Rayan la liberó de su agarre y la aventó sobre la cama, con el ceño fruncido se quitó la playera oscura que traía puesta, lo que hizo que las comisuras de los labios de Daria se elevaran en dirección al cielo, remojándose con la lengua y saboreando su triunfo.
—Uno de estos días voy a estrangularte por ser tan perra —los ojos de Rayan se dilatan con furia al pensar en Azura desnuda, en la misma posición en la que se encontraba Daria, abierta de piernas, esperando a recibirlo todo de él.
Tenía razón, la deseaba, pero no iba a permitir que su pene disparara a aquella dirección, ella era todo su mundo, su puto corazón, y si intentaba algo con ella solo la embarraría de m****a, Azura no era como las zorras con las que siempre lo hacía, ella era buena, un ángel, la chica que veía películas de romance y lloraba porque el maricón del protagonista no pudo luchar por su cuerpo, la chica que se enamora hasta perder la cabeza y pide siempre más de lo que se le puede dar.
No, ella merecía un buen chico, uno que la llevara a jodidas citas, que le invitara un puto helado y pensara en ella por las noches para después masturbarse, aunque siendo honestos, cada que pensaba en otro, queriendo meter su miembro en ella, le entraban ganas de incendiar toda la ciudad y matar al cabrón desconocido que solo vivía en su imaginación. Azura merecía alguien mejor que él y que todos, pero al mismo tiempo no la quería con nadie, estaba jodido hasta la médula.
Permitió que estuviera con su primo porque de esa manera la mantendría vigilada y fuera del mercado de ligues. Algo macabro para ser solo amigos.
—¿Y bien, vas a hacer algo con eso o solo te quedarás a charlar conmigo? —habla Daria con veneno en sus palabras, dirigiendo su mirada hacia su miembro.
Rayan la mira y su miembro se endurece, eso era ella para él, una muñeca Barbie con la que lo hacía cuando quería jugar, y cuando terminaba echaba su cuerpo a un lado.
—No me provoques, nena.
Rayan la agarró por el pelo, tirando bruscamente su cabeza hacia atrás, estaba cansado de su actitud, poco a poco perdía interés en ella, solo la soportaba por hacerle un favor y porque su boca hacía una buena combinación con su miembro. ¿Se creía importante para él? Estaba olvidando cuál era su lugar.
—Soy tu novia, deberías tratarme con respeto, Rayan —dice y él casi siente lo ridículo que sonaban aquellas palabras en su boca.
—Yo no tengo novias, no tengo tiempo para esas mierdas cursis —escupió Rayan, el brazo de Daria dejó su cintura tratando de agarrar su mano que se enredó en su cabello—. ¿Por qué no te preocupas por ti misma, recuerdas con quien estás hablando y te dedicas a solo abrir las piernas? Eso es lo único para lo que eres buena.
Rayan la apartó haciendo que cayera en el suelo nuevamente, se colocó la playera de nuevo, y sus ojos repararon en como Daria se vestía con la poca dignidad que le quedaba.
—Sigues siendo mío —musitó Daria con una falsa sonrisa.
—No soy de nadie, muñeca.
—¿Por qué tienes que ser tan imbécil?
Rayan entrecerró los ojos, chasqueó los dedos apuntando hacia cualquier lugar, solo era un imbécil con el mundo, eso no era extraño, solo no es una sorpresa que después de aventarle toda esa m****a sobre Azura y él, no quiera su cuerpo cerca de él, ¿por qué diablos trataría de sacar esa m****a sobre su relación con Azura, en estos momentos?
—Si sabes lo que es bueno para ti, vas a salir de mi vista ahora, y dejarás de decir estupideces de Azura, sabes que ella es intocable, y no la deseo, solo la protejo, ella es mi hermana pequeña, tal vez no compartimos el mismo ADN, pero es lo que es y punto —Rayan la desafió y su voz sonó como un maldito martillo—. ¿Entendido?
Daria frunció el ceño mientras puso sus ojos en blanco, algo dentro de ella se contrajo como un espasmo, pero no dijo nada, lo amaba, y por eso lo soportaba, aún tenía la ligera esperanza de poder llegar a conquistar su blindado corazón, solo tenía un obstáculo, y ese era su mejor amiga. Estaba segura de que pese a escupir a todo el mundo que era como su hermanita, lo hacía por las noches pensando en ella. Rayan deseaba lo que no podía tener.
—Bien —asintió ella—. Te quedas sin tu regalo del viernes por la noche, por lo menos Azura pasará un buen momento hoy.
Eso llamó la atención de Rayan, quien como si se tratara de un demonio, la fulminó con la mirada y sus fosas nasales comenzaron a dilatarse.
—¿Qué quieres decir con eso? —carraspeó.
—Oh, ¿acaso no lo sabías? —Daria fingió sorpresa—. Pensé que tu hermanita pequeña te lo contaba todo.
