El dinero no puede comprarlo todo, Jeremy jamás creyó que esa frase no fuera cierta hasta el día en que escuchó esas tres palabras que lo rompieron por completo "Ella no sobrevivió". En ese instante pudo sentir su mundo perfecto desmoronarse, por mucho dinero que tuviera, absolutamente nada podría devolverle al amor de su vida, a su esposa, su hermosa Marie, y el responsable de todo era un pequeño bebé del que sin duda no quería saber nada.— No quiero hacerlo— Aseguró Jeremy con lágrimas en los ojos cuando la enfermera llegó hasta él con un pequeño bebé recién nacido en los brazos para entregárselo.— no quiero sostener esa cosa.— No es una cosa, señor Duncan, es su hijo…— Él la mató, él mató a Marie y yo jamás voy a sostenerlo en mis brazos.La enfermera no era capaz de entender cómo alguien podía culpar a un pequeño bebé recién nacido porque su madre no hubiera sobrevivido al parto. Lo que si estaba claro era que ese niño necesitaba cuidados, pero sobre todo cariño.— Señor, el no
Por fin habían quedado claras las cláusulas de su contrato y lo primero que Jeremy hizo fue pedir el traslado de aquella mujer a una de las suites del hospital, su esposa no podía permanecer en aquel cuartucho pequeño y mucho menos sus hijos. ¿Qué pasaría si se filtraba a la prensa que él había permitido aquello? Tenía una imagen que mantener, de hechó esa era una de las razones de que le hubiera propuesto ese trato a una desconocida.Tras asegurarse de que aquella mujer estaba en las condiciones óptimas y adecuadas, se fue a hablar con el director del hospital para que reuniera a todo el personal que había atendido ambos partos y todo el que supiera la realidad de cómo fueron las cosas.Seis personas en total, seis eran demasiadas para un secreto como aquel, en su experiencia, que dos personas fueran conscientes de un secreto ya eran demasiadas, seis era un riesgo que preferiría no correr, aun así, Jeremy no dudó en ofrecerles grandes sumas de dinero a todos si accedian a firmarle u
Eva levantó su mirada, negando al notar el tono de enfado de la enfermera, el mismo que apareció cuando le dijo que apenas tenía leche para alimentar a un bebé. Era consciente de que la enfermera podía tener razón, pero no podía soportar que el pequeño siguiera llorando y mucho menos permitir que lo entubaron cuando era un perfecto bebé que solo deseaba alimentarse del seno de su madre, el pequeño angelito no tenía la culpa que su madre no hubiera sobrevivido al parto.— Parece que si tenía hambre — explicó Jeremy al comprobar que la niña se había callado automáticamente en cuanto acercó el biberón a su boca y empezó a succionar sin problema, luego giró el rostro para observar a Eva buscando su aprobación y se quedó maravillado con la imagen que encontró, su hijo estaba comiendo, se había agarrado a la perfección al pecho de la mujer, pero lo que lo dejó fascinado y sin habla era la belleza que encontró en el rostro de ella cuando observaba a su pequeño bebé asesino.—Por supuesto que
Aquella mañana Jeremy apareció en el hospital junto a su abogado, Diddier Smith, quién aparte de haber redactado el contrato que tanto él como Eva firmarían, sería uno de los testigos de su unión.— ¿Buenos días, estás bien, cómo pasaste la noche?— preguntó Jeremy acercándose a su futura esposa y dándole un suave beso en la mejilla para luego observar extrañado a los dos bebés durmiendo juntos en una cuna.Eva sonrió nada más vio llegar a Jeremy, indicándole que guardara silencio, ya que los dos niños acababan de dormirse.—Sí, estoy bien. Las enfermeras son muy atentas— le respondió en voz baja, soltando un pequeño suspiro al volver a posar la mirada en sus hijos.— ¿Qué sucedió?— preguntó extrañado — ¿Por qué no está cada uno en la suya?—Anya no quería dormir sola. No podía dormir más de 15 minutos, ya que despertaba llorando, lo que despertaba a Airón, por lo que la coloque a un lado de su hermano y solo así es que la bribona dejó de llorar, dejando dormir también a su hermano.En
