Los meses pasaban rápido para los Duncan y aquel día celebraban el primer cumpleaños de los mellizos, en la familia ya todos sabían la verdad sobre ellos, aun así seguían llamándoles mellizos y era un secreto que todos se llevarían a la tumba, para que Airon y Anya jamás pudieran sentirse diferentes entre sí, para todo el mundo ellos eran hijos biológicos de Jeremy y Eva.Además de sus hijos mayores Jeremy y Eva se habían quedado con la custodia temporal del pequeño Axel, a quien, después de saber realmente su procedencia iban tomando más cariño cada vez, era imposible que se volviera para ellos tan especial como los mellizos, pero procuraban no hacer diferencias y ya era parte de la familia, tal vez con él tiempo terminarían siendo lo mismo.Habían empezado el proceso para la adopción legal y definitiva del pequeño, dejarlo en manos del gobierno no era una opción, pero para ello debían esperar el resultado de la investigación que se había lanzado para encontrar algún familiar vivo de
— Creo que tú y yo nos quedamos con una conversación pendiente hace unos días, antes de que Laura llegara y nos pusiera todos los planes patas arriba.Dijo Jeremy tras asegurarse de que sus hijos estaban dormidos, conectar la cámara por la que podían verlos desde su habitación y apagar la luz para dejarlos descansar.— Así que todo parece que por fin se ha calmado, deberíamos tener esa conversación ¿No crees?— preguntó abrazando a su esposa por detrás y besando lentamente su cuello mientras la guiaba así hasta la habitación que compartían.Eva cerró sus ojos al sentir la calidez de los labios de su esposo en su cuello, su aliento sobre su piel y su aroma inundando todo su espacio personal, era lo mejor que podía pasarle a ella todos los días—¿Qué plática cariño?— le preguntó ella abriendo la puerta de su cuerpo y así poder entrar a su habitación.—¿Ya no te acuerdas?— preguntó mientras abría la puerta de la habitación sin tan siquiera mirar para empujar a su mujer dentro con toda la
El dinero no puede comprarlo todo, Jeremy jamás creyó que esa frase no fuera cierta hasta el día en que escuchó esas tres palabras que lo rompieron por completo "Ella no sobrevivió". En ese instante pudo sentir su mundo perfecto desmoronarse, por mucho dinero que tuviera, absolutamente nada podría devolverle al amor de su vida, a su esposa, su hermosa Marie, y el responsable de todo era un pequeño bebé del que sin duda no quería saber nada.— No quiero hacerlo— Aseguró Jeremy con lágrimas en los ojos cuando la enfermera llegó hasta él con un pequeño bebé recién nacido en los brazos para entregárselo.— no quiero sostener esa cosa.— No es una cosa, señor Duncan, es su hijo…— Él la mató, él mató a Marie y yo jamás voy a sostenerlo en mis brazos.La enfermera no era capaz de entender cómo alguien podía culpar a un pequeño bebé recién nacido porque su madre no hubiera sobrevivido al parto. Lo que si estaba claro era que ese niño necesitaba cuidados, pero sobre todo cariño.— Señor, el no
Por fin habían quedado claras las cláusulas de su contrato y lo primero que Jeremy hizo fue pedir el traslado de aquella mujer a una de las suites del hospital, su esposa no podía permanecer en aquel cuartucho pequeño y mucho menos sus hijos. ¿Qué pasaría si se filtraba a la prensa que él había permitido aquello? Tenía una imagen que mantener, de hechó esa era una de las razones de que le hubiera propuesto ese trato a una desconocida.Tras asegurarse de que aquella mujer estaba en las condiciones óptimas y adecuadas, se fue a hablar con el director del hospital para que reuniera a todo el personal que había atendido ambos partos y todo el que supiera la realidad de cómo fueron las cosas.Seis personas en total, seis eran demasiadas para un secreto como aquel, en su experiencia, que dos personas fueran conscientes de un secreto ya eran demasiadas, seis era un riesgo que preferiría no correr, aun así, Jeremy no dudó en ofrecerles grandes sumas de dinero a todos si accedian a firmarle u
