Afuera el aire corría, y mecia el cabello de Killian suavemente mientras que él con los ojos cerrados imaginaba que era Adelis quien tenía su mano en su cabello y lo mecía suavemente, recordaba la vez que estaba con ella cuando todo había terminado esa vez, aquella en la que ella se acercó a él corriendo y lo abrazó fuertemente, donde lo miró a los ojos y el solo le sonreía a pesar de estar muy malherido, donde ella le decía que todo había acabado y que todo estaría bien ahora, recuerda esa delicada mano que él tomó y beso para después con su otra mano ella pasarla por cabello y reírse entre lágrimas y decirle que era un tonto, acercarse a él mientras un tierno beso le daba en la frente y perderse en ese momento. Recordaba por la brisa que lo acompañaba en ese momento cuando estaban en un campo y ella estaba sentada sobre el césped y llegó, se acostó a su lado y la sonrojó cuando le decía que era la chica más hermosa a la que quería mirar siempre, ella so
Ambas se miraron y de ellas se desprendía una aura aterradora.Adelis comenzó a rugir más fuerte ahora y Yarenis soltó un grito igual de fuerte que el de ella.Flechas volaron hacia esa dirección y con una sutil movimiento todas cayeron al suelo. Ella se escondió también en la noche, y ahora Adelis no sabía a donde mirar. Primer golpe en la mejilla seguido de una barrida en la cual en la pequeña fracción de segundo en el que caía hacia atrás la tomó del brazo y arrojó al suelo para luego correr hacia Lucy y Nero, ella brincó y giró como una bailarina de ballet en el aire silenciosamente, estando en el piso de rodillas con un brazo alzado dejó ver las flechas que tenían a los chicos prisioneros. Ambos bajaron y se alejaron en direcciones opuestas para cauterizar sus heridas usando sus habilidades.—Uno vaya por Killian y el otro por la
Nero corrió apretando el paso aún más para llegar dentro, reconocia el lugar por las pocas veces que acudió a entrenar con Tristan. ¿Donde está Tristan?, ¿Donde está Milán, Nanika y Kendall?, ¿Donde estaba Caelena?, avistó la entrada y siguió su camino pero en ese trayecto también encontró a casi toda la familia de Killian, el cuerpo de Kendall estaba partido por la mitad y quien haya sido el que lo asesino se aseguró de que estuviera muerto regando todas sus visceras por el camino dejándolo con una expresión de terror en el rostro, el cuerpo de Caelena estaba incrustado en un pilar y parecía haber llorado hasta el último aliento ya que las lágrimas secas en su rostro lo reflejaban pero a pesar de seguir y por fin adentrarse en la casa, nunca vio el cuerpo de Tristan y Milán. Empezó a recorrer pasillos dentro gritando con la esperanza de que alguien siguiese por ahí vivo, alguien que estuviera escondido pero solo había silencio y el eco que resonaba dentr
La doctora salió de la habitación, y miró en rededor suyo mientras se limpiaba las manos que tenían sangre todavía, los ojos de ella decían todo sin soltar una sola palabra, agacho la mirada y mientras caminaba en medio de ellos por fin soltó lo que todos imaginaban.—Lo siento.—Su voz sonó apagada, ella también sentía dolor aunque no lo demostrara, ella recordaba que solo Nanika y él eran los únicos que siempre sonreían felizmente en esa casa al igual que cuido de cada uno de ellos conforme llegaban y está noche vio apagarse no solo la llama de un Dios, sino más bien... apagarse un alma que irradiaba luz entre asesinos, vio apagarse la vida de Killian en sus manos. Atravesó la puerta y se detuvo por un momento para suspirar y luego seguir su camino.—¡TU!.—Milán puso a Adelis contra la pared tomándola del cuello con una mano y con la otra empuñando una pequeña daga. —¡Todo
