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Until The End
Until The End
Por: Frank del Job
¿Tu otra vez?.

15/08/20

Un viernes de noche, la ciudad de Nueva York por las noches es tan hermosa, un día para ellas solas se suponía, una gran ciudad solo para ellas dos, una noche de risas, unos cuantos tragos, chicos que ver, una ciudad solo para ellas, sin reglas y sin nadie que les diga que hacer.

—Oye ¿te quedas ahí?, aún nos falta más por hacer chica la noche apenas empieza. –Dijo Allison corriendo hacia ella que se había detenido frente a un local donde había ropa exhibiendo.

—Oye solo me distraje por un momento allá voy. —Mientras que Adelis le decía que se distrajo viendo ropa lo que realmente pasó fue mientras ambas iban caminando ella creyó ver esa silueta de aquel chico, creyó ver ese cabello platinado sonriéndole y guiñándole un ojo como solía hacerle cada que la iba a ver, pero eso era mentira y así como vio esa silueta se desvaneció, ella no había echo nada el simplemente se volvió a ir, y ella dejó en claro algo esa última noche, mientras que ambas se preparaban para ir a otro sitio la lluvia se dejó caer sobre la ciudad entera.

—Ay m****a no, perfecto así no llegaremos a ningún lado con esta tormenta.

—Solo es lluvia.

—Pero la lluvia puede volverse tormenta eléctrica ¿sabes?.

—A veces me pregunto de donde sacas tanto pero bueno, no podemos quedarnos aquí porque es seguro que terminaremos empapadas y resfriadas al otro día, anda vamos creo estaba cerca el WTC.

Ambas chicas comenzaron a correr bajo la lluvia y parecían disfrutar de ese momento como dos muy buenas amigas riendo y mojándose unas a otras en el trayecto. Pero había algo más en esa lluvia que azotaba a la bella ciudad, había alguien en una cornisa en un edifico alto donde se podía dilucidar todo con perfecta claridad.

—¿Es ella?.-Sono una voz femenina.

—Debo admitirlo tienes buen gusto.-Una voz algo gruesa dijo al momento que lo acompañaba con una sonrisa.

—Adelis....-Otra vez la podía ver, en otras circunstancias le hubiera gustado verla pero esta vez ella había entrado al juego sin querer.

Habían 3 siluetas con una túnica cubriéndolos de la lluvia parados en el techo de un edificio.

—Debemos ir de una vez, lo siento cerca, la runa se activo.-Dijo la chica.

—¿Porque querría a una chica común y corriente?.- Pregunto extrañado.

—Porque los guerreros atacan primero al corazón. -Dijo al momento de apretar los puños y hacer un poco de chispa en ellos. —Andando es hora.

Las chicas habían entrado al lugar, estaban en él área de restaurante donde al parecer había un gran evento y había demasiada gente.

—Oye es una fiesta, ¿Es una fiesta verdad?.

—Creo es más una cena de cumpleaños, pero enorme.

Un tipo se acercó hacia ellas y las saludó, ellas le dijeron que se irían solo parara un poco la lluvia y el sujeto accedió y las invito a pasar con ellos, él amablemente y con cortesía les contó que se trataba de el cumpleaños de su madre que cumplia 68 años y que toda la familia había venido a verla porque estaba enferma de cancer en etapa terminal, el sujeto no parecía rebasar los 32 años y fue entonces que se levantó y despidió de ambas y dijo que podrían quedarse a acompañarlos si gustaban.

—No es feo.

—Lo se.-Sonrió.

Alguien pasó de lado por ella y la golpeó en el hombro haciéndola tropezar y caer.

—¡Oye idiota ten más cuidado!-Grito Allison, pero quien tiró a Adelis siguió de largo. Allison se agacho y la ayudo a levantarse.

—Estoy bien, tranquila.

—Cual será su problema, no creo que no pueda ver dónde camina.

Pero cuando ella alzó la mirada juraría que volvió a ver esos ojos azules que ella conocía.

—Killian...-Susurró levemente.

—¿Kil..? Ay por favor debes dejarlo ir, el se fue de nuevo creo que ya está grande para saber la situación.

Pero cuando volvió parpadear el ya no estaba ahí. De pronto dos personas se empezaron a acercar a ellas y estando cerca les dijeron a ambas que donde estaba la nueva descendiente de Artemisa, ambas entraron en duda y se miraron ya que no entendían de que les hablaban hasta que las dos figuras dejaron ver sus armas, una era una katana que dejaba ver incluso el brillo de esa hoja mortal y el otro dejaba ver una daga junto a una cadena, esto no iba a ir bien, y cuando quisieron tomarlas por la fuera y hacerles daño alguien más apareció.

