Una hermosa coincidencia, es una historia escrita por Dannya Menchaca (DannyaRent) registrada en Safecreative bajo el código 2407218750037.
*Se prohibe su distribución parcial o completa, ya que estará infringiendo los derechos de autor*
Hola mis bellas, estoy de vuelta con esta historia, pero tengo que confesar que ha sido un gran reto, las que ya me han leído sabrán la razón.
Como siempre se los digo, mis historias son sencillas, románticas y con cliché, si estás en busca de algo así, llegaste al lugar indicado, no encontrarás perfección, pero sí a una autora que intenta trasmitir lo mejor en cada una de sus creaciones.
Espero que la disfruten y puedan acompañarme con las actualizaciones diarias, estaré avisando por mis redęs søciales la fecha en que iniciaremos.
Mil gracias y bienvenidas a una nueva aventura.
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✿•°❧Ainara…
—¡No puedo creer que sigas despierta! —exclama Mae, somnolienta.
—Sabes que mañana tengo examen y no quiero fallar —admito—. ¡Al fin voy a terminar mi carrera y estoy ansiosa! —exclamo.
—Me imagino, y no fallarás, estoy segura que te va a ir muy bien, eres demasiado buena —afirma y noto que hace mala cara.
—¿Están bien? —le pregunto, señalando su abultado vientre.
—Sí, estoy bien, solo tengo que ir al baño —camina con prisa alejándose.
Mae y yo nos conocimos al entrar a la universidad y de inmediato nos hicimos buenas amigas, ella es divertida y extrovertida, así que se acercó a mí haciendo bromas y sacándome un poco de mi burbuja de timidez, por lo que empezamos una linda amistad.
El primer año estuve viviendo en una de las habitaciones del campus, y después, cuando debía mudarme, ella me invitó a su apartamento, aunque en un principio no quería compartir los gastos, la convencí de aceptar ya que de otra manera no me sentiría cómoda.
Sus padres viven en México y tienen una buena posición económica, por lo que para ella no es un problema costearse los gastos universitarios, en cambio para mí, ha sido un poco más complicado.
Mi padre siempre se esforzó por darnos lo mejor, hasta aquel fatídico día en el que mi madre lo abandonó, para irse con otro hombre, al parecer un millonario que le daría la vida que siempre soñó.
Mi hermano Emmett, quien en ese entonces tenía dieciséis años, intentaba animarlo de todas las maneras posibles, dejó de lado sus estudios para trabajar y ayudar a mi padre con los gastos, algo que no sirvió de nada, ya que mi padre se dejó vencer por el alcohol. Nunca lo juzgué, entendía su dolor, porque yo también lloraba por mi madre cada noche, a mis once años no entendía su abandono, y hasta ahora, a mis veinticuatro años, sigo sin entenderlo.
Unos años después, mi padre falleció en un accidente automovilístico que ocasionó en su trabajo por conducir en estado de ebriedad, por esa razón perdimos nuestra casa y lo poco que nos quedaba.
Dicen que de amor no se muere, y puede ser, pero soy testigo que el daño que te causa una desilusión, te puede llevar a cometer los peores errores de tu vida e incluso acabar de la peor manera.
Mi hermano se enlistó en el servicio militar, esperó a que yo entrara a la universidad y después se fue a Los Marines. Me ayuda con algunos de mis gastos personales, a pesar de que le digo que no hace falta, tengo un empleo con el que puedo cubrir mis gastos y gracias a mis buenas calificaciones, obtuve ayuda financiera para todo lo relacionado con los estudios.
—¿Piensas dormir en algún momento? —la voz de Mae me saca de mis pensamientos.
—Sí —respondo, apagando la computadora.
—¿Hablaste con Emmett?
—No, debe estar ocupado, me dijo que estaban por salir de viaje —explico y acaricio su vientre.
—No es de Emmett —dice de pronto y la miro.
