Una joven loba estaba agazapada tras unos matorrales que cubrían su presencia de aquel enorme venado que estaba totalmente convencida en cazar, por el momento tenía el viento a su favor y, si nada cambiaba, terminaría con el animal en un rápido y magistral movimiento.
Solo tenía que saltarle encima y enterrar los colmillos en su cuello, justo en la yugular, para que el enorme ciervo pasara a ser parte de su despensa para el invierno.«Tres… dos… Uno…»Y justo cuando estaba por saltar sobre el animal un fuerte e inesperado ruido rompía la armonía del bosque, irrumpiendo sin ningún tipo de respeto la tranquilidad de los habitantes del lugar y haciendo que la joven loba gruñera molesta al perder a su presa que huyó despavorida por aquel extraño ruido.La loba corrió en busca de ese ruido y se sorprendió al ver aquel helicóptero aterrizando en el plano del bosque, no le gustaba ver gente desconocida en sus tierras, su manada vivía en armonía con los humanos de ese lugar, pero otra cosa era aceptar la llegada de desconocidos.Alisha corría por el bosque en dirección a la casa, atravesando una enorme plantación de café hasta llegar a una casita, justo ahí, el cuerpo de una loba dejó paso al hermoso cuerpo de una joven de piel suave y canela, una joven que no era consciente de la mirada masculina clavada en ella.Aquella mirada recorrió su hermosa espalda, las curvas de su cintura y ese redondeado trasero, ese hermoso cuerpo que no le había dado tiempo a esconder mientras buscaba sus ropas.—¿Dónde demonios está mi vestido?— preguntaba para sí misma al no encontrar su ropa en el lugar que la dejó — juraría que lo dejé aquí.El chico no podía dejar de observar a la joven, no es que él fuera un maldito voyeur o tuviera ese fetiche; sin embargo, como privarse de tan magnífico espectáculo.Sería un tonto si lo hiciera y él era todo menos un tonto. Sin embargo, su diversión fue interrumpida por la voz de uno de los hombres que había llegado junto a él en el helicóptero, lo que hizo que se moviera rápidamente.De pronto, que otro hombre viera a la joven desnuda hizo que algo en él se despertara, haciéndolo casi gruñir como lo haría una bestia. Lo cual no tenía sentido, era un humano, no un maldito animal como para comportarse de esa manera.—Aquí estoy, parece que no hay nadie, así que porque no esperamos aquí— dijo frenando el avance de su hombre; sin embargo, su mirada seguía fija en el cuerpo de la joven, quien en ese momento volteó hacia atrás, por lo que pudo observar su rostro.Alisha encontró su vestido justo en el instante en el que escuchaba la voz de aquel hombre, una voz que la hizo estremecer por completo, aun así, no tardó nada en deslizar el vestido por su cuerpo y girarse para toparse con unos ojos azules que la dejaron sin habla por unos segundos.El impacto que tuvo al ver el rostro de la chica hizo que todo ese morbo que había tenido por su desnudez, desapareciera de golpe al ver la horrenda cicatriz que atravesaba su rostro.No podía ser, Alisha había encontrado a su luna, a su pareja, a su soul mate, estaba segura de ello, jamás se había enamorado, pero cuando algún lobo o loba emparejados hablaban de ese momento, siempre decían que era imposible dudarlo y ella lo sabía, su loba estaba de acuerdo.— Yo… — se dispuso a hablar ella apartando la mirada al percatarse del gesto que hizo el hombre, estaba claro el cambio en su expresión y se llevó una mano al cabello para echarlo sobre la parte fea de su rostro, tapando instintivamente parte de la cicatriz que le cruzaba el ojo izquierdo y bajaba hasta su boca haciendo que esta se viera rota y algo levantada, por un lado.Aaron supo que su expresión había mostrado su desagrado por el rostro de la joven, lo que lo llevó a sentirse incómodo. No solo por no tener empatía y dejarse llevar por lo superficial, sino algo en su interior hizo que él se sintiera mal por poner en la mirada de la joven esa nube gris de tristeza que, aunque quiso tapar con su cabello, no pudo evitar que él notara.