Cuando se dieron cuenta, abuelo y nieta ya estaban pisando suelo sagrado. Alisha era capaz de notar la fuerza y presencia de sus antepasados en aquel lugar, siempre había tenido aquella sensación de estar acompañada al estar allí, pero en ese momento era más que eso, era como si pudiera sentir la presencia de todos, junto a ella y su abuelo.

Pero no solo eso, Kiran se veía mucho más poderoso y concentrado, no sabía del todo lo que hacía, ni qué consejos recibía de sus ancestros, pero estaba claro que se comunicaba con ellos. Ella podía notar aquel poder natural que desprendía su presencia y se estremecía con solo sentirlo cerca de ella y de su loba.

Sabía que era el día de su ascensión como nueva portavoz de los ancestros. La nueva guardiana del secreto y su bebida ancestral, que su alma se uniría a todas aquellas que estaban vinculadas a esa tierra, a todos los representantes del gran espíritu del lobo antes que ella.

Kiran ya podía ver a sus antecesores rodeándolos, era consciente de que ella todavía no, pero no sería incapaz sentirlos, sobre todo aquella noche que estaban allí para reconocer la supremacía de la última de sus descendientes

Era común encomendar al nuevo guardián a cada uno de los elementos y varios seres elementales estaban allí para honrarlos con su protección y vincular todo ese poder a cada elemento en el momento que se hiciera necesario.

— Honremos las cuatro direcciones cardinales de nuestro mundo— habló por fin Kiran mientras le transmitía que debía seguirlo a través del enlace que compartían gracias a su vínculo familiar.

Alisha no dudó en hacer aquello que su abuelo y guía le pedía. Kiran no necesito explicarle a su nieta y sucesora lo que tenía que hacer. Lo sabría de manera natural, del mismo modo que respiraba.

— ¡Espíritus del este, espíritus del aire, dejadnos sentir vuestro aliento! — un suave viento se hizo presente en el lugar , — A través de tiempos de incertidumbre, a través de los vientos del cambio, ¿Todavía amarás y honrarás a los tuyos sobre todas las cosas?

—Amaré a los míos como jamás he amado a nadie— respondió Alisha mientras su cuerpo quedaba flotando en el aire, pero no estaba sola, en ese momento estaba rodeada de todos aquellos que al igual que Kiran fueron guardianes y protectores junto al gran espíritu del lobo.

—¡Entonces se bendecida por los poderes de nuestros espíritus del viento! Que una nueva oportunidad de servir y honrar a los tuyos renazca con cada nuevo amanecer.

El anciano lobo se posicionó mirando al sur, donde las salamandras y otros elementales de fuego dejaron clara su presencia en ese lugar, haciendo que todas esas zonas se iluminará con un calor peculiar, que el fuego apareciera, pero era un fuego que no quemaba ni arrasaba la vegetación que lo rodeaba

— ¡Espíritus del sur, espíritus del fuego, dejadnos sentir vuestro poder! — un círculo de fuego rodeó a los dos lobos, abuelo y nieta —A través de las llamas, de la pasión, de la destrucción y el renacimiento. ¿Cuándo todo parezca devastado, prometes recordar que hasta después de los peores incendios, renace de nuevo la vida, con más fuerza, prometes usar el fuego que hay en ti para el renacimiento y no para la venganza?

—Siempre honraré a los míos con el renacimiento y no me dejaré consumir por la venganza— mencionó Alisha dejando entrar a los espíritus del fuego.

— ¡Entonces se bendecida por los poderes de nuestro espíritu hermano, el fuego! Que vuestra casa se llene de calor y protección

El anciano repitió la misma operación ahora mirando al oeste.

—¡Espíritus del oeste, espíritus del agua, dejadnos sentir vuestra energía que fluye a través de las corrientes del agua blanca y los pozos profundos y serenos de emoción.!

Un chorro de agua empezó a emanar de unas piedras hasta tenerlos rodeados por un círculo de agua.

— ¿Cuándo las desventuras entorpezcan tu camino, prometes ser como el agua en calma y aprender a fluir entre las rocas, por grandes que estás sean, prometes guiar a los tuyos en el camino de la emoción y la calma en lugar de convertirte en un furioso y peligroso huracán?

— Sí, lo haré, siempre guiaré a los míos por el camino de la calma, siempre fluire como él agua — de inmediato Alisha sintió como el agua empezó a purificar su cuerpo, dejando una sensación de paz.

— Entonces, sé bendecida por los poderes de nuestro espíritu hermano, el agua, que seas capaz de tejer y mezclar tus deseos, fluyendo con la belleza de los ríos y de las mareas del océano. Que las dificultades no sean un motivo para desatar tu furia.

Después el anciano se giró una última vez, mirando al norte, el último punto cardinal que faltaba.

—¡Espíritus del norte, dejadnos sentir vuestra certeza! —un círculo de arena se formó de la nada a su alrededor y los seres elementales de tierra hicieron notar su presencia —A través de tiempos de frías restricciones

¿Cuando los problemas parecen inamovibles todavía conservas tú integridad y fuerza y jamás traicionará a los tuyos y sobre todo a ti misma?

— Sí, lo haré— respondió ella mientras la arena que los rodeaba desaparecía.

— Se bendecida por los poderes de la tierra. Que seas capaz de echar raíces por tierra dulce y fértil, para que tu poder y convicción crezcan dentro de la justicia. Que tu vida sea rica y próspera con esa fertilidad de las tierras más abundantes

La fuerza de todos a su alrededor era inmensa; sin embargo, no temía, todo lo contrario se sentía protegida, amada por todos ellos, sintiendo su aprobación para convertirse en la nueva guardiana y protectora.

Los espíritus de los cuatro puntos cardinales se abrieron paso entre todos los guardianes seguidos de Kiran.

—¡El momento ha llegado!— corearon todos alrededor de la joven — es momento de que recibas en tu interior todo el poder que te daremos.

Tras eso, de cada uno de los puntos y de todos aquellos seres que representaban a los elementos que bendecían aquel ritual emanaba una inmensa energía dirigida hacia ellos, pero no solo eso, también un poder que salía del anciano para transmitirse a la joven Loba.

Alisha sintió cómo de pronto su cuerpo se llenaba de un gran poder, un poder que inició con la brisa fresca que se dejó sentir en esa parte del bosque y que se convirtió en un pequeño tornado a su alrededor, elevándola del suelo, mientras las palabras de su abuelo resonaban con fuerza en su mente.