—Pueden dejar a las señoritas y hacerlo de una forma, no se ¿más educada?.

—No quieren hablar, si no hablan no sirven.

—Yo te dire lo que sirve y lo que no, así que si te digo que las sueltes es que las sueltes ya. -Dijo con rabia y viendo cómo las soltaban volvía a esbozar una sonrisa. —Perdónenlos, la educación no es su fuerte en ellos. Y empezó a acercarse a ellas y estando frente a Adelis le tomó un mechón del cabello y acarició suavemente. —Vaya… que… interesante... así que eres...

Pero cuando iba a terminar la frase dos de los encapuchados hicieron acto de presencia apuntando ambos con sus espadas al cuello de este.

—Lo sentimos pero esa chica viene con nosotros.

—¿Podemos llevarnos a la amiga? Se ve demasiado bien y seria un desperdicio dejar a una mujer así aquí sola a su suerte.-Dijo riendo.

Solo suspiro y cuando pudieron darse cuenta ya estaba detrás de ellos a unos metros de distancia.

—Jum... pudo haber sido rápido y sencillo pero llegaron ustedes, me pregunto que ganaran con esto o más bien para que la quieren a ella.

—Lo mismo quiero saber yo. -Dijo una tercera voz que se escuchaba cómo iba acercándose.

Un paso lento y seguro, pero él se quitó la túnica que lo cubría y ahora se veía al chico debajo de ella, tenía una mirada fría y asesina y seria puesta en el. —¿Pensaste que no entendería lo último que me dijiste?.

—Los guerreros atacamos primero al corazón.

—No fue difícil deducir quien seguiría. -Un aura se empezaba a hacer notar unos relámpagos se empezaron a dejar ver alrededor del cuerpo de aquel chico, sus brazos descubiertos dejaban ver ahora unos tatuajes en sus antebrazos, si antes conservaba algo de ser y parecer un chico ahora no parecía ese chico que ella conocía, entonces él le lanzó algo a Lucel.

—Veo que lo descubriste. —Dijo sorprendido.

—Todo este tiempo era por eso, hasta que me la pude quitar, jamás habría pensado que estuviera dentro de mi, hasta que ese día estalle y sentí el punzor en mi frente y la arranqué. —Ahora ambos estaban de frente a frente.

—Déjala fuera de esto.

—Amm... me temo que eso no será posible Kil, dudo que tu pequeño cerebro entienda pero... lo sabrás. —Este lanzó algo hacia las chicas pero Killian ya estaba frente a ellas y con la mano atrapó las agujas.

—Ya no hay más miedo ni titubeos. —Dijo seguro.

Pero las dos figuras que antes habían agarrado a las chicas ahora iban a por el, solamente alzó la mirada y sonrió y ahora los dos que habían apuntado a Lucel estaban cada uno frenando el ataque que iban a hacer ante Killian chocando las armas y lanzándose de lado.

—¿No es hora que se quiten esas cosas?.

—Hermano donde quedará el misterio, bueno ya que.

Ambos se arrancaron las túnicas y dejaron ver quiénes eran, una chica rubia de ojos verdes y un chico de cabello castaño y ojos azules y café.

—Está vez no estoy solo, y si vas por el grial yo me encargaré de que no lo obtengas. —Apretó el puño y alzó su mano y lo señaló en señal de reto hacia el. —El que te matará soy yo.

Pero Lucel sonrió y chasqueó los dedos y todos los presentes ahora se voltearon y comenzaron a descomponerse los cuerpos, todo lo que se veía era ahora cuerpos empezando a sangrar, todo solo era una ilusión creada para engañarlas y atraparlas y ahora iban tras Adelis, aquellas personas que habían visto hace unos instantes no eran más que cuerpos descompuestos ahora, solo eran una simple ilusión de él para que cayeran en la trampa en la cual; tomaron a Allison y a Adelis también, Killian y los demás voltearon y empezaron a atacar rápidamente para liberarlas a ambas pero eran demasiados, no importa cuantos laceraban seguían saliendo más y más, hasta que el suelo comenzó a vibrar, el polvo en el suelo comenzaba a levantarse, un destello de color verde emergió y varios cuerpos salieron volando empalados en una flecha y quedaron clavados en la pared.

—Sabía que eras tú. —Dijo mientras comenzaba a sonreír.

—¿Que demonios?.

—¿Quien dijo que necesitaba que me salves Killian?.

Él se quedó completamente sorprendido, no podía creer lo que sus ojos veían frente a él, la apariencia de ella había cambiado por completo, el humo a su alrededor empezaba a desvanecerse y dejar ver mejor a esa chica que hace unos momentos se veía tan delicada y frágil, el cambio de ella fue que su cabello se tornó color verde con rubio y su vestimenta parecía una especie de vestido corto y unos guantes negros y lo que más relucía era el gran arco que tenía entre sus manos y la gran aura que despedía su cuerpo.