Y así era, Azura le confesaba todo, no había secreto que ella tuviera y que él no supiera, era su confidente, su cómplice, su puto amo.—No estoy para juegos, habla —el grito hizo que Daria diera un respingo.—Nada, pues que hoy es la noche, Eithan me contó todo, no olvides que es mi amigo y…—¡¿Qué noche?! —estalló Rayan—. ¡Habla, maldita sea, o juro que te arranco la lengua y no podrás lamer mi miembro nunca más!El enfado de Rayan iba subiendo a niveles inimaginables.—¡No me grites, hijo de perra! —Daria se dirigió a la puerta y toc
AZURADos semanas después…La alarma de mi despertador hace que abra los ojos de golpe, giro mi cabeza para verificar la hora y caigo en cuenta de que son las seis de la mañana, levantarme tan temprano un domingo, no era mi idea favorita, pero desde aquel incidente en la casa de Rayan, mi mejor amigo me ha impuesto un castigo, y es correr todos los días durante un mes con él, según sus nervios, eso calmara mi ansiedad sexual.—Ni de coña —frunzo el ceño y vuelvo a cubrirme con la sábana, mis padres nunca estaban en casa, eran abogados y por lo general se la pasaban metidos hasta el cuello en sus casos, o viajando por trabajo, así que no había por qué levantarme temp
Me puse un lápiz labial color cereza, máscara de pestañas, e intenté arreglar mi cabello lo mejor que pude.—Te van las putas, como Daria —sonreí al ver un atisbo de felicidad en la pequeña mueca que se asomó por la orilla de sus labios.—Touché —silbó—. Que te puedo decir, todo lo que tengo que hacer es tronar los dedos para que una chica ansiosa aparezca a mi lado o salte a mi regazo.—O le metas la lengua hasta la garganta —hice una mueca de silencio que intenté ocultar bajo la sutil indiferencia, aunque en el fondo me quemaba.—Soy el galán del campus, ellas me adoran —Rayan encogió los hombros
RAYANTenía que controlarme, siempre he sabido que si se trata de Azura, me convierto en un jodido padre controlador, la deseaba desde que la vi desnuda por primera vez a los dieciséis años, pero había sabido mantenerme a raya, incluso permití que el maricón de mi primo Eithan saliera con ella bajo amenazas que estaría muy feliz de cumplir, hasta ahora, saber que Azura estaba tan decidida de acostarse con el gilipollas de Eithan, hacía que la sangre me hirviera, así que si quería jugar, lo haríamos.Me sentó mal lo que hice, enviarla a la casa de mi puto primo solo para que viera que no es el mejor novio del mundo, había sido una idea fenomenal, hasta que se me olvidó reparar en el corazón roto que vagarí
AZURALa cabeza me da vueltas, y mi mente me traiciona al momento en el decide que es buena idea repasarme las imágenes de Eithan follando con Daria. Algunas chicas de la clase de gimnasia habían comentado en los baños que una de ellas solía tener una aventura con él, mientras estaba de novia conmigo pero no le di importancia al asunto y decidí ignorarlas, como hacía con todos los rumores que me llegaban, supongo que una parte de mi hacía que me confiara por el hecho de que era el primo de Rayan, mi mejor amigo. Grave error.Y ahora estaba agotando todas mis fuerzas en un bar que solo visitaba con Rayan. ¡A la mierda él y todos los hombres! Sabía que ese capullo estaba enterado de que su chica en turno se estaba viendo con mi novio, por esa raz&
Era suficiente, no podía seguir escuchando a estos absurdos, lo que decían sonaba demencial, es decir... Rayan no sería capaz de algo así... ni siquiera soy su tipo, somos amigos, como hermanos.-Suficiente, no quiero volver a saber nada de ti, que culpes a tu primo por tus errores no es divertido Eithan.-Piensa lo que quieras Azura -me mira con tristeza-. Siempre supe que eras una especie de préstamo, jamás me perteneciste, y creo que mientras estés cerca de Rayan no serás de nadie.-J.O.D.E.T.E -le saco el dedo corazón y salgo de su habitación echando chispas con el corazón roto.¿Rayan enamorado de mí? Menuda mentira... aunque yo sí q
RAYANDespierto con una jodida erección del demonio, mi cabeza está por explotar y siento que cada segundo que poso mi mirada sobre el techo de mi habitación comienza a distorsionarse, después de lo sucedido anoche, estoy enfadado, el nivel de mi cabreo me resulta más que apocalíptico y siento deseos de patearle el culo a muchas personas, entre las que Daria y el maricón de mi primo están en primera fila.Mi teléfono móvil no ha dejado de sonar y frunzo el ceño, estaba seguro que entre esas tantas llamadas y mensajes se encontraba alguno de mi pequeña y ardiente amiga; Azura. Anoche había perdido los papeles, en cuanto llegué al maldito club, me encontré con Brayan Hamilton, el primo de Sam, por lo que después
Ella no se gira, solo voltea a verme por debajo del hombro con mirada desdeñosa.—Qué —refuta.Tenso el cuerpo, y eso se nota en la fuerza que ejerzo sobre mi agarre en su brazo. Ella da un respingo y frunce el ceño indicándome con sus ojos de cachorro que afloje, y eso hago.—No tengo que recordarte que tengas cuidado con los chicos ¿cierto? Ahora que todo el mundo sabe que estás soltera, se pondrán pesados, si alguno intenta sobrepasarse contigo…—¡Ah, claro, lo había olvidado! —exclama con toques irónicos que me alteran el sistema nervioso—. ¿Cómo era? So jodes a Azura jodes a Rayan. Puedo hacer lo que quier