6.- Viaje inesperado

ೃ⁀➷Dominic…

Mi día comienza haciendo ejercicio como todos los días, me gusta mantenerme en buena forma y practicar un poco de kick boxing. Termino mi rutina, me ducho y bajo a la cocina.

—Buenos días —saludo.

—Buenos días —responde Lúa, poniendo el desayuno frente a mí y por supuesto mi café negro.

—¿Aurelio ya se fue? —pregunto dando un sorbo a mi café, el cual está perfecto, tal y como me gusta.

—Sí, desayunó y seguramente ya debe estar en casa de tu madre —responde.

Escuchamos el timbre y Lúa sale de la cocina para abrir, mientras sigo disfrutando mi desayuno.

—Dominic, tenemos que hablar —irrumpe Suzzett con prisa en la cocina.

—Está bien, Lúa, déjanos solos —le pido ya que viene detrás de ella un poco avergonzada por no lograr detenerla—. Espero que sea algo importante, para que irrumpas de esta manera en mi casa y a esta hora.

—¡Estoy embarazada! —exclama.

Detengo el tenedor antes de meterlo a la boca y la miro sorprendido.

—¿¡Qué!?

—Tenía días con retraso, me hice una prueba y salió positiva —explica—. Es tuyo, no he estado con nadie más.

—¿Por qué no me lo dijiste antes? —cuestiono.

—Necesitaba asegurarme primero.

—¿Trajiste la prueba? —indago al notar su nerviosismo.

Suzzett es de las mujeres que no soportan un rechazo, realmente me sorprendió que tomara nuestra separación con tanta calma, pero, ella sabe perfectamente mis deseos de ser padre, me parece que se está aprovechando de la situación, por lo que ni siquiera me inmuto.

—No —responde titubeando—. Pero es verdad.

—Bien, saldremos de dudas ahora mismo —tomo el teléfono—. Romeh, consígueme una cita a la mayor brevedad con un buen ginecólogo, por favor —le pido y cuelgo la llamada.

—¿No estás emocionado? —pregunta acercándose a mí.

—Lo estaré cuando lo confirme —aseguro.

Me abraza por la espalda y baja una de sus manos para pasarla por encima de mi pantalón.

—Me muero porque hagamos el amor —murmura y la detengo.

—Suzzett, sabes que eso se acabó.

—No, con mi embarazo todo va a cambiar, tenemos que casarnos y hablar de nuestro futuro —expresa suspirando.

—Bien, pero me preocupa que siempre dijiste que no querías ser madre —le recuerdo.

—Cambié de opinión, pensar en tenerte a mi lado, me entusiasmó y ahora puedo verme formando una familia.

—Primero necesito confirmarlo, y después, hablaremos de nuestro futuro —aclaro—. Acompáñame a la oficina y de ahí vamos a la cita con el ginecólogo, ahora regreso —digo y subo a mi habitación para cepillarme los dientes.

Salgo y encuentro a Suzzett sentada sobre mi cama.

—No puedo creer que esta será nuestra habitación, próximamente —aplaude emocionada.

La tomo del brazo molesto y salimos, damos unos pasos y me empuja contra la pared, se pone de rodillas e intenta bajar el cierre de mi pantalón.

—Suzzett, no estoy de humor —la detengo.

—Déjame disfrutarte y saborearte como te gusta —pide, acariciando mi miembro por encima de la ropa.

—¡Dije que no! —exclamo, alejándome de ella—. Vámonos —ordeno, acomodándome la ropa de nuevo y me sigue.

Salimos y Cael tiene el coche listo, no se sorprende al ver a Suzzett, por lo que imagino que su madre le informó que estaba aquí.

Llegamos a la oficina y Suzzett parece la mujer más feliz del mundo tomada de mi brazo, subimos al noveno piso y Romeh nos recibe.

—Buenos días —saluda—. La cita con la ginecóloga es en una hora.

—Perfecto, Romeh, gracias.

—¿Revisamos la agenda? —pregunta, cuando entramos a la oficina.

—No, lo haremos después —miro en dirección a Suzzett, quien ya se instaló en una de las sillas como si fuera la dueña.

—Hay algo que debo informarte —menciona susurrando.

—¿Qué pasa?

—El baño de la oficina para la chica que será tu asistente, tuvo una fuga durante la noche, hay que hacer una renovación completa de los pisos —explica.

—¿Hubo más daños?

—En el piso de abajo, pero ya están trabajando en eso, el problema es que no creo que la oficina esté lista para su llegada, ya que se tiene que hacer bastante trabajo —resopla—. Podríamos instalarla en otro piso, mientras tanto, pero…

Miro a mi alrededor y me detengo mirando la sala privada para reuniones que tengo en mi oficina, nunca la uso.

—Acondiciona la sala —señalo.

—Pero solo podrá acceder a ella por tu oficina y no tendrás privacidad —señala a Suzzett.

—No hay problema, será algo temporal —rebato y asiente—. Encárgate de todo, por favor.

—Por supuesto, no olvides la cita, deberías estar saliendo en unos minutos.

—Gracias, notifica a Cael para que esté preparado —le pido y se va.

Me acomodo en mi silla, reviso algunos correos, respondo los más importantes y miro a Suzzett muy entretenida con su teléfono, su cara de felicidad es abrumadora. Termino con los pendientes y me pongo de pie para acercarme a ella.

—¿Estás lista? —pregunto y asiente.

—Estoy buscando fechas para casarnos en el club, ¿te imaginas?

—Vámonos —le pido ignorando sus planes.

Tomamos el elevador y bajamos al estacionamiento.

—¿Tienes la dirección, Cael? —interrogo al llegar a su encuentro.

—Sí, Dominic, la tengo.

—Perfecto.