—Yo no…
—Sé que te ha cruzado por la mente que mi bebé puede ser de tu hermano —me interrumpe, ya que Emmet me visitó para las fechas en las que quedó embarazada—. Pero por desgracia, nunca me he acostado con él —suspira—. Para ser sincera, tengo mis dudas, siempre uso protección, y, aunque disfruto de mi sexualidad, tampoco es que me acueste con cualquiera, bueno a veces —confiesa avergonzada; sin embargo, no está mintiendo, disfruta su juventud al máximo y en algunas ocasiones se excede un poco justificándose con la edad. Aún no entiendo mucho como nació nuestra amistad, ya que yo soy toda una nerd, me paso el tiempo trabajando y estudiando, en cambio ella, tendrá que tomar de nuevo sus clases, ya que ni siquiera terminó los primeros cuatro años de universidad.
—Estaría encantada de que fuera mi sobrino —confieso.
—Yo también, pero tu hermano es demasiado respetuoso —resopla, haciéndome reír—. Al menos serás su madrina.
—Eso sí.
—¿Emmett lo sabe? —acaricia su vientre, dándome a entender que habla de su embarazo.
—No, hablamos muy poco ya que ha estado ocupado y no se lo conté, me parece que es algo que no me corresponde.
—Creo que es mejor así, ya después se enterará —resopla resignada—. ¿Cuando te vas? —pregunta con nostalgia.
Hace unos meses, me ofrecieron un puesto importante en una empresa de telecomunicaciones en Nashville, al parecer vieron mi currículum y se interesaron en mí. Empezaré como asistente del presidente, una gran oportunidad para obtener experiencia, además de que voy a tener un muy buen sueldo y me dan la opción de subir de puesto. Tuve la suerte de encontrar un pequeño apartamento cerca de la oficina y ya lo tengo alquilado, para empezar una nueva etapa en mi vida que me tiene completamente entusiasmada.
—Mi apartamento estará listo la próxima semana—respondo—. Tendré un par de semanas para instalarme y familiarizarme con la ciudad, antes de la fecha que me dieron para empezar a trabajar.
—Estoy feliz por ti, pero también triste porque te vas a ir —hace un puchero.
—Puedes visitarme cuando quieras —le recuerdo.
—Lo sé —me toma de la mano y me mira con seriedad—. Mis padres llegan el próximo mes, para acompañarme cuando dé a luz a mi pequeño, pero quiero pedirte algo.
—Lo que sea.
—Si algo me llegara a pasar, no pensaría en nadie más para cuidar de mi pequeño Josiah que en mis padres o en ti.
—No pienses en eso —le pido sintiendo un vacío en el pecho—. Todo va a estar bien, ya lo verás.
—Por favor, Ainara, prométeme que cuidaras a mi pequeño, si fuese necesario.
—Por supuesto que lo haría —prometo—, pero no va a pasar nada, me van a visitar los dos en Nashville y disfrutaré de mi ahijado cada vez que pueda, consintiéndolo al máximo.
Sus ojos se llenan de lágrimas y me abraza.
—Creo que las hormonas me están jugando una mala pasada —sonríe—. Hasta he estado pensando en Radley.
—Lo vi hace unos días en la cafetería cercana al trabajo —hago mala cara al recordarlo, siempre me cayó mal.
—Es un maldito imbécil, imagínate que me dejó en cuanto le dije lo del embarazo, ni siquiera pensó si el niño podía ser de él —mueve la cabeza—. No puedo creer que mantuve una relación con ese tipejo durante tanto tiempo.
No respondo nada, ya que Radley es el típico joven mimado, para muchas chicas guapo y por esa razón es mujeriego, solo que tiene la mala suerte de no tener dinero y por eso utilizaba a Mae, ella le compraba todo lo que quería y solo así lo mantenía contento.
—Nunca lo he preguntado, porque respeto tu privacidad, pero, ¿sabes quién es el padre del niño?
—Tengo mis dudas, por las fechas no puedo asegurar que sea de Radley, pero hay una mínima posibilidad —bufa—. ¿Te imaginas cuando mi pequeño pregunte por su padre? —inquiere—. ¿Cómo le voy a explicar que no lo sé? ¡Que fui una inconsciente y que no estoy segura!
—Eres joven —la justifico.
—Tú también y no andas de cama en cama, intentando “disfrutar la vida” —expresa con sarcasmo, haciendo las comillas con los dedos—. Seguramente todavía eres virgen.
