✿•°❧Ainara…
Salgo del hospital y Ezequiel me está esperando en el restaurante.
—Siento llegar tarde, estaba con Josiah —explico, sentándome frente a él—. El bebé se va conmigo a Nashville.
Su cara se ilumina al escucharme y sonríe.
—Llamaré a mi amigo, el abogado Brayden para pedirle que empiece con todo el papeleo necesario.
El mesero se acerca y ordenamos la cena.
—Los padres de Mae, dejaron algunos negocios y propiedades, todo le corresponde a Josiah —informa.
—Para ser sincera, no estoy interesada en nada de eso, pero tal vez podrías hacerte cargo y guardar su dinero en una cuenta especial para que disponga de todo al ser mayor.
—Piénsalo bien, vas a vivir en una nueva ciudad y empezar un trabajo nuevo, tendrás que llevar a Josiah a una guardería, comprarle todo lo necesario y…
—Estoy segura que podré arreglármelas —aseguro.
—Al menos permíteme estar presente en la vida de Josiah, le había propuesto a Mae empezar una relación más formal y ella aceptó —murmura con pesar y puedo notar que realmente está sufriendo con esta situación.
—Está bien —accedo pensando en el bienestar de Josiah.
—Gracias.
Terminamos de cenar y nos despedimos para ir a la habitación, me pongo la pijama y me acomodo en la cama, en eso suena mi teléfono, es Emmett.
—Hermanita, ¿cómo estás?
Escuchar su voz me pone vulnerable y empiezo a llorar.
—¿Qué pasa Ainara? —pregunta preocupado.
—Es Mae —logro decir y explico un poco lo que sucedió, omitiendo lo del bebé, ya que no quiero ponerlo peor de preocupado al imaginar la responsabilidad que voy a tener, se lo diré, pero será en otro momento.
—Lo siento mucho, no puedo creer que le sucediera eso.
—Yo iba a viajar para alcanzarla, pero recibí una llamada acerca de mi apartamento en Nashville y cancelé el viaje.
—No quiero escucharme mal, sin embargo, me alegro que no viajaras, el destino siempre tiene sus extrañas jugadas, y de verdad, siento mucho lo de Mae y su familia, no puedo creerlo.
—Yo tampoco —suspiro.
—No sé cómo consolarte —dice apenado.
—Emmett, ¿tuviste algo que ver con ella? —pregunto pensando en Josiah.
—Ainara, por favor, sabes que jamás hablaría de una mujer y mucho menos si ya no está entre nosotros —rebate un poco molesto—. Te llamé porque nos acaban de informar de otra misión importante, no podré llamarte tan seguido, pero la buena noticia es que en unos meses estaremos de regreso y tendré algunos días libres para visitarte.
—Me alegra saberlo, te extraño mucho.
—Y yo a ti —contesta—. ¿Estarás bien en Nashville?
—Sí, ya estoy instalada en mi apartamento, es pequeño, pero con todo lo necesario para estar cómoda.
—Me alegro, si necesitas algo, puedes llamar a mi jefe y él…
—Estaré bien —prometo.
—Tengo que dejarte, me están llamando.
—Cuídate mucho, Emmett.
—Tú también, adiós.
Cuelgo la llamada y me acomodo en la cama, no quise insistir más con Emmett, ya lo hablaré después con él, de preferencia en persona ya que es un tema delicado. Toda la noche doy vueltas en la cama, recordando a Mae, pensando en Josiah y en todo lo que se nos viene, por lo que duermo demasiado mal.
Al siguiente día, voy muy temprano a ver a Josiah, la enfermera me muestra como cambiarle el pañal y me permite alimentarlo, es tan pequeñito que tengo miedo lastimarlo, parece que lo darán de alta en cuanto llegue el abogado con la documentación necesaria para que me lo pueda llevar.
—Sabía que estarías aquí —dice Ezequiel al entrar—. Mi amigo llega mañana temprano, si logramos arreglar todo, probablemente Josiah salga pronto.
