Enith:
La semana había transcurrido sin más incidentes, gracias al cielo, la noticia del intento de secuestro había salido en todos los noticieros, muchas amigas me habían hablado para saber como estaba, otras me habían detenido en la escuela para preguntarme si necesitaba algo, o si Rachele estaba bien y una sarta de tonterías. A Carlo y Leonard se les habían unido James y Preston, el primero estaba con Rachele, se paraba en la puerta hasta que mi pequeña saliera. Preston iba a todos lados conmigo, había decidido tomar algunos trabajos aquí, más que nada para no morir de aburrimiento.
- Hola Maddie –digo tras responder el móvil, Preston me ayuda sosteniéndolo mientras cargo rollos de papel tapiz, en su mano llevaba algunas cosas, y se había colocado dos rollos bajo la axila para poderme ayudar–, claro que sí, ¿te parece en media hora? –digo tras escuchar su invitación a comer–, muy bien, ahí nos vemos –sonrío antes de que Preston lo retire y cuelgue, le pido lo deje en la mesa en lo que terminamos de dejar las cosas en el departamento, al parecer sería la casa de unos recién casados, era hija de un senador, por lo que debía quedar perfecto.
Una vez que bajamos el material, le digo a Preston que iremos a un pequeño restaurante ya que me había quedado de ver con una amiga, aprovecharía para que comiera. Hoy Rachele tendría un día con su padre, Amirov la iría a buscar a las dos y tendrían una tarde juntos, así que tenía la tarde libre para pasarlo con Maddie.
Una vez que llegamos, ocupo una mesa, detrás de mí siento a Preston, le digo que ordene algo mientras espero, él sabe que no puede llevarme la contra, así que accede a comer.
A las dos en punto llega Maddie, nos abrazamos con fuerza y nos sentamos, Maddie me contaba todo sobre su futuro esposo, su bebé el cual estaba con la madre de su prometido, así que procedí a contarle de mí y mi familia, ella fue un gran apoyo, así que estaba muy feliz.
- Vi que atraparon a una banda de secuestradores donde esa mujer trabajaba, ¿puedes creer que intentaron secuestrar al sobrino del alcalde? –niego, no había querido saber nada del tema, salvo lo que Jackson nos dijera–, se nota que buscan peces gordos, me sorprende que supiesen quién era tu hija, por lo que me dijiste, Amirov procuraba que no se expusiera –dice seria tomando de su frappé.
- Sí, ya está investigando eso, por eso James y Preston nos acompañan a todos lados –señalo al hombre detrás de mí, mientras no me perdiera de vista, no habría problema.
- Eso veo, en parte es mejor –asiento de acuerdo, era por nuestro bien, así que no había más que hacer.
La verdad es que se me había ido el tiempo hablando con ella, nos habíamos reído tanto de nuestro tiempo en la cafetería, de todo lo que había pasado en mi ausencia y así mismo, le contaba cómo lo era Ragusa, reíamos a ratos, en otros tocábamos temas serios.
- Me da mucho gusto que encontrarás a Amirov, aunque por lo que cuentas, él te encontró a ti –me guiña un ojo sonriendo, una llamada interrumpe nuestra conversación, no reconocía el número, así que lo deje estar. A la segunda llamada decidí responder.
- Sí, ella habla –digo cuando escucho mi nombre, me quedo atenta escuchando lo que me dice, miro a Maddie con horror mientras un gemido lastimero sale de mis labios, suelto el teléfono negando, ella lo toma y coloca el altavoz.
- ¿Señora Bianchi? –la voz suena preocupada.
- Ella está aquí, soy su mejor amiga, ¿qué ocurre? –pregunta nerviosa, no podía contener las lágrimas.
- El señor Bianchi y su hija tuvieron un accidente, están en el Mercy General Hospital, la pequeña está bien, salvo algunos rasguños y están valorando la contusión, pero el señor Bianchi –la voz de la mujer se apaga, siento mi corazón romperse, esto no podía estar pasando, él no podía estar muerto– llevó la peor parte, está en cirugía en este momento, necesito que venga de inmediato –eso no tranquilizaba mi corazón, si habían tenido que operarlo nada más llegar, era grave.
- Vamos para allá –dice ella colgando, sentía mi cuerpo adormecido, no me respondía, sentía que esto era un mal sueño, mi amado esposo e hija estaban en el zoológico, veían a las jirafas, ella reía mientras su amado sostenía todas las cosas que le pedí no le comprará pero que había hecho igual, ella sostenía un peluche más que se sumaría a la gran colección, él comería las palomitas dulces que dejó a medias, lo mismo que el algodón de azúcar y el perrito caliente que insistía en probar a sabiendas que sólo se comía la salchicha.