Apuntó hacia Lucel y empezó a cargar la flecha que esta empezaba a iluminarse fuertemente.

—Vaya así que quieres dar el tiro, venga dispara, quiero probar el poder de la Diosa Artemisa. —Se acomodó y sonrió desafiándola.

—Escuché que me buscas, ¿Para que?.

Lucel sonrió y él aura comenzó a dejarse ver, era de un morado y negro profundo pero Killian se apresuró y la cargo en brazos y salió corriendo con ella.

—Miserable trata de…—Dijo uno de los acompañantes de Lucel.

—Déjalos, ya entendió porque la busco, ahora hará más interesante este juego, vámonos, tenemos que irnos.-Se dio la vuelta y comenzó a caminar hacia la salida. —Está será tu última misión hermanito. —Susurro.

Killian empezó a correr velozmente por la ciudad mientras la llevaba en brazos y esta lo golpeaba.

—¡Puedes dejar de golpearme!

—¡Puedes bajarme idiota! ¿Allison? Carajo regresa Allison se quedó donde esos y.

—Tu amiga está a salvo tranquila, vamos a donde están todos, m****a ahora entiendo porque te buscaba Lucel, carajo esto será más difícil.

—De que hablas, ¡te dije que me bajes!.

—Deja de golpearme ya casi llegamos.

—Esto es increíble, tu de nuevo no puede ser.

—Yo también te extrañe. —El tono sarcástico se hacía notar.

Ambos llegaron a una mansión a las afueras de la ciudad y entraron en ella, era como ver la mansión de Batman pero real, el la bajo y seguía sin creer lo que sus ojos veían, ¿qué demonios había pasado? ¿Como terminó convirtiéndose heredando el arco de Artemisa y convirtiéndose en la guardiana?.

—No necesitaba tu ayuda, sé cuidarme sola.

—La palabra que buscas es gracias Killian por evitar que me maten, porque querida déjame decirte algo, aunque hubieras acertado con ese tiro jamás le haría daño, está muy por encima de tu poder actual, solo iba a jugar contigo haciéndote creer que tenías una oportunidad y luego te hubiera matado.

—No, la palabra o más bien las palabras que tengo para ti es simplemente explica porque demonios dijiste que ahora sabías porque me busca y que sería más difícil ahora.

El suspiro, la miro y le dijo sin rodeos.

—Por el santo grial, aquel grial que otorga cualquier deseo sin importar consecuencias o lo malo que sea.

—¿y eso que tiene que ver conmigo?.

—Tiene que ver qué se dice que las flechas y arco de Artemisa se hicieron con el mismo material que a el grial, y por ende la única que puede destruirlo es la misma servidora que porte la guardia de Artemisa, ya que está tiene su poder completamente.

—Eso no responde a mi pregunta.

—Lo que quiero decir es que Lucel quiere el grial que está a unos días de hacer su aparición en la tierra de nuevo y yo no dejaré que eso pase, lo que quiero  es destruirlo pero no puedo ya que no corre la sangre de Artemisa y aunque así fuera no tengo el arco y de nuevo aunque lo tuviera ese arco tiene una restricción que es solo servir en el portador y las únicas portadoras dignas son mujeres seleccionadas por la misma Diosa que comparten su linaje, he estado buscando a la sucesora para destruirlo y m****a eres tu, por eso es que ahora será más difícil porque tienes que venir ahora conmigo y ayudarme a destruir ese maldito grial o créeme cuando te digo que será el jodido Apocalipsis en el mundo entero.

—Espera espera ¿Me estás ordenando que vaya contigo?.

—No, te estoy diciendo que ahora al parecer estás involucrada y tienes que cumplir con tu deber, además tengo que llegar a ese grial antes que él y pedir... algo y luego destruirlo.

Los 3 más que estaban en la sala solo los miraban discutir y solo los observaban desde la ventana.

—¿Sabes que?, tienes razón Adelis tienes toda la maldita razón, no es tu asunto y solo estuviste en el lugar y momento desafortunado, y que convenientemente quisieron asesinarte para que no interfieras, es más porque no te marchas de una vez.

—¿Así como tu cada que tienes un berrinche?.

—Tienes razón, así deberías largarte ahorita y dejar todo, pero por fin puedo decirte esto si es que te quieres ir y cruzar esa puerta con tu amiga, ¿Quien es el egoísta ahora?. —Ella lo abofeteó muy fuerte que incluso volteó su rostro hacia un lado.