—Me gustaría regresar cuanto antes a Nashville, ahora tengo que solucionar lo de mi nuevo trabajo y buscar una guardería para Josiah.
—Claro, entiendo, intentaremos solucionar todo a la mayor brevedad —promete.
La enfermera nos da una lista de las cosas que necesitaremos para Josiah, al menos en lo que llego a Nashville y le compro todo lo necesario.
Salimos del hospital y vamos a un centro comercial, compramos pañales, toallas húmedas, biberones, algunos cambios de ropa y Ezequiel le compra un cochecito muy moderno, por el cual paga una suma de dinero exorbitante, pero que realmente me será útil y lo dejamos en la caja para que sea más fácil a la hora de abordar.
—El apartamento de Mae ya está en trámites para ponerse a la venta, viajaré a Memphis después de su servicio funerario para recoger sus pertenencias —me informa—. Te depositaré el dinero, estoy segura que Mae estaría de acuerdo para que puedas solventar algunos gastos para Josiah en lo que se soluciona todo en México.
—Te dije que no es necesario, no me interesa el dinero de la familia de Mae.
—Lo sé, pero lo hablé con el abogado y llegamos a la conclusión de que es lo mejor.
Comemos algo en el centro comercial y me doy cuenta de que realmente Ezequiel es un gran hombre, estoy segura de que Mae hubiera sido muy feliz con él.
Regresamos al hotel y nos despedimos para ir a descansar, quisiera ver a Josiah, pero la enfermera me dijo que por la noche no me permiten quedarme por el área en la que se encuentra.
Por la mañana despierto temprano, me cambio y bajo para desayunar.
—Ainara —saluda, Ezequiel—. Él es…
—Nos conocemos —digo saludando a Brayden, ya que lo vi en algunas ocasiones visitando a Mae e insistiendo para que fuera a sus fiestas, algo que nunca logró por lo que seguramente no le caigo tan bien.
—Siento mucho lo de Mae —dice sincero—. Nunca me imaginé que nos volveríamos a ver en estas circunstancias.
—Yo tampoco —murmuro con tristeza.
—Vamos a desayunar y ahí hablamos —pide Ezequiel.
Brayden es de esos tipos adinerados que a pesar de tener una buena carrera, disfrutan de fiestas y mujeres, sus padres y los de Mae se conocen, por eso eran amigos, pero al parecer si es buen abogado o al menos eso dice Ezequiel.
Me explican que tendremos que esperar unos días más, para solucionar todo y que yo no tenga problemas con los trámites del pequeño.
Brayden vive en Nashville y estará pendiente de cualquier problema, aunque dice que viaja muy seguido a Memphis ya que tienen otra oficina ahí.
Durante los siguientes días paso la mayor parte del tiempo posible con Josiah, observando como lo bañan, como lo visten y todo lo que me sirva para el momento en el que se vaya conmigo, algunas enfermeras me dejan ayudar y otras solo me explican, pero definitivamente todo es aprendizaje.
Hoy por fin volvemos a Nashville, muy temprano Josiah salió del hospital y está listo para viajar, con toda su documentación en orden. Lo tengo sobre la cama, mientras intento acomodar la maleta qué llevaré con lo más necesario, algunos biberones, pañales, toallas húmedas, mantas, cambios de ropa y no sé qué más meter.
Estoy demasiado nerviosa, no sé si pueda lograrlo y el único vuelo que encontré es de noche.
Los golpes en la puerta me sacan de mis pensamientos y me acerco a abrir.
—Hola, Ainara —saluda Ezequiel, entrando—. ¿Cómo está Josiah?
—Muy bien, está sobre la cama, ha estado muy tranquilo.
Camina acercándose y le hace un cariño.
—Es un niño muy hermoso —dice mirándolo.
—Lo es, estoy segura que se parecerá a su mami —sonrió.
—Tengo las cenizas de Mae —exhala—. Yo viajaré mañana temprano a Tijuana para el servicio fúnebre, mi padre se encargó de todo lo de sus padres.