—Mi vida no ha sido fácil, le prometí a Emmett que terminaría mis estudios sin interrupciones, quiero que él también pueda hacer su vida sin estar preocupado por mi bienestar, por esa y otras razones, no me interesa enamorarme.
—¿Ni tener sexo?
—Por ahora no —admito.
—Te advierto que una vez que pruebas las mieles del placer, es difícil contenerse.
—Ya llegará mi momento, y tal vez, “disfrute de la vida”, como tú dices, pero ahora tengo otras prioridades.
—Haces bien, creo que tú y yo somos las representaciones de lo que debes y no debes hacer durante el paso por la universidad, tú el lado positivo y yo el que muestran muchas películas de jóvenes rebeldes que desperdician su mejor momento, por ejemplo; yo no asistía a clases, nunca pensé en mi futuro, tenía sexo ocasional y mira las consecuencias —señala su barriga—. No me gradué ni de la universidad y tendré un bebé.
—Has madurado desde que te diste cuenta de tu embarazo.
—No sé si maduré, pero reconozco que estaba llevando mi vida por un camino que no valía la pena, y este pequeño, me hizo replantear todo mi futuro, espero retomar mis clases y graduarme el próximo año, al menos de la universidad.
—Estoy segura que así será.
—Vamos a descansar, te dije que debes dormir y te entretengo aquí con mis conversaciones.
—Me agrada hablar contigo —aseguro y sonríe.
—Eres muy buena amiga, aunque no lo creas, estoy segura que de no ser por ti, hubiese cometido más errores en mi vida, mi madre siempre te pone de ejemplo.
—No creas, en algún momento también he deseado tener tu carisma, ser atractiva para los hombres y no pensar en mis responsabilidades.
—No digas tonterías, eres muy atractiva, solo que te escondes detrás de esa ropa holgada.
—Cómoda —rectifico, haciéndola reír.
—Como digas —pone los ojos en blanco—. Eres preciosa, tengo la mala suerte de ser heterosexual, si no, me hubiese enamorado de ti —se ríe.
—Soy muy celosa para permitirte tanta libertad —bromeo.
—¿Emmett es celoso? —pregunta con curiosidad.
—Yo diría que sí, aunque no le he conocido muchas novias.
—Confieso que me hubiese encantado que se fijara en mí —hace un puchero gracioso.
—Tal vez le pareces muy joven.
—Soy de tu edad, solo son cinco años de diferencia —rebate.
—Emmett piensa que todavía soy adolescente —sonrío recordando todas las instrucciones que me dio, cuando le dije que me mudaría a Nashville.
—Bueno, me tocará aprender de mis errores, para no cometerlos de nuevo —bufa—. Siempre pensé que las chicas que se embarazaban a nuestra edad, eran descuidadas, y mira, me pasó, seguramente se rompió el preservativo o…
—Todo va a estar bien —garantizo—. Serás una excelente madre.
—Eso espero —cruza los dedos—. Descansa y suerte para tu examen.
—Gracias, buenas noches.
Nos despedimos y cada una va a su habitación.
Me acomodo en la cama y miro mis pocas pertenencias ya empacadas, me da nostalgia imaginar que en unos cuantos días me iré de este lugar, el cual se ha convertido en mi hogar durante varios años, mi único consuelo, es que estaré a solo tres horas de distancia para venir a visitar a Mae y al pequeño Josiah. Suspiro resignada y cierro los ojos dejándome llevar por el sueño.