— ¿Qué hacen aquí? En las tierras de mi familia?— preguntó a la defensiva, pero eso terminó en el instante en que pudo oler un aroma muy característico, uno que no podría olvidar jamás porque sería imposible para ella hacerlo — Abuelo— dijo feliz y olvidando su vergüenza de segundos atrás para correr y abrazar al hombre mayor que llegaba tras el guapo desconocido.—Bueno… nosotrosAaron, por un momento, no supo cómo reaccionar, sobre todo al escuchar que ella decía la palabra abuelo y luego ver a la persona que él sentía como parte de su familia abrirse paso, para abrirle los brazos y rodearla con ellos.—Mi pequeña nieta Alisha… Ven a los brazos de tu abuelo.Ella se refugió en los brazos de su abuelo mientras una extraña sensación de angustia inundaba su pecho, algo le decía que aquello no era una visita común y corriente.— Abuelo, te extrañaba tanto…Hacía varios años que Alisha no veía a su abuelo, desde la última viaje que hizo a la India, ocho años atrás, donde ella apenas tenía 10 años.Miró de nuevo al hombre que acompañaba a su abuelo y desvió la mirada, era demasiado guapo. ¿Qué pensaría de ella un hombre así? Jamás había visto a ninguno tan guapo, ni en el pueblo, entre los humanos, ni en las montañas, entre las distintas manadas de lobos, giró el rostro intentando ocultar el perfil desfigurado y caminó en dirección a la casa.El anciano se sintió culpable ante las palabras de su nieta. Era cierto que hacía mucho que no iba a visitarlas. Desde que perdió a su hijo, el padre de Alisha, para ser exactos y había una razón muy clara para ello, se prometió que solo volvería el día que decidiera unirse a sus ancestros, por lo que tuvo que aclararse la garganta ante la declaración de la joven.Su nieta era hermosa, a pesar de esa cicatriz, él mismo había intentado curarla con su magia, pero no había nada capaz de hacerlo, sin embargo, ella no pensaba de esa manera lo supo en el instante que ocultó su rostro.Estaba por decirle que no tenía que ocultar su rostro; sin embargo, no podía anteponer sus ideas ante los demás y efectivamente una cicatriz como la de ella hacía que la gente se concentrara en esa imperfección de la cual la joven no era culpable. Más bien una víctima.Por lo que solo suspiro volteando a ver a Aaron, el joven nieto de su esposa y que había llevado a conocer, no solo las plantaciones de café de la que extraían gran parte del café que ellos luego vendían, sino también a su nieta.— Vengan, les haré café mientras esperamos a que mis tíos lleguen de los campos de café.—Aaron por favor acompáñame junto con los demás. Les advierto que no toleraré ningún tipo de comentario o desaire hacia mi nieta.Los hombres no entendían el por qué su jefe diría algo así. Sin embargo, Aaron sí que lo sabía. Había visto el rostro de la joven.«¿Qué podría haberle pasado a la joven?»Fue la pregunta que él se hizo mientras caminaba tras el esposo de su difunta abuela. El hombre que él consideraba su abuelo.—¿Por qué no habías venido a visitar a tu nieta?— le preguntó Aaron al anciano.Alisha podía sentir su corazón palpitar muy fuerte, aún era muy joven, demasiado para haber experimentado el amor o sus consecuencias, alguna vez, a sus 18 años, era apenas la salida de la adolescencia.Pero eso no impedía que la joven loba estuviera completamente segura de que aquel hombre que acompañaba a su abuelo era su luna.