—Lo siento mucho, Ezequiel, sé que para ti también debe ser difícil.
—Me imaginé una vida con ella y con Josiah, jamás pensé que todo esto pasaría —expresa con lágrimas en los ojos.
—¿Puedo despedirme de Mae?
—Claro —me entrega la tarjeta de su habitación para que vaya—. Me quedaré con Josiah.
Asiento y salgo, doy unos pasos insegura con las manos temblorosas al imaginar mi reencuentro con mi mejor amiga de esta manera, me detengo en la habitación de Ezequiel, abro y de inmediato localizo la urna con los restos de Mae sobre la mesita de noche.
Me acerco y no puedo evitar llorar, recordando a mi mejor amiga, llena de vida, muy alegre, me cuesta entender porque suceden cosas como esta, hay ocasiones en que no puedo entender como funciona el destino.
Unos minutos después me tranquilizo.
—Mae, te prometo que haré mi mejor esfuerzo para cuidar de Josiah, intentaré que sea un niño alegre como tú y no se convierta en un nerd, como yo —sonrío limpiándome las lágrimas—. Te quiero amiga, por cierto, puedo notar que Ezequiel te quería de verdad, me alegra que disfrutaras tus últimos días a su lado, sé que no te gustaban las despedidas, así que esto es un hasta luego y no me dejes sola con tu bebé, guíame por el mejor camino para él, por favor —le ruego.
Regreso a mi habitación, termino de preparar el equipaje y Ezequiel me acompaña al aeropuerto.
—Gracias por todo —digo al despedirnos.
—A ti, no sé qué hubiera hecho si no estuvieras aquí.
Documentamos el equipaje, me quedo con la pequeña maleta con las cosas de Josiah y otro bolso de mano.
—Espero que no te moleste que te llame.
—Por supuesto que no, Ezequiel, sé que quieres estar al pendiente de Josiah.
Nos despedimos y paso al área de abordar, solo espero que Josiah duerma durante el viaje. Ya le cambié el pañal, lo alimenté e hice todo lo posible para que pueda descansar sin problemas.
—Hoy comienza nuestra nueva vida juntos, Josiah —le digo mientras duerme plácidamente—. Te pido paciencia porque aprenderé sobre la marcha, pero te prometo que mi amor incondicional lo tendrás, siempre, espero que tu mami donde quiera que se encuentre, nos proteja y nos acompañe para que todo salga bien.
Nos llaman para abordar, y, aunque es un poco complicado, con el bebé en brazos y los dos bolsos con nuestras cosas sobre mis hombros, logramos subir y el sobrecargo me ayuda para acomodar todo.
—Buen viaje —me desea con una sonrisa que me anima un poco, ya que estoy demasiado nerviosa.
