PARTE OCHO: ENTRADA AL VALLE DEL DOLOR CAPÍTULO TRES Un auto color negro que se detenía en las puertas de aquel hospital que no parecía tener todo el equipo para atender a sus pacientes como debían.. Ni iquiera Mandira había podido comprender la razón por la que su madre había preferido ir a ese hospital.— ¿Ves cómo toda la gente se nos queda viendo? —Preguntó Mandira al darse cuenta que las miradas de la gente estaba sobre ellas al verlas bajar de un auto tan lujoso como ese.—Tranquila, Mandira, sé que esto es lo que tu papá hubiera querido y aquí estamos ayudando a la gente que en verdad lo necesita.— ¿Por qué no solo damos el dinero y ya?—Ya te lo dije antes. Esta es la manera en la que vamos a hacer las cosas y asegurarnos de que los doctores no se queden con nada. Nada es nada.Y de esa manera la señora Lourdes entró en aquel hospital. Tanta gente que lloraba, tanta gente que solo necesitaba una esperanza para poder seguir adelante, una esperanza que les dijera que
PARTE OCHO: ENTRADA AL VALLE DEL DOLOR CAPÍTULO CUATRO Una tarde más que caía una tarde en la que ella no sabía nada, sus pasos podrían continuar de la misma manera y la verdad es que su corazón se estaba destrozando, estaba dejando un camino atrás lleno de sangre. En la mente aún tenía las palabras de Fermín, jamás iba a poder olvidar con la furia que las dijo pero en esa furia también supo encontrar su sinceridad. Diego le había mentido, Diego no solo era un bailarín en ese club él era algo más y lo peor de todo quizá era que viéndolas los ojos haciéndoles saber sus sentimientos haciendo que ella cayera por él, él no supo detenerla, él simplemente siguió mintiendo de la misma manera en que sabía hacer, en que hacían esos hombres que solo se burlaban, los hombres eran iguales para ella. Con una mano en su vientre sabiendo que lo único que podía amar en el mundo y que jamás le iba a fallar, y que por supuesto su amor iba a ser correspondido, siguió su camino pensando en su hijo y
PARTE OCHO: ENTRADA AL VALLE DEL DOLOR CAPÍTULO CINCO El tiempo que se iba y que no regresaba, las estaciones que ya no verían incluso si él decía que sí, las fuerzas que se iban, las batallas que se estaban comenzando a perder, todo eso todo aquello que podemos describir como una vida, la crueldad de una vida. Si tan solo él pudiera pedir un deseo, si tan solo pudiera tener ahí a su hermana y mandarla como un ángel mensajero para que le dijera a Dios algo, sería muy sencillo su deseo sería solo uno, que su hija viviera viviera eternamente y que no sufriera más todo lo que había sufrido en esos 7 años. Finalmente Diego había llegado a la casa, esta vez no había ni rastro de felicidad, todo parecía lúgubre, todo lleno de dolor y de tristeza, simplemente él no reconocía más su casa. No pude evitar mirar alrededor, fue en ese momento en que se dio cuenta de cuánta falta hacía su pequeño angelito, su hija, la hija que aunque no era completamente suya, ya lo sentí ser porque más que s
PARTE OCHO: ENTRADA AL VALLE DEL DOLOR CAPÍTULO SEIS Diego se quedó un momento más ahí, viendo como su hija dormía, cómo se perdía en el Valle de los sueños justamente donde el dolor no la molestaba más, o dónde aquel olor a medicina, aquella habitación, aquellas luces, aquellas enfermeras y doctores, donde nadie tenía el poder de molestarla ni siquiera él mismo con sus preguntas.Cuando supo que su hija estaba dormida y se había quedado abrazando sus muñecas él vio la hora en su reloj en la muñeca, era el momento de salir y conseguir el dinero que necesitaba para que su hija siguiera con el tratamiento, para que supiera que no estaba sola que todo lo que ella tenía que hacer era seguir adelante, luchando mientras él le daba todas las armas que estaban en sus manos, y si no estaban en sus manos iba a ser hasta lo imposible por conseguirlas.Poco a poco, no queriendo dejar a su hija como si algo le dijera que no lo hiciera esa noche, que podría hacerlo mañana pero no esa noche, tuvo
