37.

—Si tú no me ves de esa forma, entonces… ¿por qué tendría que creer que Franco solo me está usando? —dice Nora callando su dolor y sacando a esa leona que permanecía dormida—. Vete… Roberta no debe de tardar en llegar y si te ve molestándome las cosas se pondrán feas para ambos.

—Como si le tuviera miedo a una cocinera… —añade Bernardo entre dientes. Aun así, retrocede.

Sabe que Nora tiene razón, pero quien más le preocupa es Giordano, así que decide caminar hacia la puerta. Se queda por un momento congelado, regresa sobre sus pasos y toma a Nora por la nuca para volver a besarla, esta vez violentamente, chocando su boca con la de ella. No está dispuesto a privarse de ese gusto.

Ella no rechaza el beso de inmediato, sus labios se mueven con los de Bernardo como si no pudiera controlarlos, mientras sus manos lo empuj

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