ೃ⁀➷Dominic…Estoy frustrado, si bien el vuelo tenía una escala, nunca me imaginé que fuera en Los Ángeles, donde a pesar de ser bastante tarde, hay demasiadas personas, algo que siempre sucede en este aeropuerto y me pone los nervios de punta.Llevo cuatro horas esperando para abordar nuevamente y ya estoy de mal humor, apenas llegue a Nashville tendré que ir directamente a la oficina para mi reunión, sin tener tiempo de nada por este enorme retraso.Después de varios cafés, por fin nos llaman para abordar y a los pocos minutos despegamos, al menos podré descansar un poco y relajarme.Estoy por ponerme los audífonos cuando escucho a un bebé llorar, no me molesta su llanto, pero puedo oír a personas murmurando, seguramente a los padres, les dicen que tal vez tiene frío, que puede ser hambre, que debe tener cólicos y no sé qué más, demasiadas recomendaciones que estoy seguro no fueron solicitadas.Me pongo los audífonos y por alguna razón que no entiendo, sigo pensando en ese bebé, me lo
✿•°❧Ainara…—¿Qué tal el vuelo? —pregunta Ezequiel, cuando respondo.—No te imaginas, empezó como una tortura y terminó increíblemente —respondo aliviada.—¿Y Josiah?—Dormido, después de revolucionar el vuelo por unos minutos, ahora descansa plácidamente.—Pero, ¿están bien?—Lo estamos, un ángel se cruzó en nuestro camino y nos facilitó el viaje —explico—. Ahora voy a tomar un coche para ir a casa y descansar un poco.—Eso está muy bien.—¿Y tú, ya regresas a Tijuana?—Sí, estoy en el aeropuerto, te llamaré por la noche.—Buen viaje, Ezequiel.—Gracias, Ainara, adiós.Cuelgo y con un poco de malabares, logro salir del aeropuerto para tomar un coche.No puedo dejar de pensar en ese hombre, se convirtió en un ángel para mí, justo cuando llegó a ayudarme, estaba a punto de ponerme a llorar. Definitivamente era un hombre importante, vestía muy elegante y eso de pagar dos asientos en primera clase para viajar cómodo, no creo que cualquiera pueda hacerlo. Además, era muy atractivo, sus ojo
ೃ⁀➷Dominic…La reunión que tenía pendiente, se extiende durante toda la mañana, el agotamiento me invade, pero resulta bastante provechosa; así que estoy satisfecho y dudo que algo pueda ponerme de mal humor, al menos por este día.—¿Terminaste? —pregunta Romeh, abriendo la puerta.—Sí —resoplo.—¿Te pido algo de comer?—Por favor, pero llévalo al apartamento, quiero descansar un poco.—Perfecto, ¿algo en especial?—Un buen corte de carne y una ensalada —le pido.—¿De tu restaurante favorito?—Sí —afirmo, asiente y se va.Reviso algunos correos, respondo los más importantes, apago la computadora y me pongo de pie para salir a tomar el elevador y bajo al séptimo piso, en el que está la guardería.—Buenas tardes, señor Wallen —me saluda la chica de recursos humanos, ya que ese departamento también se encuentra aquí y su escritorio está frente al elevador.—Buenas tardes —respondo y sigo caminando hasta llegar a la guardería.Mi madre está muy entretenida con una pequeña, leyendo un libro
✿•°❧Ainara…—Un pequeño accidente —responde Kai a mi pregunta, y, aunque no le creo, no puedo presionar para que hable si no quiere hacerlo—. Soy demasiado torpe —finge una sonrisa.—Debes tener más cuidado —digo, pero estoy segura que está mintiendo.—Aquí tengo la lista con las guarderías —me entrega un papel.—Ojalá encontremos algo, tengo que presentarme en el trabajo en estos días.—Si quieres yo puedo cuidar de Josiah mientras vas —propone—. Estaré trabajando por la tarde el resto de la semana.Lo pienso un poco, y creo que es una buena opción, en caso de que no encuentre algo mañana.—Siempre me imaginé rodeada de pequeños —menciona con una sonrisa melancólica. —Eres joven, aún tienes tiempo.—A mi novio no le gustan los niños —confiesa—. Quiere que me haga la cirugía para no tener bebés.—Pero si tú quieres hijos, no deberías hacerlo —replico.—Es complicado —contesta—. Bueno, tengo que irme, Farren no debe tardar en llegar. —Gracias por todo Kai.—Ni lo digas, estoy emociona
