Mérida Ashton: Despertar así era maravilloso, frente a mi tenía una vista imponente que me recordaba lo hermoso que es vivir. El sonido del mar provocaba que mi piel se erizara y sonreía como una adolescente enamorada. Mire hacia la habitación, específicamente hacia la cama en donde se encontraba un hombre dormido… No acostumbraba a hacer este tipo de cosas, mis padres me regalaron un viaje a Mónaco para festejar que ya era ingeniera, pero todo se descontrolo durante la primera noche en donde fui al bar del hotel con una amiga. Ambas estábamos dispuestas a conseguir una cita esa noche, aunque ciertamente yo estaba escéptica a eso. No era del tipo de mujer que levantaba pretendientes a donde quiera que llegara, era una flaca de piernas largas, pero a duras penas tenía par de limones por senos y el trasero no era gran cosa al menos eso es lo que yo creo. ‒ ¿Acostumbras a despertar temprano siempre? ‒ su voz gruesa me hizo ruborizar, ni idea de qué diablos tiene este hombre, jamás
JOHN BENNET: Desde que ingrese al palacio podía escuchar los gritos de mi madre por doquier, el personal de servicio se encontraba en un corre, corre incesante, parecía que todo estaba fuera de control solo porque el príncipe no estaba en su habitación. —Buenas tardes madre — Salude como de costumbre para aplacar su mal humor. Se encontraba de espaldas a mí y al escuchar mi voz se giró a mirarme de inmediato. —¿Qué demonios pasa contigo? — pregunto con un evidente mal humor, su rostro estaba rojo de la ira y ni hablar de que incluso su mirada se había oscurecido al verme. sabía que estaba realmente enojada por el tono de su voz, por la palabra que acaba de mencionar y sobre todo porque sus manos están hechas puños y no se ha dado cuenta aún. —salí solo por poco tiempo madre, prometo que no volverá a pasar — no debía prometer algo que no podía cumplir, pero ahora era justo y necesario hacerlo de lo contrario harían picadillo de mí y mi futura esposa se va a quedar viuda antes
Narrador omnisciente: Todo estaba en apariencia tranquilo, ambos seguían pensándose, pero ninguno de los dos había intercambiado su número telefónico, John podía incluso pedir que investigaran su vida sin embargo luego de una extraña petición por parte de su madre desistió de la idea. John jamás espero que su madre lo manipulara de tal forma que con el pasar de los días se anunciara el compromiso entre Marie y el, la cuestión no era solo esa, renunciar a sus sentimientos por Mérida iba más allá de esa absurda petición, su madre amenazo con destruir su vida e incluso arruinar cualquier propuesta laboral que pudiese conseguir en el futuro pero sin importar todo eso John estaba dispuesto a acceder a las peticiones de su madre siempre y cuando Mérida estuviese tranquila y sobre todo viviendo una vida plena y feliz. —¿Por qué no has terminado de empacar? — pregunto la mejor amiga de Mérida al verla apoyada al balcón de su habitación, parecía estar disfrutando la hermosa vista frente
Mérida Ashton: No podía describir como me estaba sintiendo, cuando este día llego no dejaba de pensar en el olor de su piel, sus caricias seguían sintiéndolas en mi cuerpo... dios santo si cerraba los ojos incluso podía sentir el sabor de sus labios y era la cosa más deliciosa pero no dejaba de sentirme mal por cómo estaba pasando todo, no conocía mucho de el sin embargo ahora que estaba a su lado en este hermoso yate con una sensación mágica podía jurar que éramos el uno para el otro... No necesita conocer nada más que lo que tenía en frente. Este día había mejorado y de qué manera, yo había dejado el móvil con mi mejor amiga y todas mis cosas y John tenía su móvil apagado, solo estábamos dedicados a ser felices mientras se pudiera. No me sentía presionada como comúnmente pasaba cuando estaba con mi ex. Me entregue a John sin ninguna duda de por medio, o miedos que me hicieran titubear sobre lo que sentía a su lado. Esto era tan real como esas cosquillas que sentía en la b
Narradoromnisciente:John era una vergüenza para su familia desde el punto de vista de su madre, recién le había perdonado los últimosinconvenientes,pero este no estabadispuestoa dejarlo pasar por alto.Llegaron a palacio y de inmediato el personal dispuso para el príncipe una gran manta para cubrir su cuerpo además de unas pantuflas que mantuviese sus pies cálidos. Él estaba siendo atendido como cuan era pequeño y la servidumbre hacia todo por él, jamás hizo algo por sí solo... cuando estudio administración lo hizo después de estudiar la carrera que sus padres les había exigido y la disfruto tanto que no quería culminarla la carre
John ordeno investigar la dirección exacta de Mérida, sabía que era como buscar una aguja en un pajar si no tenía ayuda, pero al menos quería intentarlo, dos semanas habían asado de las que no sabía absolutamente nada de ella, seguramente habíavueltoa new yorkmásdecepcionada por que el no pudo buscarla.Su madre había organizado un gran evento en el que se anunciaría a todos su compromiso de forma oficial, no había vuelta atrás, si él fuese responsable sabía que buscara Méridasolo podría causarle daño solo sentía que su amor por ella era tan egoísta que nodeseabadejarla. Méridaestaba preocupada pero no losuficientepara darle tanta importancia al tema.Se dijo a sí misma que más valía dejar todo lo que había pasado en Mónaco y olvidar esos acontecimientos ya que si estaba sumida en recordar lo que había pasado no podría avanzar y se quedaría estancada creyendo en algo que no era real, la carta había sido quemada y esperaba que esos momentos conJohnquedarancompletamenteen el olvido.Había estado comprometida a sus labores y con el pasar de los días se llevaba mucho mejor con sus compañatraso
Mérida se encontraba en su closet escogiendo que usar esa mañana, el tiempo transcurría y conelse hacía visible un pequeño bulto en la parte baja del abdomen, aunque quiso ir en los últimosdíaspero estuvo tan ocupada trabajando en el proyecto que presentaría esa mañana que no tuvo tiempo para nadamás.Escogióalgo holgado que no dejara visualizar ese pequeño bulto que la preocupaba cadadía.Algunos días eran buenos y otros no tanto, pero se dijoquepermanecer tranquila era lo mejor quepodía&n