Eva levantó su mirada, negando al notar el tono de enfado de la enfermera, el mismo que apareció cuando le dijo que apenas tenía leche para alimentar a un bebé. Era consciente de que la enfermera podía tener razón, pero no podía soportar que el pequeño siguiera llorando y mucho menos permitir que lo entubaron cuando era un perfecto bebé que solo deseaba alimentarse del seno de su madre, el pequeño angelito no tenía la culpa que su madre no hubiera sobrevivido al parto.— Parece que si tenía hambre — explicó Jeremy al comprobar que la niña se había callado automáticamente en cuanto acercó el biberón a su boca y empezó a succionar sin problema, luego giró el rostro para observar a Eva buscando su aprobación y se quedó maravillado con la imagen que encontró, su hijo estaba comiendo, se había agarrado a la perfección al pecho de la mujer, pero lo que lo dejó fascinado y sin habla era la belleza que encontró en el rostro de ella cuando observaba a su pequeño bebé asesino.—Por supuesto que
Aquella mañana Jeremy apareció en el hospital junto a su abogado, Diddier Smith, quién aparte de haber redactado el contrato que tanto él como Eva firmarían, sería uno de los testigos de su unión.— ¿Buenos días, estás bien, cómo pasaste la noche?— preguntó Jeremy acercándose a su futura esposa y dándole un suave beso en la mejilla para luego observar extrañado a los dos bebés durmiendo juntos en una cuna.Eva sonrió nada más vio llegar a Jeremy, indicándole que guardara silencio, ya que los dos niños acababan de dormirse.—Sí, estoy bien. Las enfermeras son muy atentas— le respondió en voz baja, soltando un pequeño suspiro al volver a posar la mirada en sus hijos.— ¿Qué sucedió?— preguntó extrañado — ¿Por qué no está cada uno en la suya?—Anya no quería dormir sola. No podía dormir más de 15 minutos, ya que despertaba llorando, lo que despertaba a Airón, por lo que la coloque a un lado de su hermano y solo así es que la bribona dejó de llorar, dejando dormir también a su hermano.En
Eva jamás había tenido gente a su servicio, no era de las personas que necesitara que hicieran todo por ella. Estaba acostumbrada a ser quien se lo hacía todo y así le gustaba, cuidar de sí misma, porque nunca había podido contar con nadie, ni siquiera con ese bueno para nada que la preñó y se largó unos días antes del parto, por lo que esa mañana, como ya tenía costumbre, se levantó temprano para preparar el desayuno.—¿Señora, qué hace aquí?La voz de la esposa del mayordomo y quién se encargaba de la cocina, estaba no solo llena de asombro, sino también de censura al ver a la esposa de su patrón, invadiendo su lugar de trabajo y haciendo lo que se suponía era deber suyo.—Solo le preparaba el desayuno a Jeremy— respondió Eva, rápidamente terminando de colocar una taza de café en una bandeja.—¿Piensa llevarle el desayuno a la cama al señor Jeremy?Eva no respondió, solo le dedicó una mirada dulce a la mujer mientras terminaba de poner en el plato algo de comida.Por supuesto que lo
— ¿Ya se quedaron dormidos los niños?— preguntó Jeremy entrando en la habitación y comprobando que efectivamente ambos bebés estaban descansando en esa gran cuna que compartían.Eva había acabado de dormir a los niños, la mucama se retiró, apenas vio entrar a su jefe a la habitación, dándoles intimidad tal y como cualquier matrimonio debería tener y es que Eva lograba sorprenderse de lo discreto que era el servicio, a veces ni siquiera sabías que estaban allí y eso hacía que todo pudiera resultar más íntimo.—Si, se acaban de dormir, No son hermosos— le preguntó ella volteando a verle con esos ojos brillantes y esa sonrisa que lograba cautivar al hombre.— Si quieres puedo mandar comprar otra, como al principio solo iba a tener un hijo, solo mandé colocar una.Explicó acercándose a ella para observar más de cerca, aquella mujer, se veía hermosa de un modo muy especial y natural, una belleza sencilla en la que, debía reconocer, no se habría fijado con anterioridad, pero al tenerla dela