ೃ⁀➷Dominic…Llego a la oficina un poco más tarde de lo normal, apenas bajo del elevador y Romeh me recibe con una enorme sonrisa.—Buenas tardes —saluda efusivo.—Buenas tardes —respondo y continúo caminando.—Vino la señorita Ross —informa siguiéndome y me detengo para mirarlo—. La chica nueva —me recuerda—. Ya está todo listo para su contratación.—Ah, perfecto, ¿y qué tal?—Un poco tímida.—Comparados contigo, todo el mundo somos tímidos —aseguro divertido y se ríe.—Tal vez, pero si me pareció tímida, aunque muy agradable, estoy seguro que todo marchará bien.—¿Dijo algo por su oficina?—No, de hecho quedó fascinada con la vista que tiene, sin embargo, creo que no asimiló que estará bajo tu escrutinio todo el tiempo.—No soy un ogro —rebato.—A veces sí —bromea.—Mejor ponte a trabajar, antes de que de verdad me salga el shrek que llevo dentro —sugiero y se carcajea.Me acomodo en la silla detrás de mi escritorio y él se va para ponernos a trabajar.—Dominic, te busca tu amigo Rawn
✿•°❧Ainara…Estos días no he visto a Kai y eso me tiene preocupada, pero no me atrevo a ir a buscarla de nuevo a su apartamento, además Helga me comentó que la ha visto cuando sale a trabajar, eso me tranquiliza un poco, al menos sé que está bien.Por otro lado, estoy completamente sorprendida de que en la empresa para la que voy a trabajar contaran con guardería, y sobre todo, de que la amable señora Tiana aceptara a Josiah tan pequeño, ha sido una gran bendición, llegué a pensar que me quedaría sin empleo.Lo que nunca me imaginé, hoy en mi primer día de trabajo, fue la gran sorpresa que me llevé al conocer a mi jefe, Dominic Wallen. Es el hombre que me ayudó con Josiah durante mi vuelo desde Los Ángeles, al verlo pensé que el corazón se me saldría del pecho por lo rápido que latía y él también parecía desconcertado, creo que para ambos fue algo inesperado, me pareció muy tierno al preguntarme por Josiah, antes de cualquier cosa. Ahora no sé qué tan fácil me sea trabajar teniéndolo
ೃ⁀➷Dominic…—No piensas ir a comer —entra Kyle a la oficina.—Estoy ocupado, le pediré a Romeh algo más tarde.—Que guapa está la chica nueva —silva y lo miro molesto—. No me mires así, jamás pondría mis ojos en una mujer que tiene un hijo.—¿¡Qué tiene de malo que tenga un hijo!? —inquiero alzando la voz.—Cálmate —levanta las manos y se sienta—. Lo digo porque seguramente es casada, es preciosa para ser madre soltera.—A veces hablas demasiadas tonterías —lo recrimino. —¿Y a ti qué rayos te pasa? —cuestiona—. Estás muy sensible.—Nunca intervengo con las aventuras que tienes en el trabajo, siempre y cuando no afecten, lo sabes —lo señalo—. Pero no me agrada que hagas comentarios fuera de lugar.—Tienes razón, me expresé de manera incorrecta, porque yo me ofrecería amablemente para ser el padrastro de ese bebé.—¡Imbécil! —exclamo y se carcajea.—Está bien, ya no digo nada y no hablaré más de tu asistente —simula que se pone un candado en la boca—. Cambiando de tema, vamos a tomar un
✿•°❧Ainara…Unos minutos después de que Dominic se va, preparo todas mis cosas y salgo de la oficina. —¿Ya te vas? —interroga Romeh. —Sí, voy por mi pequeño. —Te acompaño, sirve que le doy carrilla a Elna, suele tardarse horas en recoger sus cosas —resopla exagerado.Subimos al elevador y nos detenemos en el séptimo piso, mientras Romeh habla con Elna, yo voy directamente por Josiah.—Hola —saludo a la señora Tiana.—Hola, Ainara —responde con una enorme sonrisa—. Ya está todo listo en la maleta de Josiah —dice entregándomela. La pongo en el cochecito y tomo a Josiah en los brazos, inhalo su aroma y siento que me renueva los ánimos.—Gracias por todo —digo.—Es un placer, es un niño muy bien portado —suspira. —Solo a excepción de que nos demoremos con su biberón —me río y asiente. —Sí, lo noté, pero nos tiene a sus pies, así que no hay problema —bromea.—Bueno, hasta mañana —me despido. —Que les vaya bien —nos desea.Llego al elevador y los chicos me están esperando. —Déjanos