Eva jamás había tenido gente a su servicio, no era de las personas que necesitara que hicieran todo por ella. Estaba acostumbrada a ser quien se lo hacía todo y así le gustaba, cuidar de sí misma, porque nunca había podido contar con nadie, ni siquiera con ese bueno para nada que la preñó y se largó unos días antes del parto, por lo que esa mañana, como ya tenía costumbre, se levantó temprano para preparar el desayuno.—¿Señora, qué hace aquí?La voz de la esposa del mayordomo y quién se encargaba de la cocina, estaba no solo llena de asombro, sino también de censura al ver a la esposa de su patrón, invadiendo su lugar de trabajo y haciendo lo que se suponía era deber suyo.—Solo le preparaba el desayuno a Jeremy— respondió Eva, rápidamente terminando de colocar una taza de café en una bandeja.—¿Piensa llevarle el desayuno a la cama al señor Jeremy?Eva no respondió, solo le dedicó una mirada dulce a la mujer mientras terminaba de poner en el plato algo de comida.Por supuesto que lo
— ¿Ya se quedaron dormidos los niños?— preguntó Jeremy entrando en la habitación y comprobando que efectivamente ambos bebés estaban descansando en esa gran cuna que compartían.Eva había acabado de dormir a los niños, la mucama se retiró, apenas vio entrar a su jefe a la habitación, dándoles intimidad tal y como cualquier matrimonio debería tener y es que Eva lograba sorprenderse de lo discreto que era el servicio, a veces ni siquiera sabías que estaban allí y eso hacía que todo pudiera resultar más íntimo.—Si, se acaban de dormir, No son hermosos— le preguntó ella volteando a verle con esos ojos brillantes y esa sonrisa que lograba cautivar al hombre.— Si quieres puedo mandar comprar otra, como al principio solo iba a tener un hijo, solo mandé colocar una.Explicó acercándose a ella para observar más de cerca, aquella mujer, se veía hermosa de un modo muy especial y natural, una belleza sencilla en la que, debía reconocer, no se habría fijado con anterioridad, pero al tenerla dela
Todo inició con ese beso, hasta entonces Jeremy creía que nadie podría volver a despertarle nada, sobre todo tan pronto, dentro de él todo era un revoltijo de sentimientos encontrados. Debería estar de luto, no besando a la mujer con la que se había casado por pura conveniencia.Pero las cosas raramente suceden como se planean y Jeremy Duncan, se sentía cada vez más atraído por Eva, era tan diferente a todas las mujeres que había conocido hasta entonces, se le hacía tan hermosa con su belleza natural, tan pura, recién levantada como antes de acostarse. La pobre casi vivía con uno u otro de esos bebés pegados al pecho permanente y, lo que más le fascinaba, era que parecía feliz al hacerlo, a él le parecía el sumun de la feminidad en su más pura expresión, le daban ganas de mimarla y protegerla, tal vez era instintivo, no lo sabía pero estaba convencido de que esa mujer se volvía cada vez más especial para él.¿Cómo no se había dado cuenta antes de la belleza que irradiaba una mujer am
Una vez ahí se sorprendió mucho por la ubicación, era una de las empresas donde había querido postular alguna vez, pero que por su embarazo ya no había podido. Estaba bastante nerviosa, sobre todo al llegar hasta la oficina y presentarse.—¿Tiene cita para hablar con el señor Duncan?— le preguntó la secretaria observándola extrañada, él no recibía nunca visitas de mujeres y todas las reuniones de negocios solía concertadas con anterioridad.—No, pero él me recibirá.— aseguró Eva sonriente.—No creo que el señor Duncan lo haga. Además, no sé quién es usted.Eva se mordió los labios nerviosa antes de responderle a la insolente secretaria.—Dígale al señor Duncan que su es…Justo en ese momento salía Jeremy Duncan de su oficina y la secretaria aprovechó para dirigirse a él.—Señor, esta señora quiere verlo, ya le he dicho que usted está muy ocupado, pero…Jeremy fijó la mirada en su secretaria y esta se calló de golpe, llevaba años trabajando con él y sabía en qué momentos estaba molesto