La música retumba en los oídos de Rayan mientras juega con la tapa de su cerveza con los dedos, su casa se encuentra llena de gente, era viernes por la noche, sus padres estaban de viaje en un crucero y sin hermanos jodiéndole la vida, significaba casa sola, fiesta, chicas fáciles a las que follar y que estarían dispuestas a hacerle lo que sea, alcohol y ¿por qué no? Marihuana. Todo lo que haría de una noche, algo perfecto, pero claro, la felicidad no duró mucho, su velada se derrumbó cuando vio entrando a Azura, su mejor amiga de la infancia, la chica con la que solía bañarse a los cinco años, la chica que defendía de todo y por quien amenazó a toda la escuela para que ningún imbécil intentara meter su miembro en ella.
Caminando como toda una diosa, colgada del brazo de Eithan, entra aplicando un ligero contoneo de caderas que dejan un vaivén de emociones, al anclar la mirada sobre sus curvas, el vestido negro que llevaba puesto esa noche, encajaba en su cuerpo como una segunda piel y es consciente de las miradas que roba, lo que le hace confirmar que hoy pateará algunos traseros por atreverse a poner los ojos en su amiga, a quien considera una hermana pequeña, y definitivamente alguien que bloquea su... Era imposible poder divertirse cuando tenía que mantener un ojo encima de ella, si algo le pasara sus padres no se lo perdonarían, y en el fondo él tampoco.
Eithan era su primo, pero incluso cuando este le pidió permiso para salir con Azura, no dudó en amenazarlo con rajarle el cuello si la lastimaba o si lo hacía con ella, tenía la firme decisión de que ella llegara virgen hasta los sesenta años. No confiaba en su primo pese a ser familia, sabía que era un capullo igual que él, ambos no eran chicos de una sola chica, y mucho menos tenían planeado ponerse grilletes con alguna, sabiendo que a sus dieciocho años y estando a punto de entrar a la universidad, el mercado femenino se expandiría dejándoles más opciones en el camino, más cosas que probar y más experiencia que aplicar.
Chicos como ellos no tenía tiempo para mierdas como el romance y citas, cosas que estaba claro, le encantaban a Azura; dulce como un ángel y sexy como un demonio, toda la tentación y lujuria en un pequeño paquete de un metro sesenta y ocho. La única razón por la que permitió que un imbécil como Eithan saliera con ella, era por dos cosas:
1.- Eithan no era tan imbécil como para intentar herirla sabiendo que perdería las bolas y que es su primo.
2.- Azura estaba encaprichada por salir con él.
Ella era su debilidad, su punto ciego, su talón de Aquiles, la adoraba y estaba seguro de que ella sentía lo mismo, no podía negarle nada… lástima que en el fondo la deseaba.
—¡Rayan! —la voz chillona de Daria, la chica con la que se acostaba más de una vez, lo sacó de su ensimismamiento y apartó la mirada del trasero de Azura, todo para poner ahora su atención en la chica alta, con pinta de modelo, curvas de infarto y pechos operados, cabello oscuro y ojos esmeralda que le gritan sus deseos de ser tirada en ese preciso instante.
—Daria —asintió con la cabeza y le indicó con su mano, que se sentara sobre sus piernas, manteniéndola sobre su regazo.
—La fiesta es una ostia —le dijo al oído mostrando sus dientes perfectos y afilados, como los de una leona, aventándoles miradas asesinas a las chicas que se atreven a poner sus ojos sobre él, defendiendo a su hombre, lástima que él no pensara lo mismo, ya que hace tiempo la etiquetó como un cuerpo fácil y accesible, al alcance de todos.
—¿Esa es Azura? —Preguntó Daria con un tono de arrogancia al nombrar a su mejor amiga—. Se ve… sexy ¿no crees?
Ignorando su comentario, decide apartar la mirada de su amiga, que claramente ahora estaba bailando con Eithan.
—Quiero que me lo beses —demandó Rayan con impaciencia.
Pero de soslayo no pudo evitar ver como Daria veía a Azura como si fuera una presa fácil, desde que se enrolló con ella, supo que estaba celosa de su amiga, en especial porque era la única con quien se permitía ser cariñoso.
—Ella es intocable, lo sabes —él se apresuró a decir, incapaz de ocultar el tono amenazante detrás de sus palabras.
—Lo sé bebé, es solo que me cuesta creer que ella sea tu protegida y…
—Tú, no —un destello de diversión se ancló en los ojos de Rayan—. Es lo que es, Azura es intocable porque más que mi mejor amiga y compartir mierdas desde los tres años, es como si fuera mi pequeña hermana.
La mirada de Daria se crispó al escucharlo, pero cerró la boca y no siguió destilando veneno en dirección de Azura. Después de todo, tratar de discutir con él era una pérdida de tiempo, solo una persona era capaz de calmarlo, y dicha personita estaba tomando como una posesa en su fiesta.
—¿Podemos ir a un lugar más privado? —le susurró Daria al oído, apretando más su trasero contra su entrepierna.
—Me has leído la mente —Rayan se levantó con pereza—. Espera en la habitación de huéspedes, ya sabes que hacer, en un momento voy.
Daria asintió con un movimiento leve de cabeza, giró sobre sus talones y desapareció de su campo de visión. Viéndose libre de las garras de su víbora favorita, comenzó a buscar con la mirada a Azura, localizándola en una de las orillas del mini bar de su padre, mientras Eithan le preparaba una bebida, caminó entre toda la gente. Lo saludaban y le lanzaban miradas llenas de respeto, él era el chico rudo de la escuela, al que nadie le plantaba cara.