Sí, eso debía estar pasando.
Siento que alguien me alza, y seguro era Preston.
- Lo siento señora, pero la señorita Maddie me ha dicho que debemos irnos –dice él apenado, asiento ida, me ayudan a salir del lugar, Preston se había encargado de pagar. De manera mecánica me subo a la camioneta, sentía mi cuerpo helado, oía lejana la voz de Maddie, niego, debía ser positiva, Amirov debía estar bien, los doctores lo salvarían, tenían que hacerlo, no se creía capaz de hacer esto sola, y con ese pensamiento pierde la vista en la ventana.
Enith:Al llegar al hospital todo se sintió real de repente, así que nada más estacionar baje casi corriendo, no supe en qué dirección iba, si era la correcta ni nada, sólo quería llegar.Por suerte me había encontrado con un residente que había tenido la amabilidad de llevarme a urgencias.- Señora Bianchi –la voz de Carlo me saca de mi aturdimiento, tenía un cabestrillo y una venda en la cabeza.- ¿Qué pasó? –mi voz sale temblorosa, las lágrimas caían silenciosas.- Íbamos en camino al zoológico cuando un camión se quedó sin frenos e impactó del lado del señor y la señorita, él la abrazo para protegerla –siento mis piernas doblarse, Preston evita que caiga al suelo–, la señorita se desmayó pero el señor se llevó la peor parte –baja la vista, en cuanto llegó se lo llevaron a quirófano –cubro mi rostro, por favor Dios, no me lo quites, suplicaba en silencio.- ¿Señora Bianchi? –escucho que me llaman, me giro a la voz y entonces veo a un doctor acercarse.- Sí, soy yo –agradecía la ayu
Enith:No supe cuánto tiempo estuve inconsciente, al despertar estaba en un sofá largo, la señora Caruso me observaba con alivio, me siento con cuidado y noto que estoy en un cuarto de hospital, entonces veo a mi pequeña, me pongo de pie y me apresuro hacia ella para verla mejor.- ¿Mami? –dice suave tras abrir sus ojitos, acaricio su cabello.- Mami está aquí –susurro suave, ella asiente y se queda dormida, beso su frente y giro para ver a la señora Caruso.- Dorme da più di 4 ore, ho detto al dottore che è meglio portarla qui (Ha estado durmiendo por más de cuatro horas, le dije al doctor que era mejor traerla aquí) –asiento, era mejor así, creo que habría sido peor para mi salud mental si despertaba en una habitación vacía.- Grazie signora Caruso, sa se il dottore è ancora in servizio? (Gracias señora Caruso, ¿sabe si el doctor sigue de guardia?) –ella asiente, salgo para buscarlo, necesitaba saber que procedería ahora que no era donante, Dios mío, estaba embarazada. Dios, ¿Amirov
Enith:Cuando siento que no puedo más, ella alza la vista, camina hacia mí y temo que vaya a abofetearme, pero en lugar de eso, me abraza.- Sé qué mi hijo te ama como tú lo amas, incluso ahora, ustedes dos cambiaron su vida y la mía, no imaginó a nadie más a su lado, esto no cambia lo mucho que las amo a las dos, y ahora a ese pequeño ser –dice suave, la abrazo con fuerza y lloramos.- Ahora, lo siguiente que haré será hablar con ese tipo, y entre más rápido lo haga, tendré menos pendiente por mi hija ‒ella asiente de acuerdo, la abrazo de nuevo, no quería, de verdad que no quería, pero la vida de mi hija dependía de eso.Salimos de aquella habitación, me acerco al cuarto de mi hija y tras ver que duerme, voy donde Amirov, me dejaban estar un rato, cinco o diez minutos.- Sólo cinco minutos señora Bianchi ‒asiento a la enfermera, entro cerrando la puerta una vez que lo hago, me acerco a él, me siento a su lado y sostengo su mano.- Querido, tengo que hacer algo que no quiero, si tan
Enith:Por la noche le había pedido a Clarisse que le pidiera al señor Cranston reunirse conmigo a las ocho de la mañana, después de eso había bloqueado mi teléfono y había dormitado un poco en la habitación de Rach.Por la mañana había desayunado algo que mamma me trajo, me habían dejado bañarme en el hospital y tras vestirme, había salido tras besar la cabeza de mi pequeña y tras despedirme de mi amado esposo.Adley:Decir que me sorprendió cuando su asistente se puso en contacto conmigo temprano en la mañana, era quedarse cortos; al parecer la señora Bianchi necesitaba hablar conmigo, ¿acaso me sacaría del proyecto? Me había enterado del accidente por los periódicos, así que suponía que Amirov estaba grave si era ella quién me había citado y no él, así que ella era la jefa, así que podía disponer de todo y todos a su antojo.Me había puesto de pie temprano, había tomado un baño y tras ocuparme de Zack, había partido a la empresa. A mi pequeño lo llevaría su nana, esa mujer era más