PREFACIO DIEGO CERVANTES ¿De qué va el futuro? ¿De qué va el presente? ¿De qué va todo eso que sigue siendo desconocido para nosotros? Como las estrellas en la noche, como el sol naciente de una mañana, como los colores de un arcoíris que aparece de vez en vez y al frente, un camino que no muestra más de lo que no debe, que no muestra más de lo que no tiene permitido. Un camino que es la vida, un camino que ya fue escrito justamente antes de nuestro nacimiento. Al final, ¿cuál es la realidad? ¿Es la vida de una persona ya escrita desde antes del nacimiento o es la vida la que es dada y es uno mismo quien escribe aquella vida? La realidad es que…Una entre un millón de historias sería aquella que estaba por comenzar. De mano en mano, un camino adelante que les espera como toda la vida que adelante estaba a punto de ser escrita, así era de la manera en que caminaba aquel joven padre de la mano de su hija. Una pequeña niña de no más de siete años. La misma de viva sonrisa como lo era a
PARTE UNO: VIDAS CRUZADAS CAPÍTULO UNO: ENCUENTRO Una vez más, Andrea regresó al mundo. Los recuerdos ya se habían esfumado de ella. Una sonrisa tonta se dibujó en su rostro al darse cuenta que el matrimonio, una vida feliz y nada de eso estaba hecho para ella. Pero había algo que, no importaba la manera, no importaba lo que tuviera que hacer, había algo en ella que no cambiaba. Algo que siendo una niña, siempre lo supo. Ella quería ser madre, ella quería tener un hijo. Ahora que comprendía que a su vida no iba a llegar un príncipe azul, había algo a lo que se aferraba y eso era a un hijo. No sabía cómo pero tarde o temprano le diría a su abuelo que estaba esperando al heredero de los Muriel.Un poco más cansada de lo normal, con el alcohol ya haciéndole un efecto extraño en el cuerpo, Andrea se levantó de su lugar en la barra y bebiendo el último trago de la copa, se quitó el anillo más falso que un hombre pudo darle para terminar de ahogarlo en la misma copa de la que ella había b
PARTE UNO: VIDAS CRUZADAS CAPÍTULO DOS: PADRE DE UN HIJO NO NACIDO ¿Cómo las vidas de las personas podían ser tan diferentes y al mismo tiempo, tan iguales? Mientras unos sufrían en sus mansiones, con montones de dinero por lo que no podían tener, por lo que no podían comprar ni con todo el dinero del mundo, había quienes no lo tenían todo ese dinero pero tenían lo que la gente rica añoraba. Diego Cervantes, un hombre de la vida fácil, un hombre que tenía que soportar humillaciones, que las mujeres lo tocaran, le hicieran bailar para ellas, le ofrecieran más dinero a cambio de lo que él solo pocas veces había hecho.Andrea Muriel, una mujer que había sido engañada, una mujer que ya no creía más en el amor pero sin embargo, buscaba y vivía por el mismo sueño. El de tener un hijo. Vidas cruzadas, ellos no eran más que vidas diferentes que al final, se habían cruzado solo para un mismo fin. Creer en lo que ninguno de los dos creían, ser el complemento de uno y otro, uniendo sus polos
PARTE UNO: VIDAS CRUZADASCAPÍTULO TRES: EL DINERO TODO LO COMPRASentada a lado de la pequeña cama donde dormía la pequeña Fernandita, la señora Leticia no podía dejar de leer la revista que se había llevado a casa de Diego solo para tener algo que hacer mientras cuidada del pequeño ángel que Diego le había encargado.De un momento a otro los recuerdos vinieron a ella al darse cuenta de lo divinamente hermosa que lucía la pequeña Fernandita en la cama. Era increíble que solo un hombre como Diego se atreviera a tanto por la niña. Nunca iba a olvidar que solo habían sido dos años viviendo ahí, pagando una renta por la que Diego se esforzaba siempre ganar. Aquella primera vez, en la manera en la que ellos dos llegaron a la vida de la señora Leticia. Era una noche de lluvia cuando a su casa fue a tocar un hombre que cargaba a una niña de no más de cinco años y que era la misma a la que protegía con su suéter, llegó completamente empapado diciendo que estaba ahí por el anuncio afuera de l