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Capítulo 3

Y así era, Azura le confesaba todo, no había secreto que ella tuviera y que él no supiera, era su confidente, su cómplice, su puto amo.

—No estoy para juegos, habla —el grito hizo que Daria diera un respingo.

—Nada, pues que hoy es la noche, Eithan me contó todo, no olvides que es mi amigo y…

—¡¿Qué noche?! —estalló Rayan—. ¡Habla, maldita sea, o juro que te arranco la lengua y no podrás lamer mi miembro nunca más!

El enfado de Rayan iba subiendo a niveles inimaginables.

—¡No me grites, hijo de perra! —Daria se dirigió a la puerta y tocando la perilla de la puerta se giró—. Que en estos precisos momentos, tu amada princesita perderá su flor, debe estar follando por primera vez con Eithan en alguna de las habitaciones.

Y diciendo esto cerró dando un portazo.

A Rayan le costó unos segundos tratar de procesar lo que acababa de escuchar, Azura, su pequeña amiga, de curvas del demonio, de cabello largo y castaño claro que caía sobre sus pechos con ondas como cascadas, de ojos avellana y labios carnosos, de pecho y trasero firme, estaba en esos momentos debajo del cuerpo de su primo Eithan, abierta de piernas, gimiendo un nombre que no debía, dejando entrar en ella a un chico que no la merecía, la misma que lo obligaba de niños a comer sus estúpidos pasteles de lodo, de sonrisa sexy y mirada tierna…

—¡Y una m****a!

Salió de la habitación como vendaval, no iba a dejar que su primo la corrompiera y la llevara a la cama, no, ella merecía mucho más. De lo único que estaba seguro era de que lo iba a asesinar, le cortaría el cuello si se atrevió a poner una sola mano en su cuerpo de manera indecente. Comenzó a abrir las puertas de cada puta habitación de su casa, buscándola, la gente se hacía a un lado cuando él pasaba, la música de pronto le pareció ser un enorme taladro empecinado a romper su cráneo.

¿En dónde estaba su princesa?

Cuando menos se dio cuenta, solo faltaba una habitación, la suya.

—Joder, eres hombre muerto.

Abriendo de un empujón la gastada puerta de madera, con un enorme letrero de advertencia y dispuesto a patear traseros, sus botas cayeron como plomo contra el suelo, las luces estaban a bajo nivel, pero pudo divisar que Eithan estaba sin camisa y con solo unos bóxer, encima del cuerpo semidesnudo de Azura. Sus ojos reparan en la mano de su amigo debajo de la fina tela de las bragas oscuras que seguramente vienen de Victoria´s Secret, y entonces sucede, todo lo ve rojo.

—Lamentaré tu muerte, primito —Rayan sonríe.

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