Fate.

Todos aquellos que estaban en el bosque corrieron al ver ese destello que iluminó todo el cielo por unos segundos.

—Tristan, mierda.—Milán se volvió en si, y cuando menos se dieron cuenta la chica se había esfumado.

—Detesto cuando se desaparece.

—Tu si lo puedes hacer idiota.—Lucy sonó algo irritada.

La entrada se avistaba y Tristan yacía recargado en un pilar que sostenía el pórtico de la entrada sosteniendo su brazo izquierdo.

—Tris...

—Porque... tardaron demasiado... hay alguien... que los espera... adentro...

Todos pusieron una cara de extrañeza, pero Adelis salió corriendo, y en el pasillo estaba Milán recargada en una pared con los brazos cruzados.

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