Nos subimos al coche y noto a Cael inquieto, algo extraño en él, sé que Suzzett no le cae bien, pero su actitud es algo rara.

Llegamos al consultorio, Suzzett se adelanta para registrarse y llenar los formularios con su información.

—¿Qué pasa contigo Cael? —indago antes de bajarme.

—Hay algo que no he dicho —bufa.

—¿Qué es?

—Hace algunas semanas, en una de las fiestas a las que asistimos…

—¿Qué?¿Te metiste en problemas? —inquiero.

—Me acosté con Suzzett, tomé demasiado y no usamos protección —confiesa avergonzado.

No me interesa en lo más mínimo que se acostara con ella, pero sí está embarazada, es probable que el padre sea Cael, ya que yo siempre uso protección y hace algo de tiempo que no estamos juntos, sin embargo, nada es cien por ciento seguro y todo depende del tiempo que tenga, si acaso es cierto que está embarazada.

—Hablaremos después —gruño y me bajo del coche para entrar al consultorio.

—Ya me registré —informa Suzzett.

La cita transcurre con interrogatorios para Suzzett, la prueba de embarazo que le hicieron salió negativa y confiesa que la que se hizo en su casa también salió así, pero que ella presentía que podía estar embarazada por sus síntomas. La doctora le recomienda hacerse estudios para asegurarse que su salud esté bien y salimos.

—¿Por qué me engañaste? —la enfrento.

—De verdad creí…

—¿Y si estuvieras embarazada crees que sería mío o de Cael? —cuestiono y abre los ojos sorprendida.

—Solo estuvimos juntos una vez y me arrepentí —replica.

—Con una vez, sin protección, podrías estar embarazada, ahora te voy a pedir un favor, si ya antes te había dicho que no quería verte, en este momento te exijo que no vuelvas a molestarme, y sobre todo, no me hagas perder más tiempo con tus mentiras.

Le dejo de pie, me subo al coche y unos minutos después me alcanza.

—¿A dónde vas? —interrogo.

—A mi apartamento.

—Ya escuchaste Cael, la dejamos y regresamos a la oficina.

—Bien —afirma con la cabeza y empieza a conducir.

El coche se detiene a los pocos minutos y Suzzett se baja indignada sin decir nada.

—Vámonos —le digo a Cael—. Alégrate de que no vas a ser padre, aún, pero si sigues teniendo sexo sin protección, dudo mucho que la proxima vez salgas bien librado y no solo de un hijo, puedes contraer alguna enfermedad.

—Lo siento, sé que no debí estar con ella.

—Nunca he sido fiel a Suzzett, y soy consciente de que ella tampoco, no puedo exigirle algo que no le voy a ofrecer, pero me molestó que no me lo dijeras antes, si hubiese estado embarazada…

—Estaríamos dudando de quién sería ese bebé —termina por mí.

—Exacto.

Llegamos de nuevo a la oficina y Romeh me sigue en cuanto me bajo del elevador.

—Tienes que viajar de inmediato —informa.

—¿A dónde? —pregunto confundido.

—A Washington, la red de comunicaciones que estabas esperando está disponible y uno de los dueños estará mañana en Olympia.

—Consígueme un vuelo ahora mismo.

—Ya lo tengo, viajaras por la noche, puedes ir al hotel a cambiarte y después ir a la reunión, tal vez si terminas temprano puedes descansar unas horas, antes de tu regreso, por cierto, no encontré vuelos directos y tendrás una escala.

—No importa —le resto importancia.

—Tienes que regresar mañana mismo por la noche, ya que no logré cancelar la reunión que tienes con los inversionistas a primera hora de la mañana.

—Perfecto, gracias Romeh.

—¿Puedo preguntar algo? —interroga.

—¿Qué?

—¿Voy a ser tío?

—No —niego con la cabeza.

—Menos mal —responde y se limpia el sudor imaginario de la frente.

—Pide algo de comer y deja de lamentarte —me burlo—. Estoy hambriento.

—Enseguida.

La tarde pasa demasiado rápido, tengo que dejar algunas cosas listas antes de mi viaje imprevisto, termino y subo al apartamento. Preparo una pequeña maleta con lo que voy a necesitar y me doy una ducha para refrescarme, me pongo ropa formal un poco más cómoda y salgo para ir al aeropuerto, Cael ya me está esperando.

El vuelo en primera clase es bastante cómodo, cada avión es diferente, por ejemplo este tiene cabinas con dos asientos y siempre le pido a Romeh que se asegure de comprar los dos lugares, suele ser más conveniente para tener mayor privacidad.

La llegada a Olympia es tranquila, Romeh me alquiló un coche con chofer para facilitarme la estadía. Al llegar al hotel, desayuno, me ducho para ponerme uno de mis trajes y unas horas más tarde, me encuentro en la reunión.

Me cuesta un poco convencer al socio de la red de que me permita utilizarla, pero después de unas horas y una buena oferta, logro mi cometido y eso quiere decir que podré tener una sede aquí en Washington, algo que me entusiasma demasiado ya que es una gran oportunidad.

Salgo un poco tarde de la reunión y regreso al hotel, voy al restaurante para comer algo y decido ir al bar, la adrenalina por haber cerrado un buen trato, corre por mi cuerpo por lo que disfruto de algunos tragos para celebrar. Hay varias chicas que se ven bastante interesadas, pero no tengo mucho tiempo y no me gusta hacer las cosas a medias, así que subo a mi habitación para tomar mi equipaje y regresar a Nashville.

Al cabo de unas horas, estoy en el aeropuerto nuevamente, aguardando para abordar, espero descansar durante el vuelo, si no se retrasa llegaré a buena hora, ya que la reunión de mañana a primera hora será bastante intensa y necesito estar relajado.

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