Paso una semana y Mérida mantuvo comunicación en todo momento con John, pero no había podido convencerla de aceptar a invitación a palacio.
Había sido una semana excesivamente larga entre obligaciones y deberes y tan solo esperaba poder vera a ella sin embargo ella había decidido que no era una buena idea viajar y que no había poder humano que la hiciera cambiar de opinión.
Se dijo que no estaría dispuesta a recibir malos tratos de nadie y mucho menos humil
Mérida despertó con el sonido de la alarma que había puesto la noche anterior sin embargo ya lisa se encontraba desdehacíaun rato despierta, por alguna extraña razón casi nohabíapodido dormir bien durante la noche.Ambas quedaron en que lisa se quedaría en el apartamento deMériday que durante la ausencia de su mejor amiga ella sequedaríaen el lugar para estar al pendiente.El vuelo estaba programado a primera hora de esa mañana por ell
Cuando Mérida estuvo frente a Marie pensó en mil panoramas posible, el rostro de la chica en frente de ella estaba rojo,parecíamolesta y fuera de lugar por tener aMéridaen frente.Quiso saludar sin embargo Marie paso a un lado ignorando su presencia, Méridapensóen que era mal educada, pero entendía que pudiese ser incomodo encontrarse en unasituacióncomo esa.John desconocía el choque de miradas en la puerta de su habitación o la situaci&oacu
A pesar de las circunstanciasJohny Mérida estaban pasando un momento agradable, aunque ambosdesconocíanque estaban siendo grabados en un momento tan íntimo.La reina no tenía la intención de dejarlos a solas y aunque lo hizo poralgúnmomento de igual forma se aseguraba de escuchar cada palabra entre ellos, pensaba queMéridaen cualquier momento hablaría sobre su embarazo y entonces John se descontrolaría.Esedíaambos estuvieron como
La noche cayó casi sin notarlo, Mérida estuvo toda en apuros que había impuesto la reina, pues esa misma noche tendrían una cena para agradecer su compañía y por ello había enviado algunos vestidos que estuviesen acorde para la ocasión sin embargo todo fue más complicado que escoger un gran vestido para esa noche, su embarazo era notorio al menos ya se le hacíavisibleese pequeño bulto en su vientre, al estar vestida frente a otros quizá no fuese tan obvio pero cuando se desnudaba y se miraba frente al espejo sabía que ahí estaba, ese pequeño que cada día crecía un pocomásestaba ahí.Se miraba frente al
Los dias transcurrieron, Mérida fue atendida como parte de la realeza, los mejores tratamientos e incluso los mejores doctores estaban disponibles solo para ella. Aunque la reina intentó que Mérida perdiera él bebe este se aferraba a la vida de una forma tan impetuosa que la dejaba paralizada. En otras ocasiones la reina conseguía su propósito, para ella cualquier persona significa nada si ella así lo deseaba, así que, por ello, aunque quería que ese bebé no viniese al mundo así mismo algo dentro de ella le impedía actuar con severidad como en otros casos hacía. Justo ese día Mérida iba a ser trasladada al palacio, John pidió que la información sobre su repentino malestar se mantuviese en secreto y por ello ni los padres y ni siquiera Lisa que era la mejor amiga de Mérida sabían de su situación. Por más que Mérida intentase estar tranquila se le dificultaba pues su preocupación iba más allá de ese repentino malestar luego de la cena. Luego de que los estudios fueron realizado
Mérida Ashton: Despertar así era maravilloso, frente a mi tenía una vista imponente que me recordaba lo hermoso que es vivir. El sonido del mar provocaba que mi piel se erizara y sonreía como una adolescente enamorada. Mire hacia la habitación, específicamente hacia la cama en donde se encontraba un hombre dormido… No acostumbraba a hacer este tipo de cosas, mis padres me regalaron un viaje a Mónaco para festejar que ya era ingeniera, pero todo se descontrolo durante la primera noche en donde fui al bar del hotel con una amiga. Ambas estábamos dispuestas a conseguir una cita esa noche, aunque ciertamente yo estaba escéptica a eso. No era del tipo de mujer que levantaba pretendientes a donde quiera que llegara, era una flaca de piernas largas, pero a duras penas tenía par de limones por senos y el trasero no era gran cosa al menos eso es lo que yo creo. ‒ ¿Acostumbras a despertar temprano siempre? ‒ su voz gruesa me hizo ruborizar, ni idea de qué diablos tiene este hombre, jamás
JOHN BENNET: Desde que ingrese al palacio podía escuchar los gritos de mi madre por doquier, el personal de servicio se encontraba en un corre, corre incesante, parecía que todo estaba fuera de control solo porque el príncipe no estaba en su habitación. —Buenas tardes madre — Salude como de costumbre para aplacar su mal humor. Se encontraba de espaldas a mí y al escuchar mi voz se giró a mirarme de inmediato. —¿Qué demonios pasa contigo? — pregunto con un evidente mal humor, su rostro estaba rojo de la ira y ni hablar de que incluso su mirada se había oscurecido al verme. sabía que estaba realmente enojada por el tono de su voz, por la palabra que acaba de mencionar y sobre todo porque sus manos están hechas puños y no se ha dado cuenta aún. —salí solo por poco tiempo madre, prometo que no volverá a pasar — no debía prometer algo que no podía cumplir, pero ahora era justo y necesario hacerlo de lo contrario harían picadillo de mí y mi futura esposa se va a quedar viuda antes
Narrador omnisciente: Todo estaba en apariencia tranquilo, ambos seguían pensándose, pero ninguno de los dos había intercambiado su número telefónico, John podía incluso pedir que investigaran su vida sin embargo luego de una extraña petición por parte de su madre desistió de la idea. John jamás espero que su madre lo manipulara de tal forma que con el pasar de los días se anunciara el compromiso entre Marie y el, la cuestión no era solo esa, renunciar a sus sentimientos por Mérida iba más allá de esa absurda petición, su madre amenazo con destruir su vida e incluso arruinar cualquier propuesta laboral que pudiese conseguir en el futuro pero sin importar todo eso John estaba dispuesto a acceder a las peticiones de su madre siempre y cuando Mérida estuviese tranquila y sobre todo viviendo una vida plena y feliz. —¿Por qué no has terminado de empacar? — pregunto la mejor amiga de Mérida al verla apoyada al balcón de su habitación, parecía estar disfrutando la hermosa vista frente