ೃ⁀➷Dominic…Llego a casa después de una fiesta en la que por supuesto, no faltó nada: exceso de comida, alcohol, sustancias prohibidas y mujeres.Suzzett como siempre intentó llevarme a la cama, no puedo negar que es una chica guapa y tenemos buen sexo, pero estoy en un momento de mi vida, en que nada de eso me llena, mis amigos, solo piensan en festejos y en cosas banales, yo, a mis treinta años, pienso que hay un momento en el que se anhela algo más, y sobre todo, quisiera cumplir lo que siempre he deseado, ser padre; siento que estoy en el mejor momento para serlo y no quiero seguir perdiendo el tiempo.Llegar a mi enorme casa, solo, ya no me parece tan divertido como antes, una mansión con seis habitaciones, ocho baños, piscina, gimnasio, cine, salón de fiestas, etc… Para un hombre soltero, es demasiado, al menos tener a Cael, mi chofer, guardaespaldas y amigo, a su madre, Lúa, quien es la que se encarga de la cocina, y a Aurelio, su esposo, el chofer de mi madre, quienes viven en
✿•°❧Ainara…Despierto, corro las cortinas de mi habitación y la mañana se presenta soleada, respiro profundo y mis ánimos aumentan imaginando mi próxima nueva vida. Voy directo a la ducha, bailo y canto bajo el agua demorándome un poco más de lo normal, al terminar, me cambio y salgo a la cocina para desayunar algo antes de irme. —Buenos días —saluda Mae.—¿Qué haces despierta? —le pregunto ya que no es normal en ella.—Mi padre me llamó a primera hora, le acaban de dar un nuevo puesto político y quiere que vaya para celebrar —explica.—¿Puedes viajar? —señalo su abultado vientre.—Sí, llamé a mi doctora y me dio permiso, solo espero que no se me adelante el parto.—¿Cuándo te vas? —interrogo.—En unas horas.—Creo que ya no nos veremos, yo me voy el viernes —le recuerdo.—Lo sé —suspira y me mira con tristeza.—Gracias Mae, por darme la oportunidad de vivir contigo.—No me gustan las despedidas —susurra—. Y no me agradezcas, soy muy afortunada al tenerte en mi vida, te voy a extraña
ೃ⁀➷Dominic…La tarde pasa demasiado rápido entre reuniones y asuntos pendientes.—Hola, hijo —saluda mi madre, abriendo la puerta—. ¿Puedo pasar?—Por supuesto, mamá —me pongo de pie para acercarme a saludarla—. ¿Cómo estás?—Bien, me encontré con Suzzett esta tarde, saliendo del edificio. —Sí, vino a hablar conmigo.—Parecía un poco triste, no recuerdo haberla visto así antes.—Terminamos con nuestros encuentros y lo resintió un poco.—¿Eso quiere decir que terminaron su relación? —cuestiona.—No teníamos una relación, mamá —aclaro—. La pasábamos bien juntos, pero eso se acabó y es todo, no hay nada más que hacer.—Nunca entenderé las relaciones modernas —resopla—. En mis tiempos tener sexo conllevaba un compromiso.—Menos mal que ahora no, porque tu hijo estuviese muy comprometido.—¡Dominic! —exclama a modo de regaño—. Espero que pronto encuentres a alguien que te haga sentar cabeza.—Por eso terminé con Suzzett, mamá, sabes que siempre he deseado ser padre y siento que estoy en u
✿•°❧Ainara…Han pasado algunos días y ya estoy instalada por completo, compré todo lo necesario y me siento satisfecha con el resultado.No me he dado la oportunidad de pasar a la oficina en la que voy a trabajar, pero lo haré en breve, ya que quiero familiarizarme con todos los alrededores antes de empezar con mis nuevas rutinas. Tocan la puerta y me acerco para abrir, me encuentro con un hombre mayor, un poco desaliñado que me mira de pies a cabeza sin disimular.—¿Usted es la chica nueva? —cuestiona y continúa hablando sin darm tiempo de responder—. Soy Vontae, el dueño del edificio —se aclara la garganta—. Realmente pensé que usted no existía y era solo un invento de Helga.—Ya ve que no, firmé mi contrato con algunas semanas de anticipación —aclaro.—Eso parece, solo le advierto que no permito que hagan fiestas u orgías en mis apartamentos —me señala—. Y si se retrasa en el pago, se va.Se aleja dejándome completamente indignada.—Pero, ¿de qué me vio cara ese tipo? —me pregunto
