debía de conseguir un lugar provisional... despu
Sentía la respiración del Alfa Supremo cosquilleando en mi cabeza. Era agradable, de hecho. No estábamos en una posición ni remotamente sexual; de hecho, yo diría que había estado así muchas noches con Abi y con Gail. Solo que con ellos me sentía cómoda. Con el Alfa me sentía... en paz, si eso tenía algún sentido. Su pecho subía y bajaba lentamente como si yo también le causara esta tranquiladad recién descubierta. Me acurruqué un poco más y suspiré. Había pasado mucho tiempo desde que mi mente estuvo tan tranquila. Cerré los ojos nuevamente para disfrutar al máximo de esto; no es como si le pidiera a mi Alfa que me volviera a abrazar por la noche en algún punto cercano o lejano porque eso sería irrespetuoso. Además, se podría malinterpretar. Y no quería eso. No es que no lo encontrara atractivo. Lo era. De una forma masculina y poderosa que, quizá en otro tiempo, me habría atraído lo suficiente como para plantearme una noche con él. O dos.Las cicatrices o su t
Regresé con leña y encendí el fuego rápidamente. El Alfa y yo comimos en agradable silencio. Al menos hasta que me miró fijamente desde el otro lado de nuestra hoguera improvisada. -¿Entraremos a la manada Thunder? - Preguntó con curiosidad. -No, Alfa. - Dije tragando rápidamente mi último bocado. -¿Qué tan cerca debemos de estar de esa manada? Yo incliné la cabeza. -Quizá unos metros fuera del límite de su territorio. ¿Sucede algo con la manada Thunder? La comisura de su boca se elevó un poco. -Lo mismo que sucede en todas: Se ponen nerviosos si no les aviso con anticipación que voy. -Bueno, eso no es problema de usted. - Dije encogiéndome de hombros. - Deben mantenerse alerta a pesar de que dé un paseo sorpresa. -Tienes un punto. - Dijo mirando hacia arriba. - Y aún así, si nos detectan se pondrán... ansiosos. -¿No le ha pagado esa manada el tributo del mes? - Pregunté con curiosidad. -Lo hicieron. -Dijo distraídamente. - Aunque quizá deba pasar solo para "