Adley:Todo aquello había caído como un balde de agua helada, era el padre de una preciosa niña de ocho años, y encima, tenía que donarle médula ósea.- ¿Por qué nunca me dijiste? –pregunto entre enojado, confundido y feliz.- Por favor Adley, ¿no recuerdas lo que me dijiste ese último día juntos? Pues yo sí, te las recuerdo: “la amo de verdad, y a partir de mañana, seré un hombre diferente, entregado a ella y a la familia que formemos, ¿verdad qué entiendes?” –cierro los ojos, podía recordar con claridad ese fatídico día–. ¿Pues qué crees? Que lo entendí perfecto, te dejé en paz como prometí hacerlo, porque ahora ese era mi problema, ¿a qué iba a volver, ah? –alza las manos molesta–, ¿a qué me llamaran zorra, la sucia amante?, ¿a qué mi hija le dijeran bastarda?, ¿qué la despreciaran como me despreciaban a mí? –ríe de manera ácida–. Pues no, podía soportar cualquier mierda que me echaran encima, pero no a mi bebé –sentencia con dureza, tenía razón, pero aun así–, y en mis planes no e
Enith:No había tenido oportunidad de decirle a Rachele que tendría un hermanito, quizás después de la operación.- Tengo buenas noticias, los resultados del señor Cranston salieron muy bien, en cuanto me diga, comenzaré la extracción de la médula ósea para el trasplante –dice el doctor Solon tras revisar los análisis, siento la paz entrar en mi cuerpo por primera vez en tres días.- Lo más pronto posible doctor –dice solemne, el doctor asiente en respuesta.- Pediré que preparen todo, en un momento un enfermero vendrá por usted –Adley asiente antes de que el doctor se vaya, camino al cuarto y siento como me sigue, muerdo mi labio, quería que se fuera, pero sería muy malagradecida si ni siquiera le permitía verla.- Se parece mucho a ti de pequeña –susurra viéndola a través de la ventana, seguía durmiendo.- Tiene tu color de cabello –digo bajo, mamma estaba sentada a su lado leyendo.- Puedo ver lo mucho que la ama, y me imagino que él también –se gira a verme, asiento sin dejar de m
Enith:El doctor Solon entró tras unos minutos de plática entre Adley y Rachele, algo que agradecía, una cosa es que no quisiera ser malagradecida, y otra, que él no se fuera.- Esta todo listo, ¿preparada preciosa? –dice suave mirando a mi pequeña, ella se gira a verme, puedo ver el miedo.- Va a ser rápido mi amor, y después de eso, te daré todo lo que te prometí, ¿recuerdas? –ella asiente.- Esta bien T –ella le sonríe, el doctor le había pedido que le llamara así, según sus palabras, eso les daba confianza a los pequeños.- Vendrá una enfermera para prepararte, y nos vemos en unos minutos –ella asiente, él le sonríe, a los pocos segundos entra la enfermera Gómez, mi hija ya la conocía, así que fue fácil.Caminamos con ella hasta la entrada de quirófanos, entonces se despide de nosotros, abrazo a mamma, ella me lo devuelve, sé que es algo sencillo y todo saldrá bien.- Enith, perdona molestarte –escucho la voz de Adley detrás de mí, me giro para verlo–, debo irme, necesito ir por Z
Adley:La noticia de la recuperación de Amirov Bianchi se había corrido como la pólvora, quería decir que me alegraba, pero una parte de mí no, la parte que creía que podía tener una esperanza con ella, que él estuviera bien, significaba que no había ninguna posibilidad, sólo me quedaba nuestra hija, la verdad no sabía cómo se tomaría Amirov la convivencia.- Papi, ¿y mi mamá? ‒Zack me saca de mis pensamientos, era mejor decirle de una vez.- Verás, mami y papi ya no se llevan bien, y por eso decidimos que era mejor separarnos, pero mami te ama mucho y la verás cuando quieras ‒él me mira con sus grandes ojos café, asiente.- Bueno, mami ya no gritará, no me gusta que grite ‒lo decía con tanta calma que me sorprendía, pero supongo que él era consciente de lo mala que era Fiorella como madre.- No, no gritará más, así que tranquilo cariño ‒asiente, termina de colocarse los zapatos, lo peino y beso su cabeza‒. Sabes, hay algo más que quiero decirte, y es que tienes una hermana mayor, per