—Nunca cambiarás, nunca lo harás. -Fue hacia Allison y miró a los otros dos chicos. Se relajó y el efecto de la transformación de la gracia de Artemisa se fue desvaneciendo poco a poco y ella regresó a la normalidad. —Si es para salvar al mundo lo haré por mi familia, me quedaré e iré, no es por ti que me quedó.

Nero y Lucy silbaron y se miraron sorprendidos entre sí.

—Y pega muy bien que te dejo incluso marcada la mano.

—Vaya que pega bien tu novia.

—No lo es... y nunca lo será como siempre me ha dicho ella. Estén listos partimos mañana en la mañana.

Él se retiró y salió a pensar un poco mientras que ambos se quedaron en la sala solos.

—¿Porque siempre terminamos solos?.

—No tengo idea, pero ¿tienes hambre?.

—Vaya que si.

Mientras tanto en la habitación que tomaron Adelis y Allison.

—Es un gran idiota, no puedo creer que varias veces creí sentir algo por él ¿y para que? Siempre se larga cuando ve que estoy con alguien y cree que puede regresar y aparecer de la nada siempre que quiere.

—¿Déjame ver si entendí, estas peleándo que se comporto como un gran idiota y vaya que lo fue, en vez de lo que dijo de ese sujeto que vimos hace unas horas? Sinceramente lo que sentía de él no era nada bueno.

—¿A que te refieres?.

—Tu dijiste que Killian es un Dios y vaya que pude sentir su aura, era asombrosa pero cálida que me hacía sentir tranquila pero... cuando senti la de ese sujeto... era tan fría y muerta.

—¿Como sabes como se siente la muerte?.

—Porque nosotras las médium estamos en contacto con ambos mundos, y créeme cuando te digo que lo que sentí en ese sujeto y no es de tomarse a la ligera, puedo decirte segura que de verdad aunque es un idiota Killian, lo mejor que hizo fue sacarte de ahí, de algo estoy segura y es que si tú hubieras lanzado esa flecha en el instante de soltarla él te hubiera matado en ese instante. Aunque también por otra parte sentía algo distinto en Killian, sentía que cargaba con sentimientos grandes y pesados, tristeza y culpa, solo Dios sabrá que es lo que habrá pasado para que él esté así.

—De seguro sigue siendo su berrinche de la última vez, déjalo se le pasará aunque sinceramente ya me da igual.

—¿Lo odias?.

—Claro que no, sabes qué soy incapaz de odiar a alguien, si lo quiero y es por eso que siempre le digo que no.

—¿De verdad irás con ellos?.

—Sonaba serio con lo de el fin del mundo, y tú reafirmaste que ese tipo es un caso preocupante y de lo que escuché del grial, creo que no sería buena idea que esté en sus manos y no quiero estar en un mundo donde alguien así pida un deseo y Dios sabrá que pedirá pero por como escuché a Killian... no será agradable.

—Entonces iré contigo.

—¿Estas loca? Podrías morir.

—Soy una maldita médium cariño, prácticamente estoy en un limbo.

Adelis se levanto y le dijo a Allison que saldría un momento a tomar aire y que la vería en un rato, salió y vio a los dos chicos dormidos en el sofá y siguió de largo hacia la puerta.

Afuera la noche era tan clara ese día, y pudo ver de frente en un pedazo del patio a Killian que estaba sentado con las piernas recogidas y abrazado a ellas con la cabeza mirando a la luna.

—Perdón...

—Así que después de hacerte el hombre frente a todos me pides perdón cuando nadie lo ve.

—No es eso... es solo que... seguía alterado y temía que te pasara algo.

—¿Y eso justifica tu estupidez y el que me hayas gritado?.

—No, pero conozco esa mirada en él y terminaría antes que pudieras parpadear.

—Dijiste que nos iríamos mañana, ¿A donde exactamente?.

—Roma.

—Deberíamos hacer un plan y analizar la situación ¿sabes?.

—Adelis... esto no es como un libro en el cual desarrollas la situación y los personajes actúan conforme va avanzando la historia, esto es real, ¿Crees que si no hubiera una forma no la hubiera echo ya con el?. Son 4 días a partir de hoy los que faltan en que aparezca el grial, no tenemos tiempo para pensar, tenemos que actuar y... solo no sé qué hacer, mi plan realmente era buscar a quien tuviera la gracia de Artemisa y llevarla conmigo y acabar con esto de una vez por todas, pero al verte a ti simplemente regreso ese sentimiento de aquella vez con Chrollo.

—¿Te puedo preguntar algo?.

—Si, si sigo soltero. —Esbozó una sonrisa.

—No digas estupideces, hace un momento me gritaste que era algo serio y ahora vienes con eso.

—Lo siento.

—Solo quiero saber, ¿A que te referías con pedir algo al grial?.

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