ೃ⁀➷Dominic…Mi día comienza haciendo ejercicio como todos los días, me gusta mantenerme en buena forma y practicar un poco de kick boxing. Termino mi rutina, me ducho y bajo a la cocina.—Buenos días —saludo.—Buenos días —responde Lúa, poniendo el desayuno frente a mí y por supuesto mi café negro.—¿Aurelio ya se fue? —pregunto dando un sorbo a mi café, el cual está perfecto, tal y como me gusta.—Sí, desayunó y seguramente ya debe estar en casa de tu madre —responde.Escuchamos el timbre y Lúa sale de la cocina para abrir, mientras sigo disfrutando mi desayuno.—Dominic, tenemos que hablar —irrumpe Suzzett con prisa en la cocina.—Está bien, Lúa, déjanos solos —le pido ya que viene detrás de ella un poco avergonzada por no lograr detenerla—. Espero que sea algo importante, para que irrumpas de esta manera en mi casa y a esta hora.—¡Estoy embarazada! —exclama.Detengo el tenedor antes de meterlo a la boca y la miro sorprendido.—¿¡Qué!?—Tenía días con retraso, me hice una prueba y
✿•°❧Ainara…Salgo del hospital y Ezequiel me está esperando en el restaurante.—Siento llegar tarde, estaba con Josiah —explico, sentándome frente a él—. El bebé se va conmigo a Nashville.Su cara se ilumina al escucharme y sonríe.—Llamaré a mi amigo, el abogado Brayden para pedirle que empiece con todo el papeleo necesario.El mesero se acerca y ordenamos la cena.—Los padres de Mae, dejaron algunos negocios y propiedades, todo le corresponde a Josiah —informa.—Para ser sincera, no estoy interesada en nada de eso, pero tal vez podrías hacerte cargo y guardar su dinero en una cuenta especial para que disponga de todo al ser mayor.—Piénsalo bien, vas a vivir en una nueva ciudad y empezar un trabajo nuevo, tendrás que llevar a Josiah a una guardería, comprarle todo lo necesario y…—Estoy segura que podré arreglármelas —aseguro.—Al menos permíteme estar presente en la vida de Josiah, le había propuesto a Mae empezar una relación más formal y ella aceptó —murmura con pesar y puedo not
ೃ⁀➷Dominic…Estoy frustrado, si bien el vuelo tenía una escala, nunca me imaginé que fuera en Los Ángeles, donde a pesar de ser bastante tarde, hay demasiadas personas, algo que siempre sucede en este aeropuerto y me pone los nervios de punta.Llevo cuatro horas esperando para abordar nuevamente y ya estoy de mal humor, apenas llegue a Nashville tendré que ir directamente a la oficina para mi reunión, sin tener tiempo de nada por este enorme retraso.Después de varios cafés, por fin nos llaman para abordar y a los pocos minutos despegamos, al menos podré descansar un poco y relajarme.Estoy por ponerme los audífonos cuando escucho a un bebé llorar, no me molesta su llanto, pero puedo oír a personas murmurando, seguramente a los padres, les dicen que tal vez tiene frío, que puede ser hambre, que debe tener cólicos y no sé qué más, demasiadas recomendaciones que estoy seguro no fueron solicitadas.Me pongo los audífonos y por alguna razón que no entiendo, sigo pensando en ese bebé, me lo
✿•°❧Ainara…—¿Qué tal el vuelo? —pregunta Ezequiel, cuando respondo.—No te imaginas, empezó como una tortura y terminó increíblemente —respondo aliviada.—¿Y Josiah?—Dormido, después de revolucionar el vuelo por unos minutos, ahora descansa plácidamente.—Pero, ¿están bien?—Lo estamos, un ángel se cruzó en nuestro camino y nos facilitó el viaje —explico—. Ahora voy a tomar un coche para ir a casa y descansar un poco.—Eso está muy bien.—¿Y tú, ya regresas a Tijuana?—Sí, estoy en el aeropuerto, te llamaré por la noche.—Buen viaje, Ezequiel.—Gracias, Ainara, adiós.Cuelgo y con un poco de malabares, logro salir del aeropuerto para tomar un coche.No puedo dejar de pensar en ese hombre, se convirtió en un ángel para mí, justo cuando llegó a ayudarme, estaba a punto de ponerme a llorar. Definitivamente era un hombre importante, vestía muy elegante y eso de pagar dos asientos en primera clase para viajar cómodo, no creo que cualquiera pueda hacerlo. Además, era muy atractivo, sus ojo