Capítulo 41. Rara corazonada.

Abigail se detiene en un rincón del jardín y mira a su padre con seriedad.

—Papá, ¿tú sabes quién es realmente Max? —pregunta con voz baja.

Su padre la mira, un poco sorprendido.

—¿Por qué preguntas eso, Abigail? ¿Tienes dudas sobre tu marido?

—No es eso, es solo que a veces siento que hay cosas de él que no entiendo del todo.

—Hija, todos tenemos secretos. Lo importante es la confianza que tengan el uno en el otro.

Abigail asiente, pero su expresión sigue siendo de preocupación.

—¿Y si esos secretos son más grandes de lo que imagino?

—No sé qué decirte, hija. Habla con él, a ver qué te responde.

Abigail suspira, sumida en sus pensamientos, y frunce el ceño, sintiendo que la conversación se vuelve más tensa.

—Papá, vi un pasamontañas en el armario de Max. ¿Por qué tendría eso? —pregunta con un tono de voz más firme.

El rostro de su padre palidece y su mirada se oscurece.

—¿Un pasamontañas? —repite, tratando de mantener la calma. —Abigail, eso es muy extraño.

—¿Qué significa eso? —insi
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