— Señor Kiran…— se impresionó Anand, uno de los gemelos, al llegar a la casa y encontrándose al padre de su difunto cuñado sentado en el sofá de la sala.Pero ese hombre era mucho más que un simple familiar lejano, o el abuelo de la sobrina que cuidaron desde el incidente. Ese hombre era el lobo más importante que conocía, descendiente directo del gran lobo y transmisor de un secreto que pasaba generación tras generación, aquello era algo sagrado, esa magia mística que, en el pasado, había sido imprescindible en las antiguas luchas de clanes por el territorio.El otro gemelo, más purista, por su parte, estaba más bien molesto de verlo allí, ese hombre había compartido su magia con los humanos, algo que había sido entregado únicamente a su clan en el principio de los tiempos.— Vaya, creí que no volvería a posar las pezuñas en estas tierras — dijo Jaidev, ese era el nombre del otro hermano.No tardó en ganarse una mirada reprobatoria del abuelo por esa referencia, nadie debía conocer s
Iba a decir que él no podía casarse con la joven cuando el hombre llamado Jaidev se paró furioso.—Ella no puede casarse con él. Por supuesto que yo no lo permitiré. Él no es el hombre adecuado para ella.Fue escuchar a ese hombre y Aaron sentir unas inmensas ganas de golpearlo, sobre todo por el tono posesivo de su voz y de la mirada con la que veía a la nieta de Kiran.Pero así como llegó, ese sentimiento de posesividad fue desechado. ¿Cómo diablos podía sentir ese tipo de sentimientos por una mujer como ella? Debía concentrarse en hacer entrar en razón a Kiran sobre entregarle a él su secreto.—Por supuesto que no, nos vamos a casar, además que no entiendo nada de lo que dices Kiran. ¡Necesito que me lo expliques!Kiran estaba preparado para eso, sabía que Aaron no aceptaría tan rápido, pero él tenía muy claro lo que debía hacer y era conseguir que esos dos pasarán mucho tiempo juntos.Pero para lo que no estaba preparado era para la negativa de Jaidev. ¿Cómo osaba ponerse en su co
Alisha sabía que debía sentirse feliz por poder salir a aullar a la luna aquella noche con su abuelo, pero no era así.La loba tenía claro que su abuelo no vería un nuevo amanecer después de aquella noche. Su legado solo podía ser transmitido una vez que el actual guardián se decidiera a abandonar este mundo.Por eso observaba a Kiran con los ojos llorosos mientras se despedía de Aaron, el americano no era consciente de lo que estaba por suceder y ella tampoco podía revelar lo que ocurriría, por eso sentía cierta molestia al notar que todavía seguía muy molesto con su abuelo por el contrato que les había hecho firmar, en el cual había estampado su rúbrica a regañadientes.Ella no estaba molesta por eso, podía entender que era un simple humano y, como tal, le era imposible asumir lo que significaba su unión. Él tal vez no entendía que ella era su luna, que eran soul mates; sin embargo, ella no tenía prisa. Tenía una vida entera para mostrarle el porqué debían estar juntos.— Debes qued
Después de verlos partir, Anand caminó hasta el lugar donde se encontraba Aaron, intentaría hablar con él y calmarlo, luego se aseguraría de que estuviera a salvo y acudiría al llamado de Kiran cuando fuera necesario.— ¿Tienes hambre?— preguntó el gemelo que quedaba, sin saber muy bien como hablar con ese hombre — te ofrecería un café, pero es importante que duermas esta noche.Aaron volteó a ver a ese hombre, a diferencia del otro, y pese a su enorme parecido al ser gemelos, el tal Anand no le causaba ningún tipo de sentimiento negativo.Todo lo contrario. Estar a su lado lo hacía sentir tranquilo y en calma, din embargo, seguía sin entender por qué tenía que dormir como si fuera un crío del que querían deshacerse para descansar. —¿Por qué debo de hacerlo? ¿Qué es eso tan importante que Kiran y su nieta han ido a hacer?Anand observó al humano, en ese momento casi agradecía que su hermano no estuviera allí. Él no soportaba a los humanos, era de esos que creían que solo envenenaban