—¿No crees que estás bebiendo demasiado para haber llegado apenas? —preguntó Rayan, con tanta inocencia cómo fue posible, colocándose a su lado mientras le aventaba una mirada más que intimidante, amenazadora a su primo Eithan.
—¡Rayito! —exclamó Azura envolviéndolo con sus pequeños brazos, como si fuera un enorme oso de felpa, solo a ella le permitía llamarlo así.Una vez una chica que se tiró en los vestidores de mujeres en el área de gimnasia, tuvo el descaro de llamarlo así mientras se lo hacía por atrás, lo siguiente que sucedió fue que le hizo la vida imposible, haciendo que la chica terminara por pedir un cambio de plantel con urgencia.Ese era el Rayan que todos obtenían, menos Azura, con ella era un príncipe, todo lo que ella necesitara.—No, que va —Azura se alejó para volver a su asiento, lo que provocó un ligero escalofrío en su cuerpo al sentir que el calor
Rayan la liberó de su agarre y la aventó sobre la cama, con el ceño fruncido se quitó la playera oscura que traía puesta, lo que hizo que las comisuras de los labios de Daria se elevaran en dirección al cielo, remojándose con la lengua y saboreando su triunfo. —Uno de estos días voy a estrangularte por ser tan perra —los ojos de Rayan se dilatan con furia al pensar en Azura desnuda, en la misma posición en la que se encontraba Daria, abierta de piernas, esperando a recibirlo todo de él. Tenía razón, la deseaba, pero no iba a permitir que su pene disparara a aquella dirección, ella era todo su mundo, su puto corazón, y si intentaba algo con ella solo la embarraría de mierda, Azura no era como las zorras con l
Y así era, Azura le confesaba todo, no había secreto que ella tuviera y que él no supiera, era su confidente, su cómplice, su puto amo.—No estoy para juegos, habla —el grito hizo que Daria diera un respingo.—Nada, pues que hoy es la noche, Eithan me contó todo, no olvides que es mi amigo y…—¡¿Qué noche?! —estalló Rayan—. ¡Habla, maldita sea, o juro que te arranco la lengua y no podrás lamer mi miembro nunca más!El enfado de Rayan iba subiendo a niveles inimaginables.—¡No me grites, hijo de perra! —Daria se dirigió a la puerta y toc
AZURADos semanas después…La alarma de mi despertador hace que abra los ojos de golpe, giro mi cabeza para verificar la hora y caigo en cuenta de que son las seis de la mañana, levantarme tan temprano un domingo, no era mi idea favorita, pero desde aquel incidente en la casa de Rayan, mi mejor amigo me ha impuesto un castigo, y es correr todos los días durante un mes con él, según sus nervios, eso calmara mi ansiedad sexual.—Ni de coña —frunzo el ceño y vuelvo a cubrirme con la sábana, mis padres nunca estaban en casa, eran abogados y por lo general se la pasaban metidos hasta el cuello en sus casos, o viajando por trabajo, así que no había por qué levantarme temp
Me puse un lápiz labial color cereza, máscara de pestañas, e intenté arreglar mi cabello lo mejor que pude.—Te van las putas, como Daria —sonreí al ver un atisbo de felicidad en la pequeña mueca que se asomó por la orilla de sus labios.—Touché —silbó—. Que te puedo decir, todo lo que tengo que hacer es tronar los dedos para que una chica ansiosa aparezca a mi lado o salte a mi regazo.—O le metas la lengua hasta la garganta —hice una mueca de silencio que intenté ocultar bajo la sutil indiferencia, aunque en el fondo me quemaba.—Soy el galán del campus, ellas me adoran —Rayan encogió los hombros
RAYANTenía que controlarme, siempre he sabido que si se trata de Azura, me convierto en un jodido padre controlador, la deseaba desde que la vi desnuda por primera vez a los dieciséis años, pero había sabido mantenerme a raya, incluso permití que el maricón de mi primo Eithan saliera con ella bajo amenazas que estaría muy feliz de cumplir, hasta ahora, saber que Azura estaba tan decidida de acostarse con el gilipollas de Eithan, hacía que la sangre me hirviera, así que si quería jugar, lo haríamos.Me sentó mal lo que hice, enviarla a la casa de mi puto primo solo para que viera que no es el mejor novio del mundo, había sido una idea fenomenal, hasta que se me olvidó reparar en el corazón roto que vagarí
AZURALa cabeza me da vueltas, y mi mente me traiciona al momento en el decide que es buena idea repasarme las imágenes de Eithan follando con Daria. Algunas chicas de la clase de gimnasia habían comentado en los baños que una de ellas solía tener una aventura con él, mientras estaba de novia conmigo pero no le di importancia al asunto y decidí ignorarlas, como hacía con todos los rumores que me llegaban, supongo que una parte de mi hacía que me confiara por el hecho de que era el primo de Rayan, mi mejor amigo. Grave error.Y ahora estaba agotando todas mis fuerzas en un bar que solo visitaba con Rayan. ¡A la mierda él y todos los hombres! Sabía que ese capullo estaba enterado de que su chica en turno se estaba viendo con mi novio, por esa raz&
Era suficiente, no podía seguir escuchando a estos absurdos, lo que decían sonaba demencial, es decir... Rayan no sería capaz de algo así... ni siquiera soy su tipo, somos amigos, como hermanos.-Suficiente, no quiero volver a saber nada de ti, que culpes a tu primo por tus errores no es divertido Eithan.-Piensa lo que quieras Azura -me mira con tristeza-. Siempre supe que eras una especie de préstamo, jamás me perteneciste, y creo que mientras estés cerca de Rayan no serás de nadie.-J.O.D.E.T.E -le saco el dedo corazón y salgo de su habitación echando chispas con el corazón roto.¿Rayan enamorado de mí? Menuda mentira... aunque yo sí q