Tristan camino en dirección a la habitación a ver a su hijo que yacía sobre la cama, la habitación se sentía fría y se sentía a la vez cálida, es una forma rara de describir la sensación pero había algo que lo hacía ponerse a pensar en esa situación. Avanzó hacia la cama y descubrió un poco el cuerpo, lo miro detenidamente, sonrió un poco y suspiro.—Sinceramente pensé que tú serías el primero que matarían pero creo que me equivoqué después de todo. Sabes... aún recuerdo la vez que te encontré a las afueras de aquella ciudad, estabas gritando y maldiciendo al cielo mientras provocabas una tormenta eléctrica debido a que te dejaste llevar por tus emociones. Bien lo decían y dicen chico, las emociones en un Dios son lo peor. Sabes…, nunca tuvimos un momento de padre e hijo. Jamás.—Tristan solo lo miraba atentamente.—Recuerdo aquella vez que te vi por primera vez, estabas destrozado, sin propósito o una razón más para
Todos aquellos que estaban en el bosque corrieron al ver ese destello que iluminó todo el cielo por unos segundos.—Tristan, mierda.—Milán se volvió en si, y cuando menos se dieron cuenta la chica se había esfumado.—Detesto cuando se desaparece.—Tu si lo puedes hacer idiota.—Lucy sonó algo irritada.La entrada se avistaba y Tristan yacía recargado en un pilar que sostenía el pórtico de la entrada sosteniendo su brazo izquierdo.—Tris...—Porque... tardaron demasiado... hay alguien... que los espera... adentro... Todos pusieron una cara de extrañeza, pero Adelis salió corriendo, y en el pasillo estaba Milán recargada en una pared con los brazos cruzados.
Lo que Nero comenzó a relatar era una purga de su pasado, una historia sobre aquel chico que lo tuvo todo y al final no tuvo nada.—Becca...Milán lo que hacía cada que quería ver en sus presas lo bueno, malo y el miedo más grande lo pasaba por fases, primero viendo desde lo bueno hasta recordarte lo peor y quebrarte.Su recuerdo era simple, todo comenzaba como un día común; él llegaba a la escuela mientras aparcaba la motocicleta, se quitaba el casco y se sacudía el cabello para pasar su mano y tratar de acomodarlo un poco, volteó a mirar su reloj y eran las 10:07, puso el pie de la moto y la dejó, vestía simple: unos jeans color azul petróleo, camisa blanca, una cazadora negra aunque para ser un simple outfit realmente lo resaltaba entre todos, para ser un chico de 17 años en aquel entonces estaba en demasiada forma, las mangas cortas en él quedaban chicas en sus brazos y en el pecho y en su cuerpo definido pero algo robusto, su cabello era algo rubio oscuro en ese entonces y lo que
15/08/20Un viernes de noche, la ciudad de Nueva York por las noches es tan hermosa, un día para ellas solas se suponía, una gran ciudad solo para ellas dos, una noche de risas, unos cuantos tragos, chicos que ver, una ciudad solo para ellas, sin reglas y sin nadie que les diga que hacer.—Oye ¿te quedas ahí?, aún nos falta más por hacer chica la noche apenas empieza. –Dijo Allison corriendo hacia ella que se había detenido frente a un local donde había ropa exhibiendo.—Oye solo me distraje por un momento allá voy. —Mientras que Adelis le decía que se distrajo viendo ropa lo que realmente pasó fue mientras ambas iban caminando ella creyó ver esa silueta de aquel chico, creyó ver ese cabello platinado sonriéndole y guiñándole un ojo como solía hacerle cada que la iba a ver, pero eso era mentira y así como vio esa silueta se desvaneció
—Déjame ver si entendí, ósea que tu eres un demonio pero también eres un niño rico y tu eres una una... no se como describirte. -Allison no podía procesar todo tan rápido pero tenían varias horas en lo que el avión llegaba a Roma.—Básicamente soy uno de los hijos de el diablo, si así lo quieres más simple.-Dijo alzando los hombros.—Y yo pues... puedes simplemente dejalo en cómo nos llamaban, una bruja de ojos plateados.—Dijo señalándose así misma con una sonrisa grande en el rostro mientras cerraba los ojos.—Espera un momento, tu no tienes ojos plateados. -Levantó una ceja y se acercó a su rostro.—Oh claro espera tiene que ser cuando estoy así. -Cerro los ojos y el ambiente cambió un poco y un aura clara empezaba a emanar de ella y de golpe abrió los ojos y estos cambiaron a un color platea