Cuando se dieron cuenta, abuelo y nieta ya estaban pisando suelo sagrado. Alisha era capaz de notar la fuerza y presencia de sus antepasados en aquel lugar, siempre había tenido aquella sensación de estar acompañada al estar allí, pero en ese momento era más que eso, era como si pudiera sentir la presencia de todos, junto a ella y su abuelo.Pero no solo eso, Kiran se veía mucho más poderoso y concentrado, no sabía del todo lo que hacía, ni qué consejos recibía de sus ancestros, pero estaba claro que se comunicaba con ellos. Ella podía notar aquel poder natural que desprendía su presencia y se estremecía con solo sentirlo cerca de ella y de su loba.Sabía que era el día de su ascensión como nueva portavoz de los ancestros. La nueva guardiana del secreto y su bebida ancestral, que su alma se uniría a todas aquellas que estaban vinculadas a esa tierra, a todos los representantes del gran espíritu del lobo antes que ella.Kiran ya podía ver a sus antecesores rodeándolos, era consciente d
Debería estar feliz y sentirse honrada, Alisha lo sabía, pero aquella mañana la losa sobre su espalda era demasiado pesada. Siempre supo que un día se convertiría en líder de todas las manadas, en la elegida por los ancestros para comunicarse con los suyos, para guiarlos hasta que, como su abuelo, decidiera abandonar su lugar.Aunque parecía que su responsabilidad no sería tan longeva como la de su abuelo, quien había conocido a su luna después de un siglo como hombre soltero, y al ser humana había decidido envejecer con ella.Alisha viviría menos, ella ya conocía a su luna, a su soul mate y, como todos en su especie, sabía que vivir sin él sería extremadamente doloroso después de conocerlo, por eso muchos renunciaban a sus lunas cuando eran humanas, por eso y por los prejuicios, pero ella no los tenía y se moría de ganas por experimentar el amor.Aun así era incapaz de quitarse la pena que todavía sentía al recordar la forma en que su abuelo se había desvanecido ante sus ojos, uniénd
Alisha no esperaba lo que sucedió, estaba completamente desprevenida cuando alguien se acercó a ella por la espalda y llevó una mano hasta su boca y así evitar que gritara, mientras el cuerpo mojado de su agresor se pegaba a su espalda.Intentó removerse, pero ese hombre era más grande y fuerte que ella, sin duda un lobo, pero no había ningún olor que le resultara conocido, tal vez, a causa del agua que había eliminado su aroma o quizá era un simple lobo errante. ¿Quién más se atrevería a hacerle algo así a la portavoz de los ancestros que alguien de fuera?Alisha se removió, tenía mucho miedo de lo que podría sucederle, sobre todo al notar cierta dureza bajo el agua rozando contra sus nalgas.La bilis se acumulaba en su garganta y las lágrimas resbalaban por su rostro, le era imposible liberarse, pero lo que realmente la asustó no fue la posibilidad de que ese hombre la obligara a hacer algo por la fuerza que no quería hacer, si no, esos dientes que podía sentir acariciándole el cue
De inmediato unos celos enormes se apoderaron de él, llevándolo a empezar a quitarse la camisa, aunque estuviera mojada tendría que bastar para esconder la desnudez del cuerpo de Alisha, a quien fuera que se atreviera a posar sus ojos en ella, más valía que nadie lo hiciera o esa persona tendría serios problemas.—Toma, ponte mi camisa, por favor, necesitamos salir de aquí, llevarte a un lugar seguro.Aaron se volteó para evitar ver como ella se vestía; sin embargo, al voltear y verla cubierta con su camisa, hizo que no solo sintiera como perdía la capacidad para respirar por la imagen sensual y erótica que en ese momento tenía la joven, también un ligero problema al sentir el despertar inmediato de su hombría.Había visto un par de mujeres vestidas con su camisa y le parecieron en su momento hermosas, pero no tanto como la joven, pese a la enorme cicatriz que atravesaba su rostro.“¡Por todos los diablos! ¿Por qué se ve tan hermosa con mi maldita camisa puesta?”Ella no podía explica